lunes, 26 de diciembre de 2016

Los Grey - Capítulo 27 - Phoebe y Bryan

La familia Grey pasaba una temporada de tranquilidad.  Parecía que los chicos habían comprendido la situación cada uno por su lado.  Amie y Teddy habían  llegado a un acuerdo:  terminarían de estudiar y después se casarían. Sólo tendrían que esperar unos años, interminables, pero era lo más acertado.

En cambio Phoebe no estaba tan de acuerdo con Bryan respecto a eso.  Ella no quería estudiar ninguna carrera, puesto que ninguna le atraía, y él tenía por delante dos años hasta licenciarse, total una eternidad.  No sabía si podría resistir tan larga espera.  Pero con sus idas y venidas, con sus cambios de humor, el tiempo transcurría, aunque no a la velocidad que ella deseaba.  Ya hacían seis meses desde la famosa comida.  Seguían muy enamorados y cada día estaba más cerca su primer contacto sexual.


Y ese día llegó y fue en el cumpleaños de ella.  Ya tenía dieciocho, ya era libre para  hacer lo que quisiera, y quiso acostarse con Bryan por primera vez.  Él necesitó poco para acceder a la petición de su novia, de manera que se fueron a un hotel y allí Phoebe se hizo mujer en los brazos de su amado . Era tan explosiva como su padre, aunque Christian nunca habló nada de la relación que tenía con Ana. Ambos jóvenes eran volcanes en erupción. Estaban viviendo lo que durante tanto tiempo habían deseado: pertenecerse mutuamente.

Phoebe se vio transportada al séptimo cielo.  Lo estaban haciendo por primea vez, ella al menos, y no se sintió defraudada.  Bryan la deseaba desde hacía tiempo, pero esperaba paciente el momento oportuno y lo fue aquella noche.  Esa vez habían sido cuidadosos.  Phoebe recordaba las advertencias de su madre y también la descripción que su padre hizo el día que anunciaron su próxima paternidad, y el caso es que ahora ella estaba desnuda, en la cama, con su amor, y hacían la cucharita.  Sonrió al recordarlo y entonces en verdad comprendió a su padre.

Cuando el éxtasis de su unión remitió , miró el reloj alarmada. Era muy tarde: las dos de la madrugada.  De un salto se tiró de la cama, cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana. Bryan riendo y extrañado le preguntó:

- ¿ Qué ocurre, qué te pasa ? ¿ Por qué te tapas ? No te dará vergüenza...
- Es muy tarde.  No quiero ni pensar en lo que va a ocurrir cuando llegue a casa - Él agarrando la punta de la sábana se la quitó dejando al descubierto su joven cuerpo.  Él la agarro de un brazo e hizo que se tumbara nuevamente en la cama. La besaba y le pedía calma.  Deseaba de nuevo su cuerpo y ella se lo entregó nuevamente.

Cuando llegaron frente a la casa, Phoebe se alarmó al ver que todas las luces  estaban encendidas-  Temblaba como una hoja pensando en lo que se le venía encima, pero ya era mayor de edad y ese fue su argumento.

- Entraré contigo - dijo él.  Ella estaba remisa, pero al final cedió

Llamaron a la puerta y Taylor salió a abrirles. Les puso mala cara.  había visto nacer a la niña, por tanto tenía bastante confianza con ella, para darle una buena reprimenda

- ¿ Te das cuenta la hora que es ?
- Taylor - interrumpió Bryan - la culpa ha sido mia se me rompió el coche - Taylor le miró con un gesto como diciendo " no me he caído de un guindo  ¿sabes ?"
-Ya hablará tu padre con vosotros. Ahora id al hospital inmediatamente, tu madre se ha puesto de parto
- ¿ Mama ?
- Si claro, tu madre.  Que yo sepa es la persona que estaba embarazada
- ¡ Oh Dios mio ! ¿ Está bien ?
- Me ha llamado tu padre hace un rato y me ha dicho que la entraban en la sala de partos.  Yo me he quedado aquí para esperarte.  Teddy y Amie están allí desde hace mucho. Venga vámonos ya
- No hace falta Taylor, tengo mi coche ahí
- ¿ Pero no decías que se te había roto? Humm- Andando.  Sino cuando lleguemos tu hermano habrá ido a la universidad

Porque si, Ana y Christian traian un chico.  Gimoteando en el coche Phoebe no dejaba de pensar en lo que le aguardaba cuando su padre la viera.  No quería mentirle, no debía hacerlo. Había tomado una decisión y había de afrontar las consecuencias.  Pero conocía a Christian y cuando se enfadaba temblaban hasta las piedras.  Menos mal que ahora lo hacía de tarde en tarde.



Entraron rápidamente y una enfermera les comunicó que aún estaban en el paritorio, pero que todo iba bien, con normalidad.  Phoebe rezaba silenciosamente, no sabía muy bien si por su madre o por ella misma  y pidiendo que su padre, con la alegría del nuevo hijo, se calmase.  Pero también sabía que aunque no fuese esa noche al día siguiente le pediría explicaciones.  Bryan intuía lo que pasaba por su cabeza, y acariciando su mejilla , la dijo:

- No te preocupes,cariño.  Yo hablaré con él.

Y transcurrieron más de dos horas, hasta que Christian apareció portando en sus brazos a Chrisitan junior.  Era un niño de gran peso de pelo rubio que se chupaba los puños, sin duda reclamando comida, que tenía en el vientre de su madre y ahora había desaparecido.  El padre estaba emocionado Phoebe lloraba de alegría y emoción.  Amie le miraba con estupor y Teddy y Taylor sonreian satisfechos...

Christian mirando a Phoebe y a Bryan, antes de volver al paritorio para la revisión del recién nacido, miró a la pareja y muy seriamente les dijo:

-Cuando salga quiero hablar con vosotros dos. - Phoebe comenzó a temblar como una hoja, y Bryan se sintió culpable por ello. Pero había sido una decisión de ambos.  Nadie había forzado a su novia, fue ella la que se lo pidió, pero quizá se les fue de las manos la pasión y se excedieron en el tiempo.Al cabo de media hora, volvió Christian a reunirse con su hija.  Indicó a Teddy que acompñara a su madre cuando fuera trasladada a planta

- Yo volveré enseguida- le dijo. Y dirigiéndose a la pareja, les ordenó que le acompañaran a la cafetería, que a esas horas estaba prácticamente desierta.


Bryan comenzó a hablar para disculpar a Phoebe, pero Christian levantando su mano, le hizo callar

- Escuchadme los dos, porque no lo voy a repetir.¿ Pensáís que es correcto llegar de madrugada a casa?- dijo dirigiéndose a Phoebe.- Sabias que en cualquier momento tu madre daría a luz.  Le podías haber ahorrado el disgusto y la preocupación por tu tardanza.  Hemos hablado claro contigo.  No me interesa saber dónde habéis estado y lo que habéis hecho, porque lo sé.  Cuando se es joven, pensamos que los mayores viven en otra galaxia, y que somos muy listos para darles esquinazo, y no se piensa que ellos han vivido antes que nosotros.  Comprendo que a estas alturas de vuestra relación  querréis tener intimidad, pero sólo os pido que seáis prudentes y no perdáis la cabeza, porque sería un desastre.
- Señor Grey, deseo ser sincero con usted. Efectivamente, hoy hemos tenido nuestra primera experiencia sexual y... no nos dimos cuenta de la hora.  No culpe de ello a Phoebe, sino a mi. Y si,  tenemos mucho cuidado con lo que hacemos
- Eso no es cierto Bryan. Papa,  desea protegerme, pero fui yo quién le pidió tener sexo.  Hoy he cumplido mi mayoría de edad y pensé que era hora  de experimentarlo.  Pero hemos tenido cuidado.

Ante esta declaración Christian, se pasó las manos por la cabeza sin saber qué decir ante la sinceridad de  los muchachos.  Su hija sabía que cuando hacía eso, es que estaba a punto de estallar o muy preocupado.  Pero atónita vio cómo se levantó de la mesa y dijo antes de abandonar la cafetería

- He de estar con tu madre.  Creo que deberías verla -
- Subiremos ahora
-Esta bien -. Y dando media vuelta salió


domingo, 18 de diciembre de 2016

Los Grey - Capítulo 25 - El asunto Phoebe

Todos los asuntos familiares marchaban bien, una vez que todos los conflictos quedaron solucionados. Todos salvo los de Phoebe, que seguía padeciendo de amores por Bryan.  Ana no quería ver sufrir a su hija, así que decidió ir a buscarla al instituto e invitarla a comer.   Acudió a buscarla y vio que se dirigía sola a su encuentro con ella.  Se le notaba que estaba disgustada, algo que para su madre no pasó desapercibido.

- Buenos días hija
- Hola mamá
-Phoebe ¿ qué ocurre? ¿ Has vuelto a discutir con ese chico?
- Mamá se llama Bryan
- Perdona cielo.  Ya lo sé
-No, no hemos discutido, pero él...
-¿ Seguís igual? - No dijo nada, pero en sus ojos asomaron dos pequeñas lágrimas
- Phoebe, no voy a consentir ni un minuto más que Bryan te haga sufrir.  Ahora vuelvo- Y antes de que su hija reaccionara. Ana había salido del coche y se dirigía al encuentro del presunto novio de su hija.



