viernes, 31 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 14 - La graduación

Lejos de descansar mientras dormía, me levanto cansada, pero muy contenta y excitada.  Hoy es el día.  Hoy me gradúo y pongo de esta forma el broche final a una etapa de mi vida, para abrir otra que se presenta incierta e inquietante.  Mi encuentro de ayer ha resuelto pocas cosas porque tal  como figura en ese documento, no  acepto la mayoría de lo que se refleja, por lo tanto es muy posible que nos digamos adiós.  Me despediré de una relación que aún no ha comenzado, y eso me entristece, pues me interesa mucho este hombre lleno de preguntas, ninguna respuesta y muchas inquietudes.  Me desperezo en la cama, pero he de ponerme en marcha inmediatamente porque Ray vendrá a buscarme dentro de un rato.



Veo el traje que me ha prestado Kate, colgado de una percha, fuera del armario, porque aunque no tengo demasiada ropa, no quiero que se arrugue: he de ir impecable.  Es mi gran día.  Atrás dejo mi adolescencia y esa etapa de mi vida juvenil, porque sin quererlo ya no soy la jovencita insegura, estudiosa y trabajadora de hace nada de tiempo.  Todo ha cambiado en mi vida descubriendo algo que no esperaba , y además que fuera de la mano del multimillonario codiciado por todas.  El porqué me ha elegido a mi, sigue siendo un misterio.  Espero que algún día lo averigüe.

Conecto el ordenador y  abro el correo.  Veo con horror que tengo tres mensajes de Christian, y en el último noto que está enfadado. Olvidé por completo comunicarle que llegué a casa sana y salva ¿ Cómo pudo ocurrir? Y es que este hombre me descentra totalmente. Además llegué muy cansada con ganas de acostarme  No deseo encontrarme con él; no quiero probar la fuerza de su carácter, aún no he firmado nada y no he de estar sujeta a sus manías protectoras ¿ De qué tiene que protegerme tanto?  Es obsesivo y algo maniático, amén de controlador.  Pero me gusta, me gusta muchísimo todo él y las cosas que me hace  con las que me siento viva, muy viva. Decidido: trataré de darle esquinazo, pero si no puedo evadirme de su presencia le diré una mentira, no me gusta, pero menos me gusta que me regañe como si fuera una niña. Le diré que no vi sus mensajes, que me fuí a dormir enseguida, y  en cierto modo es la verdad..  Si eso es,  estaba tan cansada que me dormí nada más llegar a casa y no llegué a conectar el ordenador.  Si es válido me alegraré, sino pues... puerta.


Suena el timbre.  Debe ser mi padre.  Efectivamente le tengo ante mí.  ¡Cómo quiero a este hombre!.  Su figura se agranda con el tiempo.  Es el único padre que he conocido y se ha sacrificado por mí.  Creo que aún sigue queriendo a mi madre ¿ por qué fracasaría su matrimonio?  Nunca Carla me ha dicho nada ni él tampoco; quiero a ambos y hubiera dado cualquier cosa porque aún estuvieran juntos, pero no pudo ser y ellos sabrán por que´.  Mi madre parece que es feliz con Bob; también es un buen hombre y se quieren.  Con eso me conformo, que sean felices.

Me miro en el espejo antes de salir para la Universidad. Estoy hasta bonita, claro que el traje es precioso, y posiblemente la alegría y la excitación que siento hacen que mis mejillas estén sonrosadas y eso también me favorece. Bueno, pues andando: vamos a por el título.

A medida que nos acercamos, siento que los nervios se me agarran al estómago. Siento un cúmulo de sensaciones: mi graduación y lo más excitante de todo: Christian Grey. Por fuerza tengo que verle, ya que será quién de un discurso y además darle la mano al recibir el título. ¡ Qué nervios !  trataré por todos los medios de no encontrarme con él, que seguro anda por ahí conversando con alguien.  Porque otra cosa no tendrá, pero don de gentes...

Todos estamos muy nerviosos y no paramos quietos en los asientos.  Le veo entrar en el escenario del Aula Magna  y sentarse no lejos de Kate, entre los rectores y profesores. Como siempre es dueño de la situación, inalterable. Busca entre los asistentes a alguien ¿ seré yo ? Si, es a mí, y por más que he tratado de ocultarme, me ha encontrado.  Es muy astuto.  Para darme a entender que me ha visto, repasa su corbata, ¡esa corbata!, pero inmediatamente aparta la vista de mi.  Me pongo aún más nerviosa.  Noto su enfado.



Escucho hablar sobre él, a unas chicas que tengo delante; seguro que si tuvieran oportunidad les gustaría entablar una conversación con él.  He de intervenir, no quiero correr riesgos ni tener rivales, así que les hablo sobre un falso rumor que me invento .  Les digo que es gay  ¡Madre mía ! ¿ Cómo puedo ser tan embustera ¡ Si sabre yo lo que es !, pero he espantado a unas moscas con un solo manotazo.

Comienzan a nombrar por orden alfabético. Yo,  por mi inicial , tardo bastante en subir al escenario. El Rector me entrega el título y a continuación he de estrechar la mano. de Grey.  Le sonrío y trato de marcharme cuanto antes de allí, pero me sujeta por la muñeca de la mano en la que llevo mi título, y muy serio me pregunta si tengo problemas con el ordenador.  No puedo hacer otra cosa más que sonreír y salir de allí rápidamente.  Bueno, por fin he pasado ese mal trago.

Voy en busca de Ray para dirigirnos  hacia la carpa que han puesto para el ágape que la Universidad ha preparado para agasajar a los graduados y sus familias.  Veo que hay un corrillo antes de llegar a ella, y charlando se encuentra Christian. ¡ Oh no ! creí haberme librado de él, pero he de pasar delante suyo. Me ve y dirige unas palabras a las personas con las que charla y decidido se dirige hacia mí.  Menos mal que Ray ha ido al servicio, porque de lo contrario me encontraría con otro envolado por resolver.  Me toma del brazo, fuerte, tan fuerte que casi me hace daño, y me conduce rápidamente hacia los vestuarios de deporte.  Cierra la puerta y me empuja contra una de las taquillas.  No puedo moverme y sus ojos refulgen de rabia .  Nunca le he visto furioso y me asusta, además de intimidarme.

- ¿ Por qué no me mandaste un correo? ¿ Tienes idea de la preocupación que he tenido por si hubieras tenido algún percance?
- Llegué muy cansada, me dolían los pies, y me fuí a dormir. He visto tus mensajes esta mañana cuando me he levantado.  Lo siento.  Lamento haberte causado preocupación, te ruego me perdones.
- ¿ Tienes ya una respuesta?
- Aún no. Lo estoy pensando
- Por favor decídete no puedo soportar tanta impaciencia. Pruébalo Anastasia, si decides no continuar, siempre podrás dejarlo.  Te lo he dicho
- Esta bien
¿ Está bien? ¿ Qué quieres decir con eso?
-Pues que está bien, que lo intentaré

Noto que se relaja algo, y entonces afloja su presión sobre mi, y por fin me veo libre.  Poco menos que salgo corriendo a reunirme con Ray.  Y allí me encuentro con Kate que ha estado grandiosa en su discurso. Nos abrazamos contentas por lo conseguido . Noto su presencia a mi espalda sin verle. Me giro cuando escucho su voz a modo de saludo pronunciando mi nombre.  No puedo evitar mirarle a los ojos, que ahora han recobrado su color natural. .  Me quedo de piedra con Katherine , dirigiéndose a Ray presenta a Christian como mi novio.  Él no se inmuta, pero yo me quedo sin sangre en las venas. Pero ejerce su control y buena educación: sonríe y estrecha la mano de mi padre como si fuera lo mas natural del mundo.  Y yo sé que no es así, que no quiere relaciones, sólo un modelo  de ellas  que está en discusión.  .  No deseo perderle pero eso supone que acepte lo que me propone y hay cosas a las que no estoy dispuesta.

