domingo, 31 de mayo de 2015

En la piel de Grey - Capítulo 21.3 ( Fans de Grey )


El encuentro de sexo sorpresivo en el escritorio ha sido maravilloso. Nuestros cuerpos, cada vez, se entienden mejor. Ahora la ayudo a incorporarse de la mesa.
No quiero que se vaya a Georgia. No es por el viaje en sí, sino porque no quiero que tenga que irse a pensar. Basta de reflexiones, deseo que confíe en mí y se entregue.
Sin embargo, repite que se irá. Parece convencida de su decisión. No me gusta que sostenga esa postura, pero no insistiré.
Se incorpora y mira hacia el costado.

—Siempre preparado —comenta en voz baja.

No sé a qué se refiere. La miro intentando entender qué es lo que quiere decir.
Ella levanta el envoltorio vacío del preservativo.
Bueno, por supuesto que siempre estoy listo para cosas como estas.

—Un hombre siempre puede tener esperanzas, Anastasia, incluso sueña, y a veces los sueños se hacen realidad—le digo un poco enigmático.

Me mira extrañada.

—Así que hacerlo en tu escritorio… ¿era un sueño? —me responde, no sé si intentando bromear.

Oh, señorita Steele, cómo puedes suponer que nunca lo he hecho en un escritorio. En algún punto, su ingenuidad me conmueve. Le sonrío. Soy un caballero, no le diré la verdad. Ana podrá descubrirla en mi silencio. Y lo hace. Me mira un poco enfadada y se mueve molesta.

—Más vale que vaya a darme una ducha—dice.

Se levanta dispuesta a salir del estudio. Trato de organizar los siguientes pasos.

—Tengo un par de llamadas más que hacer. Desayunaré contigo cuando salgas de la ducha. Creo que la señora Jones te ha lavado la ropa de ayer. Está en el armario.

Me mira perpleja. De verdad que no logro adivinar por qué, pero se ruboriza. ¿Qué estará pasando por esa cabeza?

—Gracias —se limita a responder.

Me sorprende que me dé las gracias, pero, bueno…

—No se merecen —le digo sin pensarlo demasiado.

Su expresión es una mezcla de indignación y extrañeza. Me tiene más perdido de lo acostumbrado.

—¿Qué? —le pregunto a ver si reacciona.

—¿Qué pasa? —me responde.

—¿A qué te refieres?

—Pues a que estás siendo aún más raro de lo habitual.

Mmm, ¿más raro de lo habitual? ¿Cómo debería tomar eso? Es un poco gracioso escuchar su apreciación.

—¿Te parezco raro?—le pregunto con verdadera curiosidad.

—A veces.

Estoy contento, es una buena mañana, la he follado en el escritorio de manera salvaje… Reprimo una sonrisa.

—Como de costumbre, me sorprende, señorita Steele.

—¿En qué le sorprendo?

Nuestra conversación comienza a quedarse sin sentido. Estoy perdiendo un poco de paciencia.

—Digamos que esto ha sido un regalito inesperado— le explico.

—La idea es complacernos, señor Grey—dice ella, y mueve la cabeza, tal vez, intentando ser enigmática.

—Y me complaces, desde luego. Pensaba que ibas a darte una ducha.

Me empiezo a poner nervioso.

—Sí… eh… luego te veo.

Sale del despacho hacia la ducha. ¿Qué ha sido eso? De repente me alivia estar solo. No entendía qué quería.  Llamo a Ros para proponerle algo que se me ha ocurrido sobre el prototipo. Una forma de saber si podríamos hacerlo de manera más segura. Ros cree que es una gran idea.

Evidentemente el sexo de mañana me sienta de maravillas y me inspira. Pienso en que la tarde de trabajo será larga… Y, de repente, una sensación interna, algo que vuelve a cambiar mi humor.
No quiero que Anastasia vaya a Georgia, no sé qué debería hacer exactamente. Nunca me ha pasado esto, siempre he sabido qué hacer con una mujer para conseguir lo que yo quería. Pero con Anastasia todo es diferente. Sé que insistir es peor, pero también sé que no debería dejarlo pasar. Y también sé que no debería estar pensando tanto en esto. Aunque me molesta que todavía desconfíe de mí, creo que cada vez estamos mejor. Debería enfocarme en eso. Me dirijo hacia la cocina. Allí está, de pie, con ese vestido que le queda tan sexy y un moño en la cabeza. La señora Jones revisa en la despensa para preparar el desayuno. Logro escuchar que le pregunta a Ana si le apetece comer algo.

—No, gracias—responde Anastasia.

Justo entro e intervengo:

—Pues claro que vas a comer algo. Le gustan las tortitas con huevos y beicon, señora Jones.

Ana me mira sorprendido. La señora Jones cumple mis órdenes.

—Sí, señor Grey. ¿Qué va a tomar usted, señor?

—Tortilla, por favor, y algo de fruta.

Nos miramos y Ana está nerviosa.

—Siéntate —le ordeno, y me hace caso.

Está intranquila. Mira hacia la señora Jones. Ya le he explicado mil veces que todos ellos son de mi absoluta confianza. Me concentro en lo que de verdad me interesa.

—¿Ya has comprado el billete de avión?— pregunto.

Trato de no parecer nervioso. Y lo consigo.

—No, lo compraré cuando llegue a casa, por internet.

Me apoyo en su hombro.

—¿Tienes dinero?

La pregunta la incomoda, por supuesto. Anastasia Steele, siempre tan autosuficiente…

—Sí —me dice con desgano, como diciendo “oh, qué paciencia debo tener”.

Su tono de voz me molesta. No debería hablarme así. Tiene que saber que eso podría tener sus consecuencias…



 
 

La encrucijada de Grey - Capítulo 5 - Todo como debiera ser


Desde el gran ventanal del dormitorio se divisaban las increíbles vistas,  con Seattle al fondo.  Habían llegado a casa, pero no habían ido a recoger a los niños.  Habló con sus padres:
 
- Mamá, mañana iremos a por ellos
 
- ¿ Qué tal ha ido todo, hijo?
 
- Puedes imaginarte. Deprimente, pero al fin he liberado el último resto del pasado. Me he quedado más tranquilo.
 
- Y Annie ¿ está bien?
 
- Anímicamente, no. Pero todo se reconducirá en unos días
 
- Bueno, hijo. Descansad ahora. Buenas noches. Da un beso a Annie
 
- Así lo haré mama. Di a los niños que se pongan. Necesito escucharles
 
- ¿ Teddy? Hola cielo ¿ cómo estás? ¿ has cuidado bien de Phoebe?
 
- Hola papi ¿ y mami?
 

Y así siguió hablando durante un largo rato, mientras Annie le pellizcaba suave  para que la dejara hablar a ella también.  El aguantaba las caricias de su mujer riendo. Estaba rodeado de su familia, la que ellos habían creado en un hogar pleno de amor.  Necesitaba oírles. Interiormente no se sentía en paz , pero  agradecía a su mujer que  hubiera  insistido  tanto y,  desde hacía tanto tiempo,  en ir a Detroit.  Se creía culpable por haber juzgado a su madre biológica sin conocer los motivos que la habían conducido a aniquilar su vida. Estaba en deuda con ella.  No la había ayudado . Aún tenía algo que hacer para estar en paz, si es que alguna vez lo conseguía.  Y se ocuparía de ello a la mañana siguiente.
 
Al deshacer el equipaje, Annie había dejado,  el sobre marrón que les entregara el detective, encima del mueble secreter de Chris.  Aún no se sentía con fuerzas para abrirlo.  Presentía lo que el informe reflejaba,  intuía,  que era más de lo mismo, pero tenía que averiguar si verdaderamente fue un niño abandonado ..., sin cariño..., lo que motivaría su forma de ser,  años después.  El informe había sido redactado, según la información que Lizzy, la íntima amiga de ELLA, le había facilitado.  Por ella sabrían todo lo acontecido en la vida de la madre de Christian. No quería leerlo aún, no se sentía con las fuerzas necesarias para ello.
 
 
- ¿ No vas a  abrirlo?- le dijo su mujer
 
- No, todavía no. Las cosas no van a cambiar porque lo abra un día antes o después. Ahora necesito a mi mujer, a mi refugio. Deseo me liberes de tanta angustia como llevo dentro
 
- Mi cielo,¡ si yo pudiera evitar que sintieras tanto dolor, guardado durante tantos años!
 
- Annie ¿ por qué no la ayudé? ¿ Por qué sólo me escondía ?
 
- Cariño... ¡ eras muy pequeño ! ¿ Qué podías hacer tú ? ¿ Te imaginas a Teddy defendiéndome de algo? ¡ No podías !. Por amor de Dios, cielo, desecha de una vez esos pensamientos. La querías. Te acurrucabas a su lado. No podías hacer otra cosa. No te mortifiques. No tienes culpa de nada... incluso del rencor que la has guardado durante tanto tiempo...  creo que era dolor, y sobretodo amor por tu madre.  Porque te creíste abandonado. Por eso debes leer cuanto antes ese informe. Seguro que te detalla todo lo ocurrido, a pesar de que ya nos dio un adelanto el detective.  La vida fue cruel con vosotros, eso es todo...  Por favor, mírame, mírame
 
- ¡ Oh, Annie !  Si lo pudiera borrar de mi mente...
 
