Anastasia tiene una especial habilidad para sonsacar a las personas, y a mi, doblemente, por mucho que no quiera contarle nada. Ella ata cabos y deduce que todo lo ocurrido hasta ahora es por culpa de ese horrible hombre. No quiero hablar más, no quiero que se preocupe por nada, pero no sé cómo se las arregla que al final termino contándole lo que había dentro de la furgoneta y que al parecer iba destinado a ella. Un frio interior me recorre la espalda, sólo de pensarlo. Le comento que en la nota iba un mensaje que no entiendo, no sé de qué me habla esa mente perturbada.. Insiste, insiste una vez más y me pregunta cómo tengo tantos datos de Jack, la ingenua no sabe que cuando comenzó a trabajar en SIP, hice averiguaciones para saber con qué tipo de gente iba a estar. Lo sé, lo sé. A veces es excesivo mi afán de protección, pero, aunque esta vez no me sirvió de mucho, algo me puso sobre aviso y no le perdí de vista ni un minuto., aunque ella no lo supiera.
Estamos uno al lado del otro, de confidencias: ella quiere saber y yo deseo hablar. Pocas veces me ocurre eso, pero ahora, después de lo ocurrido en el cuarto rojo, me siento más unido a ella. Cada minuto que pasa siento la necesidad de ella. No sé en qué momento, nuestra conversación cambia y llegamos hasta Flynn, ¿ Habrase visto ?. Le ha dicho que debe concederme el beneficio de la duda, y que no nos paremos a pensar en lo que ocurrió, sino qué quiero para el futuro. Lo tengo muy claro: Anastasia; ella es mi futuro, es la que me guía hacia él.Y de repente me suelta que quería a mi madre. Me quedo callado, analizando sus palabras, y al final, pienso que es muy posible que así fuera. Seguramente, en mi corta edad, percibía que ella no estaba bien, que necesitaba ayuda y no golpes y abusos sexuales como el energúmeno ese la infringía. Yo quería salvarla de todo aquel infierno y esa es la carga que llevo conmigo y que traslado a todas las mujeres de mi familia, en especial a Anastasia. Deseo cuidarla y protegerla, que ni el viento roce su cara y la moleste. ¿ Reminiscencias de mi madre biológica ? Posiblemente. No quiero admitir ante ella que eso es así, aunque insiste; quizás Ana lo tiene más claro que yo mismo.
La miro y contemplo la claridad de su mirada. La tengo abrazada y ella a mi ¿ Todavía me querrá?. Es una conexión extraña la que ambos tenemos Como si hubiera pensado en voz alta, ella me responde: " te quiero Christian, tanto... que a veces me da miedo " ¿ Qué significa eso ? ¿ De qué tiene miedo ? soy yo el que debe estar preocupado: con lo ocurrido esta tarde, no me extrañaría que me odiase. Estuvo mal, ahora lo pienso, y estuvo mal. ¿ Y si hubiera sido al contrario ? ¿ Y si ella me hubiera puesto al límite y después no me hubiera dado la oportunidad de un desahogo? ¿ Por qué narices pienso eso ahora y no antes? Me prometo a mi mismo que no volverá a ocurrir; ella tiene los mismos derechos que yo, y las mismas necesidades, por lo que veo. No volverá a ocurrir. No volveré a comportarme como su amo y señor, porque no lo soy: ella es mi mujer, mi compañera, mi amante a la que adoro, pero nunca volveré a someterla, por traviesa que se comporte y por mucho que me desobedezca. Me siento mal anímicamente, porque no quiero hacerla daño, y esta tarde se lo he hecho, no físicamente, pero hay muchas formas de lastimar a una mujer y yo lo he hecho esta tarde.
¡Demonios, no quiero volver a pensar más en eso.! Ella me ha perdonado, pero yo no me perdono, pero no quiero machacar una y otra vez sobre lo mismo. La tengo entre mis brazos acariciándome el pecho y dándome suaves besitos y yo me siento feliz de que lo haga, y pienso que hace poco no lo soportaba y ahora lo deseo con todas mis fuerzas.La necesito y deseo que ella me necesite también.