Se acerca un fotógrafo y solicita una foto de Grey. Sonríe y le responde que sí. Me aparto, pero él me atrae hacía si ¿ qué ? ¡ No me lo puedo creer ! Quiere que salga en la foto junto a él ¿ por qué ? No puedo sonreír como pide el fotógrafo para un reportaje en uno de los periódicos locales. Él lo hace tan tranquilo y yo trato de esbozar un asomo de sonrisa.  Se me juntan demasiadas cosas en esta mañana increíble, pero lo que más me inquieta es la persona que me sujeta por la cintura. Cuando nos quedamos solos, con ironía me dice:

- Así que ahora soy tu novio - No sé qué decir, no me salen las palabras.  Él se ríe al ver mi expresión
- Kate ha debido ser más prudente.  Mi padre no merece ser engañado
- A mi me ha gustado - responde mientras nos dirigimos a la carpa a tomar un aperitivo.




Tengo una lucha constante .  He tomado una decisión importante que ignoro a dónde me conducirá. He engañado a mi padre, que aunque no he sido yo la que ha dicho que somos novios, tampoco lo he desmentido, por tanto tengo la misma culpa que ella, que lo ha hecho con doble intención.  ¿ Cómo he sido tan atrevida de dar una respuesta si aún hemos de discutir algunos términos?   ¿Me obligará ésto a firmar el contrato sin más?

Mi padre me saca de las reflexiones al terminar su charla con Christian.  Desea llevarme a comer a un restaurante para celebrar mi graduación, e invita a Grey ¡ Oh no  !  Menos mal que él rehusa alegando que tiene asuntos que resolver.  Necesito estar alejada de él, al menos por unas horas.  Me siento presionada e inquieta.  Deseo llegar a casa, terminar toda esta ceremonia y tranquila tumbarme en el sofá y descansar de tan estresante día.

Se despide muy cortésmente de mi padre,; parece que ambos se han caído bien. A mi me da un beso en la frente y dice algo que,  en estos momentos, es para mí como una amenaza:


- Nos vemos luego, nena.

Lo que quiere decir que cuando termine de sus asuntos ¿ irá a casa?   Por un lado deseo estar a solas con él. Kate pasará el día con sus padres y hermano, así que estaremos listos para terminar la discusión del contrato.  Lo estoy deseando.  En fin, ya veremos.  esta noche puede ser que si o que no. Siempre estoy indecisa ¡ maldita sea !.

jueves, 30 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 13 - Las normas

Me paro en la puerta que da acceso a la cafetería. Allí está él.  Da vueltas nervioso al vaso de whisky que tiene delante haciendo tintinear el hielo; recuerdo la noche pasada y sus juegos con ello. Sonrío. Tiene la mirada fija en el líquido como si le preguntara algo.  Está totalmente absorto.  Levanta la vista y dirige su mirada hacia donde estoy; la cara se le ilumina al verme y sonríe ampliamente.  Viene hacia mí decidido.

- Has sido puntual - me dice al tiempo que besa mis mejillas y contempla mi atuendo - Estás impresionante Anastasia.  Eres preciosa
- Gracias Grey, y yo siempre soy puntual cuando tengo interés en algo
- Eso significa ¿ que te importa lo que vamos a discutir?
- Si, exacto, me importa porque tengo mis dudas de que vayamos a algo concreto.
- Ven sentémonos y lo analizamos.  He reservado una sala privada en el comedor: Estaremos más cómodos y  libres de la curiosidad de otros comensales


Me toma del codo y salimos de allí para dirigirnos al privado que tiene reservado.  Es una estancia sobria, elegante y rica en su vestidura: mantel de hilo bordado, copas de cristal finísimo, cubiertos de plata y hermosas flores en la mesa.  Todo a lo grande y exquisito.  Al ver que me recreo en su vista, Christian  me comenta:

- Lo mejor para esta noche tan especial.  Pueden ocurrir dos cosas: que salgamos de aquí como Amo y Sumisa, o simplemente vayamos cada uno por nuestro lado.  Es una velada muy interesante.

Le miro y le sonrío; tiene razón quién sabe lo que pasará al final de esa cena.  El camarero solícito  corre mi silla para que me acomode; él lo hace frente a mi.  Pide un aperitivo y me extraña que no haya carta para elegir el menú. Tiene esa virtud de adelantarse siempre a lo que pienso y me anuncia que ha encargado lo que vamos a comer: ostras de entrante y bacalao de segundo plato.  Vino blanco frío, su preferido y después quién sabe lo que elegiremos de postre.  Puede ser algo...  exquisito, o por el contrario no querremos postre.

Doy un sorbo antes de sacar del bolso los folios de lo que vamos a discutir, y él hace lo mismo de un bolsillo de su chaqueta.  Lo hace mecánicamente sin dejar de mirarme con esa sonrisa de medio lado, que puede significar ¡ tantas cosas !

- ¿ Están ansiosa por empezar nuestro contrato?
- No, demasiado.  Lo que deseo es aclarar los puntos cuanto antes
- Eso significa que los has estudiado
-Si, y muy detenidamente.  Hay varias cosas con las que no estoy conforme y que habrás de rectificar, de lo contrario no habrá trato.
- Mejor lo hacemos cuando cenemos
- Como quieras, pero creo que cuanto antes mejor.  Pero vale, cenemos primero


Es un seductor nato que me pone a cien sólo con que me mire.  El camarero trae el primer plato: las ostras.  Nunca las he probado así que no sé si me gustan o no. Esta noche será la primera vez.

- Dicen que son afrodisíacas - comento
- No necesito estimulantes cuando estoy contigo- me responde y hace que me sonroje.

Se lleva una a la boca y lo hace de una manera tan sensual que hace que abra mi boca,, como si fuera yo la que la comiera en lugar de él. A continuación exprime unas gotas de limón en otra y me dice que abra ligeramente la boca.  Deposita la ostra sobre mis labios y después la inclina de modo que penetra en mi boca al tiempo que me ordena

- Tragala no la mastiques.  Creo que podrás hacerlo con facilidad - Y se ríe; la noche va de recuerdos, parece ser.  Lo hago y el sabor a mar inunda mis papilas.  Creo que van a gustarme.

Él sigue con su especial juego sensual. Come otra siguiendo el mismo ritual.  Me mira fijamente a los ojos y no puedo resistir esa mirada. Tomo otra y hago exactamente lo que Christian ha hecho, y seductoramente la poso sobre mis labios. Él se detiene en medio del camino de la que iba a comer, saltando chispas de esos increíbles ojos, que ahora tienen un gris profundo.  Y así rítmicamente terminamos con el primer plato.

Después de retirar el camarero los anteriores servicios, nos trae el segundo, y entonces cambia su táctica , pero sigue seduciéndome y esta vez estoy completamente a su merced.  Posa una de sus manos con un movimiento que creo posará en mi muslo, pero no: es un artista en ésto.  La lleva hasta el suyo y comienza a subirla y a bajarla por él.  Me tiene nerviosa y completamente excitada.  Muy bien señor Grey, pues yo también tengo mis armas.


Pongo morritos al llevarme a la boca un trozo de bacalao. ¡ Bien, mi estrategia surte efecto ! y así seguimos, y seguimos.  Creo que ambos estamos totalmente desenfrenados, pero aún no ha terminado la noche.  Hemos discutido en la sobremesa todas las normas  que no estoy dispuesta a aceptar, y para mi sorpresa, compruebo que él lo acepta.  Hay algunas  que dejamos en suspenso al pedirme que primero lo pruebe y si no me gusta, serán retiradas. Le miro y acepto con una sonrisa.