- No lo hagas, aunque te duela.  No lo hagas, sólo piensa que hiciste cuanto pudiste.  Por eso ahora adoras a tus hijos, les amas más que a tu vida.  Porque vuelcas en ellos todo el amor que no pudiste dar a tu madre. Por eso amas entrañablemente a tu familia, a Grace, a Carrick, a tus hermanos, por eso me amas a mi.  Eres un pozo inagotable de amor que das a todos cuantos te rodean.  Eres un alma noble por eso todos te queremos.  Por favor, por favor...  deja de sentirte culpable.  Libérate de una vez de todo eso. 
 
El la escuchaba sin parpadear, fijamente.  Sus palabras eran un bálsamo para su alma atormentada.
Tumbados en la cama, con las manos enlazadas, guardaban silencio.  Les daba miedo abrir ese sobre que les revelaría la verdadera historia de lo ocurrido con ELLA.  Había sido una larga indagación,  por el tiempo transcurrido, y el detective encargado para ello, encontró múltiples dificultades para encontrar a alguien que la hubiera conocido.  Unos no vivían,  y otros habían cambiado de residencia sin dejar datos, hasta que dio con Lizzy.  Vivía en otro lugar, se había casado, pero se acordaba perfectamente de ELLA, y fue quién relató al detective todo cuanto aconteció a su amiga mientras vivió en el barrio.  Después cuando se marchó, ya no supo más de ella.
 
Por Lizzy,  pudo averiguar  que no quedaba nadie de la familia directa de Chris, ya que su progenitor falleció junto con sus padres en un accidente..  Todo estaba especificado en el informe, tal y como ya hemos relatado.
 
Se abrazó a Annie. Escondió su cara en el pelo de ella, y la abrazó y la besó como hacía tiempo no hacía.   Toda la angustia que guardaba en su interior fue reflejada en la forma en que la hizo el amor aquella noche: brusco, duro... desgarrado.  Le recordó otro tiempo, el tiempo en  que se conocieron
 
Ella sabía perfectamente a qué se debía aquel desgarro, sólo pedía que no volvieran las pesadillas.  No lo consiguió del todo. No fueron tan dolorosas como en el pasado, pero ahí estuvieron.
 
 
Cuando Annie se despertó, le buscó como hacía siempre, pasando su brazo sobre la almohada de Chris, pero estaba sola en la cama. El ya se había levantado.   Le buscó en la cocina por si estaba desayunando, y no lo halló.  Entonces se dirigió al estudio , y efectivamente Chris había abierto el sobre, había leído el informe, y estaba llorando
 
- Chris, amor mío ¿ qué ocurre?
 
- Annie, Annie... durante años la he insultado, la he culpado de¡ tantas cosas ! , y aquí dice que fue una víctima de una serie de desgraciadas circunstancias..¡ Dios mío !. Perdóname, madre mía, perdóname.  Me querías, pero no podías protegerme... estabas herida de muerte
 
- Chris, por favor. Ninguno tuvisteis culpa de lo que ocurrió. Ella te quiso, y tu la has querido toda tu vida, aunque no lo admitieras.  Habla con tu madre y con tu padre. Cuéntales todo, aunque ellos ya lo saben... pero sería bueno que te desahogaras
- Annie, tengo que volver a Detroit
 
-¿ Para qué vas a volver?
 
- Necesito ponerle una lápida en condiciones y contratar que la lleven flores siempre. Se lo debo, nena, se lo debo
- Está bien, volveremos.  No voy a dejarte solo. ¿ Cuándo quieres ir ?
 
- Pretendo que sea la semana próxima ¿ Podrás arreglarlo en la oficina?
 
- Claro que podré arreglarlo. Delegaré en mi ayudante. No te dejaré solo
 
 
-¡ Santo cielo, hijo,   que historia tan triste!  Sabíamos algo, pero no conocíamos cómo comenzó todo.  No te culpes de nada Chris, tu fuiste también una víctima. ¡ Cómo se pudo llegar a esa situación!...  Son múltiples circunstancias  que la llevaron a esa vida. Era una buena chica, cariñosa y te amaba, hijo.  Siempre  le reprochaste que no te cuidó, y ahora sabemos que lo hizo hasta los últimos instantes de su vida.  Desecha el rencor de tu corazón y ámala.
 
- Mamá... tú siempre serás mi madre, pero ella también. Lo estoy pasando mal, pero me he liberado del tormento de pensar en ella como a una despreciable drogadicta. Fue buena en un mundo cruel.  Ahora podrá descansar en paz.  La pondré una tumba como ella se merecía y nunca la faltarán unas flores.  No puedo hacer otra cosa.  Abrázame, mamá, abrázame
 
- Hijo, mi pequeño...
 
Christian sollozaba abrazado a Grace.  Ella le dejó llorar.  Necesitaba echar fuera toda la angustia de tanto tiempo.  Fuera, en una salita contigua, Annie y Carrick, demudados,  comentaban el informe que sostenía en la mano temblorosa.  Habían dejados solos a Grace y a Christian. Necesitaba el abrazo de su madre. Aunque no le hubiera traído al mundo, le había querido y luchado por él desde que le llevaron a vivir con ellos.  Al cabo de un rato salieron  abrazados, con signos en ambos de haber estado llorando.  Christian corrió a los brazos de su mujer, que sin poder contenerse lloraba 
 
- Ya, cielo, ya.  Todo está bien.  Me encuentro mejor. Tranquila- la repetía mientras acariciaba su cabello bajo la mirada de sus padres que sonrientes les contemplaban con cariño.
 
 
Y volaron de nuevo hasta Detroit, y allí  encargó una hermosa lápida de mármol blanco. Ordenó grabaran su nombre con su apellido, que fue localizado en el Registro Civil.  Nuevamente visitaron el cementerio y contemplaron su tumba nuevamente. Estaba cubierta de flores que nunca le faltarían por expreso deseo de su hijo.
 
Por fin Christian , encontró la paz en su vida, y las pesadillas no volvieron a aparecer jamás. Sus hijos fueron creciendo y les contaba que habían tenido otra abuelita pero que se había ido al cielo muy pronto.  La fotografía que conservaba de ELLA, la llevaba en su cartera siempre,  junto con la de sus padres adoptivos, Annie y sus hijos. Puso en un marco de plata, una foto que le entregara al detective su amiga Lizzy y que estaban juntas en alguna fiesta estudiantil.  La puso encima del piano junto con las de su familia.  Todo estaba en orden, por fin había encajado la pieza del puzzle que le faltaba.
 
Fuente:  1996rosafermu
 


 
 
 

viernes, 29 de mayo de 2015

La encrucijada de Grey - Capítulo 4º - Mami... mami


¿ Dónde está mami ? Quiero ir con mi mami...El llanto del niño conmovía al alma más dura.  Cerca de él, estaba la doctora en pediatría que se haría cargo de su tratamiento.  Además de desnutrido, estaba deshidratado.  Una tremenda tristeza y temor, albergaba en su carita infantil

- No te preocupes cariño. Aquí nadie te hará daño.  Vamos a cuidar de ti - le decía la dulce voz de la doctora

A veces era tal su desconsuelo, que no podía evitar el llanto por aquel ser inocente que sólo había recibido desatención y malos tratos.  Algunas de las heridas de su pecho, estaban infectadas, y las curas se hacían cada vez más problemáticas, porque al dolor físico, se unía que psíquico.  No permitía que nadie le tocara, y para poder realizar las curas tenían que darle un poco de calmante, y entonces medio adormilado procedían a desinfectarlas.

La doctora hacía guardia por las noches junto a la cabecera de su cama.  Entonces mientras el pequeño dormía, ella acariciaba su cabeza y con sumo cuidado, depositaba un beso en la frente.  Se le partía el corazón ver a esa criatura tan hermosa y tan desvalida.

También su marido iba a visitarles y se quedaba largo rato con ellos.  El matrimonio lo tenía muy claro:  adoptarían a ese pequeño.  No eran nuevos en el tema de la adopción.  Ya tenían a otro, pero éste no había llegado con esos problemas, sino simplemente sus padres fallecieron y fue a parar a casa de los Grey.

Grace Trevelyan y Carrick Grey, eran un matrimonio en buena posición, cariñosos y deseando tener hijos, que la Naturaleza les había negado.  Adoptaron a Elliot y estaban seguros de querer hacerlo nuevamente con aquel pequeño, que no hablaba y que fue tarea harto difícil, averiguar que su nombre era Christian.

Necesitó varios días de hospitalización hasta que su restablecimiento fue confirmado.  Entonces la doctora procedió a su vacunación de las enfermedades infantiles que en aquella época eran preceptivas.  El niño la seguía con la mirada tiernamente, y ella le dedicaba, además de su tiempo, las más dulces palabras de cariño que había sentido nunca.

Algunas noches tenía pesadillas, unas pesadillas horribles que le hacían gritar y llorar desesperadamente.  Apenas articulaba palabra.  Sólo NO y MAMI.  Por mucho que le preguntaran, no consiguieron arrancarle nada más.

A pesar de no hablar, se le notaba en la mirada que seguía a Grace con dulzura, cada vez que ella se movía por la habitación, o le ayudaba a levantarse de la cama.  Una vez estuvo más recuperado, el niño sentado en un sillón y ella en el borde de la cama, se dispuso a contarle algo muy triste, pero que el pequeño debía conocer

- Verás Christian, mami... - tragaba saliva para poder seguir.  Sabía que le causaría una tremenda pena, pero debía decírselo- , estaba muy enferma, muy malita y ... ha fallecido. Pero nunca más vas a estar solo.  Te llevaremos a casa,  cuando estés totalmente curado, y vivirás con nosotros y con Elliot.  El será tu hermano mayor, y cuidará de ti y te querrá mucho.  Esta tarde Carrick le va a traer para que os conozcáis.  ¿ Quieres vivir con nosotros, cariño ?

