Me siento a gusto, calentita y en una mullida cama, pero... ¿ dónde estoy ? Esta no es mi cama, ni esta mi habitación. ¿ Cómo he llegado hasta aquí? No recuerdo absolutamente nada. Sólo que ... Si José se sobrepasaba y ¡ Grey ! ¿ Cómo demonios me localizó ? Creia que estaba en Seattle. Ahora lo recuerdo. ¡ Qué vergüenza ! vomité delante de él. No quiero saber lo que pensaría de mí. Me excedí en la bebida, mucho, mucho, y el resultado... ¿ Pero dónde estoy ? Tiene toda la pinta de ser un hotel ¿ Me trajo Grey? ¡ Cielo santo, sólo tengo la ropa interior! No, no es posible. No ha ocurrido nada..., creo. Por muy borracha que estuviera, de algo me hubiera enterado, y no siento nada especial. Al girar mi cabeza, veo en la almohada contigua, la forma de una cabeza ¡ Por Dios ! ¿ Con quién he dormido?
Busco sin hallar respuesta: estoy sola. En la mesilla de noche alguien ha puesto un vaso de zumo y unas pastillas, pero ¿ quién ? Un ruido suave se escucha y dirijo la vista hacia la puerta que se abre, y él entra sigiloso, quizá pensando que aún duermo. La angustia me llega a la garganta, soy incapaz de decir nada. ¿ Por qué siempre este hombre ha de pillarme en alguna situación ridícula? ¿Qué hace él aquí? ¿Ha sido él con quién he dormido? ¿Sólo habremos dormido o... ? No, no, Anastasia, no ha sucedido, no puede haber sucedido nada.
- Buenos días, Anastasia. ¿ Te encuentras bien ?
Respondo afirmativamente con la cabeza. Siento una vergüenza horrible ante su mirada inquisitiva. Bebo el zumo y tomo las pastillas, pero he de decir algo. Averiguar lo que ocurrió, cómo llegué hasta aquí, y si fue él quién me desvistió. ¿ Por dónde empiezo ? El me mira fijamente sin pronunciar palabra, seguro que espera sea yo la que comience a hablar. Bien, pues vamos allá:
- ¿ Por qué me encuentro aquí, y dónde? por cierto -. Él pausadamente, sonrie, con esa sonrisa de medio lado que no sé lo que expresa
- Estamos en le hotel Heathman, y tú, concretamente porque estabas tan borracha que te desmayaste en mis brazos, después de..., bueno..., después...
- ¿ Qué significa ese "después" ?
- No pasó nada, si es que te refieres a eso. Vomitaste, tanto, que te tuve que traer en brazos. Y si, yo te desvestí, porque estabas perdida . Te he comprado ropa limpia. Ahora has de desayunar
Obedezco como si fuera una niña pequeña. No sé si es porque estoy abochornada, o porque su imperiosa voz me está echando una regañina y me recrimina mi actitud. ¿ Quién se ha creído que es? hago lo que quiero y cuando quiero. No necesito su permiso ¡ faltaría más !. Pero es verdad, que se ha portado como un caballero, y he de agradecérselo. No así José que trato de abusar de mi estando.... No quiero ni pensar si no llega a tiempo lo que hubiera pasado. Estoy muy enfadada con José; le creia mi amigo y no un acosador. Bueno dejaré a José por ahora, y volvamos con Grey que está preparando mi desayuno. Pero, ¿ cómo voy a comer con el estómago que tengo ?
Me tiende unas tostadas y con voz imperiosa me dice: "come ". Le miro detenidamente, y pienso " es guapo a rabiar ". Se levanta y se dirige a la ducha tan tranquilo, y yo estoy desconcertada. La cabeza no está para pensar mucho, pero no obstante le pregunto:
- ¿ Por qué fuiste a buscarme? ¿Cómo sabías donde estaba? Fuí con mis amigos, no corría peligro y ellos me hubieran llevado a casa. De todas formas gracias -. Sale del baño para responderme
- ¿ Me lo dices en serio? ¿ Qué clase de amigos tienes que te dejan beber de ese modo? ¿ Qué clase de amigo es el que estando es ese estado trató de aprovecharse de ti ? Corriste un gran peligro, y yo no lo podía permitir, no a sabiendas. Espero que ésto no se repita y que la próxima vez que te emborraches, comas algo antes. Por eso te pusiste tan mal
- No volveré a hacerlo nunca más. Ha sido la primera vez, pero como experiencia basta.
- Eso espero. De lo contrario pensaré que no eres tan tímida como aparentas ser. Y ahora voy a ducharme y después de que desayunes, te llevaré a casa.
Y desaparece en la ducha tan tranquilo, con ese dominio de si mismo que tiene, y también sobre los demás. Me cautiva y me exaspera al mismo tiempo. Ahora he de pensar cómo me levanto estando él delante. Ya siento bastante vergüenza como para encima exhibirme en ropa interior delante de él. Salto de la cama y busco alguna bata, y la encuentro en un armario, es suya, grande, pero me sirve, aunque quepamos dos Anas dentro de ella. Al menos no desfilaré en paños menores delante de Grey, el inquisitivo, prepotente y mandon Christian Grey.