Él parece más relajado que cuando comenzamos la noche. ¿ Estaría intranquilo por si le rechazaba ?  ¿Será que verdaderamente siente interés por mi ?  Él está convencido que esta noche tendremos "tema", pero no será así.  No deseo que sea así; también yo tengo mis estrategias.  Es un juego de seducción en el que ambos caemos.  Me pide que estemos juntos, y yo le digo que no, puesto que al día siguiente será la graduación, y yo, al menos, deseo estar tranquila.

Estoy nerviosa: mi futuro está decidido y es algo que me llena de orgullo y de satisfacción.  Además deseo volver a leer las rectificaciones que hemos hecho en el contrato. No, decididamente no podemos tener esta noche nada más que lo que hemos tenido durante la cena.

- ¿ No hay forma de convencerte? - me dice mientras esperamos a que me traigan el coche
- No Christian.  Mañana es un día importante para mi.  He de estar tranquila y contigo dudo mucho que lo conseguiría-.  Le respondo mirándole, cuando observo que abre los ojos desmesuradamente cuando el portero me entrega la llaves de mi escarabajo


- ¿ Este es tu coche?
-Si, ya ves.  Es un clásico
--Es una temeridad, eso es lo que es.  Ve con mucho cuidado. Llámame para saber que has llegado bien.  Estaré muy intranquilo hasta entonces.

De repente me entra una especie de congoja al pensar que tras mis rectificaciones, quizá no vuelva a verle.  Me adelanto hacia él y deposito un beso en su mejilla.  Probablemente sea la última vez que tengamos contacto ¿ por qué pienso eso?  De ser así él me lo hubiera dicho al hacer los apuntes.  Probablemente se trata de que me estoy involucrando más de la cuenta con este hombre.  Al roce de mis labios en su mejilla, me dice con tridteza algo que me conmueve

- ¿ Por qué me está pareciendo que te despides de mi ? - lo dice con tanto sentimiento que dudo con tristeza, pero mi decisión es firme
- Porque me voy . - Y abriendo la puerta del coche, parto de allí con los ojos llenos de lágrimas.  ¿ Por qué no hemos de tener una relación normal, como cualquier pareja?  Sé que estoy cayendo en un precipicio y cada día compruebo que no deseo dar marcha atrás.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 12 - Acuerdo entre dos

Me ha mandado un correo en respuesta al mio en el que  anunciaba que no sabía nada de ese mundo.  Me e recomienda que investigue y que me inicie  a través de Wikipedia. "Sumisión", se abre la página y por las imágenes que veo, quedo horrorizada ¿ eso es lo que me quiere hacer? ¿ Eso es a lo que estoy dispuesta por complacerle? ¿ Y qué demonios saco yo con eso? Levanto la vista de la pantalla del ordenador y miro al frente pensando en la pregunta que yo misma me he hecho: a todo, estoy dispuesta a todo por estar con él.  Pero eso he de estudiarlo. Ha dicho que tendríamos que discutirlo, bien pues lo haremos.  Tengo que pensarlo detenidamente, tengo que pensarlo muy bien.  No sé dónde voy a meterme, y por mucho que me guste ese hombre, esa no era la idea que yo tenía de una relación, tal y como  concibo una relación.  Claro que él piensa de otra forma, pero la que sufrirá los castigos seré yo, porque a buen seguro, con lo torpe que soy, pienso que estaré recibiendo castigos siempre. No puedo ni imaginar esas horribles varas sobre mi.  No ni hablar.


Trato de concentrarme. Tengo que salir de casa; iré a correr a ver si así mi cabeza se serena y puede pensar con claridad. Y corro, corro , pero doy vueltas a la misma cosa: si aceptio ya se a lo que me expongo.  Seré su esclava sexual y tal y como se ha comportado en nuestros encuentros, creo que debe ser una máquina, pero ¿ y yo ?  Posiblemente yo también lo sea, porque ha hecho despertar en mí algo que no tenía ni idea de que existiera, o ¿ será porque es él? Conoce a la perfección mi punto G y lo utiliza ¡ vaya si lo utiliza, y de qué manera!

No no puede ser, no puedo plegarme a sus exigencias; creo que yo también tengo algo que decir. ¿Tendrían esas reservas las chicas que fueron sus sumisas?  Por lo que me ha dado a entender, no.  Se limitaban a firmar el contrato y listo : a la acción.  Pero además hay algo que no entiendo y no me gusta. ¿ Por qué no podemos dormir juntos?  Lo hemos hecho y ha sido fantástico ¡ me siento tan protegida cuando me abraza y dormimos de esa forma ! Pero él no quiere.  Sólo el sexo y después cada uno a su cama. ¡ Qué frustrada me siento !  Tengo que parar un rato, me falta el aliento; no puedo correr pensar y reflexionar todo a un tiempo.

Me apoyo en un árbol porque estoy cansada.  Nunca en mi vida he corrido tanto, la verdad es que no lo hago nunca, pero hoy lo necesitaba. Regresaré a casa y le enviaré un correo con la respuesta, o al menos no le diré ni que sí ni que no, así tendré la oportunidad de volver a verle, porque estoy segura que me enviará a freír espárragos con tantas reticencias.  Pero yo necesito saber más sobre el tema, no voy a arriesgarme  entrar en algo en lo que no creo sólo por darle gusto.  Yo también cuento y así se lo haré saber.


Cuando llego a casa, me doy cuenta que nuestra mudanza a Seattle está cercana y tengo trabajo que hacer.  Odio tener que embalar las cosas, porque luego no encuentras nada, y siempre guardas algo que necesitas.  Pero lo haremos en este fin de semana, así que aplícate el cuento Ana, que ya queda poco.  Antes me pondré en contacto con él.  Abro el ordenador y le doy una respuesta escueta  que le dejará pensando y así yo dilato un poco más nuestros encuentros

- Ha sido agradable conocerte

Doy al enter y mi mensaje cruza las ondas llegando hasta el señor Grey. Y ahora céntrate en lo que tienes que hacer Ana.  Al cabo de un rato, me siento en mi escritorio y frente a mi están los folios del contrato y de las normas.  Esas normas que parece ser son indispensables para el buen funcionamiento entre nosotros. Voy señalando las que estoy dispuesta a seguir y tacho las que no, que son la mayoría. ¿ Cómo voy a poder con todo ésto? imposible; esos artilugios extraños deben producir un dolor insoportable, al que yo no estoy acostumbrada. Nunca me han dado, ni tan siquiera, un azote, nunca ¿ cómo voy a soportar todo lo que refleja Internet ? Y el caso es que Christian me gusta mucho y me siento feliz a su lado, me siento distinta, claro que las cosas que han pasado en estos días hacen que así me sienta, porque he cambiado, pero... No puedo, no puedo.

De repente la puerta se abre y en el dintel está Christian, y con cara de pocos amigos ¡ Está enfadado ! ¡ vaya novedad ! Siempre tiene el entrecejo fruncido. ¿ Qué le pasa ahora ? E inmediatamente me doy cuenta del porqué está aquí y porqué de su mal humos

- Ha sido agradable conocerme ¿ si ?  Voy a demostrarte lo agradable que ha sido


Está guapísimo ¡ cielo santo ! ¿ cómo voy a decir que no a este hombre que me tiene fascinada? No puedo evitar levantarme y avanzar hasta él.  Rodeo su cuello con mis brazos y voy a besarle, cuando el tomándome de los brazos, me arroja sobre mi cama ¿ pero qué hace ? ¡ Hum, algo que no esperaba !.
Me muestra una corbata que llevaba en el bolsillo trasero de su pantalón y ata mis manos a la cabecera de la cama. Después me quita la ropa de deporte que aún llevaba puesta y sube la camiseta, enrollándola hasta llegar a mi cara, tapando mis ojos con ella.  Estoy totalmente desnuda y a su merced.

