martes, 29 de diciembre de 2020

Anastasia - Capítulo 18 -Algo ocurre con Ana

Nuestra convivencia se desenvuelve con normalidad, siempre que la normalidad sea al estilo de Christian Grey, lo que significa que hay sobresaltos de vez en cuando, pero juntos vamos superando todo aquello que sale a nuestro encuentro.  Por fin Kate y Elliot se deciden a regresar, aunque aún quedan un par de días.  Tengo ganas de ver a mi amiga;tenemos mucho de que hablar y ni siquiera imagina el vuelco que ha dado mi vida.  Espero no tenga una de sus clásicas reacciones y me siga tomando por una hermana pequeña a la que hay que abrir los ojos porque me tiene por una inocente criatura que no sabe donde se para. Y comienzo mi jornada laboral.  Llevo poco más de una hora en la editorial, cuando recibo una llamada a mi móvil



- ¡ Ana !,soy Ethan. ¡ Qué ganas tengo de verte ! No hace tanto: cuando la graduación, pero parece que hace siglos.
- ¡ Ethan ! yo también me alegro de escucharte. ¿ Ha venido Kate ?
- No, ellos se quedan un par de días más.  Yo no les aguantaba.  Son empalagosos a mas no poder. Me dije  un par de días es mucho para seguir aguántandoles.  Y aquí estoy de regreso y camino del apartamento.
- Tendrás que pasarte por mi trabajo, porque has escuchado bien: tengo un trabajo remunerado. Me es imposible reunirme contigo porque tengo reunión de jefazos, pero te dejaré la llave en Recepción. Estoy en la editorial SIP:  Está en el mismo centro de Seattle
- De acuerdo, pequeña.  Pasaré a recogerlas ¿ nos vemos esta noche a tu salida de la editorial?
- Posiblemente.  Se lo diré a Christian
- ¿ Estás con el magnate ? - Me rio de la forma en que Ethan se ha referido a Christian- ¿ Vais en serio ?
- Si, Ethan.  Muy en serio
- Bueno.  Me alegro por ti, deseo que seas feliz.  No te entretengo más. Nos vemos a la noche, entonces
- Hasta luego Ethan

Bajo inmediatamente a Recepción y le digo a la recepcionista que vendrán a recogerlas no tardando mucho.  Salgo como una exhalación y me incorporo a mi mesa.  Tenemos mucho trabajo y he de dar ejemplo de eficiencia.  Llamo a Christian y le anuncio que el hermano de Kate está de regreso y que vendrá a recoger las llaves. Pienso que debería acompañarle al apartamento,  al menos,  para mostrarle donde hemos colocado las cosas, las más imprescindibles que tenga que utilizar hasta que regrese Kate.  A Christian no le gusta mucho la idea, y a mi sugerencia de una cena con él, me dice que mejor los tres y que él invita. Me rio, porque sé con qué intención lo hace.

Cuando salgo de la editorial, ya está Christian aguardando mi salida, y le digo que vayamos al apartamento para recoger a Ethan que nos aguarda.  El me sonríe, me besa y aprieta mi mano, y pasea sus dedos sobre mis nudillos.  Es una costumbre que hemos adquirido, pero que a mi me reconforta y me hace sentir segura y querida.  Le comento  lo que Ethan me ha dicho de la pareja con la que ha estado de vacaciones, y Christian se ríe porque conoce a su hermano, y piensa que Kate o es de la misma forma de ser, o le sigue el rollo.

Estamos a punto de llegar y recibe una llamada de Ross. Taylor aparca el coche y le indico que tardaré cinco minutos en bajar con Ethan.  Pulso el portero automático e inmediatamente la puerta se abre.  Cuando llego al apartamento, observo que la puerta está abierta, algo que me extraña y me alarma un poco.  Llamo a Ethan y no me responde:  " estará en el baño ", me digo a mi misma.  Mientras, recojo algunas cosas que voy a llevarme al apartamento de Escala.   Bien ya lo tengo todo listo, pero Ethan sigue sin aparecer, y en  cambio una silueta difusa aparece ante mi.  Es la misma imagen que vi en lo que yo creía que era un sueño, pero no es así, es una chica portando un arma en su mano.  Me quedo sin sangre en las venas y lo primero que pienso es que Ethan esté herido. No sé qué hace, ni qué decir ante esa mujer con la piel macilenta, desarrapada que me mira fijamente apuntándome con un arma.  Las palabras se amontonan en mi cabeza y busco desesperadamente aquellas que me den una pista de lo que está ocurriendo y del por qué está allí amenazante.

La respuesta llega clara y evidente es por Christian, pero soy yo su objetivo.  Los nervios se van apoderando de mi al pensar que haya podido sufrir algo horrible al hermano de Kate, que está totalmente ajeno a nuestro asunto.  Trato sobre todo que abandone el arma y le doy un argumento para hacerla saber que Christian nos ve a todas igual y que todas nos parecemos.  Pero ella lo niega y me dice que duermo con él, cuando eso nunca lo ha hecho.  Y estoy segura de que no fue fruto de mi imaginación lo que vi aquella noche, sencillamente entró en el dormitorio de Christian y nos estuvo observando.

No sé qué mas hacer; la ofrezco un té y estoy poniendo el agua a calentar, cuando la puerta se abre de para en par y Christian y Taylor aparecen ante mi.  Están lívidos y no le quitan la vista a Leila. Chistian la mira fijamente a los ojos, y la murmura algo que no se escucha bien, pero ella se postra de rodillas y baja la cabeza, dejando la pistola en el suelo y que Christian recoge inmediatamente.

Estoy conmocionada, tanto, que escucho como una voz muy lejana la de Christian ordenando a Taylor que me lleve de allí.  Me es imposible moverme, es como si tuviera los pies clavados en el suelo.  Por segunda vez, la voz alterada de Christian me ordena que vaya con Taylor, pero no reacciono.  No puedo apartar la mirada del cuadro que tengo ante mi: Christian Amo, Leila sumisa.  Acaricia su cabeza baja con suavidad, con dulzura y yo me quedo aterrorizada.  Posiblemente ni él supiera lo que sentía por Leila.  Es la chica de la que más habla y de la que más se preocupa. Y de pronto lo veo todo claro diáfano:  ella si podía darle lo que necesita y yo no. Soy un novedad en su vida, pero hasta las novedades dejan de ser nuevas para pasar al terreno de lo cotidiano, y eso significa de yo seré en esta historia la número diecisiete, sin más.