El niño la miraba con los ojos muy abiertos.  Comprendía perfectamente lo que le estaba contando. Su mamá había muerto y no la volvería a ver más.  Grace estaba allí, cogía su mano y acariciaba su cabello, como hacía mami.  Entonces al recordarla, los hermosos ojos grises, se le llenaban de lágrimas.  Grace hacía intentos de abrazarle.  Quería calmar su dolor, pero entonces él retrocedía, o simplemente ponía sus manitas delante, para frenar el acercamiento.  Esa actitud martirizaba a la doctora, pero comprendía que el tremendo sufrimiento que había tenido  el niño, hacía que se comportara de esa manera.

- Poco a poco, iremos avanzando.  El tiempo curará sus heridas se repetía Grace

  Pero  se equivocaba. Hubieron de pasar muchos años para que eso ocurriera, pero eso pertenece a otra historia.

Vestido con el traje nuevo que Grace le había comprado, llegó de su mano a casa del matrimonio Grey.  Elliot salió corriendo como una exhalación en busca de su hermano.  No es que le apeteciera repartir los mimos y el cariño de sus padres, pero Grace y Carrick, le habían contado su tragedia y el niño de buen corazón lo comprendió y les prometió que cuidaría de él.

Todo era nuevo para Christian.  La casa enorme, limpia y en orden. Pero lo que más  llamó su atención fueron las alfombras.  Mullidas y sin pizca de suciedad.  Recordó la verde de su antigua casa y a su mami. .Agarro fuertemente la mano de Grace y apoyó en ella su carita por la que ya corrían lágrimas.  De esa manera, Christian llegó a formar parte de la familia Grey, y le dieron junto con su apellido, todo el amor del que eran capaces de sentir.  Y  sin darse cuenta, para Grace fue el ojito derecho desde entonces, aunque amaba extraordinariamente a Elliot, pero Christian la necesitaba más.  Y todo comenzó aquel día., y conocéis el desarrollo de la infancia de Christian y su conflictiva adolescencia.  Pasado el tiempo se convirtió en un exitoso hombre de negocios, pero continuaba huérfano en sentimientos hacia las personas, excepto por sus padres y hermanos.  Para él fueron su familia siempre, y los amó, aunque no supiera expresar lo que por ellos sentía.

 Hasta que alguien, poco a poco le hizo ver que tenía gran capacidad de dar amor, aunque él siempre rehusara el hacerlo.

Fuente:  1996rosafermu




 

lunes, 25 de mayo de 2015

Ocurrió una vez / Capítulo 3 - El peor camino


- Anda, hazme ese favor. Preséntamela. Dime al menos como se llama 
 
- Su nombre es ELLA, pero aquí la llamamos Eli
 
- Bien. Llámala
 
El encargado de la barra, se dirigió a ELLA, y en voz baja la dijo:
 
- Oye, Eli, ¿ ves aquél hombre que está en el extremo? Quiere conocerte, y tiene dinerito. Así que ahí puedes sacarte una buena comisión
 
- De acuerdo, Peter.  Pero sin alternes ¿ eh?
 
- Eso ya es cuenta tuya.  Yo no desaprovecharía la ocasión
 
ELLA se dirigíó hasta donde estaba Patrick
 
- ¿ Quería verme, señor?
 
- ¿ Eres Eli? Si ese es tu nombre, pues si, quería verte
 
- Bien... Pues usted dirá
 
- Tómate una copa conmigo y charlaremos durante un ratito
 
-Perdone, no me está permitido alternar con los clientes
 
- ¿ Y cuando salgas?
 
- Lo siento, tampoco. Tengo un hijo pequeño y he de cuidarle
 
- Que lo cuide tu marido ¿ no ?
 
- No, señor. No tengo marido
 
- ¡ Vaya ! si que lo pones difícil. Está bien ¿ vas a comisión?
 
- Si señor
 
- Bueno, pues ponme una copa
 
 
Patrick acudía al local casi todos los días.  Se había encaprichado de la muchacha y no pararía hasta salir con ella.
 
Y por fin un día lo consiguió.  Fue en su día libre y lo hizo acompañada de su hijo, cosa que no agradó a Patrick, pero tendría que transigir si quería "algo" con ella.
Una tarde la propuso ir a su apartamento. Tener una cena íntima
 
- Llevamos mucho tiempo saliendo, es hora de que nos conozcamos mejor
 
- Patrick, has sido amable conmigo y con mi hijo, pero creo que no sería buena idea. No nos conocemos. No sabemos nada el uno el otro
 
- Yo sé cómo eres, no necesito saber nada. Me gustas lo sabes y pienso que podríamos vivir juntos y probar cómo nos va. Tendrías una casa, atenderías a tu hijo y nada de servir copas en ningún sitio.  Te quiero para mi solo
 
ELLA no supo qué decir.  Era una tentación, porque sabía que tarde o temprano en el bar la pedirían alternar con los clientes, y Patrick era atractivo y parecía tener gran interés con ella.
 
Aquél día cuando Chris dormía, la llevó hasta su habitación e hicieron el amor. Hasta su mente llegó el recuerdo de Stanley.  Cerró los ojos y no pensó más en él. Patrick podría proporcionarla un bienestar para ella y para su hijo. Eso era lo más importante.
 
- Toma, da una calada- la dijo Patrick al terminar
 
- Patrick, yo no fumo
 
- Pruébalo. Comprobarás lo bien que te sientes y el placer que sentirás después... cuando volvamos a hacer el amor, de nuevo
 
Y lo probó.  Y comprobó que efectivamente  sentía algo especial, como si flotara en una nube y su placer fue mayor cuando se unieron sus cuerpos. 
 
Y decidió irse a vivir con él y dejar el bar. 
 
Durante un tiempo, todo fue muy bien. Patrick parecía amarla, sobre todo al regreso de sus ausencias de casa,  cada vez más prolongadas.  Ella se mostraba cariñosa y él cada vez le pedía más... más afecto, más sexo.. y más novedades... Y para todo ello siempre le daba ese cigarrillo especial con el que conseguía todo lo que el hombre la exigía.  Pero cada vez deseaba "fumar" con más frecuencia, y entonces Patrick la propuso "algo" más efectivo.  Así comenzaron las inyecciones "estimulantes".  Cuando Patrick no estaba en casa, se pasaba el tiempo durmiendo, mientras el niño lloraba al no recibir su alimentación en horario que le correspondía.
 
 Patrick se fue distanciando y cada vez espaciaba más sus visitas. Ella no era atractiva para él. No era participativa como antes, y poco a poco dejó de acudir a esa casa que había compartido con ella.  Pero los gastos se acumulaban y no tenía ingresos. Cada vez su cuerpo la pedía algo más  y decidió, volver  de nuevo al bar por si volvían a admitirla.  Su aspecto físico se había deteriorado y las condiciones de su trabajo habían sido modificadas: tendría que alternar con los clientes.  No tenía otra alternativa, así que decidió transigir con esa cláusula de su contrato.
 
Comenzó a alternar y a necesitar más ingresos para las necesidades del niño, y las suyas propias, y se prostituyó.  Solía tener algún cliente fijo, pero había uno que la solicitaba tres veces por semana, pero la pagaba lo justo, y el resto se lo compensaba de otra manera,  cumpliendo con las necesidades de droga que su organismo reclamaba.
 
Cuando estaba despierta, jugaba con el niño. El era el encargado de secarla el cabello cuando se lavaba la cabeza, y después cepillaba su melena oscura. Se sentaban en una silla y así podían pasar largo rato, hasta que  necesitaba tomar su dosis. Entonces Chris sabía que su mamá necesitaba dormir para luego ir a trabajar.  Se tumbaba a su lado y esperaba a que ella se despabilara.
  
Algunas veces venía el Hombre Bruto que la despertaba  agitándola bruscamente  o la metía en la ducha con agua fría para que se despabilara.  Chris salía en su defensa, pero a cambio recibía una patada, ó cuando no,  un par de latigazos con el cinturón de ese hombre.  Después ,  se echaba encima de su madre y emitía unos ruidos extraños que a él le asustaban,  y el niño,  se metía debajo de la cama.
  
Mientras el Hombre Bruto dormía en la cama de su mamá, el niño salía de su escondite y entonces mamá le daba algo de comer.  Algunas veces  se despertaba de malhumor y pegaba a su madre. El niño lloraba y le daba patadas,. A menudo se quitaba el cigarro de la boca y lo arrimaba a su pecho y allí lo apagaba ante los gritos del niño y la indiferencia de la madre.
   
El Hombre Bruto entraba y salía de casa cada vez que quería, y los insultos y las palizas eran cada vez más frecuentes.  Cuando se iba, ELLA lloraba sin parar, y Chris se acercaba  y acariciaba su hermoso cabello. Hacía que se tumbara en la cama y durmiera.
 
-Chris, cariño, cuando me levante haremos un pastel¿vale?
 
- Si mami, de chocolate
 
- Muy bien. Lo haremos de chocolate, y pondremos cuatro velitas. Mañana es tu cumpleaños. Mi hombrecito, ya tiene cuatro
 
- Mami ¿ y podremos ir a comer una hamburguesa?
 