Necesito que me tranquilice y me repite una y otra vez que así es, y que en lo sucesivo tendrá más en cuenta mi necesidad de controlar cada momento de su vida.. Me dice que me ha echado de menos, que siempre le pasa cada vez que estoy lejos Tratamos de dormir. Hemos tenido confidencias, nos hemos declarado nuestra pasión mutuamente, pero Anastasia está inquieta y es que después de mi castigo, ella no ha encontrado satisfacción, y yo debo, tengo la obligación de calmar su sofoco. Y comienzo mi adoración hacia ella en las caricias en su rostro, en su boca, en todo su cuerpo, pero principalmente en su parte más dulce, y efectivamente, ella responde de inmediato. No ha esperado mucho, su exicitación estaba clara y yo cuido de lo que es mio, y Ana lo es en cuerpo y alma. Estamos extenuados. está de espaldas a mi, pegada a mi cuerpo y rodeada, como siempre, por mis brazos y mis piernas, no como signo de de posesión, sino como protección y amor supremo. Ncesito su contacto en cualquier momento, de cualquier forma. Al cabo de un tiempo, ambos nos rendidmos al sueño. Pero..
¡ Están aqui, han vuelto ! La tortura está aquí y ahora, pero esta vez las pesadillas no son las mismas de siempre, quizá sean aún peores, porque es Ana la que está totalmente presente en ellas. Y me retuerzo ante la angustia, ante la desazón. Un sudor frío recorre mi cuerpo, mi frente y mi alma. Un frio que viene de dentro y quiero despertarme y sólo una imagen me lo impide. Quiero despertarme, quiero despertarme. Y me agito y me remuevo en la cama. Siento que unos brazos me agitan tratando de despertarme, pero el despertar no llega, y noto que hay alguien que llora, y me besa y sigue agitándome, y entonces, poco a poco esa visión horrible, torturadora, se va desvaneciendo, y la lucidez va llegando lentamente. Una suave mano, dulce mano, me seca unas lágrimas que corren por mis mejillas.
¡ Es ella ! ¡ Ana, está aquí a mi lado ! Y escucho su voz amada diciéndome " Christian es una pesadilla, sólo eso ". Yo sólo acierto a pronunciar su nombre: Ana..., Ana... Mi talismán, mi tabla de salvación... mi amor... ... mi vida ... mi más... mi Ana. A la que he visto muerta en un suelo frio , como ella estaba ¡ Dios mio, he soñado que estaba muerta !
Pero no lo está , y permanece a mi lado, tratando de consolarme de la angustia vivida, y al contacto con su cuerpo, piel con piel, y el sueño vivido, mi excitación se hace presente. Se hace presente mi necesidad de ella y nuevamente deseo poseerla, y lo hago, rápido, fuerte, necesito que así sea. Y ella responde, responde a mis requerimientos y a su necesidad de mi, al igual que yo de ella.
Al fin, ambos estamos en paz, superada esta noche extraña, plena de confidencias, de amor, de posesión, pero sobretodo de amor. Los recuerdos de la pesadilla vivida se han evaporado, hemos hecho el amor y saciado nuestras apetencias sexuales mutuas. He interrumpido mi sueño durante la noche y he tenido cuna comunicación con Elliot: voy a darle una sopresa a mi mada esposa. Además pagó por ello. Me sonrio al recordar el baile de disfraces y sus cosecuencias finales por cierto artilugio. Mi giro hacia el lado de Anastasia, y la veo dormir plácidamente, con paz, con esa paz que solamente las conciencias tranquilas tienen mientras duermen. He hablado con Stephan y todo está preparado.
Impaciente por la sorpresa y sonriendo feliz, la agito suavemente para despertarla, mientras cubro su cara de besos, y al final sus labios. Esos labios suaves . carnosos y dulces como fruta madura. Ana, al fin, abre los ojos y me sonríe al tiempo que me pregunta cómo estoy
- Ahora bien, así que anda, levántate
- Christian ¿ por qué tan pronto? Estoy como si me hubiera atropellado un tren de mercancías, es decir hecha polvo. Eso se lo debo a mi marido ¿ Conoce a mi marido, señor Grey ? Pues voy a presentárselo. Es el amor de mi vida, mi megalómano, posesivo, protector, mandón, muy mandón, pero al que yo adoro y amo ser su esposa y que él sea mi esposo. Y adoro nuestros encuentros sexuales en ascensores, mesa de vestíbulo, de despachos, cuartos rojos, coches perseguidos.... en cualquier sitio y a cualquier hora.
La escucho sonriendo ¡ Qué feliz me hace ! Esa lengua viperina que siempre tiene dispuesta una respuesta ligera e inteligente que me enamora cada vez más. Me pide seguir durmiendo. Al final tendré que decirle que vamos de excursión. Pasaremos el fin de semana en el campo y estaremos más seguros en el lugar donde la quiero llevar
- Nena, pagaste veinticuatro mil dólares por un fin de semana. Has de conseguir tu recompensa
- ¿ Quieres decir que...Aspen ?
- Aspen
- ¿ Ese Aspen ?