También iba solo y cabizbajo; ya no tenía duda: habían tenido bronca.  Él se quedó parado al reconocerla, pero ella llegó hasta su altura, seguida de lejos por su hija

- Creo que tu nombre es Bryan ¿ me equivoco ? - El joven sorprendido a penas atinaba a responder
. -Si señora ese es mi nombre
- Me encantaría charlar contigo.  ¿Me permites un momento ?
- Naturalmente, con sumo gusto- En ese momento Phoebe tiraba del brazo de su madre para alejarse de allí
-Díscúlpanos Phoebe, he de hablar con Bryan. Espérame en el coche no tardaré ¿ Dónde podemos ir que estemos tranquilos?.- agregó Ana dirigiéndose a Bryan
- A la cafetería, por ejemplo- respondió él
- Muy bien, pues vayamos a la cafetería- Y dirigió una miraba a su hija, que a Phoebe recordó a su padre cuando decía algo y no quería réplicas. Y no las tuvo

Entraron en la cafetería y Bryan la condujo hasta un rincón en el que tendrían más privacidad. Ana comenzó a hablar

- Voy a ser muy clara,, Bryan, y te pido que lo seas conmigo también. No te conozco, no sé lo que tenéis vosotros dos. Solo sé que mi hija llora muy a menudo, y está triste, y...  te quiere. Por todo esto deseo que ... si no la amas como para que sea tu novia, y,  tu aprecio es solamente de hermana, te pido por favor, que la dejes en paz. Ella es una niña alegre y cariñosa, y desde que te ha conocido no hace más que llorar. En los sentimientos no se mandan, y entendería perfectamente que no la amases, pero compréndeme tu también.  Es mi hija, la quiero más que a nada y no deseo que sufra por alguien que no la ame.   También es muy joven, y es demasiado pronto para que comience a sufrir por amor no correspondido
- Señora, me ha hablado con toda sinceridad y con la misma  lo haré yo.  Amo a su hija con todas mis fuerzas, desearía que tuviéramos una relación normal, pero... lleva un apellido que impone mucho respeto y no sólo eso, sino todo lo que trae consigo.  Mi familia tiene una posición cómoda, pero sólo eso,  cómoda, nada que ver con la que tienen ustedes.  Ese es el problema; no quiero que interpreten que voy tras el dinero de la niña de papa.  He intentado hacérselo ver, y hasta le dí de lado para desengañarla.  Pero créame es muy difícil renunciar a la persona por la que darías tu vida. Estoy estudiando, sacaré la carrera sin problemas, pero nunca llegaré a tener el status que ustedes tienen y al que ella está acostumbrada.


. ¿ Sabes qué ? Mi otro hijo tiene el mismo problema, y estoy un poco cansada de ese tema.  Ellos no son los que tienen el dinero, aunque comprendo que asuste. Yo tampoco tenía dinero cuando me casé con Grey, y también tenía mis prejuicios respecto a ello, pero a medida que le fuí conociendo, comprendí que es la persona menos interesada que existe, y que admira a todo aquel que lucha por hacerse un futuro,  como él lucho, porque cuando comenzó a trabajar, también abandonó los estudios, y sus padres no le facilitaron nada.  Todo lo que tiene se lo debe a su trabajo, y créeme trabaja muchísimo.  Os ayudará si lo necesitáis, peo sutilmente, nunca por hacerse notar ni por humillaros. ¿ De verdad la amas?
- De verdad, señora, con todas mis fuerzas
- Bien, pues entonces, seguid a lo vuestro y por favor no le hagas sufrir más. A propósito ¿ qué estudias?
- Derecho.  Mi padre es abogado, mi abuelo lo fue , y ya se sabe...
-Pero ¿ tú quieres serlo?
- Desde luego, me apasiona. Pero no quiero ser abogado de un gran bufete, sino uno humilde desde el que pueda ayudar a la gente que no tengan medios para  pagar las grandes minutas, sino una cuota modesta. Quiero que Phoebe sea mi pasante. Asi que ya puede aplicarse a estudiar-. Ana rompió a reír, satisfecha por las respuestas del muchacho
- Bien Bryan, esta conversación queda entre nosotros. Aclaralo con mi hija, porque ´sé que va a preguntarte, y quiérela; es buena chica y se lo merece. ¡ Ah ! el sábado te espero a comer en casa. Creo que también vendrá Amie, la novia de Teddy, mi hijo mayor.  Ellos ya solucionaron sus problemas.  Aunque ahora están en otra fase, que seguro te comentarán. Los cuatro sois jóvenes y entre vosotros os entendéis.  Sé que los padres, a veces infundimos miedo. Y ahora  ¿ deseas acompañarnos a almorzar? Íbamos a comer a un restaurante.  Invito yo
- Será un placer- respondió Bryan.

Por la sonrisa que ambos traían, Phoebe supo que todo había ido bien. Los dos se miraron interrogando la chica a Bryan.  Él la devolvió una sonrisa y apretó su mano con cariño.  Ella exhaló un suspiro de alivio.  Ana al volante les miró por el retrovisor y sonrió también.  Les llevaría a comer a un restaurante medio, para que el muchacho no se sintiera acomplejado.  La risas nerviosas de los jóvenes le decían que su hija era feliz.  Suspiró y emprendió rumbo al restaurante.



Cuando Christian regresó a casa esa noche. Ana le recibió como siempre y como siempre él la saludo: un abrazo y un beso marca Grey.  La preguntó cómo había pasado el día y acarició su vientre aún poco visible.  La sentó sobre sus rodillas y mientras la daba besitos pequeños y suaves en el cuello, Ana le dijo

- El sábado tenemos un invitado a comer, además de a Amie.
- ¿ Le conozco ?
- No, pero vas a conocerle - Y salió de la habitación, dejando a su marido perplejo y sonriendo.


martes, 13 de diciembre de 2016

Los Grey - Capítulo 23 - ¡ Sorpresa ! ... sorpresa

Decidieron celebrar la  gran noticia., y una vez más acudieron a su club favorito, al restaurante favorito, a su reservado favorito, al ascensor favorito, a pesar que desde aquella vez, nunca volvieron a tener otra ocasión igual. Pero no importaba lo celebrarían igualmente en su dormitorio aquella noche, ya se le ocurriría algo a Christian.

Eran felices, y estaban contentos.  Se reían por cualquier cosa, por insignificante que fuera.  Y así llegaron a casa. Les aguardaban dos hijos preocupados por su tardanza. Tan eufóricos estaban que ni siquiera se acordaron de avisarles que no les esperasen a cenar.  Teddy, les reprochó cariñosamente ese hecho, pero Phoebe estaba hecha una furia.  Estaba pasando por una mala racha de carácter; sus relaciones con Bryan no mejoran , y ella estaba desesperada y de muy malhumor.

Christian se disculpó con ellos, y les hizo ver las veces que sus hijos hicieron lo mismo, y ellos nunca les reprocharon nada.  Teddy se disculpó y se dirigía a salir con destino a su dormitorio alegando que tenía que estudiar, pero su padre le dijo:

- Espera un momento, por favor.  Tenemos algo que deciros - Christian atrajo hacia sí a Ana y tomándola por la cintura, se plantaron frente a sus hijos. Christian sonriendo a su mujer, dijo:

- Vamos a daros un hermano
-¿ Quéee ?- respondieron al unísono los chicos
-Lo que acabáis de oír. Mamá nos va a regalar un bebe
- ¡ Vaya ! - dijo riendo Teddy - Enhorabuena papá, mamá..  Lo que significa que estáis en plena forma
-No, ni hablar - dijo una furiosa Phoebe - ¿ No os da vergüenza ?

La sonrisa de Ana y Christian se borró de sus labios. Teddy no sabía cómo reaccionar, ante el desafuero de su hermana.

- Phoebe, Teddy, a mi despacho - dijo su padre conteniendo su furia

Ana se quedó sola en el salón, desolada. Contaba con la sorpresa de sus hijos, pero la salida de tono de Phoebe, ni siquiera lo hubiera imaginado. ¿ Por qué tenía que darles vergüenza?, Era un niño deseado, engendrado con amor, estaban casados y se amaban ¿ Dónde estaba su delito ? Se lo advirtió a Christian, pero nunca imaginó que fuera tan dura, precisamente Phoebe, con ellos. Triste,a pesar de su alegría interior,  se encaminó al dormitorio y se metió en la cama.

El despacho de Christian estaba situado en la planta de abajo, pero ni siquiera quiso escuchar detrás de la puerta lo que les estuviera diciendo. Toda su alegría se había desvanecido. Ni siquiera quería imaginar lo que vendría después, ni las miradas reprobatorias de Phoebe. ¿ Por qué se sentía examinada por su propia hija, como si hubiera hecho algo malo ?.

Un exasperado Christian, increpaba a sus hijos, especialmente a Phoebe.