-Si cariño, iremos
  
Después se quedaba dormida. Cuando se despertaba al cabo de unas horas., en las que el niño se entretenía con cualquier juguete, sentaba a Chris en la mesa de la cocina y amasaban el bizcocho para el pastel.  Su madre le untaba de harina la punta de la nariz y ambos reían felices, hasta que cualquier ruido les sobresaltaba y entonces el niño desaparecía de la cocina. Había llegado el Hombre Bruto. Cogía a su madre de un brazo de mala manera y la arrastraba hasta el dormitorio.
 
La mañana del cumpleaños del niño, salieron muy pronto de casa por si iba el Hombre Bruto que no les pillara allí. Irían a comer una hamburguesa, y ese día no dormiría.
 
- Mami, no ¿tienes sueño?
 
- Si Chris, mucho, pero hoy es tu cumpleaños y vamos a celebrarlo.
 
Deambularon todo el día por las calles y en los parques.  No irían a casa, en ese día tan especial, hasta que no se hiciera de noche para no verle.  Rendidos de tanto andar, se encaminaron a casa.  Cuando llegaron el Hombre Bruto les estaba esperando.
 
Apartó de un empujón al niño, y la madre se avalanzó sobre él para evitar que le pegara, pero su furia se acrecentó.  Se quitó el cinturón y la emprendió a latigazos con los dos.  Cuando se cansó llevó a la madre al dormitorio y la poseyó brutalmente, y cuando ella no le complacía la dedicaba una serie de bofetadas.  Después saciado de la posesión se sentaba en el salón, en donde el niño asustado no se atrevía a moverse. Le llamaba para que acudiera a su lado. Chris por temor acudía y allí le desabrochaba la camisita y apagaba su cigarrillo de nuevo en el pechito infantil.
 
A la semana de haber sido su cumpleaños, Chris se rebulló en la cama.  mami tenía frio. Estaba destapada y no se movía.  Se levantó y subió la manta para arroparla y el niño se arrebujó junto a ella para darse calor mutuamente
 
- Mami, tengo hambre y frio. Despiértate, quiero desayunar
 
Pero la madre no se movió, se levantó y comprobó que no había nada en la nevera, ni siquiera un vaso de leche.  Decidió esperar, y esperó, y  esperó...hasta quedarse dormido al lado de la cama en donde su madre permanecía.  Un brazo la colgaba fuera , y suavemente rozó los dedos rígidos y frios, muy frios
 
- Mami tengo hambre-sollozaba
  
Se despertó bruscamente cuando oyó un ruido en el salón: el Hombre Bruto había llegado.  Se metió rápidamente debajo de la cama. Si le viera le volvería a pegar o a pagar la lumbre en su pecho.  Se hizo un ovillo " así no me verá", pensó
 
- Eh, puta., despierta y tráeme una cerveza. ¿ Has oído ?
 
Pero seguía sin moverse,  en la misma posición. La dio un empujón y comprobó su frialdad y la rigidez de su cuerpo.  Miró  su  rostro que aún guardaba las señales de la última paliza y con un gesto de asco, salió dando un portazo.
 
Chris esperó durante largo rato, por si volvía y por cansancio e inanición se quedó dormido debajo de la cama.  Sonidos de ambulancias y de policía.  Le llevaron a los servicios sociales y a su mama no sabía a dónde. ELLA, fue llevada al Instituto Forense  y allí le practicaron la autopsia. Diagnóstico:  muerte por sobredosis
 
En un furgón fue llevado su cuerpo hasta el cementerio de la ciudad, y en una tumba solitaria fue depositado su cuerpo. Nadie la acompañó. Nadie salvo su pequeño hijo, lloró su ausencia. La parroquia a la que pertenecía, la hizo una placa en la que podía leerse:
                                                      ELLA nació en Detroit en 1965
                                                       Falleció en Detroit en 1983
 
 
Fuente:  1996rosafermu
 
 
 

Ocurrió una vez / Capítulo 2 - Estoy embarazada

Cada fin de semana , acudían al motel a liberar su amor. Estaban tranquilos, Stanley era precavido. No había peligro.

Los meses fueron pasando, y se acercaba el final del curso.  La familia de Stanley irían de vacaciones a California, en donde tenían familia. Ella, sin embargo se quedaría en Detroit. Se buscaría un trabajo durante el verano para ayudar en casa.

Ambos estaban tristes ante la inminente separación. Stanley había tenido una buena bronca en casa: no quería irse, pero el padre, enérgicamente, había impuesto su criterio.

- Mamá ¿ podrías arreglarme algún vestido que sirviera para la fiesta de fin de curso?

-¿ De dónde voy a sacar el tiempo ? Hazlo tú, yo no puedo. Con la falda negra y una blusa, irás bien.
 Todo el mundo sabe que somos pobres y no podemos hacer el gasto de un vestido nuevo

- Está bien , mamá, no te preocupes.

Se dirigió a casa  de su amiga Lizzy,  a ver si ella pudiera prestarle algo

- Ven, vamos a mi cuarto. Algo encontraremos

Y llegó el tan ansiado día de la fiesta de fin de curso. Y llevó el vestido que la prestó su amiga Lizzy. Y su madre la dio permiso pasa que fuera más tarde... Era un día perfecto

- Estás preciosa, nena- la decía Stanley

El llevaba un traje oscuro y pajarita, muy elegante. Para ELLA era el chico más guapo del mundo.  Acudieron juntos al baile, bailaron sin parar, y a escondidas, él llevó una petaca de whisky, que bebían cuando nadie les observaba.

- Vámonos- la dijo tirando de ella

-¿Dónde vamos?

- Vamos al motel. No me apetece bailar más. Quiero estar contigo. Dentro de tres días nos iremos y vamos a estar mucho tiempo sin vernos. Yo te quiero y,  te necesito

- Stanley, no podemos irnos, es la fiesta de fin de curso

-Podemos hacer lo que queramos, y yo estoy harto de esta musiquilla de críos

- Pero es que¡ somos unos críos!- dijo la chica

- Yo no. Dentro de dos meses cumplo los dieciocho.  Seré mayor de edad.

La hizo una caricia en la mejilla, la besó en los labios y en unos minutos estaban camino del motel.  El alcohol ingerido, las hormonas juveniles, y su propio amor hizo todo lo demás.

- ¡ Mierda !, exclama Stanley

- ¿ Qué pasa, qué ocurre ?- dice alarmada

- No he traído preservativo

-¡ Stanley ! ¡ cómo has podido olvidarlo !

- Lo dejé encima de la cama cuando me mudé de ropa, y luego no me acordé de volverlo a coger.  No te preocupes, nena, , por una vez no pasa nada. Es muy difícil quedarse embarazada de una sola vez

Y se amaron desaforadamente durante toda la noche. Les despertó las primeras luces del día. Caminaban abrazados hasta llegar a su casa.  Rezaba en su interior para que su madre estuviese aún dormida.  Era la última vez que iban a estar juntos en mucho tiempo.

Stanley partió con su familia rumbo a California y ELLA solicitó trabajar en el bar de carretera que había cerca de su casa para ayudar en la economía familiar.  Tendría el turno desde las dos de la tarde hasta las diez de la noche. De momento no la daban un gran sueldo, pero ayudaba a que el hogar funcionara mejor.

- Lizzy, estoy asustada. La regla no me ha bajado todavía. Dios mío no quiero ni pensarlo

- ¿ Cuánto retraso tienes?

- Más de diez días. Nunca me ha ocurrido esto. Estoy muerta de miedo. ¿ Qué puedo hacer?

- De momento compraremos un Predictor, y con arreglo a lo que veamos, pensaremos en algo.

Pero no tuvieron que pensar. Dio positivo.

- No puedo decírselo a mi madre. Me matará. Y Stanley no vendrá hasta últimos de Agosto o primeros de Septiembre. Lizzy ¿ qué voy hacer?

- ¿ Has pensado en... bueno... ya sabes?

- ¡Nooo !

- ¿ Vas a tenerlo, entonces?

- Quiero tenerlo. Estoy segura que él me ayudará. Me quiere y no me dejará sola.

- Ël te quiere, pero ¿ su familia?.  Habéis sido muy inconscientes, debíais haberlo previsto

- Y lo hacíamos, menos esa noche que se le olvidó el condón

- ¡ Vaya, qué casualidad!

- Me dijo que por una vez no pasaba nada. Que se necesitaban más veces para quedarte encinta

- Es muy listo tu novio, y tu una tonta de remate. ¿ Te tragaste ese cuento? Hija mía sólo se necesitan cinco minutos y un hombre. Nada más

- Lizzy, no me digas eso, por favor

- Bueno anda. Vamos a la farmacia y después... tendrás que ir al médico... decidas lo que decidas.

Y decidió seguir adelante, pero no encontraba el momento de decírselo a su madre. Le aterrorizaba ese momento.  esperaría a que regresase Stanley.  Pero él se retrasaba, tanto... , que decidió quedarse a vivir en California con sus parientes.  Le gustaba más ese clima que el frio de Detroit.  Las chicas en biquini,  en la playa... y poco a poco se fue olvidando de ELLA.

Su cuerpo iba cambiando y hasta su madre notó que estaba un poco más rellenita.  Una mañana escuchó que estaba devolviendo y entonces algo le avisó de que las náuseas y el ensanchamiento de las caderas de su hija, sólo podía deberse a una cosa: estaba embarazada.  Aguardó a que saliera del wáter y sentada en una silla, la ordenó que hiciera lo mismo

- ¿ Qué has hecho, desgraciada?

