lunes, 10 de octubre de 2016

La liberación de Christian - Liberación 22 - Aspen

La deposito en el suelo, una vez que hemos cruzado el umbral de la casa. Los guardeses salen a nuestro encuentro. Son amables y cariñosos, de plena confianza.  Siempre tienen todo a punto; te puedes presentar de improviso que todo lo encontrarás en buen estado.  Llevan conmigo desde que compre la casa. Ella es de origen hispano y el norteamericano.  Llevan casados muchos años y se les ve felices estando juntos.  Una vez que les presento a mi esposa ,  ellos se sorprenden, quizá porque es lo último que esperaban. Siempre iba solo, a despejarme, cada vez que tenía algún problema. Aquí puedo pensar en solitario, y eso es lo que buscaba.  Era como un refugio para mi, y por eso sólo mi familia ha ocupado esta casa. La de Seattle, es mi diversión, mi necesidad fisiológica, y ahora, momentáneamente hasta que tengamos la casa nueva, viviremos en ella, después...  Ya veré lo que hacemos.

Tomo de la mano a Anastasia y recorro con ella enseñándole todo.  La noto algo tensa, retraída, cohibida y no sé el por qué. Está encantada con que hayamos venido todos ¿ estará preocupada por algo? Me intranquiliza verla seria y se lo pregunto, pero su respuesta me deja perplejo de nuevo

- Si Anastasia, somos ricos, muy ricos. Me gusta serlo; pasé hambre de pequeño, y no quiero volver a vivir  cosas como aquellas. ¿ Estás incómoda por eso, por el dinero?  Pues que no te incomode porque ahora tu también lo tienes." Todo lo que era mio, ahora es tuyo también " ¿ lo recuerdas ? Y por favor, dejemos ya este tema y disfrutemos de estas horas que permanezcamos aquí.
- Perdona, Christian, no quiero incomodarte.  Es que no creo me merezca todo esto. No he hecho nada para merecerlo, para merecerte. Me lo pones todo en bandeja y yo... no puedo corresponderte de la misma forma
- ¡ Claro que puedes corresponderme !, es decir me correspondes excesivamente.  Por ti tengo a mi familia, que antes, si los tenía, pero guardaba las distancias con ellos.  Ahora ya lo ves: mi hermano me palmotea en la espalda y  me quedo tan tranquilo.  Has conseguido que abrace a mi padre y a mi madre. ¿ Todavía crees que no me has correspondido ? Ven aquí y olvida  de una vez esos complejos.  Trabajo mucho, duro, tengo muchas preocupaciones, porque hay mucha gente que depende de mi, y para eso he de estar vigilante
 y siempre atento a lo que ocurra. Así que si, tenemos dinero, pero lo ganamos a pulso, no le robamos a nadie ni especulamos con nadie. Y mis empleados están satisfechos porque ganan un buen sueldo que les  permite que su  familia viva cómodamente. Es así de sencillo, si siembras adecuadamente, la cosecha será excelente.  Eso es todo.  Y ahora bajemos a comer; deben estar esperándonos.



 Mientras bajamos a reunirnos con nuestros invitados, Anastasia me pregunta por Gia.  La informo de la extraordinaria reforma que realizó en esta casa

. -Es una excelente arquitecta, aunque sea una depredadora sexual, pero eso no es de mi incumbencia.
-¿ Estuvo liada con Elliot ?
- Ana, Elliot se lió con todo ser viviente que tuviera faldas. Pero eso tampoco me importa, ya es mayor para saber donde se mete
-- Pero Kate, es mi mejot amiga.  No me gustaría que sufriera
- No te preocupes, cielo.  Elliot está muy enamorado de Kate. No lo entiendo, pero es asi - le digo riendo y en broma.  Kate es una chica preciosa, inteligente y culta, aunque no sea santo de mi devoción
- ¡ Christian !... es mi amiga - me dice mientras me empuja suavemente

Cuando nos reunimos, están comiendo un aperitivo servido por la señora Bentley. Elliot alza su copa y rie a carcajadas, acompañado del resto, y se dirigen a nosotros, insinuando algo que en realidad no ha ocurrido, ante el rubor de Ana pero tampoco voy a darme por aludido.. Estamos haciendo planes  para la tarde, cuando nos daos cuenta de que ha empezado a llover. Me asomo a la ventana y veo en el cielo unas nubes grises que presagian más lluvia. ¡ Lástima !, pero no alteraran en absoluto nuestro fin de semana.  Me siento tranquilo, relajado: Ana está contenta y más segura aquí, lejos de papparazis y de cualquier otro acoso. Taylor, eficiente como siempre, to tiene todo controlado al milímetro.  Tengo suerte de tenerle; toda mi confianza está depositada en él.  Es prudente, leal y según Anastasia dice, me aprecia, y yo a él.  Deseo se sienta a gusto trabajando para mi.