- ¡ Claro ! Que yo sepa no hay otro
Se lanza a mi cuello y ante lo inesperado de su reacción, caemos ambos abrazados sobrer la cama riendo como dos chiquillos.
- Pero está lejos. Tardaremos mucho en llegar
- Señora Grey, no entiende nada. Su marido, ese megalómano, mandón, obseso del control y del sexo, posee un jet privado y lo pone a su disposición
- ¡ Christian ! Te quiero - Y dándome un beso marca Grey nos disponemos a pasar un fin de semana único.
Estamos uno al lado del otro, de confidencias: ella quiere saber y yo deseo hablar. Pocas veces me ocurre eso, pero ahora, después de lo ocurrido en el cuarto rojo, me siento más unido a ella. Cada minuto que pasa siento la necesidad de ella. No sé en qué momento, nuestra conversación cambia y llegamos hasta Flynn, ¿ Habrase visto ?. Le ha dicho que debe concederme el beneficio de la duda, y que no nos paremos a pensar en lo que ocurrió, sino qué quiero para el futuro. Lo tengo muy claro: Anastasia; ella es mi futuro, es la que me guía hacia él.Y de repente me suelta que quería a mi madre. Me quedo callado, analizando sus palabras, y al final, pienso que es muy posible que así fuera. Seguramente, en mi corta edad, percibía que ella no estaba bien, que necesitaba ayuda y no golpes y abusos sexuales como el energúmeno ese la infringía. Yo quería salvarla de todo aquel infierno y esa es la carga que llevo conmigo y que traslado a todas las mujeres de mi familia, en especial a Anastasia. Deseo cuidarla y protegerla, que ni el viento roce su cara y la moleste. ¿ Reminiscencias de mi madre biológica ? Posiblemente. No quiero admitir ante ella que eso es así, aunque insiste; quizás Ana lo tiene más claro que yo mismo.
La miro y contemplo la claridad de su mirada. La tengo abrazada y ella a mi ¿ Todavía me querrá?. Es una conexión extraña la que ambos tenemos Como si hubiera pensado en voz alta, ella me responde: " te quiero Christian, tanto... que a veces me da miedo " ¿ Qué significa eso ? ¿ De qué tiene miedo ? soy yo el que debe estar preocupado: con lo ocurrido esta tarde, no me extrañaría que me odiase. Estuvo mal, ahora lo pienso, y estuvo mal. ¿ Y si hubiera sido al contrario ? ¿ Y si ella me hubiera puesto al límite y después no me hubiera dado la oportunidad de un desahogo? ¿ Por qué narices pienso eso ahora y no antes? Me prometo a mi mismo que no volverá a ocurrir; ella tiene los mismos derechos que yo, y las mismas necesidades, por lo que veo. No volverá a ocurrir. No volveré a comportarme como su amo y señor, porque no lo soy: ella es mi mujer, mi compañera, mi amante a la que adoro, pero nunca volveré a someterla, por traviesa que se comporte y por mucho que me desobedezca. Me siento mal anímicamente, porque no quiero hacerla daño, y esta tarde se lo he hecho, no físicamente, pero hay muchas formas de lastimar a una mujer y yo lo he hecho esta tarde.
¡Demonios, no quiero volver a pensar más en eso.! Ella me ha perdonado, pero yo no me perdono, pero no quiero machacar una y otra vez sobre lo mismo. La tengo entre mis brazos acariciándome el pecho y dándome suaves besitos y yo me siento feliz de que lo haga, y pienso que hace poco no lo soportaba y ahora lo deseo con todas mis fuerzas.La necesito y deseo que ella me necesite también.
Necesito que me tranquilice y me repite una y otra vez que así es, y que en lo sucesivo tendrá más en cuenta mi necesidad de controlar cada momento de su vida.. Me dice que me ha echado de menos, que siempre le pasa cada vez que estoy lejos Tratamos de dormir. Hemos tenido confidencias, nos hemos declarado nuestra pasión mutuamente, pero Anastasia está inquieta y es que después de mi castigo, ella no ha encontrado satisfacción, y yo debo, tengo la obligación de calmar su sofoco. Y comienzo mi adoración hacia ella en las caricias en su rostro, en su boca, en todo su cuerpo, pero principalmente en su parte más dulce, y efectivamente, ella responde de inmediato. No ha esperado mucho, su exicitación estaba clara y yo cuido de lo que es mio, y Ana lo es en cuerpo y alma. Estamos extenuados. está de espaldas a mi, pegada a mi cuerpo y rodeada, como siempre, por mis brazos y mis piernas, no como signo de de posesión, sino como protección y amor supremo. Ncesito su contacto en cualquier momento, de cualquier forma. Al cabo de un tiempo, ambos nos rendidmos al sueño. Pero..