- ¿ A qué viene eso, mamá?

- ¿ Crees que soy tonta? Vas a tener un niño ¿ verdad? ¿ Sabes al menos de quién es?

- ¡ Mamá !- estaba sin sangre en las venas. Su madre reaccionaba como había pensado

- ¿ Eh ? ¿ De quién es? ¿del niño rico ese ? Te lo avisé que en cuanto te hubiera sacado lo que quería, te daría la patada ¿ Dónde está ahora?

- Está fuera. Vendrá a finales de verano

- ¿ Y su familia ? Iremos hablar con ellos. Por amor de Dios, eres una niña. Si se desentienden, les pondremos una demanda por abuso de menor

- Mamá, no abusó de mi. Yo me entregué a él porque le amo con todas mis fuerzas, y voy a tener este niño porque es de él.  No me dejará sola en esto. No tendrás que preocuparte. Seguro que busca trabajo y en cuanto podamos nos casamos

- Sigue durmiendo de ese lado. Ya le has visto el pelo, y si no , al tiempo. Ahora te digo una cosa...   Tendrás que ponerte a trabajar y un lugar donde vivir con tu hijo, porque aquí yo no quiero putas

- Mamá...-decía llorando- no soy ninguna puta. Sólo he estado con él... Por favor, no puedes echarme a la calle. Trabajaré,  haré lo que sea, el bebé no te molestará, pero por favor... no tengo donde ir

- Pero no te importó entregarte a un hombre. Así que si has sido mayor para una cosa, serás mayor para todo. Tú verás lo que haces: o te deshaces de él o te vas de aquí.

Habló con el dueño de la cafetería y le pidió aumentase su turno de trabajo. Tal y como se lo había planteado su madre, pronto tendría que irse de casa.  Su madre había fracasado en su vida y estaba amargada y notaba que no la tenía mucho cariño.  Decidió hacer frente a la situación, pero no se desharía del niño.

 La mujer del dueño del bar, notaba algo raro en la chica y una mañana decidió hablar con ella

- ELLA ¿ qué te ocurre? ¿ estás bien?

-Mary...  tengo un problema

- Creo que lo imagino ¿ es relacionado con el chico con quién salías?

- Si
- ¡ Por Dios, ELLA! ¿ Y él?

-Esta fuera. Se lo diré cuando venga

- ¿ Has ido al médico?¿ de cuánto estás?

- De dos meses

- ¡ Eres una cría !

- Voy a cumplir los diecisiete dentro de unos días

- ¡ Diecisiete ! Tienes edad para jugar con muñecos, pero no de carne y hueso. ¿ Se lo has dicho a tu madre?

- Si y tengo que irme de casa. No me quiere ni a mi,  ni al bebe. Por eso quiero trabajar más horas. Quiero ahorrar dinero, sé que tendré muchos gastos

-¡ Hija mía ! ¡ Si qué tienes un problema !

Y trabajó duramente. . Y supo que Stanley decidió ir a la universidad en California y no regresar  a Detroit. ¿ Cómo podría hablar con él ?  Decidió hablar con sus padres,  con cualquier excusa para que la facilitaran al menos un teléfono,  para decírselo

- Soy una compañera de Stanley del instituto. Se llevó unos apuntes y los necesito  ¿Podrían darme algún teléfono para hablar con él ?- le dijo a la sirvienta que la atendió

- Claro, pasa .  Voy a buscarlo

Y miraba el número escrito en el papel. Estaba segura que en cuanto lo supiera Stanley regresaría a su lado.  Guardando la diferencia horaria, esperó el momento oportuno para llamarle

- Por favor, ¿está Stanley?

- Creo que si, que anda por el jardín ¿ quién le llama?

- Dígale que soy ELLA- y esperó un rato hasta que al fin alguien la contestó

- ELLA. Ha salido, lo siento

- No importa.  Le llamaré más tarde. Gracias-. Y le llamó hasta tres veces, sin que Stanley se pusiera al teléfono.

 Mary sentía compasión por la chica. La veía tan desamparada... Afeaba el proceder de la madre que la había dejado abandonada. Le acomodó un cuartito al lado de la gasolinera y allí se refugió.

Una mañana mientras trabajaba en la cafetería, alguien dio la terrible noticia : Stanley junto con sus padres, habían sufrido un terrible accidente en California, despeñándose el coche por una de las colinas y falleciendo los tres en el acto.  La bandeja se le cayó de las manos ahogando un grito que hizo que todos los presentes volvieran la cabeza hasta ella.  Pálida como una muerta, sacó fuerzas y se aproximó a la persona que dio la noticia

- ¿ Qué es lo que ha dicho?

- Que han tenido un accidente y se han matado

- ¿ Quién se lo ha dicho?

- Mi sobrino trabajaba para ellos. Le llamó el abogado para decirle la noticia

- ¿ Seguro, no se confunde con otras personas?

- No, claro que no

Mary salió en su ayuda y la recogió a tiempo,  antes de que cayera desmayada. Durante tres días estuvo llorando sin cesar,  en cuanto se quedaba a solas en su cuartito.


 Acudió a casa de su madre a verla, por ver si podría volver con ella.  La encontró enfermiza, y llevaba unos días sin poder trabajar.   El médico estaba con ella. Llamó aparte a ELLA y la dijo

- ELLA, tu madre está muy mal.  No creo que viva mucho

A primeros de Diciembre de ese mismo año, moría y ELLA, embarazada de  más de cinco meses, fue detrás del coche fúnebre sin más compañía que su amiga Lizzy y su jefa Mary. 

Fue un entierro triste. Los servicios sociales cubrieron los gastos.  Pero  ELLA lloró también la muerte de su madre, a pesar de que no fue buena con su hija.  Pero la joven tenía un noble corazón.

 Todas las fuerzas las depositó en aquel ser que crecía dentro de ella y que era lo más sagrado que le había dejado Stanley. Absolutamente sola se había quedado para enfrentarse al nacimiento de aquel niño. 

Pensó mudarse a casa de su madre, pero al no trabajar, debía el alquiler y el casero quería vender la mísera casa,  y por tanto había de abandonarla.  Seguiría viviendo en aquel cuarto que la buena de Mary le había dejado.

Y llegó la hora... Y dio a luz en un ambulatorio de caridad que había instalado el médico en la pobre barriada

- ¡Ha sido niño, ELLA!- la dijeron su amiga Lizzy y Mary- ¡ Es precioso !

Apretaba al bebe contra su pecho.  Era lo único que tenía y por él lucharía para sacarle adelante.  Siguió trabajando en el bar.  Seguía siendo bonita y muy joven, aunque las necesidades la habían madurado y parecía mayor de lo que en realidad  era.

 
No se cuidaba lo suficiente.  El niño necesitaba pañales, revisiones médicas, alimentación... y ella ganaba poco a pesar de trabajar todo lo que podía.  En el registro le inscribió como Christian y era la alegría de su pobre, solitaria y triste vida.

Chris comenzaba a dar sus primeros pasos, necesitaba a alguien que cuidara de él mientras trabajaba. No paraba quieto y ella en el bar no podía estar al tanto.  Debía tomar alguna resolución, procurar que el niño tuviera una vida mejor. 

Una mañana el pequeño amaneció con fiebre. Llamó al médico y le dijo que tenía bronquitis: un gasto extraordinario para su pobre economía.  Pidió un adelanto de su sueldo, a sabiendas que les faltaría para acabar el mes, pero lo importante era que Chris se pusiera bien.  Tenía que comprar papilla para el niño y no tenía dinero. Habló con Mary y le dijo lo que la pasaba

- ELLA, no puedes seguir así.  Cada vez pides más adelantos y cada vez tienes para menos.  Nosotros no podemos pagarte más. Deberías buscarte otra cosa que  os permitiera vivir más cómodamente.

Y buscó trabajo, pero los tiempos no eran fáciles.  Encontró uno para servir copas en otro bar. Ganaba casi el doble que en el de Mary, porque llevaba comisión sobre la bebida que pudiera colocar a los clientes, pero también tenía que ser amable con ellos.  De momento sólo amable.  No se lo pensó dos veces.  Estaba en el centro de Detroit. Alquiló una habitación y buscó guardería para el pequeño.

Todo parecía que su vida iba encauzándose. Estaba feliz porque su hijo era feliz, y parecía que todo comenzaba a marchar bien.. 

Una tarde entró en el bar, un hombre bastante mayor que ella, aunque aún joven. Atractivo y que desde el primer momento se fijó en la chica nueva

- ¿ De dónde has sacado ese bombón?- le dijo al encargado de la barra

- Es nueva. Lleva con nosotros poco más de un mes

- Tienes que presentármela

- Patrick, no es de esas. Es una chica formal. Además tiene un niño. No creo que tengas nada que hacer

- Tú preséntamela


Fuente:  1996rosafermu











Ocurrió una vez ( Prólogo )

La nieve cubría las calles de Detroit y los coches circulaban despacio, con precaución. Dentro de un taxi iba una pareja en silencio. El con el rostro crispado, ella expectante.. Lentamente se encaminaban hacia el cementerio de la ciudad.  Habían llegado en avión hacía dos días, con el tiempo justo de hacer algunas averiguaciones y visitar una vieja tumba olvidada del mundo.