- ¿ Qué demonios os pasa?
-Papá-. Interrumpió Teddy, que enmudeció en el acto, cuando el dedo índice de su padre se alzó imponiendo silencio
-- No tienes ningún derecho a empañar, ni por un instante, la alegría de tu madre ¿ me oyes? No voy a permitírtelo. A tu madre, ni rozarle ¿ me oyes? Quiero una explicación de tu comportamiento, aquí y ahora. ¿ De qué, según tú, tenemos que avergonzarnos? ¿ eh ? Somos jóvenes, nos amamos y tenemos las mismas necesidades sexuales que podáis tener vosotros ¿ En qué se diferencia? El hecho de que seamos vuestros padres, no significa que no desee a tu madre y que ella me desee a mi. Dormimos juntos, estamos enamorados y nos deseamos mutuamente. Es un niño buscado  ¿entiendes? lo mismo que fuiste tú.  Hemos ido a engendrarle sabiendo lo que hacíamos. No voy a consentirte ni una sola palabra más que haga sufrir a mama. Y en cuanto a ti Teddy...
- No sigas, papa. no os he reprochado nada. Precisamente porque amo a una mujer, os comprendo perfectamente, Y además sois muy dueños de hacer con vuestras vidas lo que creáis conveniente. El hijo que viene en camino, será bien recibido por mi parte y le querré lo mismo que quiero a Phoebe,  Yo me he alegrado. No se me ocurriría meterme en vuestra vida privada, no tengo ni razones ni derecho a hacerlo.

 Teddy avanzando hacia su padre le abrazó, mientras Phoebe pemanecía con la cabeza baja, gimoteando quedamente. No se imaginaba siquiera la reacción de su padre. Ella era  " su niña" "su princesa", y nunca le había hablado con tanta dureza como en esa ocasión.¿ Era eso lo que la ocurría ? ¿ Sentía celos de su futuro hermano o hermana?  Se vería desplazada por un insignificante bebe. ¿ Veía a sus padres como si a sus cuarenta y pico años, fuesen unos ancianos que tenían que renunciar a los placeres de la vida por ser "muy viejos" para el amor?.


  Pero le había dejado muy claro la pasión que su padre sentía por su madre, el amor que sentía por ella era indestructible.  Que deseaba poseerla como el primer día de casados.  Ni siquiera les imaginaba haciendo el amor, y sin embargo lo hacían, y la prueba venía en camino. ¿ Sentiría ella esa misma pasión por Bryan dentro de unos años? Y de repente se dio cuenta de que eso no era sucio ni denigrante, muy al contrario, era un amor puro y limpio y que adoraba a sus padres tal y como eran y querría a su hermano.  Debía pedir perdón urgentemente.

Teddy ya se había marchado, y ahora estaban frente a frente su padre y ella.  Levantó la vista hacia los ojos grises, que en esta ocasión eran fríos y acerados, de Christian.  Se secó las lágrimas y la nariz que tenía acuosa.  Su padre le tendió un pañuelo, y entonces ella comenzó a hablar:

- Papá perdóname. Yo... no sé en qué pensaba. No quise ofenderos ni mucho menos a mamá, que siempre ha sido comprensiva conmigo. Yo os quiero... mucho. Sólo os pido me disculpéis y me deis tiempo para hacerme a la idea. No creí que siguierais con relaciones sexuales, es absurdo lo sé, pero imaginaba que todos vuestros contactos eran sólo besos.  Ahora me doy cuenta de que os amáis y que cuando amas a otra persona, la consecuencia inmediata es esa: sexo. No sé cómo disculparme, lo siento
- Ven aquí princesa- Abrazó a su hija que se refugió en el pecho de su padre. - Seguía siendo "su princesa" -. Es un bebe deseado, y su llegada nada cambiará en nuestros sentimientos hacia vosotros. Hay capacidad de amar para todos, hija.  Todos habéis sido buscados y deseados y os amamos por igual a cada uno de vosotros, con vuestros defectos y virtudes, como nosotros tenemos. Y si Phoebe, mamá y yo mantenemos relaciones sexuales cada noche y cada mañana, porque nos amamos y esa es una demostración de amor entre un hombre y una mujer. Estoy profundamente enamorado de tu madre.  Desde que la conocí, no existió otra mujer para mi y la adoro.  Quiero que comprendas los sentimientos que albergamos  el uno por el otro, y que lejos de ser una vergüenza es un privilegio que sentimos, y que ese amor nos ha permitido formar una familia con sentimientos tan nobles y puros como el nuestro, y que seáis capaces  de sentir,  el día que os enamoréis de la persona que os acompañe el resto de vuestra vida. Somos jóvenes Phoebe, aunque con la distancia que marca tu edad, nos veas muy mayores, y sin derecho a amarnos cada día, pero eso no es así.  la sexualidad muere con la persona, es un mandato de la naturaleza y su máxima expresión es el amor y la necesidad que sientes de la otra persona.


- Nunca me has hablado de esta forma, tan claramente
- Hija, hay un momento en la vida en que hay que hablar con los hijos como si más que hijos, fueran compañeros, amigos,  y dejar a un lado el rubor de hablar de estos temas con tus padres.  Con nadie mejor que con ellos hay que hablar porque os comprendemos perfectamente, porque también sentimos  lo mismo en nuestra adolescencia y juventud. Desde que el mundo es mundo, la historia se repite de unos a otos. Y, créenme, no es nada vergonzoso.
-Papa ¿ me perdonas?
- Algún día sabrás por experiencia, que los padres tenemos la capacidad de perdonar a nuestros hijos siempre, por grave que sea la ofensa que nos infrinjáis. Claro cielo, pero con quién debes disculparte es con tu madre. Le ha dolido tu reacción: ella estaba muy contenta con la noticia, y veníamos de celebrarlo.  Anda búscala y discúlpate ante ella.

Phoebe la buscó, y al final fue a la habitación de sus padres.  Encontró a su madre que lloraba quedamente. Phoebe fue hacia ella

- Mamá... - No hubieron falta más palabras, sólo un abrazo. Todo estaba perdonado.

Cuando Christian se acostó, abrazó a su mujer, y sólo dijo dos palabras enfáticamente:
-He dicho-.   Y Ana socarronamente respondió:

- Está visto que mis anuncios de maternidad  son origen de algún disgusto.  Tendré que medir mis palabras. -  Y ambos rieron felices abrazados, de que todo se hubiera quedado bien sentado en el papel que ellos representaban como padres, pero también como personas que tenían derecho a elegir su vida privada                            


viernes, 9 de diciembre de 2016

Los Grey - Capítulo 20 - Manos frías, corazón caliente

Antes de abandonar Escala, Grace llamó a Carrick, anunciándole que llegaría tarde porque se le había ido el tiempo con algunas de sus antiguas alumnas de  hospital. Carrick conocía muy bien la misión que le había llevado hasta Seattle, y por la entonación de su voz, suponía que había tenido el éxito buscado.  Nada diría de ello a Anastasia, que  al igual que Christian ignoraba su encuentro tan deseado con ella.

- Creo que debemos cenar, Ana.  Grace ha llamado y me ha dicho que llegará tarde, puesto que se ha entretenido con sus antiguas alumnas que hoy ya son profesionales. - Le anunció, y ella aceptó con la cabeza
- Yo tomaré un vaso de leche y unas galletas, no tengo demasiado apetito
- Debes alimentarte mejor. Comes demasiado poco
-Ya lo haré cuando todo pase. Ahora me es imposible.



Carrick procuró que nada trascendiera, que todo fuera igual que cada noche.  No debía darse cuenta de nada.  Ambos debían recibir la sorpresa como si fuera una terapia d choque.  No podía ser de otra manea, puesto que se amaban profundamente y ésto tenía que pasar. Lo que fuera  que había provocado el distanciamiento.

Carrick, una vez tomado la cena, se fue a la biblioteca.  Anastasia pasó al salón a ver la televisión. No tenía ningún interés en ver ningún programa, pero al menos, a ratos, la imaginación olvidaría el problema.  Poco a poco fue entornando sus ojos, y lentamente se quedó dormida.  Grace y Christian llegaron bastante tarde, pero Ana no se despertó.  Por un momento algo la desveló, y lentamente abrió los ojos y junto a ella, de rodillas en el suelo, contemplándola vio el rostro amado de su marido, que con visible emoción la miraba con ternura.


Grace y Carrick, creyeron oportuno dejarles solos y para ello, se retiraron a sus habitaciones.  Al día siguiente comprobarían si la estrategia de Grace, había resultado como esperaban..