Y sonrió ¿ de qué sonrío ? Alguna chica hubiera dado cualquier cosa por haber dormido con Christian Grey, porque sé que eso es lo que hemos hecho. Pero también pienso que he debido resultarle muy poco atractiva porque ni siquiera he merecido un beso de su parte. Claro que con la escena que presenció no le quedarían ganas de besar a nadie, y menos a mí, que siempre me "luzco"· delante de él. Y es que me altera, me intimida y me pongo nerviosa.
Cuando salgo de ducharme, está trabajando en su portatil. Levanta la vista para mirarme. Me ha comprado un conjunto muy bonito ¿ cómo sabe mi talla? Este hombre es un misterio, o ha alternado con tantas mujeres que sabe a ciencia cierta el tallaje de su cuerpo. Me encuentro, por primera vez, atractiva, y a él ha debido gustarle mi aspecto, porque sonríe, pero no con esa risa irónica, sino amable y complacida.
-A qué hora sales de la ferretería ? - Me suelta de improviso, dejándome algo perpleja
- Trabajo hasta las siete
- Bien a esa hora pasará Taylor a buscarte
- ¿ Quién es Taylor?
- Mi chófer. Quiero que pasemos una buena velada ¿ te parece ?
- Si, si... me parece
- Está bien. Ahora voy a llevarte a casa
Salimos despacio por un pasillo que nos conduce hasta el ascensor. Esperamos y nos miramos de reojo. Yo muy tímida , él serio sin decir nada. Al abrirse las puertas compruebo que estamos solos. El ascensor es bastante amplio, forrado en madera como todas las paredes del hotel. Se pone en marcha y entonces, dice algo que no entiendo y se abalanza sobre mi, dejándome sin respiración. Con una mano aprisiona mi cara; trato de abrazarle porque me está besando, y ¡ que modo de besar !. Pero él con el brazo libre sujeta los míos levantándolos, de manera que ni puedo moverme ni puedo abrazarle. Su cuerpo está pegado al mio y sus labios mordisquean los mios. Nadie me ha besado nunca así, bueno nadie me ha besado , exceptuando un compañero de instituto, pero nada que ver con éste. Sus labios aprisionan mi boca mordiéndome con ellos.
Una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y algo nunca antes sentido es como un latigazo. Me siento en la gloria, a pesar de que no he podido ni siquiera coger su pelo, que me hubiera encantado. Siento mi cara arder cundo el timbre de llegada nos anuncia que hemos llegado al vestíbulo del hotel. Él no dice nada ni yo tampoco. hacemos el trayecto hasta casa sin pronuncir palabra. Sólo cundo nos bajamos del coche a la puerta del apartamento me dice muy solemne:
- Esto no va a volver a repetirse-. Le miro y extrañada entramos en casa.
Busco sin hallar respuesta: estoy sola. En la mesilla de noche alguien ha puesto un vaso de zumo y unas pastillas, pero ¿ quién ? Un ruido suave se escucha y dirijo la vista hacia la puerta que se abre, y él entra sigiloso, quizá pensando que aún duermo. La angustia me llega a la garganta, soy incapaz de decir nada. ¿ Por qué siempre este hombre ha de pillarme en alguna situación ridícula? ¿Qué hace él aquí? ¿Ha sido él con quién he dormido? ¿Sólo habremos dormido o... ? No, no, Anastasia, no ha sucedido, no puede haber sucedido nada.
- Buenos días, Anastasia. ¿ Te encuentras bien ?
Respondo afirmativamente con la cabeza. Siento una vergüenza horrible ante su mirada inquisitiva. Bebo el zumo y tomo las pastillas, pero he de decir algo. Averiguar lo que ocurrió, cómo llegué hasta aquí, y si fue él quién me desvistió. ¿ Por dónde empiezo ? El me mira fijamente sin pronunciar palabra, seguro que espera sea yo la que comience a hablar. Bien, pues vamos allá:
- ¿ Por qué me encuentro aquí, y dónde? por cierto -. Él pausadamente, sonrie, con esa sonrisa de medio lado que no sé lo que expresa
- Estamos en le hotel Heathman, y tú, concretamente porque estabas tan borracha que te desmayaste en mis brazos, después de..., bueno..., después...
- ¿ Qué significa ese "después" ?
- No pasó nada, si es que te refieres a eso. Vomitaste, tanto, que te tuve que traer en brazos. Y si, yo te desvestí, porque estabas perdida . Te he comprado ropa limpia. Ahora has de desayunar
Obedezco como si fuera una niña pequeña. No sé si es porque estoy abochornada, o porque su imperiosa voz me está echando una regañina y me recrimina mi actitud. ¿ Quién se ha creído que es? hago lo que quiero y cuando quiero. No necesito su permiso ¡ faltaría más !. Pero es verdad, que se ha portado como un caballero, y he de agradecérselo. No así José que trato de abusar de mi estando.... No quiero ni pensar si no llega a tiempo lo que hubiera pasado. Estoy muy enfadada con José; le creia mi amigo y no un acosador. Bueno dejaré a José por ahora, y volvamos con Grey que está preparando mi desayuno. Pero, ¿ cómo voy a comer con el estómago que tengo ?
