Ha pasado mucho tiempo, ella se ha casado dos veces más, pero aún así, mantenemos una estrecha amistad,debido a que nos une un lazo muy fuerte, y aunque no lleve mi sangre, la considero mi hija. Era muy, muy pequeña, cuando Carla y yo nos casamos. Desde entonces esas mujeres han constituido el eje de mi vida. ¿ Qué motivó nuestra separación ? No lo sé, y me lo he preguntado miles de veces, porque yo sigo queriéndola. Ella también me quiere, aunque sea distinto el amor que ahora nos une.. Pienso que fue su carácter inquieto y voluble, pero posiblemente yo también tuviera algo de culpa.
De todo ello, de mi soledad, de mi añoranza por ella.., me compensa Annie, mi dulce y pequeña Annie. una de las mayores alegrías de mi vida: La recibí un lejano día que, al abrir la puerta, la vi frente a mi. Se me abrazó llorando confesándome que no le gustaba ese marido que ahora tenía mama. Que me echaba de menos, y que si la admitía en casa. Me abrazcé a ella, y besé su cabeza para consolar aquel llanto.
¡ Cómo no iba a admitirla, si desde que se la llevó su madre, no ha pasado una sola noche en que no la echara de menos y eso me costara llorar ! Es mi hija, desde que tenía un año.
Juntos hemos jugado, la he reñido cuando algo no estaba bien hecho y hemos compartido cosas que comparten los padres con sus hijos. La quiero más que a nada y a nadie. La he visto crecer , hacerse mayor y tener su primer amor, todo ello a mi lado. El tiempo ha pasado rápido y ahora me ha convertido en abuelo de dos preciosas criaturas que, en carácter tienen cosas de sus padres, aunque Teddy es más parecido a Christian, sobretodo respecto a su hermana. A veces no la deja ni respirar. Recuerdo que cuando a penas levantaba un palmo del suelo y Phoebe era un bebé , era el encargado de avisar a Annie para que fuera a ver lo que le pasaba a la niña, que lloraba mucho, y hasta se enfadaba, junto a su padre, si tardaba un poco en ir a verla.
- No sed tan impacientes. A la niña no le pasa nada. Sólo tiene hambre
- ¿ Hambre ? - preguntaba Christian alarmado - Razón de más para que la atiendas- gruñía Christian, mientras Teddy asentía dando la razón a su padre.
Ahora paso largas temporadas con ellos. Me gusta sentarme en el prado de la casa a leer cuando los rayos de sol de la Primavera me dan el el rostro. Christian ha hecho colocar unos bancos para que yo no tenga que agacharme al sentarme en la hierba. Mis rodillas no son lo que eran, pero él es ¡ tan generoso y bueno conmigo !
He de confesar que tuve mis reticencias con ese matirmonio, creí que era muy precipitado, pero he de reconocer que acertaron en la diana. Se quieren a rabiar y han formado una magnífica familia, rodeada de amor por todos nosotros. ( 1996osafermu )
De todo ello, de mi soledad, de mi añoranza por ella.., me compensa Annie, mi dulce y pequeña Annie. una de las mayores alegrías de mi vida: La recibí un lejano día que, al abrir la puerta, la vi frente a mi. Se me abrazó llorando confesándome que no le gustaba ese marido que ahora tenía mama. Que me echaba de menos, y que si la admitía en casa. Me abrazcé a ella, y besé su cabeza para consolar aquel llanto.
¡ Cómo no iba a admitirla, si desde que se la llevó su madre, no ha pasado una sola noche en que no la echara de menos y eso me costara llorar ! Es mi hija, desde que tenía un año.
Juntos hemos jugado, la he reñido cuando algo no estaba bien hecho y hemos compartido cosas que comparten los padres con sus hijos. La quiero más que a nada y a nadie. La he visto crecer , hacerse mayor y tener su primer amor, todo ello a mi lado. El tiempo ha pasado rápido y ahora me ha convertido en abuelo de dos preciosas criaturas que, en carácter tienen cosas de sus padres, aunque Teddy es más parecido a Christian, sobretodo respecto a su hermana. A veces no la deja ni respirar. Recuerdo que cuando a penas levantaba un palmo del suelo y Phoebe era un bebé , era el encargado de avisar a Annie para que fuera a ver lo que le pasaba a la niña, que lloraba mucho, y hasta se enfadaba, junto a su padre, si tardaba un poco en ir a verla.
- No sed tan impacientes. A la niña no le pasa nada. Sólo tiene hambre
- ¿ Hambre ? - preguntaba Christian alarmado - Razón de más para que la atiendas- gruñía Christian, mientras Teddy asentía dando la razón a su padre.
Ahora paso largas temporadas con ellos. Me gusta sentarme en el prado de la casa a leer cuando los rayos de sol de la Primavera me dan el el rostro. Christian ha hecho colocar unos bancos para que yo no tenga que agacharme al sentarme en la hierba. Mis rodillas no son lo que eran, pero él es ¡ tan generoso y bueno conmigo !
He de confesar que tuve mis reticencias con ese matirmonio, creí que era muy precipitado, pero he de reconocer que acertaron en la diana. Se quieren a rabiar y han formado una magnífica familia, rodeada de amor por todos nosotros. ( 1996osafermu )
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