Ana se incorporó de un salto al ver a Christian allí. Él acarició su mejilla y la atrajo hacia si  con un beso largo, profundo, que ella recibió abrazándole .  Ambos estaban emocionados y ninguno podía articular palabra.  Y fue él quién rompió su silencio

- Estabas aquí, ¡ tan cerca !.  Te he echado ¡ tanto de menos 1 No vuelvas a hacerlo, por favor. Te quiero Ana, eres mi eje, mi norte, y sin ti me siento vacío, roto. Perdóname -  Ella le puso un dedo en la boca y después le devolvió el beso
- Yo también te he echado de menos. Por las noches no conseguía entrar en calor. Mis pies y mis manos reclamaban el calor de tu cuerpo, toda yo te llamaba a gritos. Echaba de menos tu cabeza, escondida en mi pelo.  Echaba de menos tus brazos rodeándome la cintura.  Echaba de menos tus piernas sujetando las mías. He vivido unas horas muy amargas porque pensaba que habías dejado de amarme, que ya no estabas enamorado de mi, y esa sensación de abandono me sumía en una profunda tristeza. Me acordaba de nuestro hogar, de los chicos, de nuestros juegos, de nuestra complicidad, e intentaba recapacitar si mi ausencia, me compensaba de todo lo que había dejado atrás, y sentía que no. Pero por otro lado, estaba mi orgullo herido, mi falso orgullo que me impedía volver. ¡ Oh Christian ! ambos tenemos que perdonarnos mutuamente.  Por favor, arrinconemos todo, mi orgullo y tu desconfianza, y vivamos de nuevo la vida que antes de todo este embrollo teníamos.


- Cuando he entrado y te he visto, he sentido una inmensa ternura porque te he visto encogida en el asiento, y me parecías pequeña, como una niña, y sentí unos deseos enormes de protegerte.¡ Te quiero tanto Ana !, no vuelvas a dudar.  Ella no me interesa, nunca me interesó.
-Calla amor mio. Ya basta.  Olvidemos toda esta pesadilla. Dime ¿ cómo están los chicos?
-Están bien, pero te echan de menos.  La casa está triste y silenciosa sin ti. ¿ Vas a volver?
- Por supuesto que si. Yo también he estado triste. No podía decirles dónde estaba, porque me preguntarían los motivos y te lo dirían, y no quería que lo supieras.
-Pero hoy ha sido mi madre la que me ha traído hasta aquí
-Ella y yo hablamos ayer, y  ya no podía más
- Bien, es hora de recobrar nuestras vidas. Vayamos a la cama es muy tarde

Y subieron a su dormitorio, y recobraron sus vidas, sus juegos, sus risas, sus caricias, y su sexo. Habían pasado demasiados días sin relacionarse, sin ser marido y mujer. Y Christian volvió a sus mejores momentos y Anastasia se sintió vivir nuevamente bajo las caricias y besos de su marido, que recorría con infinita ternura cada centímetro de su cuerpo. Recordó otros tiempos, otro cuarto, ahora ya desmantelado y reconoció que lo echaba de menos. Y pensó, cuando los rescoldos del sexo se iban calmando, que quizá pudieran hacer una versión light del cuarto rojo.  Convertirlo en un dormitorio especial, que nadie pudiera adivinar para lo que lo emplearían, pero sería su cuarto rojo, y volverían allí a vivir los juegos que tanto disfrutaban ambos.  Se lo propondría a Christian, quizá mañana, es decir hoy, durante el viaje a Seattle, a su casa nuevamente.

Mientras Christian conducía por la autopista, Ana le propuso rehabilitar lo que fuera el cuarto rojo, pero de otra manera, no como antes, aunque ellos lo usasen para eso, pero si alguien lo viera, vería un dormitorio, simplemente. Tapizarían las paredes  con una tela de color suave, pero en uno de los paneles, ocultarían una caja fuerte en la que guardarían sus juguetes.  Tendría una contraseña que solo ellos conocerían y nadie sabría nunca que ahí en ese inocente dormitorio se escondía el sexo más arrollador que sentirían sus moradores.  Acordaron visitar a un reputado gabinete de arquitectos y decoradores. Ana había tenido una excelente idea.  Mientras tanto se conformarían con su unión nocturna diaria.

-Me sorprende usted, señora Grey. Nunca creí que fuera tan descarada
- Te dije en una ocasión que me habías convertido en tu sumisa. Si, me gustan nuestros juegos. Son muy placenteros
-¿ Estás segura de hacerlo ?
-Desde luego que lo estoy El apartamento está vacío, así que podremos ir cuando queramos sin miedo a que descubran nuestro cuarto . Y en último caso podría ser uno de invitados, aunque la verdad es que hay muchos, pero antes tenía otro uso. Vivías tú. Ahora si fuesen los chicos no habría problemas.

Y ambos rieron felices.


Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Editada: 2016
Ilustraciones: Internet / Cincuenta sombras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Los Grey - Capítulo 15 - Un informe para Christian

Dos días tardó Welch en entregar a Christian el informe que había pedido..  Tras unos momentos de charla, el detective se despidió, y Christian se sentó,  abrió el sobre y extrajo  los papeles solicitados para proceder a su lectura, , tal y como hiciera años atrás de Anastasia.  Llamó a Recursos Humanos y les pidió una copia de toda la documentación de Amie Lynch y lo quería lo más pronto posible. En diez minutos tenía to requerido.  Llamó por el teléfono interior a su secretaria

- Andrea, si no hay nada urgente, no deseo interrupciones.  He de estudiar una documentación y necesito concentración.  No estoy para nadie, como no sea de mi familia.
-Así será, señor Gey


Cortó la comunicación y se dispuso a leer todo lo concerniente a la señorita Lynch.  Primero leyó el curriculum, y comprobó si coincidiá  con  lo aportado por Welch: así era.  El domicilio y los datos personales, eran correctos, todo lo mismo en unos papeles que en   otros..  No obstante, leyó detenidamente el informe del detective

INFORME CORESPONDIENTE A LA SEÑORITA AMIE LYNCH

Nombre:  Amie Lynch

Domicilio:  Paterno - Calle 54 D número 1125 - piso 4 letra B, de Seattle

Tarjeta Seg.Soc.:  AL/ 54-5-3196

 Trabajo:      Becaria en Grey Enterprises Holdings en la actualidad. Anteriormente camarera en cafetería Cheers de Seattle compaginando estudios y trabajo.

Estudios:  Marketing por la Universidad a distancia  Estatal de Portland / Primer curso

Relación sentimental  Se desconoce

Nombre de los padres: Edwan y Paticia Lynch

Trabajo del padre: Contable en la pequeña empresa de informática Meedith & Co.

Trabajo de la madre:  Ama de casa

Fecha de nacimiento:  Portland 19 de Marzo de 1998 por parto natural

Origen de los padres. Americanos del norte

En Seattle a 27 de Mayo de 2016

Bien, todo era correcto y normal. Observó la fotografía grapada a la documentación. .  Pertenecía a una familia de la clase media y parecían personas honradas y trabajadoras.  Ella trabajaba y seguro estudiaba por las noches, lo que indicaban dos cosas: que ea trabajadora y que no andaban sobrados de dinero.  Tenía,  , al menos,, que  conocerla físicamente. Conocer a la persona que ha sido capaz de que su hijo se centrara en los estudios y no anduviera golfeando con sus amigotes por los burdeles de Seattle.

Salió de su despacho y se dirigió al de Ross.  Llevaba el sobre con la documentación, para pretextar que iba a consultar algo con su segunda, aunque en realidad él era el dueño, no tenía que buscar pretexto con nadie.  Le mostraría la documentación a Anastasia, y después la guardaría en su casa en su archivador privado.  Tenía una clave que nadie conocía, para evitar,  que por curiosidad, alguien husmease en sus asuntos.

Cuando entró en el departamento de Ross, sólo había silencio y gente trabajando. Buscó a Amie y la vio en la mesa de su compañero consultando unos gráficos.  Era bonita, y por lo que él percibía en el intercambio con su compañero, sabía muy bien de lo que hablaba.

Si seguía así, y a ella le interesase, cuando terminase su periodo de prueba, podría trabajar en Grey,en ese mismo departamento. ¿ No estaba haciendo un trato de favor? Posiblemente si, pero qué demonios, se trataba de su hijo, y tenía la obligación de cuidar de su familia.

Le veía, por primea vez, interesado en una chica, de manera que si se había enamorado de ella, era lógico que velase por su seguridad.  Estaría con los ojos muy abiertos. Es posible que no tuviera una relación con alguien, ,aunque también podría estar enamorada de otra persona sin tener relaciones con ella, con lo cual, si Teddy está interesado en Amie, pudiera verse descorazonado..

- ¡ Qué complicado es ser padre ! Sé lo que Ana me va a decir esta noche.  Pero es algo que no puedo evitar: he de tener todo atado, porque en ello va la felicidad de Teddy.  Menos mal que  Phoebe. parece que, al menos de momento, no tiene estos problemas. Que me den un respiro, por favor.

Cuando Amie terminó la comprobación que estaba cotejando, levantó la vista y se encontró con la mirada gris de Christian.  Ella se puso nerviosa porque la intimidaba el saber que ea su jefe supremo, y eso que ignoraba que también era el padre del chico que la gustaba.

Grey carraspeó y salió del departamento como había entrado, saludando a todos con una inclinación de cabeza.