 Y ese pensamiento me aterra sobremanera, porque no podría vivir sin que él me amase.  Las piernas comienzan a temblar y creo que voy a desmayarme, y nuevamente la voz imperiosa de Christian ordena a Taylor que me lleve de allí. Sus brazos me cogen en vilo y abandonamos el apartamento.

Estoy sobrepasada por lo ocurrido, y sobre el pecho del guardaespaldas  apoyo mi cabeza buscando algo de consuelo para lo que acabo de conocer: el lado oscuro de Christian, ese lado al que yo no podré acceder nunca.

Taylor debe imaginar lo que estoy pensando, y me dice con voz muy queda:  El señor Cavanagh está bien, abajo.  No se preocupe..  Cuando le veo se acerca a mi con preocupación en su cara; me abrazo a él llorando  desesperada por salir de allí, pero al mismo tiempo, necesito saber lo que ocurre.  Mis oídos se agudizan, quizá tratando de escuchar el sonido de otro disparo, pero todo es silencio.  Ethan me ofrece tomar una copa y yo acepto.  Señalo el pub de enfrente para poder ver desde allí lo que ocurre en el apartamento.

Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras más oscuras
Editado: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Los Grey - Capítulo 10 -Un viaje a Nueva York

Llevaba posponiendo el viaje durante muchos días, y al final no tuvo más remedio que ir. Le propuso a Anastasia que le acompañara, pero justo en esa fecha ella tenía un simposio que llevaba esperando durante mucho tiempo

- ¿ No puedes dejarlo para la próxima semana- Le preguntó Ana
- Imposible, la persona que tengo que ver viaja desde Canadá, y no me parece llamarle ahora y decirle que venga en otra fecha. Le he estado dando esquinazo desde hace tiempo
 -Que vaya Ross
-Tengo que ir yo, Anastasia. Entiendo que no te he avisado con tiempo
- No es que no me hayas avisado con tiempo, sino que este evento se celebra cada dos años.  Es una oportunidad única para SIP
-Esta bien, no te preocupes.Lo entiendo


Pero en el fondo estaba contrariado.  Había pensado pasar con su mujer ese fin de semana. Pero comprendía que ella tenía razón: era una oportunidad única para ella y para SIP

Christian en el avión, estudiaba la documentación de lo que debía tratar con el canadiense interesado en utilizar la flota de barcos  pesqueros de Grey Enterprises. Los astilleros de Taiwan  y los de ellos funcionaban perfectamente.  Se habían consolidado como una de las navieras más importantes en barcos de pesca y de recreo.Fue una magnífica idea la fusión con los orientales.  Taylor leia tranquilamente una novela para hacer el viaje más llevadero.

Cuando llegaron al apartamento, Christian llamó a su mujer anunciándole que el viaje lo habían hecho perfectamente sin ninguna complicación. Cenaría  y vería televisión. La entrevista sería al día siguiente  en el hotel donde se hospedaría: el Hotel Ritz, en Pak Avenue.  Regresaría el día después de la visita del futuro cliente.

Miró su reloj y vio que era tempano para encerrarse en casa.  Dio permiso a Taylor para que hiciera lo que quisiera y él pasearía un rato, porque con la diferencia horaria, dudaba mucho de que al acostarse pudiera  conciliar el sueño y además echaba de menos a su mujer, el calor que ella le infundía.  Hacía muchos años que dormía con ella y ya no se acostumbraba a hacerlo solo. Sonrió al pensar eso: el  había peleado con todas las mujeres que estuvieron en su vida por no hacerlo, hasta que llegó ella... y todo cambió.

No paseó mucho, echaba de menos la charla de Anastasia y optó por volver de nuevo al apartamento. Miró en el frigorífico y comprobó que no había nada que comer.  Llamó a un establecimiento de comida rápida, y cómodamente sentado, cenaría mientas veía la televisión. Buscaba ente los canales algo que le apeteciera ver y al no encontrar nada, optó por coger un libro y leería hasta que le diera sueño.


Al día siguiente fue hasta el hotel Ritz para la reunión esperada. Avisó en Recepción de que comunicaran al señor Milford  que le esperaba en el vestíbulo. Y allí se reunió con su futuro cliente.  Subieron hasta la planta en que estaba situado  el comedor del mismo hotel, y tras algunas charlas de diversos temas, comenzaron a establecer parámetros de lo que sería su futura colaboración.  Quedaron en reunirse en Seattle, y al cabo de más de dos horas, se despidieron con un apretón de manos.  La cena había resultado altamente beneficiosa.
Bajaba en el ascensor y al pasar junto a la cafetería, escuchó un piano que tocaba melodías suaves, y cambió de idea: en lugar de volver a casa,  tomaría una copa y escucharía la música. Cuando le apeteciera, llamaría a un taxi que le llevase hasta Queens, donde tenían el apartamento.  Entró y buscó una mesa . El piano tenía un poder magnético sobre él. Al camarero pidió un whisky y se dispuso a escuchar al magnífico pianista que desgranaba sus melodías. Estaba ensimismado en la música, cuando alguien se acercó hasta él,  despacio. Chisttian volvió la cabeza y no pudo articular palabra por la sorpresa ¡ Elena !

-¡ Vaya ! Si es el magnate Grey en persona, y está sin su mujercita ¿Os habéis divorciado ?
- ¡Elena! ¿  Qué haces aquí ?
- Pues ya ves.  Ahora vivo en Nueva York
-¿ Has abandonado el negocio?
-Lo he vendido y con el dinero obtenido vivo a lo grande.  Aprendí de ti con los negocios
- ¿ Quieres tomar algo ?
- ¡ Claro ! Eres un viejo amigo y me apetece charlar mientras tomo alguna copa.  La última vez que lo hicimos fue hace mucho tiempo, y terminamos no muy amistosamente,
- Creo que debes dejar ese tema.  No nos conduce a ningún lado y fue desagradable.
- Para mi no y sabes a lo que me refiero...- lo dijo como siempre sonriendo
-Estaba a punto de irme, así que lo siento pero el viaje ha sido largo y regreso mañana, así que buenas noches, Elena