El taxi que les conducía hasta allí, les dejó cerca. El sepulcro estaba situado en una zona poco accesible. Pagaron la carrera, y cogidos de la mano buscaron un nombre.

Apenas podían  leerse  las lápidas borradas por el tiempo y cubiertas por la nieve caída . Hacía muchísimo frio. Con las manos enfundadas en los guantes, apartaban el hielo para poder ver las inscripciones. El llevaba un plano que le había dado el detective que había contratado para la localización de la sepultura.  Tardarían un buen rato en localizarla, pero al fin lo consiguieron.

De pie, uno junto al otro,  enlazaban sus manos para infundirse valor mutuamente.  Había conseguido llevarle hasta allí, aunque llevaba algunos años intentándolo, y él , rechazándolo.  Pero ahora estaban frente a la losa que simplemente decía un nombre y unas fechas algo borrosas.

                                                     ELLA
                                               Nacida en Detroit en 1965
                                               Fallecida en Detroit en 1987

Nada más...,  escuetamente. Averiguaron que fue enterrada por los servicios sociales, al no contar con familiares cercanos, ó  desconocidos.

El hombre permanecía en silencio, con la mirada fija en aquellas líneas, pensando lo que todo aquello encerraba de doloroso. La mujer apoyaba su cabeza en el hombro y,  él la atrajo hacía si,  abrazándola

- Vámonos- decía a la mujer.  Nunca debimos venir

- Es triste, pero  teníamos que hacerlo. Ella vivió su propio infierno y es hora de que la perdones.  Ahora sabes el valor de ser padre y para ella no debió ser fácil recorrer ese camino, sola, sin tener siquiera un rincón en el que refugiarse.  No puedes ser tan cruel. Es hora de pasar página definitivamente, pero no lo conseguirás si sigues guardando en tu interior  rencor hacia ella.

El hombre se giró hacia su mujer y,  la abrazo sin poder remediar un profundo sollozo que atenazó su garganta. Se arrodilló, sin importarle la fría nieve que había en el suelo.  Ella también lo hizo; no le dejaría solo.  El lloraba, lloraba sin poder parar. Cubrió su cara con las manos y así permanecieron largo rato.  Cuando se calmó un poco, levantó la cabeza y miró a su mujer, con  infinita tristeza . Como suplicando..., como si ella pudiera aplacar el dolor  que sentía

- ¿ Quieres que te deje solo?
 
- No, por favor. Permanece a mi lado,  porque sin tu presencia no hubiera sido capaz de estar aquí. Ni siquiera la he traído unas flores...  Seguramente nunca las habrá tenido...

- No te atormentes. Si ella pudiera verte, no la importaría. Tú eres quién importa..., tu presencia aquí. Sabía que la querías, y la cuidabas... ¡ Eras tan pequeño !

Un grito desgarrador salió de los más profundo de su garganta pronunciando su nombre;  Ella, Ella,  ¿por qué ?

- Cielo, la vida te presenta,  a veces, cosas  que no puedes controlar y seguro que a ella le ocurrió algo para que su destino fuera tan solitario y tan triste. Salgamos de aquí

Tirando del brazo de su marido, le ayudó a levantarse.  Cuando ya se alejaban, él volvió la cabeza y con su mano enfundada en el guante, tiró un beso al aire en dirección a la tumba que guardaba los secretos y amarguras de ELLA.

Anduvieron el largo camino que les conduciría hasta la salida.  Iban muy juntos, como para darse calor mutuamente.  El la enlazó por la cintura  para que no se resbalara con la nieve, Allí tomaron un taxi que les condujo hasta el hotel. Tomarían el avión a la mañana siguiente que les llevaría de regreso a su casa, a Seattle.

Ya en la habitación, llamaron a sus hijos, que extrañaban más que nunca.  Necesitaban escuchar sus vocecitas de niños pequeños.

Tenían dos hijos:  un chico,  Teddy  de cuatro años de edad, y una niña,  Phoebe., de algo menos  de dos.  Se habían quedado con la abuela paterna, encantada por ora parte, de tener a sus nietos.

A su llegada al hotel, en Recepción, les dieron  un sobre grande , de color marrón, que habían dejado para que les fuera entregado a su llegada..  El lo depositó encima de la cama

- ¿ No vas abrirlo? - le dijo ella

- No, nena.  Sé lo que dice,  y no me encuentro con ánimo de hacerlo ahora. Ya lo abriré.

La visita al cementerio, había sensibilizado al matrimonio.  El estaba pensativo y,  ella no sabía cómo hacer para levantar su ánimo.  Las calles no estaban en situación de pasear, no obstante le prepuso, para pasar las horas, acudir a unos grandes almacenes a comprar algún regalo para los niños. El aceptó. Necesitaba distraer sus pensamientos.

Fuente: 1996rosafermu



 

La transformación de Grey - Capítulo 9 -

Habían pasado dos semanas desde su último encuentro con la chica de Arkansas. Se enfrascaba cada mañana, más a fondo en el ejercicio físico.  Necesitaba un cambio. Algo que le distrajera del aburrimiento mortal que sentía.  Cada fin de semana estaba con una chica diferente, pero eso tan placentero, se había convertido en una rutina.  Ya no sentía lo mismo que antes. Gozaba sexualmente de ellas, pero era una pura transacción comercial entre ambos.  Todas eran parecidas:  chicas guapas, morenas, menudas y sumisas.  La única voz que imperaba, los únicos deseos expresados, eran los suyos.  A cambio las compensaba con grandes regalos y ellas se sentían halagadas.  No era un hombre egoísta ni tacaño, muy al contrario, su esplendidez rayaba en el exagerado.  Pero quería que todo el que estuviera a su alrededor, tuviera una vida cómoda. A pesar de que sus relaciones sexuales eran consensuadas y de mutuo acuerdo con las prácticas amorosas, sentía la necesidad de ser generoso. No era un pago a cambio de sexo, sino un regalo por haber satisfecho sus necesidades físicas.

Dejó de contemplar el exterior.  El ventanal era lo suficientemente grande como para abarcar el trepidante panorama de la ciudad.  Miró al cielo gris y pensó

- Acabará lloviendo.  En Seattle siempre llueve.  Quizá me vendría bien un viaje en el Grace por la costa y atracar en algún solitario y tranquilo lugar , con un paisaje bonito.  Veré lo que hago.  Sentado en el sillón miró su reloj y comprobó que estaba a punto de llegar su próxima cita.  El paseo por sus recuerdos le había puesto nostálgico.  La verdad es que poca gente con  edad tan corta, puede decir que tiene una vida tan intensa.  Christian la había tenido, muy a su pesar.

Gozaba de su familia, a la que veía de vez en cuando, en alguna comida o cena familiar.  Se sentía a gusto con ellos, relajado.  Las bromas y las peleas entre Elliot y él, no eran como antaño.  Los dos hermanos se querían  de verdad y ambos se respetaban mutuamente, aunque a veces Elliot le gastara bromas con su soltería y soledad sin chicas.  El escuchaba sonriendo, pensando en lo lejos y equivocado que estaba, y sabía que el pensamiento de su familia era el que  sus gustos no iban , precisamente por las mujeres.  Nunca trató de sacarles de su percepción. No importaba lo que pensasen.  El sabía lo que en realidad quería, pero no iba ni a confesar sus gustos extraños, ni a sacarles de su error . Era problema de ellos , y no de él. Que pensasen lo que quisieran, si eso les hacía sentirse más cómodos.  Solamente Carrick y Grace, obviaban ese tema, lo que hacía que Cristian pensase que tenía razón y que ellos pensaban que era gay.    Su hermana Mia, que ahora cursas estudios culinarios en Paris, era la que, siempre le lanzaba alguna indirecta expresándole lo que se alegraría de conocer a su novia.  Aunque sabía que no tenía, nunca le hacía alusión alguna referente al tema.  El dejaba la cuestión en el aire.

Una llamada por el interfono, le sacó de sus reflexiones

-¿ Qué Andrea?

- Señor Grey, está aquí la señorita Steele

- Me es imposible recibirla. De un momento a otro vendrá la señorita Kavanahg.  De hecho la estoy esperando

- Verá señor Grey. La señorita Steele, viene en su lugar, parece ser que ella se ha puesto enferma

- Pues podía haber avisado antes. No me apetece nada esas entrevistas de aficionados. Se la concedo por puro compromiso, pero a esta otra...  Está bien. Acabemos cuanto antes. Hágala pasar, por favor

...  Y el resto ya lo sabéis.  Espero hayáis disfrutado, con la percepción de Christian y la evocación de su comienzo a la vida.

En episodios sucesivos, os contaré cómo llego al mundo, y conoceremos a su madre biológica. Deseo que sigáis dedicando un poquito de vuestro tiempo para conocer a esta enigmática figura, a un buen hombre, caritativo y noble, que por una realidad adversa  pensó que merecía ese destino que marcó su vida, y de qué manera, la aparición de un tímida e insegura muchacha lo cambió todo.

A partir de mañana publicaré el primer capítulo del siguiente relato, que tendrá por nombre genérico " La transformación de Grey ", aunque los episodios lleven, además, el nombre del hecho más sobresaliente que en él se narre.