Teddy estaba estudiando en su habitación, al menos eso había que agradecérselo a Amie, y Phoebe hablando por teléfono con sus amigas.  Tenían momentos de paz.  Christian extrajo de su maletín  el sobre con la documentación sobre Amie y se la mostró a Anastasia

- Por amor de Dios, Christian¿  Cuándo vas a perder la manía de informarte de todo? Ni siquiera sabes si van a llegar a algo concreto.
-Se trata de mis hijos, Ana, tengo que esta seguro de que están con personas honradas.
- Ya lo hiciste conmigo, y recuerdo que cuando lo supe, me sentó bastante mal. Si me hubieras preguntado, te hubieras enterado de lo mismo que decían los papeles.  Por favor, deja a los chicos en paz que solucionen sus problemas
- No, Anastasia.  No quiero sorpresas. A Teddy le veo muy enamorado de esa chica, y la verdad es que es muy bonita, pero no deseo que se lleve un desengaño amoroso.  Eso hace sufrir mucho
- ¿ Tú sufriste mucho por mi? - le preguntó Anastasia sonriendo
- Ya lo sabes, y por favor no me lo recuerdes. No estaba acostumbrado a ese sentimiento, y si, lo pasé muy mal.  No quiero que a Teddy le ocurra lo mismo
-¿ Qué es lo que no quieres que me pase, papa?- En ese momento hizo acto de presencia Teddy, lo que hizo que con parsimonia,  para que no se diera cuenta, procedió a volver a meter en el sobre la documentación relacionada con la chica que le había enamorado.
- Nada hijo. Enseñaba a tu madre unos papeles de la universidad. Voy a ampliarles la subvención
- Eso está bien.  Eres generoso padre.- Voy a salir a dar una vuelta para despejarme.  Cuestión de veinte minutos; he de seguir estudiando. ¡ Ah, se me olvidaba, el sábado vendrá a comer una amiga mía. Amie, es compañera en la oficina. Os gustará.   Es preciosa.

Christian y Ana se miraron sin decir palabra, y cuando Teddy salió, Ana tuvo que taparse la boca para no soltar una carcajada al ver el rosto asombrado de su marido.
- ¡ Christian ! Creo que no va a servirte de nada, tu información.  Teddy nos la va a presentar con todas las de la ley.- Y se echó a reír frente al estupor de su marido.


Y tal como anunciara, el sábado se presentó de la mano de Amie.  Se la notaba cohibida ante la presencia de Christian.Acababa de enterarse quién era el padre del becario.  Ahora comprendía todo.

Sin embargo con Anastasia, estaba más tranquila.  Miraba de reojo a su jefe, y su imponente figura, la seguridad que irradiaba, hacia que se sintiera pequeña. La mano de Teddy apretando la suya, hizo recordar a Ana, otra ocasión en vísperas de casarse y cierto contrato pre-matrimonial.  Sintió pena por Amie; comprendía perfectamente por lo que estaba pasando.  La chica es más joven que lo era ella, pero la timidez era la misma.  Durante toda la comida, se mostró poco habladora, pero en todo momento correcta y educada.  Ana, por debajo de la mesa, daba pataditas a Christian, para que dejara de mirar tan insistentemente a la chica.  Sabía que examinaba cada detalle de su comportamiento.  Era excesivo, aunque conociéndole lo creía normal.  Teddy no parecía darse cuenta, lo que aliviaba un poco a Ana..  No obstante entre las bromas de Chistian, las de Teddy y Phoebe, se disfrutó de una comida agradable y al final todo resultó perfecto, y consiguieron que Amie  participara con alguna anécdota graciosa, que todos rieron.

Tras un rato de sobremesa, la joven pareja se despidió con el pretexto de que irían al cine.  Amie estaba deseando marcharse.  Los Grey habían sido muy amables y cariñosos, pero esa casa tan magnífica, y sobretodo la presencia de su jefe, la cohibían  ¿ Cómo Teddy no le había advertido de ello ? ¿ Es que acaso era un secreto ?

- ¿ Qué te pasa? Estás muy callada
-¿ Te parece que no es para estarlo? ¿ Por que no me habías dicho quién es tu padre? Resulta que es mi jefe:  Para ti es muy sencillo porque es tu padre, pero dime ¿ con qué cara voy a mirarle cuando me le encuentre por la oficina?

- Ignorale.  Como siempre. El te ignorá a ti, seguro
- Pues qué bien . Una situación ideal.  No has sido legal conmigo, me has hecho una encerrona ¿ por qué Teddy?
- Por temor a que salieras corriendo. Nuestro apellido impone, como si detrás de él no hubieran personas con sentimientos y problemas como todo el mundo. Cuando les conozcas mejor...
- ¿ Y quién te ha dicho que quiero conocerles mejor ¿ Es que no te das cuenta? Mira tu casa y la mía
- A mi me importa un pito tu casa y la mía.  Yo te quiero, estoy enamorado de ti y deseo llegar a algo serio contigo.  El día que forme mi familia, no vendré a casa de papa a solucionar los problemas; trataré de arreglarlos yo.
- De todas formas la figura de tu padre me pone muy nerviosa
- Te lo repito: no le conoces. Mi padre parece muy rígido y lo es , en cuestiones de trabajo, pero es todo ternura y amor.  Es todo lo que hemos visto desde que nacimos y así deseo que sea mi hogar. pero reconozco que no debí ocultártelo. ¿ Vas a romper conmigo por esa tontería?

Amie le miró, y en sus ojos vio temor, temor de que ella le dejase.  No sabía que también se había enamorado de él, del becario de enfrente de su mesa, no del niño de papa  rico  que todo lo puede . Quería el  alma sensible de Teddy, que  no le importase si era pobre.

- Está bien.  Por esta vez te perdono, pero no más mentiras o será la última vez que me veas
- Gracias - Teddy la atrajo hacia sí y  la beso tan tiernamente, tan profundamente, que Amie correspondió con su beso.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los Grey - Capítulo 11 - Una vieja amistad

Y fiel a su promesa, Christian hacía gestiones para encontrar un apartamento para Elena que la permitiera vivir dignamente. Ella prefería Nueva York, ciudad lejos de todo lo vivido en Seattle, lejos de él, . Y  Christian lo prefirió.

A su regreso al apartamento, Christian llamó a su casa y  dijo a Anastasia, que se retrasaría un par de días, como máximo,  en  su regreso.  No sabía que excusa darle; no quería mentirle, pero tampoco podía explicarle todo lo acontecido en esa noche.  Sería mejor en persona y dar todos los detalles.  A pesar de todo, sabía que iba a tener una discusión con ella, pero su deber le dictaba que debía proceder de ese modo.

Al día siguiente, volvió al hotel y llamó a la puerta de la habitación que ocupaba Elena.  Ella ya estaba levantada, cubierta con un albornoz , pues acababa de ducharse.  Christian llevaba una bolsa con ropa nueva para ella.  Lo mismo que hizo con Anastasia la primea vez que durmió en Heathman.  Era su destino, rescatar mujeres en apuros.  Sonrió y entró en la habitación

- Creo que te gustará ponerte ropa limpia-, le dijo mientras le entregaba la bolsa con su contenido
- Ha sido maravilloso volver a años atrás cuando podía hospedarme en sitios como este. En fin, de nada sirven las nostalgias. En definitiva, yo lo elegí
-Elena, hoy me contestan sobre un apartamento que te he comprado. Lo amueblarán en un par de días.   Tengo que regresar, pero desde Seattle haré gestiones para instalarte una peluquería con la que puedas ganarte la vida decentemente, independientemente que sigas tus inclinaciones, pero al menos no te prostituirás.  No debes hacerlo, no es tu estilo.  Si tienes algún inconveniente con la vivienda o con el local, llámame al número que voy a darte.  Es un teléfono de tarjeta, de modo que cuando hayas resuelto todo, lo anularé. No volverás a ponerte en contacto conmigo. ¿ De acuerdo ?
- ¿ Tienes miedo de que se entere tu mujer ?
- No Elena, porque yo mismo le contaré todo esto, peo quiero vivir mi vida tranquilo y vosotras sois incompatibles

- Está bien, me parece lógico. Ella es tu mujer y tu familia. Te agradezco todo cuanto estás haciendo por mi, y tranquilo, no perturbaré la paz de tu hogar.

Se encaminaron a casa de Elena y recogieron la poca ropa que tenía. Después la instaló en su apartamento hasta que el que le  había comprado estuviera listo.  En la mirada de Taylor había reproche, pero no dijo ni una palabra, no era quién para criticar lo que estaba haciendo, y por otro lado sabía de su buen corazón y su comportamiento con  las otras personas que habían pasado por su vida.  Conocía  la galería que había instalado a Leila, con la diferencia de que Ana lo sabía y dio su conformidad, pero ésto...  Sabía que tendrían problemas si llegaba a enterarse. Una vez instalada, Christian  y Taylor se dirigieron al aeropuerto para regresar a Seattle.  Elena recorrió el apartamento sonriendo satisfactoriamente. Y a su cabeza volvieron los buenos tiempos

Christian,  cuando iban a embarcar en el avión, le miro y con un dedo en los labios le indicó, que no dijera ni palabra.  Vería cómo lo solucionaba con Ana. Tendría que explicárselo  pero ¿cómo ? sabiendo el odio existente  ente ellas dos.  Sería difícil que lo comprendiera, pero creía haber obrado bien.

