Después de nuestros juegos en la mesa de billar , y el despertar de esta mañana,lo tengo muy claro: quiero que vivamos juntos. Se lo pido atraves de un correo; es más divertida por correo porque habla sin tapujos tal y como lo siente. Yo necesito saber lo que está pensando en cada momento. Deseo ardientemente que viva conmigo, la vida es más fácil con ella. He de centrarme en el trabajo, tengo bastante y Ana me distrae mucho, pero lo prefiero así; el trabajo puede esperar cinco minutos.
A penas han pasado diez, cuando vuelvo a recibir el aviso de que entra un nuevo correo. Leo atónito lo que me dice en él: su jefe le ha propuesto viajar a Nueva York. Hay una convención muy interesante y beneficiosa para su trabajo. Saldrían el miércoles y harían noche allí. ¿ Qué ? Mi asombro va en aumento. cuando al contactar con ella me dice que ya han hecho la reserva del hotel y de los billetes de avión. La furia me hierve en la sangre. La he dicho que no, y ella tozuda ha decidido desobedecerme. La he ofrecido llevarla yo en ese fin de semana y me ha dicho que anuncian lluvia. Pero no contaba con que iba a hacer una llamada a Roach, que es el jefe de su jefe, pero claro, yo soy el mandamás y han anulado el viaje de Ana con el fin de restringir gastos por la venta de la editorial. Ese problema ya está solucionado, pero ya veremos cuando nos veamos esta noche, si ella opina lo mismo.
He debido advertirla antes de que es un hombre con muy mala fama y que ninguna ayudante le dura; ignoro el porqué, pero no quiero que Ana se encuentre en un compromiso, porque pienso que por ahí van los tiros. No me gusto nada la mirada que le dedicaba en el bar en que le conocí.¡ Ni que lo sueñe !, Ana no irá con él a ninguna parte.
La he avisado de que debe borrar los correos que nos enviamos. Se están monitorizando todas las llamadas, y Ana es muy imprudente a veces cuando me escribe y relaciona alguna de nuestras noches. Nadie debe saber nuestra intimidad, pero ella no lo comprende. Me acaba de mandar un correo que le ha enviado Elena para comer juntas; sé que eso la enfada y a mi también. La llamaré y le diré que la deje tranquila. Es tremendo tener que lidiar con ellas dos a la vez, por si no tuviera bastantes problemas.
He dado órdenes estrictas a Sawyer de que fuera su sombra, pero acaba de llamarme y me ha dicho que Ana ha salido sin advertírselo, a pesar de habérmelo prometido. Me saca de quicio que diga una cosa y luego haga la contraria. Y vuelvo a llamarla y le hago saber que conozco su desobediencia. Ella me pretexta que el infame de Jack le mandó a comprarle la comida. ¿ Qué se ha creído el cretino ese, que mi Ana es su criada ? Por eso no quería que trabajara, pero ella no lo entiende, y encima me dice que la agobio ¿Agobiarla ? Lo que quiero es protegerla que es muy diferente; cuando nos veamos esta noche sé que vamos a discutir. Me advierte que saldrá tarde por el trabajo que debía realizar en Nueva York y que Jack ha de llevarse al no acompañarle. Cada vez me cae peor ese hombre. Se que voy a tomar una decisión tarde o temprano, pero como no cambie, va a ser antes que después.
Son las siete y media y estoy frente a SIP, esperando a que ella salga del trabajo, y lo hace, y a mi se me derrite el corazón. Me ocurre siempre, cada vez que la veo. Tiene ese gesto en el que frunce ligeramente sus labios, y me indica que está enfadada. Se lo pregunto y me dice, que no está segura. La tomo de la mano y le doy un ligero apretón; deseo transmitirle seguridad y amor, porque eso es lo que siento.
Rompe nuestro silencio una pregunta de ella referente a Leila. " No aún no la hemos encontrado, pero seguimos buscándola " Entramos en el ascensor, nos miramos y en nuestras miradas hay algo lascivo, de deseo, y doy rienda suelta al enfado del día con ella. La aprisiono contra la pared del ascensor y tomo su cabeza entre mis manos besándola con desesperación, buscando sus labios como si fuera la primera vez. Acaricio sus piernas y levanto su falta: la necesito ahora y allí mismo. Pulso el botón de stop del ascensor y presiono mi cuerpo contra el de ella que desabrocha su vestido y deja al descubierto sus pechos que acaricio. Levanto sus piernas hasta mi cintura y el deseo explota en ambos y somos el uno del otro apagando con nuestros instintos los desacuerdos del día. Está hermosa, aunque ella crea que no lo es, pero es una de las mujeres más atractivas que he conocido, la que me vuelve loco a cada momento, la que hace que la desee cada minuto, que estoy con ella. Y tomo posesión de su cuerpo y ella del mio, entre caricias, tirones de pelo, besos y palabras ardientes que nos excitan aún más. Es mía y se rinde a mi, lo mismo que yo a ella.. Antes de pulsar de nuevo el botón para proseguir nuestro ascenso, la ayudo a recomponer su ropa y su cabello. La doy una última mirada y la sonrío dando mi aprobación, ella me sonríe también provocativamente y me guiña un ojo como diciéndome ¡ vaya señor Grey , un regalito inesperado . Otro más en un ascensor ! La sonrio más abiertamente; todos nuestros enfados han sido olvidados ante nuestro erótico encuentro. Taylor nos está esperando con cara de preocupación en la que me hace saber que no entiende por qué hemos tardado tanto en subir. Yo me adelanto y le explico que algún contratiempo surgido, pero nada importante. Creo que sabe es una excusa, porque tuerce la boca hacia un lado, sonríe y baja la cabeza. Yo muy circunspecto sigo adelante, tomando la mano de Anastasia.