- ¿ Por qué te vas tan pronto ?  ¿Temes que te regañe Anastasia ?.   ¿La has dejado en el hotel?
- Elena, no vayas por ahí.  Nos conocemos lo suficiente,  y a mi mujer ni la toques.
- ¿ Quieres irte a casa?, voy a tomar un taxi hasta mi apartamento, puedo dejarte en la tuya   ¿Dónde vives?
- Muy lejos, en Brooklyn
¿ En Brooklyn ? ¿ No has dicho que vivías a lo grande? Broklyn no es de lujo precisamente
- Es que verás... el dinero se termina cuando vives a todo tren y yo he vivido aprisa todos estos años, y ahora me busco la vida
- ¿ Qué es lo que estás diciendo? ¿ No tienes ni un pavo ?
-Exacto.  Pero me voy defendiendo
- ¿En qué trabajas?
- Mira a tu alrededor. Hay señores de mediana edad, de negocios, que vienen a Nueva York a divertirse
-¿Me estás diciendo que te has convertido en una fulana  Es eso lo que insinúas?
-Chico listo. Pero una fulana muy especial. Tu sabes que me gustan determinados juegos, y en este salón hay más hombres de los que te imaginas con los mismos gustos que yo, y lo pagan bien. Gano dinero y disfruto de lo lindo ¿ Qué más puedo pedir?
- No te creo
- Pues puedes hacerlo. Ya no soy joven. Christian, y he de aprovechar los pocos años que me quedan
-¿ Por qué vendiste el instituto?
- Soy una sentimental, en el fondo ya no era lo mismo. No nos veríamos y te echaba de menos. Sabes que siempre te he apreciado y me dolió la ruptura.
-¿ Tu una sentimental? - Christian rio,  y se acordó de aquella frase hiriente el día de su cumpleaños " el amor no es más que para los estúpidos ".  La miró detenidamente y se dio cuenta que ya no era la mujer de belleza espectacular que le cautivó de joven.  En su rostro el tiempo había dejado sus huellas, y aunque seguía siendo bonita, quizá su ritmo de vida,  había hecho su trabajo  en el rostro,  y  su cuerpo seguía siendo atractivo, pero ya no conservaba aquel tipo sensacional, con aquellas curvas de infarto.  Ahora había pasado a ser una mujer madura espléndida sin más.


De repente sintió lástima por ella, en el fondo, y pese a todo le había ayudado en un momento decisivo de su vida y creía estar en deuda con ella, a pesar que le devolvió el dinero prestado con creces y de haberle regalado Esclava con sucursales incluidas, algo que ella había dilapidado.  Y algo se abrió en su cabeza: la ayudaría a salir del pozo en el que se había metido.  Pese a todo creía que no se merecía esa vida que había decidido vivir. La ayudaría; hallaría la manera de que volviera a tener una vida normal. Pagó la cuenta y tomándola de un brazo la dijo:
Vámonos - Ella sonrió interpretando sin duda otra cosa, y él se dio cuenta perfectamente de ello, pero cortó su pensamiento en el acto.

- Sé en lo que piensas, deséchalo de tu cabeza.  Te lo dije en una ocasión : sólo Ana. Voy a reservarte una habitación aquí mismo. Mañana iremos a tu casa y recogerás todo. Te instalarás en mi apartamento hasta que encuentre algo para ti.    ¿Lo quieres aquí o en dónde ?
- ¿ Me estás ofreciendo tu compasión?
- No Elena, te estoy ofreciendo mi ayuda. Tu me la brindaste en una ocasión, es justo que yo corresponda ahora que lo necesitas.  No me gusta que lleves esta vida.  Deseo que vivas como antes, como te corresponde.  Independientemente  que sigas yendo o no a mazmorras, eso es cuenta tuya, pero recupera tu modo de vida, al que has estado acostumbrada desde siempre. Eso es lo que te ofrezco. Pero vamos, es tarde tu estás cansada,  yo también lo estoy, así que andando.

Y tomándola del brazo reservó una habitación y le acompañó hasta ella y en la puerta.   se despidieron para verse al día siguiente..



Autora: Versión libre de 1996rsafermu, basado en la trilogía de E L James, Cincuenta sombras de Grey
Editada:  Noviembre de 2016
Ilustraciones:  Internet / Cincuenta sombras de Grey
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Los Grey - Capítulo 9 - Un viaje a Detroit

Abrió un cajón de su estudio para guardar la copia de la llave del cuarto rojo, y al hacerlo vio el sobre marrón  que recibió en su día con la información  de su madre biológica. Se sentó en una butaca y  volvió a leerlo detenidamente. Hacía mucho tiempo que lo había recibido.   Lo leía tan a menudo que se lo sabía de memoria. Y volvió a ver la carta de Lizzy, aquella amiga de su madre biológica. Había fallecido y sus hijos enviaron a los abogados la carta que un día le escribió ELLA.




Detroit, 15 de Abril de 2016

Informe sobre Ella Dickinson,  Detroit  /   At. Mr Welch -  Detective Privado

Apreciado señor Welch:

Poco se ha podido averiguar de la titular de este informe, ya que no dejó descendientes y  no se le conoce familiar alguno, por estar sus padres fallecidos.  A través de distintos medios, por alguna amiga, y del lugar en donde trabajo al abandonar el domicilio paterno, , hemos sabido que tuvo un niño sin padre reconocido, y que cambió de domicilio, viviendo en una zona más céntrica que le facilitase un trabajo...

Al fallecer contaba con veintitrés años de edad.  Fue enterrada por los Servicios Sociales en el cementerio municipal de Detroit.  Su deceso fue debido a sobredosis de drogas, y se la halló muerta en su propio domicilio al cabo de cuatro días de su fallecimiento.  Un denunciante anónimo dio aviso a la policía que hizo acto de presencia, hallando a un niño de corta edad junto a ella.  Se le practicó autopsia.


El niño, de nombre  Christian, según él mismo informó a través de una nota, pues no tenía la facultad del habla en esos momentos,  Fue trasladado por los servicios sociales a su sede central, en espera de encontrar una casa de acogida. Posteriormente fue adoptado por el matrimonio Grey Trevelyan, con la legalidad vigente, pasando de llamarse Dickinson, el apellido de soltera de su madre, a tomar los apellidos del citado matrimonio adoptante.

Así mismo adjuntamos una carta que nos ha sido aportada por los hijos de la tal Lizzy, fallecida hace un par de meses, y que según nos indican  dejó encargado su madre nos fuera remitida por si pudiera aportar algún dato.  Al venir en sobre cerrado y dirigido a otra persona, no hemos querido abrirla.  Si ustedes al hacerlo vieran algo que aporte luz al asunto que tenemos, les rogamos nos lo hagan saber a la mayor brevedad posible.

Eso es todo lo que hemos podido conocer al día de la fecha..  Si acaso se encontrara otra fuente que aportara más datos, se lo comunicaríamos de inmediato.