Me regodeo en lo que viene a continuación, y cual es mi sorpresa, cuando sale de la habitación dejándome de esa forma. Estoy asustada, horrorizada diría yo.  Tengo las manos atadas y estoy desnuda ¿ cómo le voy a gritar a Kate que me ayude?  Oigo cuchicheos de nuevo y al cabo de un momento vuelve a entrar con algo que deposita en mi mesilla de noche.



En un instante siento el peso de su cuerpo sobre la cama y a continuación le siento muy cerca de mí.  Vierte en mi boca un sorbo de vino frio que me apresuro a tragar, y una segunda vez. ¡ Es ¡ tan erítoco ! que soy incapaz de resistirme.  Este hombre me vuelve loca con su seducción.  Hay un paréntesis y escucho el tintinear de algo sobre el cristal y pronto averiguo de qué se trata : pasea por mi garganta un cubito de hielo en su boca, y baja por todo él, depositando un suave roce de frescor en mis pechos ardientes, en mi estómago, en mi ombligo y en mi parte más intima que me hace jadear y retorcerme.  Y continua de nuevo su ascenso por el mismo recorrido que me excita irresistiblemente.  Bruscamente me da la vuelta y me pone a gatas y a continuación penetra en mi cuerpo bruscamente, fuertemente.  Y me hace jadear  y suspirar pidiendo alivio a tanta excitación.  Ignoro el tiempo que transcurre porque pierdo la noción de las cosas , lo que no sea lo que estoy viviendo y el placer que estoy sintiendo.



Exhaustos uno al lado del otro recobramos el sentido y regresamos a nuestra consciencia.

- Ha sido increible.  Muy agradable - le digo medio adormilada.

El me mira y sonríe, pero al mismo tiempo en su cara noto algo parecido a la preocupación.  Trato de acariciarle, pero él me retira la mano algo bruscamente. ¿ Qué pasa ? ¿ Por qué no puedo acariciarle ? Y me responde que es una de las cláusulas: no tocarle sin su permiso, y hasta ahora nunca lo he conseguido.  Deseo que se quede, pero él dice que me advirtió que no duerme con nadie. La frustración termina con el encantamiento que he sentido hasta hace bien poco.  Se levanta se viste y tras besarme sale de mi habitación.


Y la angustia y decepción sube hasta mi garganta y no puedo evitar el llanto porque imagino que todo va a ser así: sexo y adiós. Pero yo quiero más porque algo se abre paso y lo empiezo a pensar y al mismo tiempo a desechar de mi cabeza: enamoramiento.  No, no puede ser.  No con una persona que pretende hacerme su esclava y a cambio un sexo excepcional.  Pero yo necesito una relación normal, de pareja, y mucho me temo que no lo tendré con Christian Grey.  Lloro, lloro sin cesar, y siento el aviso de un correo Es de él:

-Anastasia espero discutamos el contrato.  Estoy ansioso por  ello y he pensado reunirnos para así llegar a un acuerdo.  Te iré a buscar mañana al salir del trabajo

Le contesto muy enfadada que soy muy capaz de ir hasta donde él me indique y tras mucho tira y afloja, se da por vencido. Iré a la cafetería que me indica, que por lo visto es el comedor del hotel en el que ha reservado mesa para discutir tranquilamente el contrato.  Hemos quedado de acuerdo, pero la congoja sigue afligiéndome y nuevamente vuelvo a llorar.  Y nuevamente tengo su respuesta a la que yo contesto

- Creo que no te gusto especialmente ahora
- ¿ Estás bien ? - me pregunta

Yo no responde,. El llanto persiste y no encuentro la forma de que cese y,  mejor, dormirme.  Vuelvo a sentir movimiento en el salón y que Kate discute con alguien.  Entra nuevamente y alarmado se acerca a mi cama.  En su rostro se marca la preocupación

- Anastasia ¿ qué ocurre?  Me dijiste que estabas bien.  No te habría dejado si llego a saber que estabas en este estado. Hazme un sitio.



Y compruebo que se está desvistiendo. ¡ Va a dormir conmigo !  Y estoy empezando a tener esperanza de que algo va cambiando poco a poco.

martes, 28 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 11 - La sorpresa de Grace

Miro con espanto el rostro de Chrisitan ¿ por qué exclama tan sorprendido? ¿ Qué ocurre, qué le alarma?  Debe haber visto en mi rostro algo extraño porque inmediatamente me aclara que se trata de la visita inesperada de su madre. ¡ Por Dios, estoy sin ropa y él igual.  En la cama y a punto de....!

- Vístete rápido
-Pero no tengo la ropa, está en mi cuarto
- Es igual, ponte mi camisa aunque sea.

Él se incorpora y se viste rápidamente. Me ha amenazado que si no salgo en cinco minutos vendrá a buscarme y me sacará como esté.  Quiere que conozca a su madre. ¡ A su madre ! Es un poco pronto y no puedo imaginar cómo hará la presentación ¿ qué dirá ?  " Te presento a Anastasia Rose Steele, mi futura sumisa.  Esa palabra me quema en los labios.  Me gusta lo que hemos hecho, pero sólo el sexo, el resto de las implicaciones que lo conducen a ello, no me hacen ninguna gracia, es más, creo que no serviré y él se hartará de mi y me dejará.  Sencillamente eso es lo que ocurrirá.


Me pongo una camisa de Christian, que es muy grande.  Me sobra espalda , pero al menos me cubre casi hasta las rodillas. Arreglo un poco mi despeinado cabello y salgo encomendándome a la corte celestial.  Nunca en mi vida había vivido algo semejante. ¡ Casi nos pilla en la cama!   Siento que me pongo roja.  ¡Menuda vergüenza ! Bueno, estoy lista.  Vamos allá Ana.

La cara de su madre es un poema cuando me ve y Christian nos presenta.  No sabe qué decir, la pobre mujer. Algo que encuentro ridículo, porque él es lo suficientemente mayor como para tener encuentros como los que acabamos de tener. ¡ Qué raro !, pienso. . Será algo que tendrá que explicarme, a no ser que su familñia no tenga ni idea de cuales son sus experiencias amorosas.  Si, seguro que es eso, porque de lo contrario no me explico la cara de sopresa de Grace.


Es doctora en pediatría y su padre abogado.  me acabo de enterar por la charla que tenemos en las presentaciones. Ella está tan violenta como yo. Se marcha enseguida; venía con idea de comer con Chritian, pero al conocerme , se ha excusado y se marcha ya.  Yo respiro aliviada, porque lo cierto es que ha sido un momento de mucha violencia por prte de ambas.  Sin embargo a Christian no le ha alterado en lo más mínimo y eso me confunde.  Espero que me dé la oportunidad de averiguar por qué.

Subo a mi habitación mientras se despide de Grace, que amablemente me ha invitado a una cena  como bienvenida de su hija que llegará de Paris.  Christian no ha dicho ni que sí ni que no. No me extraña.  Posiblemente para esa fecha lo nuestro haya finalizado a penas haber comenzado.  Es todo tan extraño, tan misterioso...  Y el caso es que todo es muy sencillo, pero claro lo que no es tan corriente es el cuarto de arriba y que una chica de mi edad haya perdido la virginidad con su hijo recién habernos conocido.  No no es normal, nada en esta historia es normal.