Muchas gracias a todos

Basado en la novela de E.L. James " Cincuenta sombras de Grey "
Texto por 1996rosafermu
 

La transformación de Grey - Capítulo 7 -



Con el dinero prestado por Elena, Christian realizó su primer negocio. Lo invirtió en la compra de un pequeño supermercado, que anticuado, había perdido gran parte de sus clientes.  Le faltaban la mitad de los productos y a menudo sus estanterías estaba vacías y descuidadas.  Además del dinero prestado, hubo de solicitar un crédito al banco que le concedieron con el aval de Elena. Reflotó el supermercado y cuando tuvo nuevamente consolidada la clientela, lo vendió a una cadena, ganando un buen dinero con el que devolvió el crédito bancario y parte del préstamo de Elena.

Todo estaba saliendo como él había pensado.  Tenía buen ojo para los negocios y sabía encontrar las oportunidades que le producían buenos beneficios.  En otra ocasión fue una emisora de radio, pequeña.  Cambió la programación y la forma de ofrecer la publicidad. Hizo conexiones y reportajes dirigidos  a los vecinos del barrio en donde estaba situada.  Y al igual que en el supermercado, la vendió a una cadena que se había resentido en la publicidad con la pequeña emisora vecinal.  Con esta venta se vio libre de deudas y aún le sobró dinero.  Fueron sus primeras ganancias y supo invertirlas en bolsa, produciéndole pingües beneficios, y así sucesivamente, hasta que consiguió su primer millón de dólares.

Su relación con Elena continuaba, pero ya no era igual que al principio.  Muy probablemente su cabeza no sólo pensaba en sexo.  Ahora tenía preocupaciones por sacar adelante el negocio que había planeado.  Tomó una oficina pequeña y una secretaria.  Una joven recién salida del instituto que necesitaba trabajar.  Se impuso la autodisciplina de no tener ningún tipo de relación con ninguna empleada suya, nada más que la estrictamente profesional, y a pesar de que la chica era bonita y no dejaba de mirarle, Christian la ignoró, hasta el punto de que ella  se aburrió y se marchó.  Rápidamente la substituyo otra , pero esta vez era una mujer de más edad.  Era eficiente y  de gran ayuda para él, que no solo se encargaba de la oficina, sino que cuando estaba muy ocupado, también lo hacía  de los bancos y de los clientes.  Llegó a ser su mano derecha; congeniaban perfectamente. Rose, que así se llamaba, era de familia irlandesa afincada en Estados Unidos desde hacía mucho tiempo.

El señor Lincoln, sospechaba desde hacía tiempo, que su mujer tenía algo raro .  No entendía la manía de poner una peluquería. Ella no necesitaba trabajar.  Tuvieron una bronca descomunal, cuando descubrió en el extracto del banco, que había sacado cien mil dólares, y a su pregunta de dónde estaban para qué los quería, la respuesta que le dio Elena no le satisfizo en absoluto.  Linc dijo que tenía que realizar un viaje y que estaría fuera un par de días.  Elena respiró aliviada.  Hacía tiempo que no veía a Christian y le echaba de menos, no sólo a él, sino sus caricias y su sexo. Su marido hacía tiempo, que a pesar de dormir juntos, ni siquiera la deseaba las buenas noches.  La situación había empeorado desde la cuestión de los cien mil dólares.

A penas hubo salido por la puerta. Elena marcó el número de Christian por ver si ese mismo día podían verse en su rincón preferido, ocultos de miradas curiosas.  Christian atendió su llamada y su petición.  Estuvieron juntos toda la noche, hasta el amanecer.  Su pasión fue como siempre salvaje y brutal por parte de ambos.

Elena llegó a casa, cuando las primeras luces del día apuntaban en el horizonte, se despidió de Christian dándole un beso en los labios, profundo, como si fuera la última vez que se vieran.  Desde la bronca con su marido, andaba con pies de plomo, por temor a que él descubriese todo.

Cuando metió la llave en la cerradura, notó algo en el ambiente que la extrañó, y el corazón le dio un vuelco. En la sala en la que habitualmente veían la televisión, se encontraba Linc con una copa en la mano y la botella de whisky medio vacía.  Algo presagió , y no era bueno.

El, pausadamente, se levantó del asiento y fue a su encuentro.  Ella permanecía clavada en el suelo, no podía moverse.  Un mal presentimiento la estaba invadiendo.  Le alarmaba la calma, que aparentemente su marido demostraba.  Trabajaba  su imaginación a marchas forzadas, buscando una justificación a su llegada a casa, pero sabía que no la tenía y esperaba que de un momento a otro, estallase una nueva bronca, pero esta vez sería mucho mayor.

Cuando Lincoln estaba a su altura, levantó la mano y le asestó un bofetón tan fuerte, que la derribo al  suelo, al tiempo que la llamaba puta.  La agarró fuertemente de un brazo, la levanto , y con toda la furia que sentía la golpeaba una y otra vez.  La dio un puñetazo en la cara que la desencajó la mandíbula. La agarraba fuertemente de uno de sus brazos, lanzándola contra los muebles. La pegaba sin cesar, sin consideración alguna, hasta que perdido el  conocimiento y entonces  paró de darla golpes.  Llamó a una ambulancia para que se la llevaran a una clínica.

Como era un hombre adinerado y conocido en la ciudad por sus negocios madereros, lo que contó a la policía es que cuando llegó a su casa de un viaje que había realizado, se la encontró así y todos los muebles tirados por el suelo.

- ¿ Ha visto si le falta algo de valor ? Ya sabe... puede tratarse de un robo

- Agente, comprenderá que al encontrar así a mi mujer, en lo que menos he pensado ha sido en mirar si faltaban joyas, dinero, en fin ...  No lo sé, francamente, no he mirado.  Y ahora si me perdona, deseo hablar con los médicos.

- Desde luego, señor Lincoln. Abriremos una investigación, no se preocupe

Tuvo que esperar un buen rato hasta que uno de los médicos que atendían a Elena, salió para darle el parte

- ¿ Es usted familiar ?- le preguntó el médico

- Si, soy su marido- respondió Linc

- Bien, señor.  Su mujer tiene múltiples contusiones. Tiene un brazo fracturado, la mandíbula y un fuerte golpe en la cabeza.  La hemos dado un sedante para mantenerla dormida y evitar los dolores. La estamos haciendo radiografías y un Tac. Miraremos a ver si tiene alguna lesión interna, etc.  Está estable, pero grave.  Ha recibido una paliza brutal.  Espero que puedan detener al maldito que la ha agredido de forma tan bestial.

- ¿ Puedo verla ?-preguntó Linc

- Un minuto solamente.   Como le he dicho hay que hacerla pruebas para confirmar que no hayan más lesiones. Véala y después váyase a casa.  Estará en la UVI, al menos hasta mañana.  Si hubiera alguna novedad, nos pondríamos en contacto con usted inmediatamente.  Deje un teléfono en el control, por si acaso

- Pero corre peligro de...

- No, no se preocupe, pero tardará una buena temporada en estar bien

Se despidió del médico cuando éste regreso a la habitación que ocupaba Elena.

Fue noticia en el periódico, y por él se enteró Christian de lo ocurrido.  Hubiera querido acudir al hospital a verla, pero pensaba que era más prudente no hacer acto de presencia en ese momento.  Encontraría un hueco para hacerlo, o bien a través de su madre, ya que trabajaba en el mismo hospital en donde estaba ingresada.

Se sintió culpable.  Estuvieron jugando con fuego desde hacía mucho tiempo, y alguna vez tenían que quemarse, y ocurrió aquella noche.  Lo lamentaba profundamente, a pesar de todo lo ocurrido entre ellos, del tipo de relación que habían tenido. Christian la debía mucho.  Ella no solo había contribuido a su negocio, sino que le había hecho que volviera a ser capaz de ser una persona normal y no la fiera desatada que era de adolescente.  Tendría que tener cuidado para no empeorar más la situación, por ella principalmente. 

Elena estuvo ingresada quince días.  Su marido cubrió las apariencias de ser un esposo fiel y cariñoso, mientras estuvo a la vista de todos en el hospital.  .Recibió la visita de Grace, apenada por lo ocurrido a su amiga, pero Christian ni siquiera la llamó por teléfono.  El día que regresó a su casa
Lincoln, la presentó el documento de la demanda de divorcio para que lo firmara, cosa que Elena hizo sin dudar ni un segundo.  Recibiría los bienes correspondientes  en gananciales, ante la reticencia de Linc, que se negaba a costearla una vida de millonaria, después de haberle puesto los cuernos.

Estaba rabioso, pero la ley le obligaba y la presión de ella con la amenaza de denunciarle, si no la daba lo que correspondía.  Y Elena obtuvo un buen pellizco de los bienes de su marido.  El hizo las maletas y salió esa misma tarde de su casa, y en años no volvería a saber de él.

Fue ella, la que llamó a Christian una vez el marido se marchó  de su casa y de su vida.

- ¿ Le has denunciado ? - le preguntó Christian - No quise ir a visitarte, ni siquiera preguntar por ti, por no complicarte más las cosas.  Todo esto ha sido culpa mía, y nunca me lo perdonaré

- No Christian.  No ha sido culpa tuya.  Los dos lo quisimos así, y por fin estoy liberada de ese pedazo de animal, aunque me haya dejado hecha un guiñapo.  Y gracias a que no le he denunciado he podido agarrarle bien, porque se negaba a darme ni un centavo

-Tenemos que dejarlo, Elena.  Esto no puede seguir asi. Seguiremos viéndonos de vez en cuando, pero simplemente como amigos. Me pesará el resto de mi vida esa agresión

- Pero Christian, ahora somos libres

- No Elena. La verdad es que nunca debimos hacerlo, pero ya no hay vuelta atrás. Sabes que cuando tomo una decisión la llevo hasta el final, y ésta la he pensado muy bien.  No obstante, cuando te hayas recuperado, tenemos que hablar.  Deseo plantearte un negocio.  Me has ayudado mucho y te lo debo.  Quiero compensarte por ello y por ésto que te he provocado, aunque no lo deseara.