                                  Suyo affmo.  Sheridan y Asoc. Abogados

Y volvió a sacar del sobre aquella carta escrita por su madre, poco antes de morir.  Le daba miedo porque la emoción le atenazaba la garganta y muchas veces interrumpió su lectura en el encabezamiento y la había guardado sin leer. Pero hoy si lo haría.  Desdobló el papel, y comenzó a leer.

Detroit,  19 de Marzo de 1984

Mi querida Lizzy:

Te escribo esta carta en un momento de lucidez y mientras mi hijo juega con un pequeño tren. Sé que mi vida se acorta y no sé lo que será de mi pequeño. Seguramente su destino estará en alguna casa de acogida o cualquier orfanato.. Le quiero muchísimo y lamento profundamente los errores que cometí y de los que él está sufriendo las consecuencias.  No sé qué hacer ni a quién recurrir. Si acaso algún día te localizara, entrégale esta carta y dile que le he amado mucho y que me perdone por todo el daño,  que sin querer,  le he causado. A ti te recuerdo siempre, porque siempre estuviste a mi lado.  Te doy las gracias por ello, y a mi antigua jefa en el bar.  Ambas fuisteis las únicas personas que me ayudaron  y que me demostrasteis afecto.  Os bendigo a ambas, y siempre estaréis en mi recuerdo.   Te adjunto esta foto que me hice en el Instituto, por si le vieras, al menos sepa cómo era. Adiós querida amiga   ELLA 


Grey había vuelto a leer el escueto informe encargado,  tras insistir mucho Anastasia, desde hacía  tiempo, pero hoy, al fin,   conoció el contenido de la carta de su madre moribunda. Y sacó la foto que era igual a la pinchada en su corcho juvenil y que los Grey le dieron cuando le llevaron a su casa.

  Pasó la mano por su frente para alejar tan dolorosos renglones. y volvió al día en que discutió con Anastasia por el nombre de su hija.  Sus hijos eran   pequeños.  La discusión había tenido lugar  porque ella deseaba dar  a la niña,  casi recién nacida,  el nombre de la madre biológica de Christian,

- No insistas. Mi hija no tendrá nada que ver con mi pasado
- Pero ELLA es un nombre muy bonito
- He dicho que no. Phoebe también lo es. Y se llamará Phoebe. Me toca a mi, puesto que a Teddy le pusiste tú el nombre. Y por favor dejemos ya esta conversación.
-Pero al menos, averigüemos qué es lo que pasó
- He dicho que no quiero saber nada.


Pero al día siguiente de esa conversación, encargó a Welch que hiciera ese trámite, a sabiendas de que nada se encontraría. Y Welch contactó con el prestigioso despacho de abogados y con las indagaciones que él mismo pudiera llevar a cabo. Que no fueron muchas por escasez de datos.

Pasó mucho tiempo, hasta que se decidió a leer el  informe, se encerró en su estudio y allí permaneció durante horas.  Cuando salió, Ana vio que tenía los ojos enrojecidos.  Se abrazó a ella, , no hizo ningún comentario. Sólo trago saliva y dijo

- Subamos a dar las buenas noches a los niños.

Ana asintió con la cabeza. Se enlazaron por la cintura y subieron al cuarto de sus hijos. Les leyeron los cuentos hasta que  se durmieron tranquilamente.  Christian acariciaba sus cabezas viéndoles dormir tranquilos, seguros de que estaban protegidos en un hogar caliente y acogedor.  Les besó en la frente, y miró a su mujer. No hubo  palabras.  No hacían falta, ella sabía muy bien lo que esa mirada significaba. Toda la angustia y tristeza de una niñez desoladora.

Ya en su dormitorio,  y acostados, Christian la atrajo hacia sí  y como siempre enterró la cabeza ente sus cabellos, en su refugio.  Ella se volvió hacia él y acarició su rostro suavemente, y se dio cuenta de que unas pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos.

- Por favor no vuelvas a leerlo. No consigues nada torturándote No tuviste la culpa.  Fuiste tan víctima como ella; no te tortures. Creo que deberíamos ir a Detroit
-¿ A Detroit?
- Si. Iremos a las oficinas de los abogados que confeccionaron el informe y tratemos de averiguar dónde está enterrada. Únicamente de esa forma te quedarás tranquilo
- No, ni hablar
-¿ Por qué ? Mira dejamos los niños con Grace e iremos. Sólo serán pocos días. En cuanto lo averigüemos estaremos de regreso.  Creo que se lo debes. Pasaste muchos años pensando que no te quería y que tú no la querías a ella.  Es hora de que ese asunto quede zanjado.
- No seas terca Ana
- No lo seas tú. Iremos
- Ahora hace mucho frio en Detroit. No tienes ni idea como nieva.
-Bien pues así lo sabré.  Mañana mismo dejo todo arreglado en SIP para faltar unos días. Y tú haz lo mismo en tu oficina. No hay más que hablar.


Y partieron a Detroit, con un Christian remolón, pero al mismo tiempo ansioso por saber el lugar en donde reposan los restos de su madre biológica.

La nieve cubría las calles de Detroit y los coches circulaban despacio, con precaución. Dentro de un taxi iba la pareja en silencio. El con el rostro crispado, ella expectante.. Lentamente se encaminaban hacia el cementerio de la ciudad.  Habían llegado en avión hacía dos días, con el tiempo justo de hacer algunas averiguaciones y visitar una vieja tumba olvidada del mundo.  El taxi que les conducía hasta allí, les dejó no muy cerca del lugar al que se dirigían. El sepulcro estaba situado en una zona poco accesible. Pagaron la carrera, y cogidos de la mano buscaron un nombre. 
Apenas podían  leerse  las lápidas borradas por el tiempo y cubiertas por la nieve caída . Hacía muchísimo frio. Con las manos enfundadas en los guantes, apartaban la nieve  para poder ver las inscripciones. El llevaba un plano que le habían  dado en el Ayuntamiento .  Tardarían un buen rato en localizarla, pero al fin lo consiguieron.


De pie, uno junto al otro,  enlazaban sus manos para infundirse valor mutuamente.  Había conseguido llevarle hasta allí, aunque llevaba mucho tiempo intentándolo, y él , rechazándolo.  Pero ahora estaban frente a la tumba con una chapa borrosa  que simplemente decía un nombre y una fecha

                                         ELLA  /   Detroit 1984                                             
                                     
Nada más...,  escuetamente. Y esas pocas palabras se clavaban en la retina de Christian como un cuchillo. ¡ Cuánta tristeza encerrada en ellas !