Y sin embargo me siento encantada de la vida.  Ha ocurrido como yo quería y con quién quería, es así de simple.  Estoy vestida y arreglada y bajo hasta la planta principal.  Está sentado en el mostrador de la cocina.  Al verme sonrie y yo también lo hago, divertida por la escena que acabamos de vivir.  No me atrevo a preguntarle nada, no tengo la suficiente confianza con él. Está relajado y satisfecho, y me pregunto ¿ de qué ?  Todo ha sido de lo más surrealista .  Al fin comienza a hablar

- Le has gustado a mi madre, y puedo asegurarte que se ha marchado encantada de la vida
- ¿ Por qué ?
-Porque es la primera vez que me ve con una mujer. ¿ Puedo confesarte algo?
- Desde luego.  De hecho tengo muchas cosas que preguntarte, pero empieza tú
- Aunque nunca me han dicho nada, ni siquiera una pequeña insinuación, en el fondo mi familia cree que soy gay.  Nunca me han visto con ninguna mujer.  Tú eres la primera.  Estás siendo la primera en muchas cosas

Le miró extrañada de esa explicación, y es ahora cuando comprendo algunas actitudes.  No saben el tipo de vida que lleva ¿ cómo lo ha podido ocultar sin que nada trascendiese?

- Voy a llevarte a casa, pero ésta vez iremos en coche.
- De acuerdo -respondo.

Me gusta estar con él, por eso me alegro de que al menos durante un par de horas pueda disfrutar de su compañía, aunque a veces tiene cambios de humor muy drásticos.  Por ejemplo ahora. Se me ha quedado mirando con tal intensidad, que ha hecho que tenga que bajar la cara porque siento que el rubor colorea de nuevo mis mejillas.

Me abre la puerta del coche galantemente. Es un coche fuera de serie.  Salimos del aparcamiento y hace un sol radiante. Ha bajado la capota y el aire nos da de pleno en el rostro. Conecta un botón e inmediatamente una dulce música  ocupa el ambiente.  No hablamos ninguno de los dos.  Le pregundo el título y me responde que es  El Duo de las flores de un compositor extranjero.  Nunca lo había escuchado, pero es preciosa.  Me escurro un poco en mi asiento hacia adelante y reclino la cabeza en el cabezal, entornando los ojos.  El me mira de reojo y sonríe. No duermo, no tengo sueño, y debiera estar cansada, muy cansada.  La noche ha sido muy especial, y el despertar no se queda atrás.  Pero lo he vivido intensamente y quiero guardar en mi memoria cada uno de esos momentos, porque probablemente no vuelvan a ocurrir.  Tendré suerte si alguna vez me topo con un chico que se aproxime mínimamente a la sensualidad de Christian.  Se nota que ha vivido la vida.  Es un amante muy experimentado que conoce perfectamente el cuerpo de una mujer y los resortes que debe tocar para hacerla enloquecer.

La música ha terminado y Christian detiene el coche. Me dice que es la hora de comer y que lo haremos en un restaurante muy especial que hay entre los árboles de esta especie de bosque maravilloso al que hemos llegado.  Estamos a mitad de camino; no tenemos prisa, es temprano y deseo apurar al máximo todos los momentos que pase con él.

Me toma de la mano y paseamos entre los árboles que rodean el restaurante . Hemos comido venado y sopa de ortigas.  No lo había probado en mi vida.

Envalentonada por la copa de vino, decido iniciar nuestra conversación preguntándole cómo y por qué se inicio en sus prácticas sexuales.  Con horror descubro que fue seducido por una mujer mayor, que para colmo es amiga de su madre.  Le miro asombrada  preguntándome como su madre lo ha permitido.  Me confiesa que nadie de su familia lo sabe,, ni siquiera las sumisas que ha tenido


- ¿ Has tenido muchas ? - le pregunto
-Han sido quince- me responde sin rodeos.

¡ Cielo santo ! Han desfilado quince mujeres por la habitación del dolor y han dormido en la misma cama que pretende duerma yo, si es que acepto .  Las dudas y la decepción se apoderan de mí.  Verdaderamente Christian no tiene ni pizca de romanticismo.  Es una máquina sexual.

Sin querer vuelvo con la imaginación a nuestra primera noche, a la bañera, y a lo que íbamos a hacer cuando Grace nos interrumpió. Y a las sensaciones por mi vividas y que estaría dispuesta a volverlas a sentir, pero con ningún otro: sólo con Grey.

Volvemos de nuevo al coche en silencio. Sus miradas a hurtadillas me dicen que algo le intranquiliza.  Quizás esté pesaroro de haber soltado la lengua en algo que lo lleva totalmente en secreto. ¿ Estoy dispuesta ser la número dieciséis?  Tengo que meditarlo.  En mi bolso llevo una copia del contrato de confidencialidad y de las normas que he de seguir.  Hay cosas que me espantan y que no estoy dispuesta a hacer.  Creo que no vamos a volver a vernos, pero por otro lado un pizca de alegría se instala en mi, al pensar que es posible que nuevamente tengamos otro encuentro , porque sino ¿ para qué me ha dado el contrato ?




lunes, 27 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 10 - Seducción en la bañera

Sigo aún algo tímida, a pesar de nuestro encuentro sexual.  Supongo que es porque no estoy acostumbrada, y parece ser que él desea seguir conmigo.  Me dice, entre otras cosas agradables, que le tengo fascinado, que soy preciosa.   Yo ante estas palabras y con sus labios recorriendo los mios y mi cuerpo, no puedo por menos de perderme en el laberinto de sensaciones que me provoca Christian Grey.  Ha usado un preservativo, y como explicación me ha dicho que siempre los usa, que no quiere dejarme embarazada. ¿ Quién lo desea?  Desde luego una servidora no.  Estoy conociendo un mundo desconocido para mi, estoy sintiendo algo que hasta esta noche jamás había sentido, y deseo volver a vivirlo con él.


Estamos desayunando, y no cesa de mirarme inquisitivamente. ¿ Desea leer mi pensamiento, al igual que ha leído mi cuerpo? Me sonríe dulcemente; no se burla de mi timidez, muy al contrario creo que le agrada que sea así. ¿ Cómo no iba a estar tímida ante él? Me he acostado por primera vez con él. Él ha sido quién me ha desvirgado, quién ha posado sus manos sobre mi cuerpo desnudo.  Nunca antes otro ser sobre la tierra lo había hecho.  Probablemente piense que soy una lanzada, o una inconsciente.  Le he visto dos o tres veces en mi vida, y no he dudado en entregarme a él, es más, lo estaba deseando, pero que fuera él y no otro el que rompiera mi virtud.

Apila los platos del desayuno a un lado y me tiende la mano para que le acompañe. ¿ Qué quiere ahora?  ¿Dónde vamos?  Y como si leyera lo que pienso me responde con esa sonrisa de medio lado que me cautiva: " vamos a darnos un baño" ¿ Un baño...  los dos? ¡ Madre mía ! Este hombre es capaz de derretir el polo norte. Lo ha pronunciado de una forma tan seductora, que algo se ha removido en mi interior parecido a lo que sentí anoche por vez primera.  No, no es parecido, es lo mismo, lo que significa, que haré lo que me pida.

- Vamos a seguir con tu entrenamiento. Pero cambiaremos de táctica.  Supongo que no estarás para bromas, por eso desarrollaremos otro juego.


¿ Es que lo de anoche fue un juego?  Quizá para él, para mi fue el mayor placer de este mundo. Pero creo tiene un repertorio inagotable, al igual, al menos, como su resistencia.  Está llenando la bañera con agua caliente, muy caliente y vertido en ella unas sales muy olorosas.  El vapor del agua expande su aroma por toda la habitación; es un olor a jazmines, fresias, dama de noche... no sé exactamente, pero es muy agradable y relajante.

- Ven

Me tiende la mano cuando el agua ha llegado al límite.  Me ayuda a entrar y posteriormente lo hace él; le estoy dando la espalda, y suavemente pasa su brazo por mi cintura y me atrae hacia él.  Ver su cuerpo desnudo una vez más , es un deleite para la vista.  Este hombre es perfecto, pero dado que la perfección no existe, me pregunto si tendrá algo que no le haga diferente a cualquier otro.  Inmediatamente borro ese pensamiento de mi cabeza.  Estoy aquí con él, y se siente atraído por mi ¿qué más puedo pedir?