Me siento en el mostrador de la cocina y entablo una charla con Gail cuando Ana aparece. La cena ya está dispuesta. Creo que debemos aclarar lo ocurrido entre nosotros y las discusiones que lo han provocado. Con el estómago lleno se digieren mejor las peleas. Voy a advertirla, cuando ella me corta y me da la razón respecto a Jack. Presiento que no me está diciendo toda la verdad, sólo que a veces la incomoda porque tiene la mala costumbre de cerrarte algo el paso. Creo que está suavizando la situación y no me gusta que esté tan cerca de ese hombre, y se lo hago saber
- Más le vale andarse con cuidado, porque a la primera de cambio...
-¿ Por qué no dejas que yo soluciones mis problemas . No debes interferir en mi trabajo, de lo contrario nunca llegaré a ningún sitio
- Sólo quiero tu seguridad . No quiero ni pensar que te ocurriera algo. Yo ...- He dejado bien claro que no deseo controlarla, sino cuidarla para que nada malo la ocurra y ella lo sabe, me lo ha dich:o ". las cosas ocurren porque así vamos aprendiendo a resolver los asuntos". No estoy muy de acuerdo con esa lógica, pero posiblemente tenga razón. Me ha acariciado la cara y con la mirada mas dulce y tierna me ha dicho que si la dejo tranquila y no interfiero, vendrá a vivir conmigo. ¿ Cómo hacerla comprender que lo que siento por ella es algo tan fuerte, que no concibo la vida sin ella ? No la concibo sin su sonrisa, sin su dulzura, sin sus caricias, sin nuestros encuentros sexuales, sin nuestras discusiones y sin nuestras reconciliaciones, en definitiva: no concibo la vida sin ella. Creo que ella lo sabe y me da un suave beso en los labios.
Taylor carraspea interrumpiendo nuestra amorosa discusión, y me anuncia una visita inesperada e inquietante:
" La señora Lincoln está subiendo "
Y yo pienso, mirando de reojo a Anastasia : Mi dia va mejorando ...
A penas han pasado diez, cuando vuelvo a recibir el aviso de que entra un nuevo correo. Leo atónito lo que me dice en él: su jefe le ha propuesto viajar a Nueva York. Hay una convención muy interesante y beneficiosa para su trabajo. Saldrían el miércoles y harían noche allí. ¿ Qué ? Mi asombro va en aumento. cuando al contactar con ella me dice que ya han hecho la reserva del hotel y de los billetes de avión. La furia me hierve en la sangre. La he dicho que no, y ella tozuda ha decidido desobedecerme. La he ofrecido llevarla yo en ese fin de semana y me ha dicho que anuncian lluvia. Pero no contaba con que iba a hacer una llamada a Roach, que es el jefe de su jefe, pero claro, yo soy el mandamás y han anulado el viaje de Ana con el fin de restringir gastos por la venta de la editorial. Ese problema ya está solucionado, pero ya veremos cuando nos veamos esta noche, si ella opina lo mismo.
He debido advertirla antes de que es un hombre con muy mala fama y que ninguna ayudante le dura; ignoro el porqué, pero no quiero que Ana se encuentre en un compromiso, porque pienso que por ahí van los tiros. No me gusto nada la mirada que le dedicaba en el bar en que le conocí.¡ Ni que lo sueñe !, Ana no irá con él a ninguna parte.
La he avisado de que debe borrar los correos que nos enviamos. Se están monitorizando todas las llamadas, y Ana es muy imprudente a veces cuando me escribe y relaciona alguna de nuestras noches. Nadie debe saber nuestra intimidad, pero ella no lo comprende. Me acaba de mandar un correo que le ha enviado Elena para comer juntas; sé que eso la enfada y a mi también. La llamaré y le diré que la deje tranquila. Es tremendo tener que lidiar con ellas dos a la vez, por si no tuviera bastantes problemas.