Me tiende unas tostadas y con voz imperiosa me dice: "come ". Le miro detenidamente, y pienso " es guapo a rabiar ". Se levanta y se dirige a la ducha tan tranquilo, y yo estoy desconcertada. La cabeza no está para pensar mucho, pero no obstante le pregunto:
- ¿ Por qué fuiste a buscarme? ¿Cómo sabías donde estaba? Fuí con mis amigos, no corría peligro y ellos me hubieran llevado a casa. De todas formas gracias -. Sale del baño para responderme
- ¿ Me lo dices en serio? ¿ Qué clase de amigos tienes que te dejan beber de ese modo? ¿ Qué clase de amigo es el que estando es ese estado trató de aprovecharse de ti ? Corriste un gran peligro, y yo no lo podía permitir, no a sabiendas. Espero que ésto no se repita y que la próxima vez que te emborraches, comas algo antes. Por eso te pusiste tan mal
- No volveré a hacerlo nunca más. Ha sido la primera vez, pero como experiencia basta.
- Eso espero. De lo contrario pensaré que no eres tan tímida como aparentas ser. Y ahora voy a ducharme y después de que desayunes, te llevaré a casa.
Y desaparece en la ducha tan tranquilo, con ese dominio de si mismo que tiene, y también sobre los demás. Me cautiva y me exaspera al mismo tiempo. Ahora he de pensar cómo me levanto estando él delante. Ya siento bastante vergüenza como para encima exhibirme en ropa interior delante de él. Salto de la cama y busco alguna bata, y la encuentro en un armario, es suya, grande, pero me sirve, aunque quepamos dos Anas dentro de ella. Al menos no desfilaré en paños menores delante de Grey, el inquisitivo, prepotente y mandon Christian Grey.
Y sonrió ¿ de qué sonrío ? Alguna chica hubiera dado cualquier cosa por haber dormido con Christian Grey, porque sé que eso es lo que hemos hecho. Pero también pienso que he debido resultarle muy poco atractiva porque ni siquiera he merecido un beso de su parte. Claro que con la escena que presenció no le quedarían ganas de besar a nadie, y menos a mí, que siempre me "luzco"· delante de él. Y es que me altera, me intimida y me pongo nerviosa.
Cuando salgo de ducharme, está trabajando en su portatil. Levanta la vista para mirarme. Me ha comprado un conjunto muy bonito ¿ cómo sabe mi talla? Este hombre es un misterio, o ha alternado con tantas mujeres que sabe a ciencia cierta el tallaje de su cuerpo. Me encuentro, por primera vez, atractiva, y a él ha debido gustarle mi aspecto, porque sonríe, pero no con esa risa irónica, sino amable y complacida.
-A qué hora sales de la ferretería ? - Me suelta de improviso, dejándome algo perpleja
- Trabajo hasta las siete
- Bien a esa hora pasará Taylor a buscarte
- ¿ Quién es Taylor?
- Mi chófer. Quiero que pasemos una buena velada ¿ te parece ?
- Si, si... me parece
- Está bien. Ahora voy a llevarte a casa
Salimos despacio por un pasillo que nos conduce hasta el ascensor. Esperamos y nos miramos de reojo. Yo muy tímida , él serio sin decir nada. Al abrirse las puertas compruebo que estamos solos. El ascensor es bastante amplio, forrado en madera como todas las paredes del hotel. Se pone en marcha y entonces, dice algo que no entiendo y se abalanza sobre mi, dejándome sin respiración. Con una mano aprisiona mi cara; trato de abrazarle porque me está besando, y ¡ que modo de besar !. Pero él con el brazo libre sujeta los míos levantándolos, de manera que ni puedo moverme ni puedo abrazarle. Su cuerpo está pegado al mio y sus labios mordisquean los mios. Nadie me ha besado nunca así, bueno nadie me ha besado , exceptuando un compañero de instituto, pero nada que ver con éste. Sus labios aprisionan mi boca mordiéndome con ellos.
Una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y algo nunca antes sentido es como un latigazo. Me siento en la gloria, a pesar de que no he podido ni siquiera coger su pelo, que me hubiera encantado. Siento mi cara arder cundo el timbre de llegada nos anuncia que hemos llegado al vestíbulo del hotel. Él no dice nada ni yo tampoco. hacemos el trayecto hasta casa sin pronuncir palabra. Sólo cundo nos bajamos del coche a la puerta del apartamento me dice muy solemne:
- Esto no va a volver a repetirse-. Le miro y extrañada entramos en casa.
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