Las horas pasaban lentas, muy lentas, eternas. Ni siquiera sabía si era de día o de noche. Con la cabeza recostada en la almohada, percibía cerca de mi, la respiración suave, pero acompasada de Ana. Su mano sobre la ropa de la cama descansaba tranquila. La vía le suministraba suero. Instintivamente miré al monitor que marcaba los latidos de su corazón, era correcto. Peo ¿ por qué no vuelve ? Todo en esta parte de mi vida había ocurrido deprisa, quizá demasiado, pero eso no importaba, ahora. sólo Ana.
Decidí levantarme del sillón en el que pasaba las horas, cerca de su cama , para estirar las piernas , pero miraba constantemente en dirección a Ana: ningún cambio. Alguien había traído flores. No, ahora recuerdo, habían sido mis padres, ¿ cuándo? Ni siquiera recordaba ese detalle centrado como estaba en ella. Nada importaba, nada tenía trascendencia, más que aquella figura en una cama de hospital, cuyo cerebro estaba lejano no se sabía donde, y todos esperábamos su regreso. Ana por favor vuelve; repetía . Era mi plegaria, como si diciéndolo una y mil veces, ella me escuchase e hiciera caso de mi petición. Nunca he sentido tanta angustia por nadie, sólo por Ana. ( 1996rosafrmu )
Decidí levantarme del sillón en el que pasaba las horas, cerca de su cama , para estirar las piernas , pero miraba constantemente en dirección a Ana: ningún cambio. Alguien había traído flores. No, ahora recuerdo, habían sido mis padres, ¿ cuándo? Ni siquiera recordaba ese detalle centrado como estaba en ella. Nada importaba, nada tenía trascendencia, más que aquella figura en una cama de hospital, cuyo cerebro estaba lejano no se sabía donde, y todos esperábamos su regreso. Ana por favor vuelve; repetía . Era mi plegaria, como si diciéndolo una y mil veces, ella me escuchase e hiciera caso de mi petición. Nunca he sentido tanta angustia por nadie, sólo por Ana. ( 1996rosafrmu )
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