martes, 21 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 4 - Té y simpatía

Antes de la hora estamos en el hotel para prepararlo todo.  Nos han cedido una suite y José junto a su ayudante lo  preparan .  Nosotras cuchicheamos, bajito para no distraerlos.  Es la hora en punto cuando se abre la puerta y un elegante y apuesto señor Grey aparece ante nuestros ojos. Yo me quedó sin habla y a Kate parece haberle causado la misma impresión.  Hay un momento en que nuestras miradas se cruzan y una ligera sonrisa, con una inclinación de cabeza, me dirige a modo de saludo. Kate inicia una conversación que Grey sigue interesado y yo aprovecho para mirarle, ahora que está de espaldas a mi.  De repente se gira y me pilla cuando le estoy observando. Me busca con la mirada insistentemente, y yo desvío la mía porque me intimida y me sonroja cuando lo hace tan directamente. Al fin me dice que tiene que decirme algo y nos apartamos del grupo, que dan los últimos toques al improvisado plató.



¿ Qué quiere ahora ?  La verdad es que tengo sentimientos encontrados, porque me gusta verle, pero al mismo tiempo estoy deseando perderle de vista, y es que me confunde muchísimo esa seguridad tan absoluta y dominio de la situación que siempre tiene.  Me ofrece que al término de la sesión, tomar un café y antes de que mi cabeza reaccione, acepto, encantada sea de paso. ¿ Me está pidiendo una cita ? No creo: es simple cortesía.

Durante la sesión, Kate no para de charlar en voz baja.  Yo unas veces asiento con la  cabeza, aunque no sé exactmente que es lo que me dice, pero las miradas de Grey se cruzan con las mias en varias ocasiones. Claro ambos no tenemos más visión que nuestro frente, por tanto si ambos miramos en la misma dirección, es normal que así sea.  Alcabo de media hora, José da por terminada la grabación.  Cree tener suficiente material para el reportaje.  Trataré guardar alguna foto pra mi, por lo menos tener el consuelo de verle a solas, porque una vez terminado este trámite, ahora si, dudo que volvamos a vernos, pero con ésta ya son tres veces en pocos días. La casualidad así lo ha querido.

Mientras nos dirigimos a la cafetería vamos charlando, pero son todopreguntas a mi dirigidas sobre diversas cosas : mi familia, mi trabajo, mis aspiraciones. No entiendo a qué viene tanto intereés, es como si quisiera conocerme.  No creo que siempre sea así, pero tampoco me hago ilusiones por que yo sea alguien especial.  Seguramente tendrá miles de chicas a su disposición entre las que elegirá la más adecuada, y esa no soy yo.

Le observo mientras está esperando para avbonar las consumiciones y por un instante nuestras miradas vuelven a cruzarse, y yo desvio la vista inmediatamente.  Al fin llega a la mesa.  En verdad era para tomar un café, pero para él, yo he pedido té y a él le extraña.  Debe pensar que si solicitó esta especie de cita para tomar un café, tendría que ser eso necesariamente, pero a mi no me gusta Grey, eso se le olvidó preguntármelo.


Hay algo en nuestra charla que hace que cambie radicalmente la situación ¿ qué he dicho o he hecho? Ha torcido el gesto e inmediatemnte me pide disculpas porque tiene que marcharse ¿ a qué ha venido eso?.  me quedo descolocada; estábamos charlando tranquilamente y de repente dice que tiene que irse.  Igual es que tiene floja la memoria y alguna reunión se le ha escapado y lo ha recordado.  No lo sé, pero por su expresión creo que no es por eso.  Bueno, pues aquí se acaba la historia.  Vamos él a su hotell, yo en busca del coche para regresar a casa, en absoluto silencio.  me lleva cogida de la mano ¿ y eso a qué se debe? No lo rechaco, al contrario me gusta su tacto y la suave caricia de su pulgar sobre los nudillos de mi mano. Y de nuevo un tropezón por el que estoy a punto de caer bajo las ruedas de una bicicleta.  Él me da un tirón y terrizo sobre su pecho.  Ahora si, va a ocurrir.  Le tengo tn cerca que su añliento roza mi cara. Sus ojos escudriñan los mios y suavemente acaricia mi pómulo para ver si tengo algún arañazo.

No puedo evitarlo: estoy esperando un beso, es el momento idóneo " chico besa a chica", pero no, va a ser que no.  Me sigue mirando pero dice algo muy perturbador. ¿ Por qué dice que tiene que dejarme marchar, que no es hombre para mi ? ¿ Cómo han de ser los hombres para mi ? ¿ A qué se refiere a su status social, es decir al mio ?  Le empujo suavemente para soltarme de sus brazos. Bien pues me voy, y así lo hago, llevándome mi corazón hecho añicos.  La atracción que siento por este hombre es muy perturbadora y en verdad quiero no volver a verle.  Sus palabras resuenan en mi cabeza machaconamente " No soy hombre para ti " ¿ a qué se refiere, a que él es rico y yo no ? Pues guardese su dinero señor Grey, no tengo ningún interés en usted.  No soy ninguna caza fortunas.  Pero no puedo evitar que mi amor propio se quedara a ras del suelo.  Nunca nadie me había despachado tan ampliamente como Christian Grey.  Trato de serenarme antes de llegar a casa.  Estoy nerviosa y decepcionada, pero no quiero que Kate me haga preguntas, ahora no. No estoy en condiciones de revivir la frustración que siento.


Por fin he conseguido dar esquinazo a Kate y me refugio en mi habitación. Tendría que estudiar, pero no puedo.  No tengo ni ganas ni ánimo para hacerlo. El rechazo de Grey me ha dolido en lo mas profundo.  Deseo quedarme dormida cuanto antes, pero tampoco lo consigo, y doy vueltas y más vueltas nerviosa tratando de conciliar el sueño.  Tras mucho tiempo lo consigo, pero es una mezcla de bicicletas, abrazos inquisitorios, dedos acariciadores, y ojos de un color plomizo que me asustan.  Siento sus brazos fuertes sujetándome y esa sensación, ese tacto lo percibo tan real que me dan escalofríos. Y me despierto, y no puedo hacer otra cosa que echarme a llorar porque los sentimientos que me inspira Christian Grey, son muy fuertes y no me gustan,  no quiero sentirlos, no quiero verle, ni en la fotografía que estoy segura conseguiré y que guardaré entre las páginas de alguno de mis libros favoritos. Y entre lloros , levanto la vista al techo de mi habitación, como buscando inspiración divina y suplico " por favor, por favor, que no vuelva a verle ".

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