Mientas esperaban el embarque, en las tiendas del aeropuerto, compró alguna chuchería para Anastasia, como hacía siempre, pero esta vez se sentía culpable de algo, que de tener calma, seguro que lo comprendería ¿ o no ? Posiblemente estuviera cometiendo un gran error, pero cuando la vio buscando unos dólares a cambio de entregarse a los placeres de un hombre adinerado, pensó que no era justo vivir de ese modo,  No ella,  que siempre había sido dueña y señora de su propia vida.

 Le vino a la memoria lo que hacía muchos años, Ana le preguntó en una ocasión ¿ la querías ? No sabría responder a esa pregunta, estaba seguro de que no la amaba, ni la había amado, eso fijo, pero sin embargo albergaba un sentimiento de algo vivido muy intensamente con esa mujer  ¿Estuvo enamorado de ella ? No, pero si tuvo una atracción sexual, muy diferente a la que tiene con su mujer,  una atracción distinta pero en aquellos momentos arrebatadora en su vida.

- Señor, tenemos que embarcar

La voz de Taylor, le sacó de sus pensamientos , de esos pensamientos tan perturbadores, y es que algo no terminaba de encajar en su vida y en su pensamiento.  Se dirigieron al avión.  Tenían por delante varias horas para organizar su cabeza y ver el mejor modo de que Ana comprendiera exactamente lo que le había movido a proteger a Elena. ¿ Se lo debía ? Pagó con creces su deuda, tanto sexual como económicamente, pero no obstante, no le gustó verla mendigando por las mesas una compañía no deseada, pero que la proporcionaría unos dólares para ir tirando. ¿ Merecía aquél tipo de vida? ¿ Por qué vendió un negocio floreciente que la permitía llevar los lujos a los que estaba acostumbrada?ella podía vivir a lo grande, de hecho vivía, sin necesidad de tirarlo todo por la borda.  Algo no estaba bien en esa historia. Trataría de averiguarlo.  Pero ahora lo primero era tratar con Anastasia de ese tema.

 Y por fin ya estaban en casa. Anastasia no tardaría mucho en llegar de SIP, pero él seguía sin encontrar la forma de decírselo a ella. Sabía que era un tema espinoso, que no le iba a gustar. Dejaría pasar ese día.  Ahora quería pasar una velada tranquilo con su mujer.  Hacía tres día que no la veía y la había echado de menos mucho, muchísimo. Seguía queriéndola más que el primer día.  Habían encontrado el equilibrio perfecto, y deseaba que no se perturbara la paz conyugal de la que disfrutaban.  Phoebe le recibió con los brazos abiertos. Adoraba a su padre, sin embargo Teddy, se compenetraba más con su madre, pero ambos chicos se desvivían por él,  y Christian les adoraba.  Se sentó en el salón junto a su hija, y ésta le puso al corriente de que Teddy, se había desmadrado un poco los días que él había faltado.  

- Mamá le abroncó de qué manera. Pero él no hizo ni caso y al día siguiente llegó a la misma hora

- ¿ Y que hora fue esa , Phoebe?
- Pasadas las doce.  Mamé estaba histérica no sabía qué hacer. Estaba nerviosa por si le había pasado algo. , Al final fue que acudió a un cine con sus amigos y no se dio cuenta de la hora que era
- ¿ Y al día siguiente por qué fue ?
- Dio una excusa pueril que nadie se creyó. La realidad es que anda algo enamorado de una chica y con el pretexto de ir a su casa a estudiar llega cuando quiere
- Hablaré con él. Mamá ¿ está bien ?
- Está preocupada por Teddy, pero por lo demás tan guapa como siempre. Y tú ¿ que has hecho en Nueva York? ¿ Cuando vas a llevarme ?
- En el primer fin de semana que vallamos mamá y yo ¿ quieres ir ?
- Naturalmente que quiero. Me muero de ganas de ir
- Está bien, cielo. Lo tendré en cuenta.

 En ese momento, llegó Ana.  Ambos esposos se fundieron en un abrazo y un beso largo y profundo. Era la primera vez que se habían separado en mucho tiempo y se habían echado de menos.




viernes, 18 de noviembre de 2016

Los Grey - Capítulo 7 - Dos entre tu y yo

Teddy resultó ser algo llorón, clásico, sólo por las noches. En un principio y debido a la cesárea de Ana, era Grey quién se encargaba de atender al pequeño; le limpiaba si se había ensuciado, le daba el biberón y le acunaba suavemente y le murmuraba bajito alguna canción preferida de Ana.  Ella se levantaba también, pero dejaba hacer a Christian.

Algunas veces le observaba desde la puerta y sonreía emocionada. ¿ es este hombre el que me organizó el escándalo porque venía Blip ? Lo sabía. Sabía que sería todo un padrazo, y que el amor que depositaba en su hijo era un reflejo de la carencia que él tuvo.


Y al igual que hiciera con Teddy, Christian asistió al nacimiento de Phoebe, más relajado que el del niño..  La niña nació sin problemas, aunque perezosa, porque en el viaje hacia su salida, algunas veces se dormía.  En esta ocasión cortó su cordón umbilical y fue él quién la depositó sobe el pecho de la madre. Y sintió la misma emoción que con Teddy, y se abrazó a su mujer igual que hizo con Teddy, porque era su hija, su pequeña Phoebe a la que cuidaría y mimaría como a Teddy.

Y cuidó sus malas noches, y sus catarros y sus indisposiciones como hizo con el niño. Y hasta tuvo el matrimonio alguna discusión porque Ana les malcriaba, y él, ejercía el control, como no podía ser menos.

Pero a la hora de jugar, era como otro niño más. Se tumbaba en el suelo y le encantaba que los dos pequeños se subieran encima y le tiraran del pelo, le mordieran, le hicieran cosquillas y Christian reia, reia, feliz, disfrutando de esos juegos tan normales, pero que él no disfrutó de niño.  Pero ahora con sus hijos los estaba viviendo, bajo la atenta mirada de Ana, que les regañaba por todo el alboroto que formaban.  Y recordó durante su luna de miel, cuando quiso hacerle cosquillas y no se lo permitió, y sin embargo ahora... ¡ Oh mi Christian, qué nobleza la de tu alma, cuánto amor tenías escondido sin querer sacarlo, y cuánto amor das ahora a todos cuantos te rodeamos !  Casi estuvo a punto de echarse a llorar ante esa escena tan familiar, pero que era tan importante en la vida de su marido.


El tener hijos, no había interrumpido en absoluto su vida sexual, que disfrutaban como siempre a solas en su dormitorio, en su intimidad, una vez que acostasen a los niños y cada uno de ellos les leyera algún cuento.

De vez en cuando hacían sus escapadas a Escala y tenían sus particulares orgías sexuales. En eso nada había cambiado, y los sentimientos de ellos tampoco.  Tenían una vida sosegada, tranquila, feliz  Ana disfrutaba con los juegos en ese cuarto y Christian también.  Cuando tumbados en la cama se sosegaban después de su encuentro sexual, un dia Ana le dijo:

- ¿ Sabes Christian ? Creo que al final te saliste con la tuya, me convertiste en una sumisa. Acepté los juegos en esta habitación, hemos experimentado juguetes que nunca hubiera creído experimentar, pero algo ha cambiado: ya no tengo miedo. Sé que no me harás daño, y ahora soy yo la que te los pido, y comienzo a creer que hemos alcanzado el punto en que te doy lo que necesitas.
-Ana, te lo he repetido mil veces.  Siempre me has dado lo que necesito y que si estamos aquí es por ti, porque tu lo quieres, pero no porque yo lo necesite. Obtengo de ti el mismo sexo aquí que en casa.  Sólo que ésto es más decorativo, nada más.  Esa es la diferencia. ¿ O acaso  en casa no sientes el mismo placer sexual que aquí? Dímelo, eso me interesa
-¿ Por qué te interesa?
- Por que si no es así tendré que pulir mis técnicas- la dijo riendo
- Christian, la magia está en tus manos y en tu boca y en lo que me haces con ellas.  Da igual que sea en casa que aquí, eres tu quién obra ese milagro en mi cuerpo.


Sólo pasaban la noche del sábado en Escala; esa noche era de ellos en exclusiva. Los niños se los llevaba Grace y Carrick, y el domingo iban a recogerlos y todos juntos celebraban una barbacoa.  Pero las miradas, las sonrisas, y las caricias dominicales eran distintas a las de cualquier otro día. Habían tenido una noche para ellos solos, con su intimidad

.  Las Navidades eran espectaculares; se reunía toda la familia. Kate estaba nuevamente embarazada y a poco de dar a luz.  Ellas seguian siendo amigas, lo mismo que Chistian lo era de José y de Ethan, que ahora  ya era de la familia, dado que Mia y él, vivian juntos desde hacía meses, y parecía que había un futuro de matrimonio.