-¿ Qué negocio quieres plantearme?- dijo ella intrigada

- Deseo seamos socios.  Te gusta la peluquería, bien, pues montaremos un salón de belleza de gran altura. Tu serás quién esté al cargo de todo. Elegirás personal, dirigirás la instalación, etc. Yo aportaré el capital para montarlo.  Deseo que cumplas tu sueño y que de ahora en adelante no tengas que pedir permiso a nadie para usar tu dinero.

- Me lo estás proponiendo en serio ?

-¿ Cuando digo una cosa que no esté pensando en hacerla?  Cuando estés bien, buscaremos local por una zona de alto nivel adquisitivo.  Haremos todo lo que las mujeres hacéis para embelleceros, todo absolutamente todo lo más moderno en cosmética.  Los profesionales serán de primerísima categoría. En fin lo que se dice de altísimo nivel. Y ahora tengo que dejarte,. Hay unos señores esperándome para hacer un buen negocio.  Cuídate Elena.  Trataré de verte, pero no quiero comprometerte.  No respondo de la actuación de ese tipo si se entera que soy yo el que se acostaba contigo

- No te preocupes Christian, ha salido de mi vida definitivamente.
 
Y de esa forma llegaron a ser socios de un negocio, que con acierto ella  impulsó.


Basado en la novela de E.L. James " Cincuenta sombras de Grey "
Texto por: :  1996rosafermu

 

La transformación de Grey - Capítulo 8 -



Más por agradecimiento, que por negocio, Christian montó un salón de belleza por todo lo alto.  Le entregó la dirección a Elena.  Ella era dueña y señora para hacer y deshacer lo que creyera conveniente.  No reparó en gastos.  Al poco tiempo, debido por el exquisito trato y los modernos tratamientos de belleza que en él se dispensaban, no tardó en hacerse famoso entre la élite de lo mejorcito de Seattle.  Le puso por nombre Esclava, en directa alusión a la relación que habían mantenido,  hasta que el señor Linc se enteró de la infidelidad de su mujer, aunque nunca supo el nombre del amante.

Entre tanto, Christian se volcó en las nuevas tecnologías de comunicación, en energías renovables, y en tratamientos agrícolas para llevarlos a los lugares más empobrecidos de la tierra.  Era mecenas de la Universidad.. Se hacía rico, muy rico y su popularidad se extendía poco a poco por toda la nación.  Llegó a ser hombre del año en las más prestigiosas revistas financieras y del comercio en general.

Las revistas del corazón, se le rifaban para que les fuera concedida una entrevista del hombre más atractivo y enigmático de Seattle.  El, celoso de su intimidad, nunca hizo concesiones respecto a airear su vida privada.

Y frecuentaba lugares en que pudiera satisfacer sus apetitos sexuales, con mujeres que practicaban el acto de la misma forma que él. Ya no había intimidad entre Elena y Christian.  Cada uno iba por libre, como si nunca hubieran tenido relación alguna.  Ella conocíó a otro hombre al que sometía a sus caprichos como lo hiciera en un principio con Christian, y él por su parte llevaba hasta su apartamento a mujeres con las que pasaba el fin de semana.

Hacía tiempo que se había mudado a uno de los edificios más lujosos de Seattle, al Escala, y allí se hizo instalar una habitación exclusivamente para sus caprichos sexuales, en los que participaban las chicas que acudían puntuales los viernes por la noche.

Por él desfiló Leila , Amanda, Sussanah, Terry, Cristal...  hasta un total de quince chicas.  Leila, fue su más larga relación. A él le gustaba ella.  Era alegre, juguetona y juntos disfrutaban al máximo de la relación que habían establecido.  Pero ella se enamoró de Christian, y aunque tardó en planteárselo, el día que lo hizo, él dio por terminados sus encuentros.  Ella se marchó esa tarde del Escala, llorosa y apesadumbrada, pero era una condición imprescindible que él imponía: nada de relaciones amorosas

- Lo siento, Leila.  Pero lo dejé muy claro. No me gustan esos romanticismos que las mujeres enseguida os forjáis.  Lo dejaba muy nítido el contrato.  Nunca me enamoraré de nadie, no me interesa. Vivo para mis negocios, y cuando deseo el contacto físico, os tengo a vosotras. Se que suena  egoísta, lo sé, pero lo dejo muy claro desde el minuto uno en que entráis por la puerta de mi casa. Aceptáis y firmaís, punto.. No ha lugar a reclamaciones. Creo que soy generoso con vosotras. Os estimo y disfruto con lo que hacemos, pero eso es todo.  Nuestro contacto comienza un viernes por la noche y termina un domingo a la misma hora. Creo que debemos dar por terminada nuestra relación. Ya no es lo mismo ni para ti ni par mi.  Nuestros juegos son de común acuerdo entre ambos. Los dos sabemos a lo que venimos a este cuarto.  Cubrimos nuestras necesidades y cada uno vive su vida el resto de la semana.  Eso es todo

Ella se despidió de él taciturna. Había concebido la esperanza, de que al estar tanto tiempo juntos, con la intimidad extrema que practicaban, terminarían en algo más que en amo y sumisa.  Pero estaba claro que Christian no pensaba lo mismo.  Al cabo de una semana, entró en escena otra nueva que duró poco tiempo, porque se echó novio y dejó esas prácticas con él.

Terminó por ser suministradas por Elena.  A través del salón de belleza, escogía a chicas que practicaran  lo que ellos hacían. Firmaban el contrato y el fin de semana  pasaban horas en el apartamento de Christian.  A veces Elena sentía ¿ celos, rabia ?...  de no ser ella la que estuviera con él, pero era un hombre de palabra firme, y si dijo que se terminaba, se terminó.  Al menos tenía el consuelo que de vez en cuando cenaban juntos, y él la  confiaba sus más íntimos secretos a su buena amiga y maestra en el arte amatorio que ellos practicaban.

Todo era monótono.  Se limitaba a una llamada de teléfono, una cita concretada con Elena para atender su petición, y un toque  a la puerta el viernes por la noche.  Cuando llegaban , sabían dónde habían de colocarse y cómo debían vestirse, o mejor lo que tenían solamente que llevar.  Habían de ser puntuales porque  eso es lo que más valoraba el Amo.  Las últimas chicas que acudieron a su casa, ni siquiera sabían cómo se llamaba. Cuanto menos supieran mejor para todos.

Christian, recibió una llamada a su teléfono privado, un jueves por la tarde.  Por inesperada le sorprendió y atendió a la chica que estaba al otro lado del hilo telefónico.

- ¡ Hola, soy Susannah !  No me conoces, pero soy muy amiga de Leila Williams, y a ella la conoces bien.  El caso es que me ha hablado de ti y me interesa . ¿ Qué dices ?

- Pues digo que a mi no.  No es una presentación muy al uso, y lo que conozcas a Leila, lo dudo, porque ella sabe como son las cosas y no creo que te diera recomendaciones

- Ha pasado el tiempo.  Puedes creerme. Soy muy discreta y me va ese rollo.  De hecho lo practico siempre que puedo.  Deberíamos vernos

- Señorita no tengo el mas mínimo interés.  Creo que se ha confundido

- Yo creo que no. Trabajo en Esclava, por si no lo sabes.  Elena me ha dado, dijéramos, las bases.  Las conozco y las acepto

- Si trabaja en Esclava, me pasaré en cualquier momento, y ya veremos.  Ahora si me permite, tengo mucho trabajo

Cortó la comunicación, y a renglón seguido marcó el número de Elena

- ¿ Qué rollo es el que acaba de largarme una chica que por lo visto trabaja ahí?

- ¿ Te ha llamado Susannah? Si le hable de , ya sabes.  Ha firmado el contrato y acepta las condiciones.

- Creo que se trata de mi vida.  Podrías, al menos haberme consultado.  No me gusta que vayas por libre en lo que a mi se refiere.  Ya no eres mi Ama, ni mi maestra...  y se buscármelas bien, yo solito.
Me acercaré por allí en cualquier momento y ya veremos.

No tenía necesidades imperiosas en ese momento, por tanto tardó varios días en acudir a Esclava, pero se acercaba el fin de semana y decidió dar una vuelta y observar a la nueva..Enseguida la localizó, puesto que al resto del personal lo conocía de tiempo.  Era bonita y simpática, y hasta parecía que tenía clase.  Hablo con Elena dándole la orden de que estuviera en su casa el viernes a las siete en punto, ni un minuto más.  Ella aceptó con la cabeza dando a entender que estaba de acuerdo. Christian dio media vuelta y salió del local, seguido por las miradas de clientas y oficialas.

La relación con Susannah, duró a penas un mes y Christian la dio por finalizada por el mismo motivo que a otras anteriores: incompatibilidad, lo que se traduce en que las chicas se encaprichaban de él y ahí daba por terminada el contacto con ellas.  Después  llegó una chica de Arkansas, pero sólo duró un día, por motivos que más adelante conoceremos.

Basado en la novela de E.L. James " Cincuenta sombras de Grey "
Texto por, 1996rosafermu