El  permanecía en silencio, con la mirada fija en aquellas líneas, pensando lo que todo aquello encerraba de doloroso. Ella apoyaba su cabeza en el hombro y,  él la atrajo hacía si,  abrazándola

- Vámonos- dijo - ..  Nunca debimos venir
- Es triste, pero  teníamos que hacerlo. Ella vivió su propio infierno y es hora de que la perdones.  Ahora sabes el valor de ser padre y para ella no debió ser fácil recorrer ese camino, sola, sin tener siquiera un rincón en el que refugiarse.  No puedes ser tan cruel. Es hora de pasar página definitivamente, pero no lo conseguirás si sigues guardando en tu interior  rencor hacia ella.

Se giró hacia Ana y la abrazo.   Sin poder remediar un profundo sollozo  atenazó su garganta. Se arrodilló, sin importarle la fría nieve que había en el suelo.  Ella también lo hizo; no le dejaría solo.  El lloraba,  lloraba sin poder parar. Cubrió su cara con las manos y así permanecieron largo rato.  Cuando se calmó un poco, levantó la cabeza y miró a su mujer, con  infinita tristeza . Como suplicando..., como si ella pudiera aplacar el dolor  que sentía

-¿ Quieres que te deje solo ?  Estaré cerca por si me necesitas - dijo ella apenada 
- No, por favor. Permanece a mi lado,  porque sin tu presencia no hubiera sido capaz de estar aquí. Ni siquiera la he traído unas flores...  Seguramente nunca las habrá tenido...
- No te atormentes. Si ella pudiera verte, no la importaría. Tú eres quién importa..., tu presencia aquí. Sabía que la querías, y la cuidabas... ¡ Eras tan pequeño !

Un grito desgarrador salió de los más profundo de su garganta pronunciando su nombre;  Ella, Ella, ¿por qué ?
- Cielo, la vida te presenta,  a veces, cosas  que no puedes controlar y seguro que a ella le ocurrió algo para que su destino fuera tan solitario y tan triste. Salgamos de aquí



Tirando del brazo de su marido, le ayudó a levantarse.  Cuando ya se alejaban, él volvió la cabeza y con su mano enfundada en el guante, tiró un beso al aire en dirección a la tumba que guardaba los secretos y amarguras de ELLA.

Anduvieron el largo camino que les conduciría hasta la salida.  Iban muy juntos, como para darse calor mutuamente.  El,  la enlazó por la cintura  para que no se resbalara con la nieve, Allí tomaron un taxi que les condujo hasta el hotel. Cogerían  el avión a la mañana siguiente que les llevaría de regreso a su casa, a Seattle.  
A su llegada al hotel, en Recepción, les dieron  un sobre grande , de color marrón, que habían dejado para que les fuera entregado a su llegada..  El lo depositó encima de la cama

- ¿ No vas a  abrirlo? - le dijo ella
- No, nena.  Sé lo que dice,  y no me encuentro con ánimo de hacerlo ahora. Ya lo abriré.

La visita al cementerio, había sensibilizado al matrimonio.  El estaba pensativo y,  ella no sabía cómo hacer para levantar su ánimo.  Las calles no estaban en situación de pasear, no obstante le prepuso, para pasar las horas, acudir a unos grandes almacenes a comprar algún regalo para los niños. El aceptó. Necesitaba distraer sus pensamientos.

Tomaron el avión al día siguiente rumbo a Seattle. Antes había dejado encargado a los abogados pusieran una lápida de mármol blanco de la mejor calidad y una inscripción en la que se leyera su nombre y apellido,     así como las fechas de nacimiento y defunción.
                                       
                                                   ELLA DICKINSON
                                                 
                                                   Detroit *1961  -  + 1984

 Después en la mejor floristería de Detroit, dejó encargado que nunca faltasen  flores en su tumba, dejando los datos a donde deberían hacer el cargo de su pedido.  No volvería a tener la tierra seca ó mojada sobre sus huesos.  Merecía una buena sepultura, y su hijo se la dio.


Autora: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de E L James, Cincuenta sombras de Grey
Editada:  Noviembre de 2016
Ilustraciones: Internet / Cincuenta sombras de Grey
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

lunes, 28 de diciembre de 2020

Anastasia - Capítulo 13 - Katamarán

Ha confesado que me quiere, y eso es algo, que aunque presentido, he  deseado escuchar de sus labios. "Si, te quiero".  Esas simples palabras han roto el dique de mi timidez; soy suya y él mio, tan sencillo como eso. Y siento correr la felicidad por mis venas, por toda yo, porque se lo he escuchado  de sus labios, no de los de Elena, sino de Christian, y había tanta ternura en sus ojos que aún me emociona recordarlo.

Ha sacado del maletín un gueso jersey.  Es muy temprano. ¿ Donde va a llevarme ? Dice que al lugar al que nos dirigimos estaré segura.  Nunca dice "estaremos", sino "estarás", y eso es una constante preocupación en él: mantenerme a salvo, siempre.  Y a pesar de todas las incidencias de esta madrugada, me siento total y absolutamente segura a su lado.  Soy feliz, libre de preocupaciones, al menos, las olvido, aunque sea por unas horas.  Miro su cara y le veo feliz y tranquilo, aunque pienso que en su interior otra cosa es lo que siente.

No tengo ni idea por dónde y a dónde vamos. " Es una sorpresa", me dice,. Toma un desvío que nos lleva hasta un concesionario de coches, y sigo sin saber nada.  " Primero haremos una parada", me dice.

- Hay que comprarte un coche
- Pero a me gustaba el mio.  Pueden arreglarlo
- No es coche para tí - es todo lo que me responde.


No puedo llevarle la contraria, me es imposible, porque noto que está disfrutando, relajado y contento. Habla con el vendedor de la técnica del coche, algo de lo que no tengo idea, y me da a elegir el color.  Nos decidimos por el blanco .  Un SAAB, blanco, ultra moderno, deportivo y carísimo. Me dice que es de los más seguros que fabrican.  De nuevo su preocupación por mi.

Y volvemos a la carretera, retrocemos en el desvío, y nos incorporamos a la autovía.  Al cabo de un buen rato, hemos llegado a un lugar de la costa.  Veo a las familias sentadas en las terrazas de las cafeterías y restaurantes .  A los maridos pescando y a los niños jugando al balón en los parques destinados a ellos.  Me toma de la mano, como siempre, y me lleva a un restaurante que debe conocer muy bien.  Me presenta a su dueño y se saludan cordialmente.  Es un hombre de piel negra,  tremendamente atractivo, fuerte y atlético como suelen ser los de su raza.  Lleva un brillante en una de sus orejas y me sonrie amablemente.