Reclino la cabeza sobre su hombro, mientras él  abraza mi cintura y con el otrobrazo, mediante una suave esponja, comienza a lavarme.  Despacio, suavemente echa chorritos de agua, estrujando la esponja sobre mi cuerpo.  Al mismo tiempo deposita besitos suaves en mi oreja y cuello.  Entorno los ojos porque estoy sintiendo lo mismo que anoche y creo que el placer nuevamente está llamando a mi puerta.  No quiero que ocurra aún, pero no puedo controlarlo, me es imposible, a pesar de que él con voz imperiosa me ordena que no me corra aún. ¿ Cómo evitarlo? Que pare de una vez con esas tácticas tan seductoras e irresistibles.  Pero es imposible, no puedo, y libero mi cuerpo con los ojos cerrados, con la cabeza apoyada en su hombro y con los labios entre abiertos en medio de un suspiro, un jadeo, y un pequeño grito de placer.

El detiene su rítmica sobre mi y noto que sonríe satisfecho con lo conseguido.  Si señor Grey, se está ensañando con esta chica que se somete sin protestar a su seducción.  Hace que me de la vuelta y le mire., después de un momento en que  aterrizo de nuevo a la realidad. Estrecha su abrazo sobre mi y sonríe satisfecho como el deportista que es premiado con un trofeo. ¿ Soy yo su trofeo?  Parece ser que sí. Que nunca ha vivido una situación semejante y se muestra encantado de la vida.

Estamos sentados uno frente al otro, y el agua no sé si continúa caliente, o es que mi placer vivido ha hecho que subiera la temperatura , el caso es que el vapor aún  flota en el aire.  Acaricia mi cara, y ese gesto hace que abra los ojos y le mire fijamente.  Ambos nos miramos;  sus ojos recorren  mi rostro y el resto de mi cuerpo, y se detiene en mi boca.

De pronto baja su mano hasta el suyo y dice que va a mostrarme la parte de su anatomía que más aprecia. y lo veo, lo veo sin parpadear. No puedo creer que haya estado dentro de mí.  Es..., bueno es .muy Grey. Se acaricia lentamente, al tiempo que me dice que "ese será un juguete que ha destinado para ahora, dado, que según él, debo tener el cuerpo dolorido. Y es cierto estoy molesta, pero no pienso por eso perderme nada de lo que me proponga.  Y lo que me propone, es otra cosa nueva para mí, y me enseña cómo debo actuar.

Sus ojos se han tornado grises como el plomo y su rostro ha cambiado de expresión.  Ahora es un rostro seductor y lascivo que busca mi complicidad y la tiene.  Me inclino hacia adelante y comienzo el ritual que desea tener y que me ha pedido.  Al principio algo torpe,  que hace que se revuelva dentro de la bañera exclamando la palabra Dios una y otra vez.  Pero no me indica que debo detenerme, por lo que interpreto estoy haciendo lo que quiere, aunque no creo sea lo correcto en mi primera experiencia sexual. Y noto que a mi también me gusta, que disfruto con ello al ver su cara transfigurada de placer,  y sigo , y sigo hasta que me avisa que está a punto de rendirse, pero no me importa, desoigo su advertencia hasta que siento algo así como un torrente correr por mi garganta.  El se ahueca un poco en su postura,  al tiempo que pronuncia mi nombre con admiración cerrando los ojos.  Permanezco en silencio frente a él, que poco a poco los abre  y veo que  han cambiado : ahora me mira de una forma muy distinta.  Ya no son lascivos, están como adormilados.  Después sonriendo me dice

. Es difícil entender que no tienes experiencia, aunque yo sé a ciencia cierta que es así. Salgamos de la bañera. Creo que he de compensarte ¿ seguro que no lo has hecho nunca?
 No Christian, ha sido mi primera vez.  Nunca..., sólo esta vez... contigo.


Con suma delicadeza, envuelve mi cuerpo con una toalla y con otra cubre su cintura.  Me encuentro atada por la toalla y por sus brazos.  Siento unas enormes ganas de besarle y acariciar su cuerpo, pero me lo impide.  El me sonrée y con eso me doy por satisfecha.  Dulcemente, con mucha suavidad, me tumba de nuevo en su cama dispuesto a pagar su deuda conmigo, a compensarme por mi felación. Sus caricias me envuelven nuevamente, pero unas voces extrañas para mi, nos llegan desde afuera y él interrumpe bruscamente su recorrido por mi, con una exclamación que muy a las claras me indica que ocurre algo que no espera.

- ¡ Mierda !


domingo, 26 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 9 - Eres mía

A penas me doy cuenta de lo que va a ocurrir, de lo que está ocurriendo ya. Nunca imaginé que fuera todo un ritual antes de llegar a "eso". Pero Christian es dulce y tierno.  No tiene prisa y primero me colma de besitos suaves y suaves caricias sin rozar aún mi cuerpo. Siento que poco a poco me voy rindiendo a su embrujo embriagador y me dejo hacer sin oponer resistencia.  Probablemente lo deseaba de este modo cuando le conocí, al sentir por primera vez algo distinto que venía de mi interior.

No hablamos, no decimos nada.  La luz es opaca, tamizada, pero aún así, veo  reflejado en su rostro una expresión tierna y suave.  No está crispado como lo estaba hace unos momentos, aL confesar mi secreto.  Ahora parece complacido con el ritual que lleva a cabo.  Me ha quitado mis bailarinas y ha besado mis pies.  Ahora está desabrochando mis pantalones y comienza a deslizarlos por mis piernas, y nuevamente estoy en ropa interior, algo que él ya conoce de mi.



Me besa en los muslos suavemente y mira mi rostro.  Yo entorno los ojos porque estoy sintiendo algo desconocido  que nunca antes había sentido.  Es algo que no puedo describir, pero que es muy agradable, caliente, que hace que la sangre circule en mis venas más aprisa que de costumbre.  Inclino la cabeza hacia atrás cuando veo que se levanta y se pone a mi altura besándome en los labios y en el cuello.

Sus manos avanzan hacia mi cuerpo. Comienza a desabrochar los botones de mi blusa y me la quita.  Por un momento se detiene contemplando mi busto y sonríe, pero sigue sin decir nada.  Yo quiero que me acaricie, que me bese que me diga algo, pero no habla.  Me abraza y me aprieta contra su pecho y sigue besándome.  Pasa sus brazos por la espalda y desabrocha mi sujetador, dejándome en parte desnuda.

Siento rubor, vergüenza cuando él me mira fijamente recorriendo mi cuerpo.  Es la primera vez que un hombre me ve desnuda y levanto los brazos para taparme, pero él los detiene en el camino y es entonces cuando pronuncia unas palabras:

- Eres preciosa, Anastasia


Siento arder mis mejillas cuando sus manos se posan en mi pecho como tomando medida .  El contacto de sus manos sobre mi, hace que me estremezca y al mismo tiempo  que avance mi cuerpo hacia sus manos.  Me tumba suavemente sobre la cama y sigue extasiado contemplándome.  No entiendo tanta adoración.  Creo que no es la primera vez que ve un cuerpo desnudo de mujer, ni yo tengo un cuerpo tan extraordinario para esa contemplación.

Se pone frente a mi, y procede a desnudarse él también.  Le tengo completamente desnudo y no puedo evitar el mirarle: también es la primera vez que yo contemplo un cuerpo de hombre desnudo en su totalidad, y francamente está como esculpido.  Sus fuertes músculos delinean a la perfección la belleza del cuerpo humano.  Nos miramos ambos a los ojos fijamente, y seguimos mudos, explorándonos mutuamente.

  Y llega la hora suprema. Una hora que nunca busqué hasta que le conocí a él, y no me siento inquieta ni preocupada porque sé que será cuidadoso conmigo, a pesar de que me ha explicado la forma en que practica el sexo.  Pero ha sido tan dulce en el preámbulo que no creo que,  al menos, sea brusco en esta ocasión.