Christian sonreía al ver a los niños abrir los regalos junto al árbol y se preguntaba que algo habría hecho bien para merecer esa familia,  para recibir tanto amor.  Y  miraba a Anastasia, siempre a su lado, siempre sus manos juntas, sin perder el contacto y pensando en que esa noche cuando se acostaran tendrían su "nochebuena" especial, marca Grey.

Digamos que esta ha sido un modo de presentar a la nueva familia Grey, pero hemos de volver al punto, en que Christian paseaba después de tomar la decisión de quitar el cuarto rojo, y el trascendental paso  que daba al hacerlo. Lo hablaría esta noche con Ana.  No creía que a ella le gustase mucho la idea, porque con el transcurrir de los años, ella era más partidaria de ello que el propio Christian.




Pero al tomar esa decisión no sólo se trataba de sus respectivas apetencias sexuales, sino que estaban por medio sus hijos, y no quería que ellos supieran qué tipo de sexo mantenían sus padres.  No les importaba, pertenecía a su intimidad, lo mismo que él nunca se metería en el sexo que ellos practicasen. Y el caso es que de eso se trataba, que no eligieran un camino equivocado.  Quién más le preocupaba era Phoebe: era más joven e inexperta.  Estaba en el instituto y él conocía muy bien las bromas y los juegos de los chicos y chicas a esa edad.  A ella había que preservarla más, y así lo haría.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Los Grey - Capítulo 6 - Theodor Grey Steele

Iba caminando y recordó sus primeros años con Ana, su casamiento y la llegada enseguida de Teddy.  Aún se le ponía la piel de gallina al recordarlo. Sin embargo el de Phoebe, fue parto natural, más rápido y menos peligroso. Estaba feliz y contento de la familia que habían creado  ¡Quién iba a decirlo años atrás!.  No obstante, hasta esta mañana no se había dado cuenta de que eran adolescentes, y esa etapa de la vida es dura y peligrosa.  Tendría mucho cuidado con ellos. Por desgracía él conocía las señales, y si alguno  diera muestras de peligro,  en rojo, pondría coto inmediatamente.  A sus hijos no les pasaría lo mismo.

-Creo que Grace se siente culpable por no haber estado más atenta. Ella no sabía lo que yo sé ahora.-pensaba en su madre- ¡ Pobre, ella sólo me dio amor y paciencia conmigo, mucha paciencia.

Por casualidad pasó por una bouttique de ropa de bebé, sonrió por la casualidad referente a lo que iba recordando, y echó la vista atrás hasta el día del nacimiento de su primer hijo:

Christian estaba impaciente, nervioso por la tardanza de Anastasia.  No se daba cuenta que debido a su avanzado estado se movía con mayor dificultad. Se dirigían al hospital para monitorizarla. Hacía días que había salido de cuentas y la posición del bebe no había variado. Estaba encajado, dispuesto a nacer, pero en los últimos días se había dado la vuelta y venía de nalgas.  Ana quería dar a luz naturalmente, pero la doctora Green les había hablado de cesárea.

- Ana, por favor. Date prisa, vamos a llegar tarde
- Ya voy, ya voy
- Nooo.  No bajes deprisa no vayas a caerte.



Taylor aguardaba en el vestíbulo de la casa junto a Gail.  Christian llevaba el pequeño maletín para su ingreso.  Ambas mujeres se abrazaron y Taylor les condujo hasta el hospital, en donde Grace,y Carrick esperaban al matrimonio. Iba a nacer su primer nieto y Grace sería la encargada de revisarle.  Por fin le tendría entre los brazos.  Estaba, nerviosa y emocionada, pero también preocupada ante la insistencia de Ana de que no le hicieran cesárea: quería sentir el nacimiento de su hijo.

Y por fin llegaron. Rápidamente un celador salió con una silla de ruedas. Christian estaba lívido.  Era la primera vez que se enfrentaba a algo así y los nervios se apoderaban de su estado de ánimo.  Ana le cogía de la mano y se la apretaba para calmarle, pero la vedad era que ella tenía miedo, aunque no lo quisiera demostrar delante de su familia. Ya en la habitación la prepararon para monitorizarla.  Le hicieron primero una ecografía y la doctora Green movía negativamente la cabeza

- Ana, el bebe no ha cambiado de postura, no puede cambiar.  Está listo para nacer, pero no lo hará en la posición en que está. Voy a monitorizarte y veremos si hay sufrimiento fetal, que será lo más probable.
- Eso ¿ qué significa ? - preguntó ansioso Christian
-Oh, pues que el parto será largo y duro

Pero lo decía de forma vacilante, como si no supiera qué decir ante Anastasia para que no se inquietase. Miró a Grace, y entre ellas se entendieron.  Y efectivamente, como había supuesto, había sufrimiento fetal


- Ana he de intervenir ya, no hay tiempo
- No doctora Green, quiero sentirlo
-Ana por favor, no seas terca. Ya oyes a la doctora
-¿ El bebe corre peligro? - preguntó temerosa
- Si, Ana, corre peligro

 Christian de la angustia y ansiedad que sentía, no podía ni hablar.  No sabía qué argumentos podía dar a su esposa para que aceptara de una vez la cesárea.  Por fin, tras unos instantes de duda Ana dio su aprobación

- Al quirofano, rápido. Avisa al anestesista- ordenaba la doctora

Christian estaba pálido.  Sabía el peligro que corría tanto el bebe como su mujer.   Llevaba su mano cogida y al otro lado una preocupada Grace acariciaba el rostro de Ana para infundirle valor

-Grey póngase ese uniforme y las calzas en los zapatos, y adentro. No podemos perder mucho tiempo.

Cuando Christian entró , ya lo estaban preparando todo. Ana tenía la pantalla puesta en su pecho para que no viera la operación.  Christian se puso a su lado y miraba el monitor con ansiedad.  Su frente estaba sudorosa y sus manos igual.  Anastasia le miraba .  Nunca como ahora parecía una niña asustada

 -Tengo miedo Christian. Algo va mal ¿ verdad ?
- No,mi amor, nada va mal. Lo que ocurre es que Teddy  es rebeldon y al cambiarse de postura ... pues, es algo más complicado. Pero en un momento le tendrás entre tus brazos. Nuestro Teddy, Ana, nuestro primer hijo.

Estaban a punto de saltarsele las lágrimas de emoción, pero al mismo tiempo de preocupación.    La doctora Green comenzó a preguntarle cosas, para saber si la anestesia ya había hecho efecto.  Procedió a cortar con el bisturí y rápidamente sacó a Teddy que comenzaba a ponerse de un color oscuro.

Unas enfermeras al mando de Grace, le llevaron junto a la abuela que le daba azotes para que pudiera tomar aire y respirar.  Christian no quitaba la vista del monitor y apretaba sin darse cuenta la mano de Ana

- ¿ Qué ocurre Chistian ? ¿ Cómo está Teddy ?
 Christian no escuchaba lo que Ana le decía, pendiente como estaba del monitor y de su madre que no conseguía que el bebe llorase.  Hasta que por fin, un fuerte berrido retumbó en el quirofano.  Christian sonrió aliviado y besó a Anastasia, que emocionada lloraba de alegría. Él también tenia los ojos turbios.  Nunca hubiera pensado que podía albergar esos sentimientos tan profundos por alguien a quién aún no había visto.



A su memoria vino la escena de su negación, pero inmediatamente la reemplazo por  el bulto que su madre ponía encima de Ana que lloraba mirando a su familia.  Grace abrazó a su nuera y a su hijo, que enterró su cabeza en el pecho de su madre aliviado.  Aún estaba  aterrorizado por el nacimiento.  No por tener al niño aquí, sino por la preocupación de  que todo se hubiera podido   malograr.  No se hacía a la idea de perderle, ya no. Le veía con la cabeza impregnada de algo blanco y el cuerpecito grasiento, pero no le importó y beso su cabeza.  Ana sabía lo que representaba para él ese acontecimiento y le dijo

- Tómale en tus brazos.  Yo le he tenido durante nueve meses, ahora disfrútale tu.  Ya te toca.



Lo levantó hasta su cara y la juntó  a la del bebe. Nada ni nadie podía separarle de aquel montoncito de carne rosada que a penas se movía, y que era carne de su carne. Le defendería con uñas y dientes si fuera necesario, contra todos y contra todo.

- Mamá ¿ Has visto ? - dijo dirigiéndose a Grace.  Es el bebe más bonito del mundo. Y le quiero tanto, tanto, mama, que daría mi vida por él.
- Lo sé , hijo, lo sé
- ¿ Le vas a querer a él más que a mi ? - dijo Anastasia riendo
- Sabes que no No podría, sois mis amores distintos, pero mis amores los dos. Creo que tengo amor para todos.  Gracias Ana. Nunca pensé que os quería tanto, tanto.