Planteamos qué hacer, y hay división de opiniones.  Decidimos que los chicos vayamos de pesca,a lo que nos apuntamos Ethan y yo.  Elliot pretexta que tiene cosas que hacer en la ciudad. Sé de sobra a qué se refiere, pero me callo y no comento nada.  Las chicas deciden recorrer las boutiques de las primeras marcas mundiales.  Anastasia, tuerce un poco la boca, con ese mohín de disgusto que me hace gracia.  No es amiga de compras, máxime cuando comentan las marcas que tienen los  establecimiento; piensa que todo lo que compren será carísimo.  La miro y la sonrio, ella sabe a qué me refiero.

- Por favor, por favor Ana.  Dí que si - Suplica Mia juntando las manos como en una plegaria.  Ella se rie y al final acepta
- Llevaos a Taylor- les digo, y enseguida se ponen en movimiento

Elliot, me mira buscando apoyo ante la insistencia de Ethan de que nos acompañe en la tarde de pesca. Yo le gruño, en broma, que él agradece

- Déjale Ethan, es muy pesado .  Lo que busca es que le andemos rogando

Zanjada la cuestión, preparamos todo para ir de pesca.  Elliot se lleva uno de los coches, y las chicas se alejan con Taylor al volante.

Ente Ethan y yo, se ha establecido una corriente de amistad.  Es un chico muy agradable, nada que ver con su hermana.  Ya no me parece tan mal para Mia. Es inteligente, culto, simpático, y se parece mucho a su padre, con el que he mantenido negocios en el pasado.  La pesca es lo que tiene: une a las personas.  Reímos ante las ocurrencias narradas durante sus vacaciones con los más empalagosos novios del mundo.  Se refiere a su hermana y a Elliot

- De verdad, que nunca he visto a Kate tan enamorada por tu hermano. Hoy les encuentro raros.  Han debido tener alguna pelea, pero ya lo solucionarán.


Nuestra charla se ve interrumpida, por una hermosa pieza que pescamos, lo cual nos colma de entusiasmo. La lluvia nos ha respetado, pero opinamos que ya es hora de regresar a casa, y así lo hacemos.  La tarde va cayendo.

Cuando llegamos al garaje, compruebo que Kate Elliot y Ana están allí y mi hermano la incita a dar una vuelta en la moto. A mi se me pone el vello de punta sólo de pensarlo,porque Anastasia, no es muy hábil en la conducción, y los accidentes de las motos, son muy peligrosas.  Ella rechaza la idea y dirige su mirada hacia mi con una sonrisa, como diciendo "tranquilo, no voy a hacerlo ".. Baja de mi cara hasta mi cuerpo, y entonces abre los ojos con extrañeza, al ver que llevo puesto, cierto mono" para que no se estropee la ropa". Me doy cuenta y rio.  Fue en uno de nuestros primeros encuentros. ¡ Quién iba a decir que de aquel coqueteo, saldría un matrimonio con aquella chica menuda, torpe y mal vestida  que hoy es mi mujer ! La beso en la sien y entramos comentando los buenos momentos pasados en nuestra excursión.



Decidimos prepararnos para nuestra velada nocturna.  Ana me comenta que se ha gastado un "pastón " en las compras, que se vio obligada a efectuar ante la insistencia de Mia. Se asombra de los precios que tienen; mayores que los de las tiendas de Seattle.  Yo me río satisfecho; ella me agrega que ha dado un buen pellizco a la tarjeta, lo que me produce una carcajada.  La atraigo hacia me y nos besamos.  Ese ha sido el detonante que necesitábamos para nuestra particular conexión.

Mientras la bañera se llena de agua la miro, la beso y poco a poco le voy quitando la ropa, ante sus protestas, débiles protestas con sonrisas incluidas A penas hemos estados separados  cuánto ¿ un par de horas? Ha sido una eternidad, necesito tenerla cerca constantemente, La beso y la acaricio y la conduzco hasta la cama,  mientas la bañera sigue llenándose.  Ella se alarma ante la situación que pueda producirse ante el derrame del agua, pero tampoco insiste mucho  y se rinde ante mis caricias y mi necesidad de tenerla. Mis labios recorren su cuello, sus mejillas y su boca, en un beso profundo y largo al que ella responde. Y hacemos el amor, suave, lento, apaciblemente relajados, pero nada insulso ni monótono.  Nuestros sentidos están en pie respondiendo a lo que demandamos de nuestros cuerpos.  Ella cierra los ojos y yo me extasió al contemplar su placer,   Es intenso, que me hace gemir, y nuestros gemidos, respiraciones y jadeos se unen una vez más.  Permanecemos unidos durante unos momentos, mientras nuestras respiraciones se acompasan. Después nos dirigimos a la bañera. Entro yo el primero para ayudarla a entrar nos sentamos y la atraigo hacia mi. La sitúo entre mis piernas, y suavemente comienzo a lavarla con  la esponja recorriendo su cuerpo.  Es un momento de paz y de intimidad únicos.  No hablamos; de vez en cuando beso sus sienes sin interrumpir la conexión.  De pronto, ella me comenta algo que hace deterner mi mano en el aire