He dado órdenes estrictas a Sawyer de que fuera su sombra, pero acaba de llamarme y me ha dicho que Ana ha salido sin advertírselo, a pesar de habérmelo prometido. Me saca de quicio que diga una cosa y luego haga la contraria. Y vuelvo a llamarla y le hago saber que conozco su desobediencia. Ella me pretexta que el infame de Jack le mandó a comprarle la comida. ¿ Qué se ha creído el cretino ese, que mi Ana es su criada ? Por eso no quería que trabajara, pero ella no lo entiende, y encima me dice que la agobio ¿Agobiarla ? Lo que quiero es protegerla que es muy diferente; cuando nos veamos esta noche sé que vamos a discutir. Me advierte que saldrá tarde por el trabajo que debía realizar en Nueva York y que Jack ha de llevarse al no acompañarle. Cada vez me cae peor ese hombre. Se que voy a tomar una decisión tarde o temprano, pero como no cambie, va a ser antes que después.
Son las siete y media y estoy frente a SIP, esperando a que ella salga del trabajo, y lo hace, y a mi se me derrite el corazón. Me ocurre siempre, cada vez que la veo. Tiene ese gesto en el que frunce ligeramente sus labios, y me indica que está enfadada. Se lo pregunto y me dice, que no está segura. La tomo de la mano y le doy un ligero apretón; deseo transmitirle seguridad y amor, porque eso es lo que siento.
Rompe nuestro silencio una pregunta de ella referente a Leila. " No aún no la hemos encontrado, pero seguimos buscándola " Entramos en el ascensor, nos miramos y en nuestras miradas hay algo lascivo, de deseo, y doy rienda suelta al enfado del día con ella. La aprisiono contra la pared del ascensor y tomo su cabeza entre mis manos besándola con desesperación, buscando sus labios como si fuera la primera vez. Acaricio sus piernas y levanto su falta: la necesito ahora y allí mismo. Pulso el botón de stop del ascensor y presiono mi cuerpo contra el de ella que desabrocha su vestido y deja al descubierto sus pechos que acaricio. Levanto sus piernas hasta mi cintura y el deseo explota en ambos y somos el uno del otro apagando con nuestros instintos los desacuerdos del día. Está hermosa, aunque ella crea que no lo es, pero es una de las mujeres más atractivas que he conocido, la que me vuelve loco a cada momento, la que hace que la desee cada minuto, que estoy con ella. Y tomo posesión de su cuerpo y ella del mio, entre caricias, tirones de pelo, besos y palabras ardientes que nos excitan aún más. Es mía y se rinde a mi, lo mismo que yo a ella.. Antes de pulsar de nuevo el botón para proseguir nuestro ascenso, la ayudo a recomponer su ropa y su cabello. La doy una última mirada y la sonrío dando mi aprobación, ella me sonríe también provocativamente y me guiña un ojo como diciéndome ¡ vaya señor Grey , un regalito inesperado . Otro más en un ascensor ! La sonrio más abiertamente; todos nuestros enfados han sido olvidados ante nuestro erótico encuentro. Taylor nos está esperando con cara de preocupación en la que me hace saber que no entiende por qué hemos tardado tanto en subir. Yo me adelanto y le explico que algún contratiempo surgido, pero nada importante. Creo que sabe es una excusa, porque tuerce la boca hacia un lado, sonríe y baja la cabeza. Yo muy circunspecto sigo adelante, tomando la mano de Anastasia.
Me siento en el mostrador de la cocina y entablo una charla con Gail cuando Ana aparece. La cena ya está dispuesta. Creo que debemos aclarar lo ocurrido entre nosotros y las discusiones que lo han provocado. Con el estómago lleno se digieren mejor las peleas. Voy a advertirla, cuando ella me corta y me da la razón respecto a Jack. Presiento que no me está diciendo toda la verdad, sólo que a veces la incomoda porque tiene la mala costumbre de cerrarte algo el paso. Creo que está suavizando la situación y no me gusta que esté tan cerca de ese hombre, y se lo hago saber
- Más le vale andarse con cuidado, porque a la primera de cambio...
-¿ Por qué no dejas que yo soluciones mis problemas . No debes interferir en mi trabajo, de lo contrario nunca llegaré a ningún sitio
- Sólo quiero tu seguridad . No quiero ni pensar que te ocurriera algo. Yo ...- He dejado bien claro que no deseo controlarla, sino cuidarla para que nada malo la ocurra y ella lo sabe, me lo ha dich:o ". las cosas ocurren porque así vamos aprendiendo a resolver los asuntos". No estoy muy de acuerdo con esa lógica, pero posiblemente tenga razón. Me ha acariciado la cara y con la mirada mas dulce y tierna me ha dicho que si la dejo tranquila y no interfiero, vendrá a vivir conmigo. ¿ Cómo hacerla comprender que lo que siento por ella es algo tan fuerte, que no concibo la vida sin ella ? No la concibo sin su sonrisa, sin su dulzura, sin sus caricias, sin nuestros encuentros sexuales, sin nuestras discusiones y sin nuestras reconciliaciones, en definitiva: no concibo la vida sin ella. Creo que ella lo sabe y me da un suave beso en los labios.
Taylor carraspea interrumpiendo nuestra amorosa discusión, y me anuncia una visita inesperada e inquietante:
" La señora Lincoln está subiendo "
Y yo pienso, mirando de reojo a Anastasia : Mi dia va mejorando ...
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