Vamos a comer aquí, y muy sutilmente, Christian me da a elegir, pero al desconocer qué tipo de comida hacen, con disimulo me informa, y aunque soy yo la que doy la demanda, ha sido él en realidad quién ha seleccionado el menú.  Pero no me importa.  Estamos juntos y me quiere

Vamos dando un paseo por el muelle.  Hace un día precioso, al menos lo siento así.  Me fijo en los barcos que hay atracados. Son embarcaciones de recreo.  Llegamos frente a un catamarán, y allí Christian se detiene contemplándolo satisfecho.

- Este es el mío. Construido en nuestros astilleros, por los mejores ingenieros del país.  Me siento orgulloso de él.- Le miro porque no tenía ni idea de que tuviera una embarcación, y vuelvo a recordar los "intereses caros " de la entrevista.


- ¡ Es precioso Christian ¿ cómo se llama ? - Me conduce hasta la proa y allí me asombra ver el nombre de la embarcación " Grace "- ¡ Es el nombre de tu madre ! - le comento extrañada
- ¿ De qué te asombras?  Amo a mi madre; se lo debo todo
- Es que me extraña: te muestras siempre tan distante de ella...

Hacia nosotros llega desde la embarcación un muchachote fuerte y corpulento que es el encargado de conservar el catamarán.  Soy presentada como su novia y el chico sonríe complacido y me estrecha la mano con un fuerte apretón, Christian me agarra fuerte y subimos a bordo.  Me enseña todo el barco, que es una verdadera joya: precioso, grande, con un salón a todo lujo y camarotes a ambos lados. Me explica que sólo han entrado en este barco, las mujeres de su familia, y alguna damisela que Elliot haya llevado, pero que él nunca trajo a ninguna otra mujer, a ninguna.  Y al recalcar a ninguna, sé lo que me ha querido decir, y entre ellas incluyo a Mrs. Robinson.


- Así que esto también es otra primera vez - le digo irónica mientras sonrío.  Él me mira, sonríe y me besa ligeramente.  Me enseña el camarote principal y de una especie de arcón saca un salvavidas que me coloca.. Le digo que no es necesario, no hay oleajes ni peligro de naufragio.  Él me responde  "por si acaso", y yo me río abiertamente.

- Vayamos a cubierta. Vamos a partir.  Iremos bordeando la costa; toda ella es preciosa y quiero que lo contemples junto a mi.  Quién sabe si algún día navegaremos solos tu y yo.


Es una gozada.  El aire nos da de lleno en el rostro, salpicado con algunas gotas de agua y el sol lo inunda todo. Christian me coloca en el timón y tomando mis manos, hace que sienta la potencia en las mías y que sienta la satisfacción de navegar llevando el barco ayudada por él, naturalmente.  Me indica cómo he de mantenerlo, mientras ellos izan una vela espectacular de un color rojo vivo, que me recuerda otros lugares del Escala. Y surcamos las aguas raudos, veloces, admirando el paisaje increíble que lo bordea, con unas casas casi palacios y me dice que siempre deseo tener una casa allí.  Me besa en la mejilla y yo río como una chiquilla rotunda y absolutamente enamorada de él.


Disminuimos la velocidad  y observo que llegamos a una cala preciosa.  Nuestro único tripulante se dispone bajar a tierra y creo que nosotros haremos lo mismo, pero no es así.  Me lleva hasta el camarote y allí hace que me quite la ropa, y él hace lo mismo.  Sé lo que va a venir a continuación, pero la timidez ha desaparecido  y no me importa mostrarme desnuda ante él.  No trato de taparme como hacía antes, y pienso que probablemente es por la confesión de esta mañana: somos amantes, nos amamos sin restricciones y creo que dentro de unos momentos es lo que va a suceder.


Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras más oscuras
Editado: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Anastasia - Capítulo 11 - Sucesos en la noche

Estoy rendida.  Los pies me duelen mortalmente debido a los altos tacones de mis zapatos de primerísima marca, pero me matan. Al estar sentados Christian me entrega una carta que a su vez dejaron a Sawyer para que me fuera entregada. No sé de quién y para qué es.  La guardo en mi bolso y reclino mi cabeza en el hombro de Christian.  Comentamos el resultado de la fiesta y de los maravillosos que han sido los fuegos artificiales.  Me alegra haber sido tan bien recibida por sus padres, y me emplazan a que vaya otro día, en que más tranquilamente nos sentemos, la familia, a comer una de las barbacoas que Carrick prepara , y yo acepto.


Al fin el sueño me rinde y me duermo bajo la atenta mirada de Christian, que acaricia los nudillos de mi mano con su pulgar. Esos deliciosos masajes en mis dedos, me relajan, me gustan y me hacen sentir segura porque él cuida de mi.  Un beso dulce, me despierta: hemos llegado a casa.  Taylor le pasa a Christian una comunicación que ha recibido.  Medio adormilada observo que el gesto de Christian se ha crispado. Aparcamos el coche, pero no me deja salir de él;  veo venir a Sawyer en nuestra dirección, y que habla algo con Christian.  ¿ Qué ocurre?, le pregunto y me dice que no es nada importante.  Me ayuda a bajar, y trata de distraerme ¿ de qué ?.  Pero lejos de hacerlo, hace que me fije más en lo que nos rodea, y al pasar cerca del lugar en donde está aparcado mi coche, me suelto de su brazo y me dirijo hacia él.  Mis ojos no dan crédito a lo que veo: sus ruedas  desgarradas y el capó totalmente manchado de pintura blanca. ¡ Mi coche!, exclamo a la vez que Christian me toma de los hombros y me aleja de allí

- ¿ Pero por qué han hecho eso? ¿ A qué viene ese ataque ?


Nadie dice nada, nadie comenta nada.  Yo miro a Christian buscando en su rostro alguna explicación plausible, pero está hermético y con las mandíbulas apretadas.  Mejor no comentar nada.  Inmediatamente me introduce en el ascensor y vamos acompañados por Sawyer, y su rostro no va más tranquilo que el nuestro.  Cuando estamos llegando,, observo que de sus orejas cuelgan unos cordones negros que se introducen en un bolsillo de su chaqueta: son unos auriculares.




  Posiblemente los lleve desde hace tiempo, pero creí que era algo normal en alguien que ejerce como seguridad.