¡ Están aqui, han vuelto ! La tortura está aquí y ahora, pero esta vez las pesadillas no son las mismas de siempre, quizá sean aún peores, porque es Ana la que está totalmente presente en ellas. Y me retuerzo ante la angustia, ante la desazón. Un sudor frío recorre mi cuerpo, mi frente y mi alma. Un frio que viene de dentro y quiero despertarme y sólo una imagen me lo impide. Quiero despertarme, quiero despertarme. Y me agito y me remuevo en la cama. Siento que unos brazos me agitan tratando de despertarme, pero el despertar no llega, y noto que hay alguien que llora, y me besa y sigue agitándome, y entonces, poco a poco esa visión horrible, torturadora, se va desvaneciendo, y la lucidez va llegando lentamente. Una suave mano, dulce mano, me seca unas lágrimas que corren por mis mejillas.
¡ Es ella ! ¡ Ana, está aquí a mi lado ! Y escucho su voz amada diciéndome " Christian es una pesadilla, sólo eso ". Yo sólo acierto a pronunciar su nombre: Ana..., Ana... Mi talismán, mi tabla de salvación... mi amor... ... mi vida ... mi más... mi Ana. A la que he visto muerta en un suelo frio , como ella estaba ¡ Dios mio, he soñado que estaba muerta !
Pero no lo está , y permanece a mi lado, tratando de consolarme de la angustia vivida, y al contacto con su cuerpo, piel con piel, y el sueño vivido, mi excitación se hace presente. Se hace presente mi necesidad de ella y nuevamente deseo poseerla, y lo hago, rápido, fuerte, necesito que así sea. Y ella responde, responde a mis requerimientos y a su necesidad de mi, al igual que yo de ella.
Al fin, ambos estamos en paz, superada esta noche extraña, plena de confidencias, de amor, de posesión, pero sobretodo de amor. Los recuerdos de la pesadilla vivida se han evaporado, hemos hecho el amor y saciado nuestras apetencias sexuales mutuas. He interrumpido mi sueño durante la noche y he tenido cuna comunicación con Elliot: voy a darle una sopresa a mi mada esposa. Además pagó por ello. Me sonrio al recordar el baile de disfraces y sus cosecuencias finales por cierto artilugio. Mi giro hacia el lado de Anastasia, y la veo dormir plácidamente, con paz, con esa paz que solamente las conciencias tranquilas tienen mientras duermen. He hablado con Stephan y todo está preparado.
Impaciente por la sorpresa y sonriendo feliz, la agito suavemente para despertarla, mientras cubro su cara de besos, y al final sus labios. Esos labios suaves . carnosos y dulces como fruta madura. Ana, al fin, abre los ojos y me sonríe al tiempo que me pregunta cómo estoy
- Ahora bien, así que anda, levántate
- Christian ¿ por qué tan pronto? Estoy como si me hubiera atropellado un tren de mercancías, es decir hecha polvo. Eso se lo debo a mi marido ¿ Conoce a mi marido, señor Grey ? Pues voy a presentárselo. Es el amor de mi vida, mi megalómano, posesivo, protector, mandón, muy mandón, pero al que yo adoro y amo ser su esposa y que él sea mi esposo. Y adoro nuestros encuentros sexuales en ascensores, mesa de vestíbulo, de despachos, cuartos rojos, coches perseguidos.... en cualquier sitio y a cualquier hora.
La escucho sonriendo ¡ Qué feliz me hace ! Esa lengua viperina que siempre tiene dispuesta una respuesta ligera e inteligente que me enamora cada vez más. Me pide seguir durmiendo. Al final tendré que decirle que vamos de excursión. Pasaremos el fin de semana en el campo y estaremos más seguros en el lugar donde la quiero llevar
- Nena, pagaste veinticuatro mil dólares por un fin de semana. Has de conseguir tu recompensa
- ¿ Quieres decir que...Aspen ?
- Aspen
- ¿ Ese Aspen ?
- ¡ Claro ! Que yo sepa no hay otro
Se lanza a mi cuello y ante lo inesperado de su reacción, caemos ambos abrazados sobrer la cama riendo como dos chiquillos.
- Pero está lejos. Tardaremos mucho en llegar
- Señora Grey, no entiende nada. Su marido, ese megalómano, mandón, obseso del control y del sexo, posee un jet privado y lo pone a su disposición
- ¡ Christian ! Te quiero - Y dándome un beso marca Grey nos disponemos a pasar un fin de semana único.
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