Y me dispongo a pasar el mal trago que me queda, pero que al mismo tiempo, deseo sentirle sobre mi y experimentar por vez primera el éxtasis del placer sexual, y si además es con el hombre que me gusta, pienso que será aún mayor disfrute.  Me ha quitado las braguitas, y ya estoy totalmente a su merced. Sube por mi cuerpo lentamente, despacio, avanzando con besos tiernos por cada parte de mi piel, hasta llegar a mi boca.  Entonces su beso es  tan extraordinario como el primero que me dio.


Tengo los ojos cerrados, no puedo evitarlo.  Creo que me siento excitada y no me importa nada de lo que pueda ocurrir de ahora en adelante.  Sólo deseo pertenecerle en la forma que sea, en la forma que él quiera tomarme. De mi garganta salen suspiros extraños que nunca antes había exhalado.  Él levanta mis brazos y entrelaza sus dedos con los míos y le siento muy cerca, muy cerca, tan cerca que con un sólo movimiento cumple el ritual de la posesión.

He dado un pequeño grito cuando en dolor de mi vientre hace que lo profiera, pero después siento algo extraño, a medida que su cuerpo toma un ritmo, primero despacio y después más intenso. A medida que transcurre el tiempo, su ritmo se va incrementando y también suspira marcando en su rostro un gesto extraño de placer.


  Se mueve rápido y yo lo admito y lo deseo.  No sé el tiempo que ha pasado, pero se me hace corto cuando en un momento determinado arqueo mi cuerpo hacia el de él y ambos nos juntamos más y juntos exclamamos algo y de repente paramos.

Él se queda sobre mi y yo  he quedado sin fuerzas, desmadejada, totalmente relajada.  Tengo los ojos entornados y siento su aliento sobre mi cara, y nuestra respiración se une, al principio ligera y poco a poco se va calmando. El sigue besándome y levanta su rostro para contemplarme. Nos miramos nuevamente sin pronunciar palabra.

Siento que he tocado el cielo con las manos.  He tenido mi primer orgasmo con el hombre más perfecto del mundo, más considerado, dulce y tierno que pueda existir.  Acaricia mi rostro y vuelve a besarme.  Yo le devuelvo el beso, pero nuestras manos siguen enlazadas.

Han pasado unos instantes y  se incorpora lentamente.  Debo de tener algún gesto extraño porque me pregunta preocupado:

- ¿ Estás bien ? ¿ Lo esperabas así ?


Yo sonrío sin saber qué decir, porque ignoro si todo el mundo siente lo que yo en estos momentos, pero tampoco me importa.  Sólo cuenta cómo yo me siento y ha sido ¡ genial !.  Él insiste ante mi silencio, y entonces me decido a dar mi opinión:

- Si estoy bien.  No puedo decir cómo lo esperaba puesto que desconocía qué se sentía, pero sí lo he disfrutado, me ha gustado y deseo repetir.

Me echo  a reir ante la expresión de asombro de su cara.  Creo que no se esperaba una respuesta semejante, pero la sensación, lo que he experimentado cuando me estaba poseyendo,  no podría describirla,  y desearía volver a sentirla.


Ha pasado, no sé, el tiempo, y Christian va a cumplir nuevamente con mis deseos " deseo repetir ", le he dicho y él totalmente complacido vuelve a acariciarme,   a seducirme, a provocarme   nuevamente y,  otra vez experimento lo mismo y acelera su ritmo,  un  ritmo que deseo mantenga hasta el final.  Ahora conozco lo que se siente, y deseo acompañarle en ese ballet que es hacer el amor, y le acompaño, y le sigo, le sigo una vez mas,  y ambos otra vez suspiramos, gemimos,nos besamos, nos poseemos hasta llegar a la culminación de un climax que juntos disfrutamos una vez más-

Tumbados uno sobre el otro nos vamos recuperando.  El acaricia mi espalda desnuda y yo sus cabellos. Me incorporo y le beso, él responde y tomando mi cara entre sus manos, me dice muy serio:


- Eres mía, solamente mía y mañana lo recordarás cada vez que te sientes Recordarás que he estado dentro de tí.

Me besa y yo lentamente, y sonriendo me duermo entre sus brazos.

Ignoro el tiempo que he dormido.  Él permanece a mi lado y me mira con una mirada  dulce, con las facciones relajadas, sin crispación.  La arruga de su entrecejo no existe y muestra su hermoso rostro, yo diría, que feliz.

Quiero que el tiempo se detenga aquí, ahora. Que estemos mirándonos, sin palabras. Quiero penetrar en su cabeza y conocer lo que piensa, y el porqué de esta preferencia por mi. Por esta chica torpe y vulgar.  Saber que le he inspirado para ser otro Christian tan distinto al que hace a penas un rato me pedía que firmara un contrato y la no divulgación de nuestra intimidad.  Ignora que lo quiero guardar para mi sola, que nada ni nadie me robe esta intimidad. Y de golpe descubro que me he enamorado de él, que me enamoré en el mismo instante en que me ayudó a levantarme del suelo.  Y que no entiendo la poca cordura que he tenido para entregarme a él, a sabiendas de que no me quiere, es decir que me quiere para algo que dudo pueda realizar.  Pero ahora no me importa nada. Vivo este instante, vivo mi primera vez con alguien al l que he comenzado a querer. Con alguien que me ha enseñado a   amar y a sentir el placer por primera vez. Y tiene razón :  seré suya siempre.


sábado, 25 de marzo de 2017

Anastasia - Capítulo 8 -La edad de la inocencia

Quedo deslumbrada al entrar en su apartamento.  El lujo y la amplitud del mismo me sobrecogen  ¿dónde me he metido ?  El piso de Kate es confortable y bonito, pero sin duda, nada tiene que ver con el de Christian.  De sus paredes cuelgan cuadros de firmas importantes. Sobre los muebles esculturas y detalles de altísima firma, y lo que más me extrañá de todo ello, es un magnífico piano ante el gran ventanal del enome salón.  Todo es impecable.  A mano derecha hay una escalera que debe conducir a los dormitorios. Lo observo, cuando su voz me sobresalta

- ¿ Quieres tomar algo?

Yo acepto, necesito algo que me anime ante tanto derroche de lujo.  Sigo sin comprender, y ahora mucho menos, el porqué se ha fijado en mi ¿ qué busca de mi? No tengo una belleza extraordinaria, soy patosa e inegura, visto prendas baratas y además mal conjuntadas, en fin, no me lo explico.  Él, sin embargo, toda la ropa que lleva es impecable, de buen corte cuando seguro está hecho a medida, pero es monocromático: siempre lleva el mismo tono , el gris.  Pero no se le puede negar que lo lleva muy bien, con elegancia y soltura, como alguien que está acostumbrado a llevar buenas prendas.  Para nada lo mismo que yo.
 