- Vi a Elliot en la ciudad - Inmediatamente imagino dónde y a qué, pero no digo nada.  Ella continúa. Le ví con Gia.  Charlaron y después se besaron al despedirse
- Dijo que tenía que solucionar algunos asuntos en la ciudad
- No quiero ni pensar si el asunto lleva nombre de mujer y como profesión arquitecta


- No, no lo ceo.  Es cierto hace tiempo tuvieron algo, pero aquello terminó.  Me consta que está muy pillado con Kate. Posiblemente fuera un encuentro casual.
- Pero es que...

La interrumpo, no quiero que siga díándole vueltas a la cabeza como hace siempre, pero sé que en esta ocasión fue un encuentro casual.  Ella estaba en Aspen para cambiar los planos de nuestra casa, así de simple.  La siento sobre mi y es ella la que lleva  la iniciativa, es decir me toma.Y soy yo quién ahora entorna los ojos y echa la cabeza hacia atrás de puro placer, mientras ella sube y baja haciéndose dueña de mi cuerpo. Agarrada al borde de la bañera, su movimiento se incrementa y  al mismo tiempo  se incrementan  los movimientos de ambos. desbordando el agua. No importa, nada importa más que nuestra conexión y ambos llegamos al climax a un tiempo mientas la abrazo fuertemente contra mi cuerpo y repitiendo su nombre una y otra vez.  La beso, nos besamos y permanecemos abrazados dentro del agua, hasta que ésta baja de temperatura.  Es entonces cuando decidimos que hay que arreglarse y no hacernos esperar nuevamente, de lo contrario volveremos a ser los protagonistas de las bromas e Elliot, pero esta vez con razón.

Ya estoy vestido y conversando con Elliot y Ethan.  Ellas se están arreglando.  Recibo un correo de Ana que solicita mi presencia en el dormitorio.  Subo y cuando llego, , me quedo totalmente parado en la puerta. Es la imagen personificada de la seducción. Mi mujer está bellisima; vestida con un minúsculo vestido que a duras penas le cubre el culo.  Con la espalda totalmente al descubierto y con unos zapatos cuyos tacones son gigantescos.  Maquillada y peinada por Kate y Mia; está deslumbrante.  No me convence mucho el largo del vestido y se lo hago notar tomando la medida del mismo, recorriendo la tela con mi dedo índice hasta llegar al borde, rozando ligeramente su sexo y dejándolo sobre el comienzo del muslo. demasiado corto, pero si lo ha comprado y ha sido  aconsejada por las chicas, aunque no me guste, no diré nada. Mi fascinación habla por mi. Ella, ante mi silencio, retuerce sus manos inquieta, pensado, quizá que voy a regañarle, pero no pienso hacerlo.  Que se vista como quiera y no como mis celos quieren que haga.  Ante mi pasividad, ella me pregunta



- ¿ No te gusta ? Mia y Kate me dijeron que me quedaba bien, yo no creo que sea así.
- Anastasia estás preciosa. Tienes unas piernas fabulosas.  Estás impactante. Sólo te pido que no te agaches y entonces no habrá problema. De todas formas hasta que lleguemos al restaurante, para ir por la calle, ponte alguna chaqueta

Ella sabe que, en el fondo no estoy de acuerdo, pero no se lo prohibo, y me muestra una prenda que le ha dejado Mia.  Doy mi conformidad y la beso en la frente.  Noto al hacerlo cómo ella se relaja y sonríe tranquila. Mi mujer acaba de seducirme nuevamente, pero habremos de esperar a nuestro regreso.  Nos aguardan abajo todos para salir.  Cuando Ana hace su aparición, hay un silencio entre todos, seguido por un " Wuau " de los hombres  y un " Estás fabulosa  de las mujeres.  Yo la miro y aprieto su mano.  Ella me devuelve la mirada con una sonrisa. Muevo la cabeza en señal de aceptación, y ella exhala un ligero suspiro, que me indica que ya se ha tranquilizado

- Y ahora, vayamos a disfrutar de la noche - Digo tomándola del brazo. Y todos juntos nos dirigimos hacia el coche  aparcado a la puerta de casa, a cuyo volante se encuentra Taylor..  Es una noche muy especial, muy, muy especial.


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