  Se gira dándonos la espalda, y  compruebo que habla con alguien en voz muy baja.  Christian no le pierde de vista: está preocupado.

Las puertas se abren y me dispongo a salir, cuando Sawyer nos impide la salir y le dice a Christian que esperemos, que Taylor se reunirá con nosotros en un momento.  Cada vez más alarmados, Christian le obliga a abrir la puerta del apartamento.  Me aferro a la manga de su traje para impedir que se vaya, pero él me quita las manos y desaparece en el interior.  Quiero ir tras él, pero el guardaespaldas me lo impide siguiendo las órdenes de Christian.  Algo grave está pasando y yo quiero saberlo.  Christian está en peligro y  no puedo permanecer quieta. Mis oídos se agudizan tratando de escuchar algún sonido extraño, fuera de lo normal, pero no escucho nada.  De repente vuelve a abrirse la puerta y ante mí está Christian sano y salvo.  Suspiro con alivio y casi me desmayo por la ansiedad.  Me toma por la cintura y me conduce hacia el dormitorio.

- Enseguida vuelvo- me dice.



Estoy tan cansada, tan rendida que no tengo fuerzas para ir hasta mi dormitorio para recoger mi ropa.    Del vestidor de Christian tomo una camiseta y me meto en la cama.  Debí quedarme dormida al instante, pero quizá un sueño extraño, o algo hace que me despierte brevemente.  Paseo mi brazo por la cama y no encuentro el cuerpo de Christian, pero a los pies, hay algo difuso, que permanece quieto, sin decir nada.  No sé lo que es, si es producto de mi sueño o en verdad es alguien que está observándome.  Me giro para dar la luz y cuando vuelvo a mi posición, ha desaparecido.  Vuelvo a tumbarme y decido que ha sido fruto de mi sueño.  Me he desvelado y miro el reloj : ya es madrugada y Christian aún no se ha acostado.

 Decididamente algo grave está pasando.  Salto de la cama y decido ir en su búsqueda.  Todo esta a oscuras, tan sólo una lámpara alumbra el salón.  Christian está sentado frente al piano, pero no interpreta nada, sino que mira al frente:  tiene sus manos en el teclado. No sé si es que va a tocar alguna pieza o que termina de hacerlo.  Me acerco lentamente para no distraerle, pero él se percata de mi presencia.  Me tiende un brazo y yo tomo su mano.  Me acurruco entre sus brazos mimosa;  tiene el gesto contraído y yo deseo calmarle.

Le pido volver a la cama, y accede.  Me dice que también está cansado, y a mi pregunta  por lo ocurrido, abiertamente me dice que es una exageración extrema de Taylor, que deseaba asegurarse de que no habían entrado en el apartamento

- ¡ Pero si esto es una fortaleza ! - le digo yo a modo de broma. Él quita importancia al asunto y me toma en brazos para llevarme de vuelta a la cama.  Al entrar en la habitación, ambos a un tiempo, notamos la baja temperatura existente en la habitación.  Nos miramos sin comprender bien a qué es debido, y Christian dirige su mirada hacia el balcón que está abierto

-¿ Lo has abierto tú? - me pregunta.-  Le digo que no, segura de ello. Y a continuación le relato la extraña visión que tuve al despertarme.  A Christian le cambia el color de la cara, e inmediatamente llama a Taylor y le dice:

- Está aquí ...


Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Editado:  Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

jueves, 24 de diciembre de 2020

Los Grey - Capitulo 17 - Los Idus desatados

Anastasia tenía el rostro lívido, pero aún más estaba el de Christian. Sólo había una explicación: Elena.  ¿Cómo había tenido semejante descuido, o fue intencionado?.  Ahora si que era el momento de contar a Ana toda la verdad, y de esta manera hacerle ver que él era inocente, que no había cometido ninguna infidelidad, sino una obra de caridad.  Su único error no habérselo dicho a su mujer antes, aceptando las consecuencias , y que pensándolo más friamente no debió proceder de esa manera tan generosa, quizá demasiado generosa. Ya no tenía ninguna cuenta que saldar con ella.

Ahora sería muy difícil hacer ver a su mujer  que no había habido nada entre Elena y él, sino simplemente hacerla ese favor.  Luego estaba también su mentira sobre los dos días de tardanza en regresar; habían sido para realizar las gestiones.  Estaba metido en un barrizal difícil de salir. Miraba la cara de Ana.  Ninguno de los dos hablaba, pero fue ella la que rompió el silencio


- Creo que tienes que decir algo ¿ no ?. O no, mejor no digas nada; está todo muy claro. Nunca, nunca, hubiera imaginado ésto. Pero es tanta la rabia, la pena y el desengaño sufrido, que no deseo que me digas nada. Esta prenda habla por si sola
-Ana, escúchame.  No hay nada de lo que imaginas, y todo tiene una explicación. No me he acostado con ninguna mujer. Se que debí decírtelo hace tiempo, cuando ocurrió todo, ese es mi error, mi gran error. No te dije nada, precisamente por lo que está ocurriendo ahora, pero ha llegado el momento de explicártelo todo
- No quiero más explicaciones, ni saber nada más Christian. Durante todo el tiempo, desde que nos conocimos, te he estado dando treguas y admitiendo todo porque ocurrió en una época en que no nos habíamos conocido.  Pero esto... Ya no tengo fuerzas para seguir cargando con tu "mochila", ya no.  Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso
- Pero tienes que escucharme. Todo tiene una explicación, por favor escúchala y luego castígame con tu desprecio si así lo crees, pero antes deja que te cuente todo. Nunca te he mentido y lo sabes
- Muy bien.  Te escucho.
- Cuando terminé mi reunión con el canadiense, al pasar por la cafetería, escuché que alguien estaba tocando el piano. Decidí que bien podía tomarme una copa, mientas lo escuchaba.  Y así lo hice. Alguien se presentó frente a mi, alguien a la que nunca imaginé encontrar allí. Era Elena.
- No quiero saber más- Ana se levantó de donde estaba sentada dispuesta a salir, pero él la retuvo
-No por favor, tienes que escucharme. No he tenido nada con ella sexualmente, si es lo que estás pensando. Me extrañó que estuviera allí, y me dijo que ahora vivía en Nueva York, que había vendido Esclava, pero que se había comido el dineral que la dieron, y que ahora tenía que ganarse la vida.