Me indica que nos sentemos y me presenta unos folios, algo que no entiendo de lo que se trata. Sirve unas copas de vino blanco muy frio, que pruebo un sorbo, porque la boca se me ha secado; es exquisito y cómo no, de una etiqueta excelente.  Se sienta frente a mi y comienza a explicarme de lo que tratan los folios que ha puesto encima de la mesa

- Es un contrato que ha redactado mi abogado.  Lo del ascensor fue algo insólito que no se repetirá sin antes firmar este contrato. En él queda todo especificado lo que esperas de mí y lo que deseo de tí. Leélo detenidamente y si estás conforme con lo aquí se ha  escrito,  fírmalo, si no es así, no te preocupes. Tengo el helicóptero a tu disposición si deseas irte, no hay problema.  En él queda muy claro la absoluta confidencialidad de nuestra relación.  Si fuera divulgada te llevaría ante un tribunal de justicia. Nadie debe saber lo que hacemos ¿ Has entendido?
- ¡ Claro que lo he entendido ! De todas formas, nunca hablo con nadie de mi vida privada, así que dime donde firmo.
- Deberías leerlo antes de firmar.
-Dame una copia y lo estudiaré cuando llegue a casa.  La verdad, eres demasiado precavido. No creo que el beso del otro día sea algo que sólo nosotros tuvimos. Todas las parejas del mundo se besan y no creo que v ayan por ahí firmando contratos de confidencialidad.  Y ahora quiero saber qué hago yo aquí


Él se ríe algo extrañado de que le haga esa pregunta. No soy tan tonta como para compender que lo que  ocurrirá es que nos acostaremos juntos. Me extiende una mano para que le acompañe a algún sitio de este inmenso universo que es la casa de Grey. ¡ Ya está claro, vamos a un dormitorio! Cogida por su mano, subimos las escaleras y ante nosotros hay un pasillo largo,franqueado por distintas puertas a uno y otro lado.  Todo en colores tenues, muy relajantes y elegantes. A la vuelta de ese mismo pasillo hay una puerta en la que nos detenmos.  Saca una llave de su bolsillo del pantalón y me dice algo que sigo sin comprender:

- Quiero mostrarte esta habitación en la que nos divertiremos juntos. Quiero que la veas antes de seguir adelante. Te repito que si deseas irte, si no estás conforme puedes hacerlo en cuaqluier momento.


¿ Qué habrá tras la puerta ? La impaciencia me consume y le apremio para que abra.  Lo hace y tras dar la luz, su primera mirada es para mi rostro, que es de un asombro infinito ante lo que estoy contemplando y que es la primera vez en mi vida que veo una habitación semejante.  Como toda la casa, es una habitación enorme ricamente amueblada con muebles de caoba  y de estilo, de muy buen gusto.  Una cama en un extremo de la habitación siguiendo la misma línea del resto de los muebles-  A un lado de la cama un sofá Chéster tapizado en piel y frente a todo esto, rodeando las paredes, una serie de artilugios que  no sé para que sirven, pero que me dan la idea de que es de una clase de sexo no habitual, es decir BDSM.  Entiendo que Grey practica esa clase de sexo. Me detengo ante unas varas y le pregunto para qué sirven, me responde que son parte de los juguetes.

Me dan escalofríos al imaginarme la utilización de estos aparatos sobre un cuerpo humano. ¿ Eres un sádico ? le pregunto pero  me responde un término que no tengo ni idea de lo que significa.  Me quedo sin palabras.  O sea que lo que desea hacer conmigo es ésto. Y ahora comprendo el porqué del contrato de confidencialidad. No es muy común practicar sexo con este ritual, al menos no se difunde mucho y he ahí su reserva para no divulgarlo. Y ahora con más motivo no decir  nada, si es que me uno a él en esta práctica, claro.






Pensaba que sería más convencional, pero está claro que me he encaprichado de un hombre que no es nada convencional. El me dice que diga algo, pero es que se me han borrado las palabras de mi cabeza. ¿ Qué puedo decir ? Lo único que ronda por mi mente es que nuestra relación va a ser extraña y que no sé si estoy dispuesta a aceptarla. No habrá cenas románticas, ni cines, ni paseos tomados de la mano como cualquier pareja, y sus palabras aún resuenan en mi cabeza:" no soy romántico,  esas cosas no me van, y mi sexo es del duro ¿ entiendes? ¿ Y si no acepto?, y me responde otra vez con la mayor frialdad del mundo " pues no tendremos otro tipo de relación, no me interesa de otra forma".

Sigo bastante muda; lo último que me esperaba era una proposición de este tipo. No ha soltado mi mano y salimos de la habitación y nos dirigimos a otra que está cerca del cuarto del placer como él lo llama.

-Este será tu dormitorio

¿ Mi dormitorio? Será nuestro dormitorio, porque pienso que dormiremos juntos.  Pero Grey dice que no, que es para mi sola, porque él no comparte cama con nadie.  Otra cosa que me llena de estupor. Mi cabeza es un vendaval de ideas y noticias que voy tratando de asimilar a velocidad de vértigo, porque pienso que lo que vendrá a continuación será el sexo.  Y eso me asusta, porque como a todos los humanos, lo que no conocemos nos asusta; él dice que no me hará daño, que sabré donde están mis límites.  Pero esas palabras lejos de tranquilizarme me inquietan aún más.

- Volvamos abajo - dice - Hemos de charlar de más cosas
-¿ De más? ¿ Qué es lo que viene ahora? Eres una caja de sorpresas - él rie algo nervioso


Me pregunta si hay algo en el sexo que me desagrada ¡ Dios mio, aquí está ! Siento una vergüenza que me muero ¿ Cómo le digo a este hombre que nunca he estado con un chico? Que soy vírgen.  Comienzo a tartamudear.  Las manos me sudan, me muerdo el labio y bajo la vista.  No puedo mirarle de frente. Las mejillas me arden y sus ojos se clavan en mí esperando mi respuesta.  Titubeante comienzo por responder evasivamente, pero él lo capta en el acto, y sus ojos se abren desmesuradamente al comprender lo que quiero decir.  Y entonces monta en cólera y me reprocha el por qué no se lo he dicho antes. ¿ Cómo iba a decir a un desconocido que no había practicado sexo con nadie? ¿ Por qué el no me dijo que tenía un cuarto, para mi del castigo, para él del placer? Y también se lo recrimino, porque tampoco ha sido sincero.

Entonces parece aplacarse, probablemente al verme tan azorada y creo que voy a romper a llorar de un momento a otro porque esta situación comienza a superarme.  No es lo que esperaba en mi segunda cita con él.  Si la primera ya fue un desastre, ésta no se queda atrás..  Todos los hombres quieren ser los primeros en la vida de una mujer, pero claro, Grey, es diferente.  Aunque también pienso que aquí la romántica soy yo, y que a él no le van ese tipo de relaciones, con lo cual es explicable que le dé lo mismo ser el primero o el último.  Se pasa la mano por el cabello, como queriendo dar suelta a algo que está pensando, y yo le miro a intervalos sin saber qué hacer ni qué decir.  No esperaba una reacción de él tan colérica.  Estoy a punto de decirle que me voy, cuando comienza a hablar y nuevamente me deja sin palabras. Sin palabras porque este hombre me ha vuelto loca y ahora descubro que seré un juguete y no una novia:

- Vamos a arreglar la situación


Y tomándome de la mano nos dirigimos por una puesta a otro pasillo, pero éste es en la parte de abajo y también está flanqueado por distintas puertas, todas cerrada. Y volvemos a detenernos, pero ésta vez no hay llaves y creo que ninguna sorpresa.  Abre la puerta que corresponde a su dormitorio tan grande y espacioso como todos.   Sobriamente amueblado, pero con muebles más actuales y en tonos azul con distintos matices.  Me fijo en la cabecera de su cama una enorme y fabulosa marina.  Entramos y enciende la luz, ero una luz tenue, baja de intensidad y muy agradable que hace que el dormitorio sea  acogedor. Me lleva hasta el centro de la habitación y allí suavemente vuelve a besarme y mordisquea on los suyos mis labios.
.
- Voy a hacerte el amor, Anastasia. Iremos despacio, tranquilos, aunque no hayas leido el contrato, ni revisado las normas que he dispuesto para nuestra relación, si es que la aceptas.  No estés preocupada, será un sexo convencional. Así que no te inquietes.Hoy no habrá contrato de confidencialidad ni normas


No deja de sorprenderme, resulta que es tierno y delicado.  Me muestra una faceta que quizás él ignore de sí mismo. Si no va a llevarme a ese cuarto y va a hacerme el amor convencional entonces¿ es  que le gusto?  Y la pregunta queda en el aire.