Ana dormitaba en la habitación, y Chistian, sentado a su cabecera y a un lado, junto a él, la cunita con su hijo.  No dejaba de mirarle.  Le parecía un maravilloso milagro de la vida. Y le dijo sonriendo, como si el bebé pudiera escucharle

-Bienvenido Theodor Grey Steele



#1996rosafermu.  Derechos de autor reservados.  Basado en la trilogía de E L James, Cincuenta sombras de Grey

lunes, 14 de noviembre de 2016

Los Grey - Capítulo 5 - Decisión en rojo

El claxon sonaba  una y otra vez, y su ocupante se impacientaba. Un joven sentado a su lado protestaba sin parar, temiendo llegar tarde a sus clases.  El chófer sonreía ante las protestas de ellos.

- No entiendo que demonios hace todos los días. Se levanta tempano, pero siempre entra de las últimas en el instituto- gruñia malhumorado Christian Grey

- Yo no voy a esperaría más. Vamos a perder los dos el autobús, así que me voy- dijo el joven
- Teddy, aguarda un momento, parece que ya sale.  - Efectivamente una muchacha se dirigía corriendo hacia el coche que la esperaba

- Vamos hija que ya está bien. Todos los días lo mismo. Vamos a llegar todos tarde  por tu culpa.
- No me regañes, papi. Es que han surgido cosas a ultima hora
- Eres estúpida Phoebe, eso es lo que ocurre.  Por tu culpa todos los días tenemos el mismo tema - dijo su hermano

A la puerta de la casa , para despedirlos,  Anastasia, les veía partir a toda prisa.  Por los pelos llegaron a tiempo de coger el autobús que les llevaría hasta el instituto.  Teddy, refunfuñaba, y Phoebe sonreía a las compañeras que se  cruzaban en su camino

- ¿ Lo ves ? hemos llegado a tiempo- sonreía a su hermano.  Éste le dirigía una mirada como para crucificarla.

A solas ya en el coche, Grey comentaba con Taylor el incidente, que con su hija se repetía mañana tras mañana.

-Es cosa de la edad, señor Grey.  Ya se acostumbrará.  Está empezando a volar sola.  Ya no son esos pequeños
que correteaban en casa.   Ya no,  señor Grey

Estas palabras calaron hondo en la cabeza de Grey.  Tenía razón, sólo que él la seguía viendo como una pequeña.  Lo mismo que a Teddy, y sabía que ya andaba tonteando con una chica del instituto.  El tiempo había pasado rápido. El ya pasaba de los cuarenta y Anastasia los estaba pisando.  Entre charla y charla, llegaron al edificio de las oficinas Grey Enterprises Holdings Co.

Solo,  en el despacho,  Christian Grey jugueteaba con un lapicero que llevaba su marca.  Tamboriileaba sobre el escritorio: algo le preocupaba.  Su conversación con Taylor de esa  mañana,  mientras se dirigían a la oficina,  sobre Phoebe, le había dejado pensativo.

Llevaba madurando esa decisión desde hacía tiempo.  Lo había hablado con Ana muy de pasada, pero ella no le había dado una respuesta efectiva, por tanto debía ser él, quién tomara la decisión. Pulso el teléfono interior para hablar con Andrea


- ¿ Señor Grey ?
-Andrea ¿ Hay algo para hoy ?
- De momento ninguna reunión, ni se esperan visitas.  Todo lo que hay son firmas de documentos y de alguna carta.
 -Está bien. Páseme las firmas.  Tengo que salir - Firmó todo lo pendiente. Averiguó si Taylor estaba de regreso de hacer unos encargos y supo que no

- Por favor, búsqueme un taxi - Y en taxi se dirigió al Escala.

El silencio reinante en el apartamento le resultó extraño. Paseó la mirada por las paredes y los cuadros que allí permanecían,  parecía que le miraban. La mesa de centro del vestíbulo seguía  en su sitio, con el gran jarrón con flores secas y marchitas. En la cocina sacó una botella del frigorífico y se echó una copa de vino, y con ella en la mano se dirigió a su estudio.  Manipuló en una caja fuerte, y extrajo una pequeña caja de la que sacó unas llaves, que guardo en un bolsillo de su pantalón. Después  se adentró por el pasillo.  Se detuvo a la puerta de   su dormitorio y sonrió al venir a la memoria los episodios vividos en ella y que todos fueron con Ana.  Ninguna otra mujer había estado en aquella habitación, excepto Leila en una desgraciada vez. Fue a la biblioteca  y acarició la mesa de billar recordando una partida muy especial. En la sala de televisión recordó Expediente X. Todos sus mejores recuerdos estaban entre aquellas paredes.  Lentamente subió las escaleras hasta el piso de arriba. . Sacó una de las  llaves de su bolsillo , y abrió la puerta lentamente.

Encendió la luz y paseó la mirada por aquella habitación con tantos recuerdos.  Estaba decidido.  Desde allí mismo, pulsó un número y conecto con alguien que conocía bien, aunque hiciera años que no se vieran.

-  Por favor ¿ Norma ?- pidió a quién atendió su llamada
- ¿ Quién la llama?
- Dígale que es un amigo C. Ella sabrá quién soy

Tardo menos de un minuto en responder. Era una voz amable y armónica.  Había sido locutora de radio, pero el negocio que ahora tenía le producía más ganancias, y optó por dejar las ondas.

- ¡ C ! ¡ Cuanto tiempo sin saber nada de ti! Bueno saber, sé por los periódicos. ¿ Cuánto hace que no nos vemos ?
- Mucho Norma, mucho. Entonces, ya sabrás por ellos  que me casé, tengo dos hijos y soy absolutamente feliz
- Lo sé, lo sé. Y mereces serlo. Bien ¿ necesitas algo de mi ?
- Si a eso debo esta llamada. Verás, quiero desmontar la habitación, y he pensado que pudiera interesarte algo de lo que en ella tengo
- ¿ Me lo estás diciendo en serio ?

-Absolutamente
-¿ Toda ?
- Toda
- Pues claro que la quiero. Toda ella.  Me pareció una maravilla cuando la vi por primea vez.  Siempre has tenido un gusto exquisito. ¿ Puedo preguntarte algo?
- Dime.  Preguntarme, puedes hacerlo. Otra cosa es que te responda
-Sigues siendo C. En eso no has cambiado. ¿ Por qué te  deshaces de ella ? ¿ Es que a tu mujer no le gusta?
- No Norma, a ella no le gusta
- Bien pues tu me dirás cuándo quieres desmontarla
- Cuanto antes. Te enviaré la llave con una persona de mi confianza.  Te agradecería que fuera cuanto antes
- Mañana mismo hago las gestiones.  Ya sabes que por lo delicado de todo, no puedo mandar a cualquier operario, pero será totalmente anónimo. He de darte las gracias por haber confiado en mi
- Sabía a quién se lo decía. Gracias a ti por hacerme el favor
- Hay algo más que quiero preguntarte
-Adelante, continúas  siendo muy curiosa
- ¿ Sigues viéndote con Elena ?

Al escuchar ese nombre, dió un respingo.   En todos estos años no  se había vuelto a acordar de ella, pero allí, precisamente en esa habitación, al oír su nombre, le vinieron a la memoria muchos recuerdos. Era como si en una película pasasen las secuencias de su vida anterior.

- Hace mucho tiempo que rompimos nuestra relación.  No he vuelto a verla, ni a saber de ella
- Yo tampoco.  Estuvo viniendo durante una temporada con un chico más joven que ella, pero dejaron de venir de repente.  Pensé que seguiríais siendo socios
- No, hace, como te he dicho,  mucho tiempo que nos perdimos de vista.  Y ahora si me disculpas, tengo al chófer esperando.  He de irme. Te mandare las llaves, como te he dicho. Sin nombres, por favor. Cuando hayas terminado, llámame a mi número particular, e iremos a recogerlas.  Toma nota ... - Le dio un  número  de un teléfono de usar y tirar.  No quería problemas ni interferencias, . y colgó .

Paseó la mirada por última vez ,  recogió algunos juguetes de la cómoda,  y cerró la puerta, y al igual que había subido las escaleras, lentamente las bajó.  Fue hasta su estudio y en la caja fuerte, cuya combinación sólo él sabía,  guardó una llave, y se quedó con un duplicado, que guardó de nuevo en su bolsillo.  Guardó también los juguetes que había apartado ;  los recogería otro día.. Ya en el  salón, dio una última mirada y salió, en el ascensor,  del apartamento.



¿ Cómo se sentía ? Aliviado, y cuando salió a la calle aspiró una bocanada de aire. Pero también sabía que Ana, quizá no se lo tomaría tan alegremente, pero bueno, ya se arreglaría con ella.  Pensó que los chicos estaban en edad difícil, Phoebe más que Teddy, y habían de tener mucho cuidado. No quería que ellos supieran de su pasado, ni que la curiosidad , algún día les hiciera descubrir aquel cuarto. No sabía qué poner en aquella inmensa habitación, pero una vez que estuviera desmantelada, llamaría a algún decorador y seguro que le darían ideas. A Teddy le faltaba poco para  entrar en la Universidad, y Phoebe aún en el bachillerato

- ¡ Dios mio, cómo ha corrido el tiempo ! - Y recordó sus nacimientos, de cuando eran bebes, de sus juegos con Teddy y de la llegada de Phoebe, tan distinta a la de Teddy, . en la que el mundo se detuvo en un quirofano.