 -Su modo de vivir es recorrer las mesas de los señores adinerados que allí concurren.  Por unos dólares acuden a los lugares que ella conoce y que practica.  Me dio pena.  Ya no es la Elena que conocí; los años han dejado su huella, y lamenté que viviera de esa forma. Me dijo que vivía en Brooklyn en la parte humilde. La llevé a su casa a que recogiera sus cosas y la hospedé en el mismo hotel. La compré un apartamento que estaría disponible en pocos días y al yo marcharme la dije que viviera en el nuestro  hasta que estuviera disponible el suyo.. La he facilitado un modo de ganarse la vida más en consonancia a su vida anterior y la he instalado un salón de belleza.  Desea vivir en Nueva Yoirk, así que no existirá contacto alguno conmigo. Eso fue todo, por eso tarde dos días en regresar, .  La prenda..,. debió olvidarla
- O dejarla a propósito.  Mira Christian si querías hacerme daño me lo has hecho y mucho.  Ella precisamente.  He consentido con Leila, pero Elena ...rotundamente no. Me he preguntado muchas veces la razón de tu dependencia de ella, ahora he llegado a la conclusión siempre la has amado, siempre has estado enamorado de ella, y ahora, cuando la has vuelto a ver después de todos estos años, se ha despertado tu amor dormido.  Sigues protegiéndola, a pesar de la generosidad que tuviste con ella, al dejar,, supuestamente,  vuestra relación.  Ya no puedo más, esto es demasiado.  Te das cuenta de lo que has hecho la   has metido en nuestra casa, ha dormido en mi cama, con mis sábanas ¿ Crees acaso que puedo volver siquiera a este apartamento? Tenías dos caminos invitarla a una copa y despedirte. Pero  has optado por el que te dicta tu corazón: protegerla y volver a ponerla en el lugar que nunca debió abandonar.


-Pues muy bien, la que sobra soy yo, de modo que te dejo el campo libre para que hagas lo que quieras. Yo ya no cuento en tu vida. Creo que ni siquiera me lo hubieras contado, que nunca me hubiera enterado a no ser por  el descuido de sus braguitas.  Mejor  regreso a casa. Aquí no tengo nada que hacer
- Por favor Ana. Ella no es nada para mi. Nunca he sentido nada hacia ella que se parezca al amor.  Sabes muy bien la atracción que sentí, y que se acabó, incluso antes de tu aparecer en mi vida. Tu lo eres todo.  Eres el pilar de mi familia, de mi casa, de mi vida.  Siempre lo has sido. Te aseguro que no me he acostado con ella desde que era casi un adolescente.  Que la amistad que tuvimos quedó zanjada hace mucho tiempo
- No Chistian, si hubiera quedado zanjada, no hubieras hecho todo lo que me has contado. Ya no tengo fuerzas para tanto. He perdido la confianza en ti.  Necesito tomar distancia contigo, y reflexionar sobre todo esto que me has contado y que me has ocultado.
-Ana, no pensaba ocultártelo, pero el día que regrese a Seattle desde aquí, cuando iba a decírtelo, surgió lo de Teddy, decidí dejar pasar unos días, y después no encontraba el momento Es la pura verdad, créeme por favor
- No, de momento no. Necesito asimilarlo y pensar qué  voy a hacer,  Christian. Ve a buscarla y diviértete en el fin de semana.

Anastasia dio media vuelta saliendo de la habitación, dejando a Christian clavado en el suelo sin saber qué decir ni qué palabras emplear para disuadirla y hacerla comprender que todo lo hizo con la mejor buena fe. Ya en  el vestíbulo, Ana llamó a Taylor

- Taylor por favor, llévame al aeropuerto.-  Christian blanco como el papel, dijo:

-Regresamos a casa en una hora. Ya Stephan esta avisado. ¿ Podrás hacer el viaje , al menos, conmigo?- Anastasia le miró respondiendo

- Estaré en la cafetería de abajo.  Allí estaré hasta que  tengamos que salir.- Y se fue del apartamento




A la hora de partir hacia el aeropuerto, Christian fue a buscarla a la cafetería.  Ella miraba al exterior por el ventanal y no le vio llegar. Christian presenció que secaba unas lágrimas y observó que el café que había pedido, estaba intacto. Se le partía el corazón al verla sufrir, y sufrir él mismo por su torpeza  al haber hecho lo que creía una buena obra.  Debió medir los hechos, pero ahora ya no tenía remedio.  No quería ni pensar en que su matrimonio pudiera estar roto.  Trataría por todos los medios de arreglarlo, le daría tiempo.

Se sentó a su lado y tomó una de sus manos.  Ella giró la cabeza y al verle, su llanto se incrementó aun mas.  El secaba con su mano las lágrimas de ella y la  miaba con ternura, pero ella no le devolvía la mirada.  Al cabo de unos instantes, Anastasia habló:

- Te dije en una ocasión que si tu me dejabas se acabaría todo para mi.  Viviría en tinieblas, quedaría anulada, y eso precisamente acaba de ocurrir.  Te entregué los mejores años de mi vida, te entregué toda mi capacidad de amar, y sin embargo no ha sido suficiente. Buscabas algo que yo no podía darte, y al fin todo se ha cumplido.
- No, no, mi amor.  Nada  ha cambiado todo sigue igual entre nosotros. Yo te quiero más que a nada y a nadie. No he tenido nada con ella, sólo piedad.  Por favor créeme lo hice sin pensar, , es cierto, y te lo iba a decir, pero al llegar ... Mi error fue llevarla al apartamento.  Me dolió verla mendigando unos dólares, solo eso.  Ella no representa nada ni representó nada.  Por favor, créeme sólo tu, Ana, sólo tu
- Basta Christin, por favor.  Necesito reflexionar sobretodo esto. No se lo que haré, pero necesito distanciarme de ti, al menos por un tiempo

Cuando subieron al avión. ella se dirigió a la suite, la que fuera su suite nupcial.  Christian se quedó en su asiento. Lo  echó hacia atrás  y cerró los ojos. Anastasia con la cabeza hundida en la almohada, lloraba incesantemente repitiendo el nombre de su marido. Todo se había hundido. La familia que habían formado, había sido rota por ella, aunque   no hubiera intervenido. Pero estaba segura que había dejado el tanga a propósito. Era su venganza fría y cruel por haberle ganado la partida con Christian.  Todo le había salido a pedir de boca, y seguramente lo hubiera estado maquinando durante esos años. Al fin lo había conseguido. ¿ Debía darle esa satisfacción


Audioría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Editada: Noviembre de 2016
Ilustraciones:  Internet
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS