Hoy he llegado silbando a la oficina, y todos, sin excepción, se me han quedado mirando y sonreiían a mi paso. Y es que soy inmensamente feliz. Amo a Anastasia como nunca creí poder amarla. Entro en mi despacho. Llamo a Andrea por si hay algo especial, me dice que no
- Bien. Entonces no me pase ninguna llamada, ni acepte ninguna reunión. Por favor que no me interrumpa nadie
-Así será señor Grey ¿ Le ocurre algo?
-Si, Andrea, pero muy, muy bueno. No puedo decir nada por ahora, pero ya os enteraréis.
- Me alegro señor Grey.
Me recuesto en el sillón frente a mi mesa y sonrío como un bobo. Le giro y contemplo el paisaje tan cotidiano, pero hoy lo veo lleno de luz, a pesar de estar lloviznando. En un día como hoy la conocí, y ya entonces todo se llenó de luz.
A velocidad de vértigo pasan por mi memoria los recuerdos, desde aquel día hasta otro como el de ayer, pero mi recuerdo se detiene aquí, y me embarga un sentimiento agridulce. Anoche, Anastasia me dijo que está nuevamente embarazada. La cogí en brazos, la besé. Reíamos como dos chiquillos y una emoción me subió a la garganta. Estamos fundando una familia, en una bonita casa en la que se respira paz y tranquilidad. Mientras Ana se acuesta, voy a la habitación de Teddy, y acaricio sus rebeldes rizos tan semejantes a los mios, y me entristece darme cuenta lo hermoso que es ser padre y el furor con que lo rechacé. Ana entra en la habitación y me toma de una mano. Es nuestra hora, en la que a solas en nuestro dormitorio,hablamos tranquilamente de los sucesos vividos en nuestros trabajos, y después de charlar un rato, jugamos, hacemos el amor y nos dormimos.¡ La quiero tanto !
Y ahora vuelven a mi cabeza lo que ocurrió la otra vez , cuando me anunció a Teddy. Aún me duele mi comportamiento de aquel día. Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás y repaso todo lo ocurrido aquella noche y que nunca jamás volverá a repetirse. Ahora sé lo que es ser padre y la emoción que siento hace que mis ojos se vuelvan turbios. ¿ Cuándo ha llorado Grey alguna vez? Nunca que yo recuerde, sin embargo desde que está Ana en mi vida, lo he hecho en varias ocasiones y por distintos motivos. Perdóname Teddy, te quiero más que a nada. Daría mi vida por vosotros . Era una experiencia nueva para mi y estaba aterrorizado, sencillamente sentía pánico.
Y fue así como lo viví
No he escuchado bien. Es una broma que me gasta. Uno de esos juegos de los que es tan amiga. Pero ella está pálida, nerviosa. Retuerce sus manos y baja la cabeza. No, no es un juego. Y vuelvo a preguntarle
- ¿ Cómo dices ?
-Estoy embarazada
-¿ Qué ? Me lo estás diciendo de broma ¿ Verdad ? Levanta la cabeza y mírame a los ojos - Ella hace lo que la digo y me mira con ellos llenos de lágrimas. Y en ese momento una furia no controlada sube por mi cuerpo desde los pies hasta el último pelo de mi cabeza.- ¿ Me estás diciendo que de nuevo se te ha olvidado el anticonceptivo? ¡ Cómo se puede ser tan inconsciente, y tan estúpida. Fue lo primero que acordamos : nada de niños en un tiempo, y ahora me vienes con éstas
Hasta mis recuerdos llega aquel día que no olvidaré. Como no olvidaré el rostro desencajado de Anastasia que me miraba y no conseguía articular palabra. Le reprochaba todo. Su torpeza como si sólo ella hubiera intervenido en el embarazo Sólo decía Yo... no...
- Tú no ¿ qué Anastasia ?
No me sentía preparado para ser padre. Me aterrorizaba la idea. Con mi pasado ¿ qué podría enseñar a mi hijo ? ¿ Cómo podría educarle si ni siquiera yo fui atendido cuando naci ? Yo deseaba a Anastasia con todas mis fuerzas. Quería mostrarle todos esos lugares de las tarjetas que tenía en mi habitación de adolescente y que tanto le llamaron la atención. Y yo gritaba, y daba puñetazos en la mesa haciendo que de las copas saltase el agua y cayeran los cubiertos al suelo. Sentía un pánico irracional. Me llevaba las manos a la cabeza con desesperación. Parecía un gato enjaulado dando paseos de un lado para otro mientras mis voces retumbaban en toda la casa. Ella seguia llorando, al tiempo que se disculpaba de algo en lo que habíamos intervenido los dos, y no sólo ella
- Sé que es muy pronto, que debiera haber tardado más , pero nos las arreglaremos -. Y recuerdo que di un puñetazo en la mesa que hizo que se sobresaltara
- ¿ Pronto ? ¿ Pronto dices? Acabamos de tener nuestra luna de miel. ¿ En qué coño estabas pensando? Lo tenías planeado ¿verdad ? No ha sido un olvido o una negligencia
- No Christan, es que ...- No la dejé terminar. Hice un gesto con la mano para que no siguiera hablando
Me pedía con voz apenas audible que no la gritara. Estaba pálida y aterrorizada, y en esos momentos, no sé por qué pensé en Leila y en lo que Anastasia me dijo referente a mi firialdad con ella y su temor . ¿ Era eso a lo que tenía miedo? ¿ Sería ese mi comportamiento? No exactamente. A pesar de mi enfado lo estaba pasando mal, pero no dejé de amarla. Mi cólera no cesaba; la reprochaba que las lágrimas eran ya inútiles. Ella se tapaba la cara con las manos sin cesar de llorar. Y tampoco podía resistir verla así. De un empujón tiré una silla, tome mi chaqueta que estaba sobre un sillón y me fui. Me fui dejándola hecha un mar de lágrimas y de dolor.
No estaba en disposición de coger el coche, además sentía que me ardía la cara de rabia y furia pero no quería correr, como otras veces hacía para aplacarme. No tenía ganas de nada, sólo un nudo en la garganta y algo que hacía subir hasta los ojos y llorar. Comencé a andar sin rumbo fijo. No sabía dónde, ni hacia dónde, simplemente tomé una calle y estuve andando por ella hasta el final .. Ni siquiera sabía la hora que era. La gente se cruzaba conmigo, me miraban extrañados, sin duda por el gesto que llevaba. En ese momento en lo que menos pensaba eta en Ana. Ni me importaba Ana ni en la situación en que la había dejado. Sólo mi frustración y, en pensar que ya no me pertenecería, que ella seria sólo para el bebe, que yo pasaría a un segundo plano y que ya no habría juegos, ni complicidad ni nada de lo que ahora tenemos que era hermoso. Ella querría mas al bebe y dejaría de ocuparse de mi porque eso seria lo correcto. Y la angustia me devoraba al pensar en todo lo que perdería con ese hijo no buscado en ese momento. Y anduve, y anduve. ¿ Llamo a Flynn ? ¿ A Elliot? ¿ A mi madre? No, a mi madre no, porque no lo entendería. Llamaré a Flynn e iré ahora mismo. Y le llamé pero la secretaria me dijo que había cancelado las citas por tener que asistir a un acto en el colegio de sus hijos.
¡ Qué irónico todo ! Yo me iba a quejar de tener uno y él sin embargo les estaba atendiendo. No me sentía un buen padre; no sabía cómo ser un buen padre. Seguro que les castigaría como a mi me hicieron, se repetiría la historia nuevamente. No, no debía tener hijos, ni ahora ni nunca. Anastasia si me lo había insinuado algunas veces, pero yo daba evasivas. Lo que le ocultaba era que no pensaba tenerlos, porque no quería que mi historia se repitiera.Tenía miedo, mucho miedo de malttatarles, porque hacerlo con ellos lo haría también con Ana y eso no lo quería.
Iba de una calle a otra, buscando oscuridad, con los ojos en el suelo, desorientado. No se cómo ni cuando llegue frente a Esclava; no iba pensando en ello, no lo deseaba. Quizá fue al tomar esa calle y conducirme hasta allí. Me quede parado frente a la puerta sin saber muy bien el porqué de mi presencia. . Habían cerrado. Era tarde, pero aún había una luz, que salía del despacho de Elena y vi a ella dirigiéndose a la salida. Se sorprendió cuando me vio alli y se alarmo cuando vio mi aspecto
- ¡ Christian ! ¿ qué ocurre ?
Me tomó de un brazo después de cerrar el Instituto y me llevo hasta un bar cercano, discreto, que algunas veces habíamos frecuentado. Iba como sonámbulo, no me daba cuenta de nada. Ella pidió al camarero una botella de vino y apuramos sendas copas. Y entonces me dijo
- Es notorio que algo grave te ha ocurrido. No sabes la pinta que tienes. Así que cuéntame. Sabes que sé escuchar. ¿ Algo de Anastasia ?
Y al oir su nombre en boca de Elena, volví a la realidad. Necesitaba hablar con alguien y ella estaba allí. Me conocía y comprendía. Y sin darme cuenta, comencé a relatar lo ocurrido.
- Hemos discutido... Muy fuerte. Ella desea tener hijos, y yo no. Al menos de momento. Tengo miedo de mi pasado, de que se transmita a mis herederos, y he decidido no tener descendencia. Creo que es lo mejor que puedo hacer.
-Christian, te lo avisé. Ella no piensa como nosotros. No puede darte lo que tu necesitas. Lo que ... yo puedo darte...
En ese momento una gran rebeldía se abrió paso en mi.¡ Qué narices sabe ella lo que yo tengo con Anastasia ! Puso su mano sobre mi rodilla, avanzó hacia mi muslo y la depositó en mis partes. Me estaba invitando a tener sexo, algo que había quedado atrás. No necesitaba sexo ni con ella ni con otra que no fuera Ana. Ya no. La necesitaba a ella, y todo lo ocurrido había sido por temor a perderla al tener ese hijo que se anunciaba.
Me quedé helado cuando sentí su mano tratando de que tuviera una erección, Algo que no ocurrió. Me retiré rápidamente de su lado. Creo que estaba pálido porque ella retiró su mano inmediatamente y con una sonrisa cambió de conversación: " ha sido una broma, hombre".
Peo yo sabía que tenía otra intención
- No se te ocurra volver a hacer algo así. Sólo Ana puede tocarme, ella es mi esposa. Nadie más. No te quiero Elena, no te confundas. Has sido una amiga, aunque ahora creo que no tan buena como yo creia. Amo a mi esposa con todas mis fuerzas, por encima de todo y de todos. No quiero mi vida anterior, ni siquiera he pensado en ello. El que hayamos discutido no significa que esté arrepentido de haber unido mi vida a Anastasia, muy al contrario ha sido lo mejor que he podido hacer en mi vida. Creo que tu proceder ha sido obsceno y te has aprovechado de mi estado de ánimo. La querré mientras viva, métete eso en la cabeza. Lo nuestro terminó hace mucho, y ahora pienso que ni siquiera debió comenzar. Yo ea un chiquillo y tu te aprovechaste de mis circunstancias . Por eso creo que debemos dar por terminada nuestra relación y nuestra amistad
-¿ Qué es lo que crees, que yo pretendía tener sexo contigo ? Soy muy feliz con mi pareja. Siento que todo haya terminado así, pero creo que es lo mejor para los dos. Lamento perder tu amistad, aunque creo que todo quedó roto el día de tu cumpleaños. Sigue amándola, si es lo que deseas y sientes. Sigo opinando que el amor te debilita, pero es tu opción y si has decidido eso, ámala. Es lo único que puedo decirte. Adiós Christian de verdad deseo que seas feliz. Sabes que siempre te he querido, pero esta noche ha quedado claro a quién eliges, y no soy yo , ni lo que te pueda ofrecer.
Dió media vuelta y salió del bar y de mi vida, definitivamente. Y vi claro en ese momento lo que había pretendido siempre. Lo que Ana trataba de hacerme ver y nunca vi. ¿ Qué pensaba que iba a aceptar irme con ella ? Siento pena de mi mismo. Sentía una tristeza inmensa por todo lo ocurrido. No pensaba en Elena ni en mi encuentro con ella. Era Ana la que ocupaba mi pensamiento y en la forma en que me había ido de casa. Estaba muy triste y tenía miedo de que ella se marchara y me abandonara. No sé qué me impulsó a seguir bebiendo, odio la bebida, pero sentía que mi cabeza flotaba y que el dolor se amortiguaba por el alcohol, y pedí de nuevo una bebida y la apuré. No sé en qué momento imaginé cómo sería mi hijo y retrocedí hasta mi adolescencia, la edad en que empezó todo. Y un escalofrio recorrió mi espina dorsal ¿ quería eso para mi hijo ? ¿ Y si a él le ocurriera algo parecido? Me revolví inquieto en la butaca del bar y recordé las palabras de Ana, y comencé a comprender lo que quiso decirme.
Recuerdo que ante mi estado de embriaguez, el maitre del bar llamó a un taxi dándole mi dirección y una buena propina para que me dejara en casa, y de esta manera llegué al Escala. Sólo pensaba en Ana, y era su cara la que veia entre nebulosas. Había olvidado completamente el por qué me encontraba en ese estado y qué lo había motivado.
Salí al vestíbulo dando tumbos. Estuve a punto de tirar el jarrón, y por el ruido que organicé llamé´la atención de Ana que entre penumbra vi como venía alarmada. Se abrazó a mi para sujetarme. Estuvimos a punto de caer al suelo y ella me ayudaba a llegar al dormitorio. Sé que le susurraba algo de lo que no me acuerdo y que ella me decía dónde había estado y cómo había llegado a casa. Todo lo escuchaba lejano como si fueran otras voces las que lo dijeran. Con esfuerzo me dejo en la cama, tratando de desnudarme, pero sólo pudo quitarme la chaqueta, los zapatos , la corbata y me desabrochó el cinturón. Se dio por vencida. No podía con mi peso. Sentí su beso en la frente y me quedé dormido, creo que con una sonrisa tras sentir sus labios .
Continuará ......
- Bien. Entonces no me pase ninguna llamada, ni acepte ninguna reunión. Por favor que no me interrumpa nadie
-Así será señor Grey ¿ Le ocurre algo?
-Si, Andrea, pero muy, muy bueno. No puedo decir nada por ahora, pero ya os enteraréis.
- Me alegro señor Grey.
Me recuesto en el sillón frente a mi mesa y sonrío como un bobo. Le giro y contemplo el paisaje tan cotidiano, pero hoy lo veo lleno de luz, a pesar de estar lloviznando. En un día como hoy la conocí, y ya entonces todo se llenó de luz.
A velocidad de vértigo pasan por mi memoria los recuerdos, desde aquel día hasta otro como el de ayer, pero mi recuerdo se detiene aquí, y me embarga un sentimiento agridulce. Anoche, Anastasia me dijo que está nuevamente embarazada. La cogí en brazos, la besé. Reíamos como dos chiquillos y una emoción me subió a la garganta. Estamos fundando una familia, en una bonita casa en la que se respira paz y tranquilidad. Mientras Ana se acuesta, voy a la habitación de Teddy, y acaricio sus rebeldes rizos tan semejantes a los mios, y me entristece darme cuenta lo hermoso que es ser padre y el furor con que lo rechacé. Ana entra en la habitación y me toma de una mano. Es nuestra hora, en la que a solas en nuestro dormitorio,hablamos tranquilamente de los sucesos vividos en nuestros trabajos, y después de charlar un rato, jugamos, hacemos el amor y nos dormimos.¡ La quiero tanto !
Y ahora vuelven a mi cabeza lo que ocurrió la otra vez , cuando me anunció a Teddy. Aún me duele mi comportamiento de aquel día. Cierro los ojos, echo la cabeza hacia atrás y repaso todo lo ocurrido aquella noche y que nunca jamás volverá a repetirse. Ahora sé lo que es ser padre y la emoción que siento hace que mis ojos se vuelvan turbios. ¿ Cuándo ha llorado Grey alguna vez? Nunca que yo recuerde, sin embargo desde que está Ana en mi vida, lo he hecho en varias ocasiones y por distintos motivos. Perdóname Teddy, te quiero más que a nada. Daría mi vida por vosotros . Era una experiencia nueva para mi y estaba aterrorizado, sencillamente sentía pánico.
No he escuchado bien. Es una broma que me gasta. Uno de esos juegos de los que es tan amiga. Pero ella está pálida, nerviosa. Retuerce sus manos y baja la cabeza. No, no es un juego. Y vuelvo a preguntarle
- ¿ Cómo dices ?
-Estoy embarazada
-¿ Qué ? Me lo estás diciendo de broma ¿ Verdad ? Levanta la cabeza y mírame a los ojos - Ella hace lo que la digo y me mira con ellos llenos de lágrimas. Y en ese momento una furia no controlada sube por mi cuerpo desde los pies hasta el último pelo de mi cabeza.- ¿ Me estás diciendo que de nuevo se te ha olvidado el anticonceptivo? ¡ Cómo se puede ser tan inconsciente, y tan estúpida. Fue lo primero que acordamos : nada de niños en un tiempo, y ahora me vienes con éstas
Hasta mis recuerdos llega aquel día que no olvidaré. Como no olvidaré el rostro desencajado de Anastasia que me miraba y no conseguía articular palabra. Le reprochaba todo. Su torpeza como si sólo ella hubiera intervenido en el embarazo Sólo decía Yo... no...
- Tú no ¿ qué Anastasia ?
No me sentía preparado para ser padre. Me aterrorizaba la idea. Con mi pasado ¿ qué podría enseñar a mi hijo ? ¿ Cómo podría educarle si ni siquiera yo fui atendido cuando naci ? Yo deseaba a Anastasia con todas mis fuerzas. Quería mostrarle todos esos lugares de las tarjetas que tenía en mi habitación de adolescente y que tanto le llamaron la atención. Y yo gritaba, y daba puñetazos en la mesa haciendo que de las copas saltase el agua y cayeran los cubiertos al suelo. Sentía un pánico irracional. Me llevaba las manos a la cabeza con desesperación. Parecía un gato enjaulado dando paseos de un lado para otro mientras mis voces retumbaban en toda la casa. Ella seguia llorando, al tiempo que se disculpaba de algo en lo que habíamos intervenido los dos, y no sólo ella
- Sé que es muy pronto, que debiera haber tardado más , pero nos las arreglaremos -. Y recuerdo que di un puñetazo en la mesa que hizo que se sobresaltara
- ¿ Pronto ? ¿ Pronto dices? Acabamos de tener nuestra luna de miel. ¿ En qué coño estabas pensando? Lo tenías planeado ¿verdad ? No ha sido un olvido o una negligencia
- No Christan, es que ...- No la dejé terminar. Hice un gesto con la mano para que no siguiera hablando
Me pedía con voz apenas audible que no la gritara. Estaba pálida y aterrorizada, y en esos momentos, no sé por qué pensé en Leila y en lo que Anastasia me dijo referente a mi firialdad con ella y su temor . ¿ Era eso a lo que tenía miedo? ¿ Sería ese mi comportamiento? No exactamente. A pesar de mi enfado lo estaba pasando mal, pero no dejé de amarla. Mi cólera no cesaba; la reprochaba que las lágrimas eran ya inútiles. Ella se tapaba la cara con las manos sin cesar de llorar. Y tampoco podía resistir verla así. De un empujón tiré una silla, tome mi chaqueta que estaba sobre un sillón y me fui. Me fui dejándola hecha un mar de lágrimas y de dolor.
No estaba en disposición de coger el coche, además sentía que me ardía la cara de rabia y furia pero no quería correr, como otras veces hacía para aplacarme. No tenía ganas de nada, sólo un nudo en la garganta y algo que hacía subir hasta los ojos y llorar. Comencé a andar sin rumbo fijo. No sabía dónde, ni hacia dónde, simplemente tomé una calle y estuve andando por ella hasta el final .. Ni siquiera sabía la hora que era. La gente se cruzaba conmigo, me miraban extrañados, sin duda por el gesto que llevaba. En ese momento en lo que menos pensaba eta en Ana. Ni me importaba Ana ni en la situación en que la había dejado. Sólo mi frustración y, en pensar que ya no me pertenecería, que ella seria sólo para el bebe, que yo pasaría a un segundo plano y que ya no habría juegos, ni complicidad ni nada de lo que ahora tenemos que era hermoso. Ella querría mas al bebe y dejaría de ocuparse de mi porque eso seria lo correcto. Y la angustia me devoraba al pensar en todo lo que perdería con ese hijo no buscado en ese momento. Y anduve, y anduve. ¿ Llamo a Flynn ? ¿ A Elliot? ¿ A mi madre? No, a mi madre no, porque no lo entendería. Llamaré a Flynn e iré ahora mismo. Y le llamé pero la secretaria me dijo que había cancelado las citas por tener que asistir a un acto en el colegio de sus hijos.
¡ Qué irónico todo ! Yo me iba a quejar de tener uno y él sin embargo les estaba atendiendo. No me sentía un buen padre; no sabía cómo ser un buen padre. Seguro que les castigaría como a mi me hicieron, se repetiría la historia nuevamente. No, no debía tener hijos, ni ahora ni nunca. Anastasia si me lo había insinuado algunas veces, pero yo daba evasivas. Lo que le ocultaba era que no pensaba tenerlos, porque no quería que mi historia se repitiera.Tenía miedo, mucho miedo de malttatarles, porque hacerlo con ellos lo haría también con Ana y eso no lo quería.
Iba de una calle a otra, buscando oscuridad, con los ojos en el suelo, desorientado. No se cómo ni cuando llegue frente a Esclava; no iba pensando en ello, no lo deseaba. Quizá fue al tomar esa calle y conducirme hasta allí. Me quede parado frente a la puerta sin saber muy bien el porqué de mi presencia. . Habían cerrado. Era tarde, pero aún había una luz, que salía del despacho de Elena y vi a ella dirigiéndose a la salida. Se sorprendió cuando me vio alli y se alarmo cuando vio mi aspecto
- ¡ Christian ! ¿ qué ocurre ?
Me tomó de un brazo después de cerrar el Instituto y me llevo hasta un bar cercano, discreto, que algunas veces habíamos frecuentado. Iba como sonámbulo, no me daba cuenta de nada. Ella pidió al camarero una botella de vino y apuramos sendas copas. Y entonces me dijo
- Es notorio que algo grave te ha ocurrido. No sabes la pinta que tienes. Así que cuéntame. Sabes que sé escuchar. ¿ Algo de Anastasia ?
Y al oir su nombre en boca de Elena, volví a la realidad. Necesitaba hablar con alguien y ella estaba allí. Me conocía y comprendía. Y sin darme cuenta, comencé a relatar lo ocurrido.
- Hemos discutido... Muy fuerte. Ella desea tener hijos, y yo no. Al menos de momento. Tengo miedo de mi pasado, de que se transmita a mis herederos, y he decidido no tener descendencia. Creo que es lo mejor que puedo hacer.
-Christian, te lo avisé. Ella no piensa como nosotros. No puede darte lo que tu necesitas. Lo que ... yo puedo darte...
En ese momento una gran rebeldía se abrió paso en mi.¡ Qué narices sabe ella lo que yo tengo con Anastasia ! Puso su mano sobre mi rodilla, avanzó hacia mi muslo y la depositó en mis partes. Me estaba invitando a tener sexo, algo que había quedado atrás. No necesitaba sexo ni con ella ni con otra que no fuera Ana. Ya no. La necesitaba a ella, y todo lo ocurrido había sido por temor a perderla al tener ese hijo que se anunciaba.
Me quedé helado cuando sentí su mano tratando de que tuviera una erección, Algo que no ocurrió. Me retiré rápidamente de su lado. Creo que estaba pálido porque ella retiró su mano inmediatamente y con una sonrisa cambió de conversación: " ha sido una broma, hombre".
Peo yo sabía que tenía otra intención
- No se te ocurra volver a hacer algo así. Sólo Ana puede tocarme, ella es mi esposa. Nadie más. No te quiero Elena, no te confundas. Has sido una amiga, aunque ahora creo que no tan buena como yo creia. Amo a mi esposa con todas mis fuerzas, por encima de todo y de todos. No quiero mi vida anterior, ni siquiera he pensado en ello. El que hayamos discutido no significa que esté arrepentido de haber unido mi vida a Anastasia, muy al contrario ha sido lo mejor que he podido hacer en mi vida. Creo que tu proceder ha sido obsceno y te has aprovechado de mi estado de ánimo. La querré mientras viva, métete eso en la cabeza. Lo nuestro terminó hace mucho, y ahora pienso que ni siquiera debió comenzar. Yo ea un chiquillo y tu te aprovechaste de mis circunstancias . Por eso creo que debemos dar por terminada nuestra relación y nuestra amistad
-¿ Qué es lo que crees, que yo pretendía tener sexo contigo ? Soy muy feliz con mi pareja. Siento que todo haya terminado así, pero creo que es lo mejor para los dos. Lamento perder tu amistad, aunque creo que todo quedó roto el día de tu cumpleaños. Sigue amándola, si es lo que deseas y sientes. Sigo opinando que el amor te debilita, pero es tu opción y si has decidido eso, ámala. Es lo único que puedo decirte. Adiós Christian de verdad deseo que seas feliz. Sabes que siempre te he querido, pero esta noche ha quedado claro a quién eliges, y no soy yo , ni lo que te pueda ofrecer.
Dió media vuelta y salió del bar y de mi vida, definitivamente. Y vi claro en ese momento lo que había pretendido siempre. Lo que Ana trataba de hacerme ver y nunca vi. ¿ Qué pensaba que iba a aceptar irme con ella ? Siento pena de mi mismo. Sentía una tristeza inmensa por todo lo ocurrido. No pensaba en Elena ni en mi encuentro con ella. Era Ana la que ocupaba mi pensamiento y en la forma en que me había ido de casa. Estaba muy triste y tenía miedo de que ella se marchara y me abandonara. No sé qué me impulsó a seguir bebiendo, odio la bebida, pero sentía que mi cabeza flotaba y que el dolor se amortiguaba por el alcohol, y pedí de nuevo una bebida y la apuré. No sé en qué momento imaginé cómo sería mi hijo y retrocedí hasta mi adolescencia, la edad en que empezó todo. Y un escalofrio recorrió mi espina dorsal ¿ quería eso para mi hijo ? ¿ Y si a él le ocurriera algo parecido? Me revolví inquieto en la butaca del bar y recordé las palabras de Ana, y comencé a comprender lo que quiso decirme.
Recuerdo que ante mi estado de embriaguez, el maitre del bar llamó a un taxi dándole mi dirección y una buena propina para que me dejara en casa, y de esta manera llegué al Escala. Sólo pensaba en Ana, y era su cara la que veia entre nebulosas. Había olvidado completamente el por qué me encontraba en ese estado y qué lo había motivado.
Salí al vestíbulo dando tumbos. Estuve a punto de tirar el jarrón, y por el ruido que organicé llamé´la atención de Ana que entre penumbra vi como venía alarmada. Se abrazó a mi para sujetarme. Estuvimos a punto de caer al suelo y ella me ayudaba a llegar al dormitorio. Sé que le susurraba algo de lo que no me acuerdo y que ella me decía dónde había estado y cómo había llegado a casa. Todo lo escuchaba lejano como si fueran otras voces las que lo dijeran. Con esfuerzo me dejo en la cama, tratando de desnudarme, pero sólo pudo quitarme la chaqueta, los zapatos , la corbata y me desabrochó el cinturón. Se dio por vencida. No podía con mi peso. Sentí su beso en la frente y me quedé dormido, creo que con una sonrisa tras sentir sus labios .
Continuará ......
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