miércoles, 21 de septiembre de 2016

La liberación de Christian - Liberación 11 - Una pista fiable

Estoy en el estudio hablando con Barney. Hemos descargado unas imágenes captadas por las cámaras de seguridad.  Algunas  están poco claras; le pido que trate de que la imagen sea más nítida.  Mientras hace esta operación, siento que se abre la puerta del estudio de repente-¡ Quién demonios me interrumpe ! - Giro mi butaca y me pongo de frente. Toda molestia se disipa al instante: es Anastasia ¿ que le ocurre? Parece preocupada por algo. Avanza hacia mi y se acurruca entre mis piernas, apoyando su cabeza en mi pecho.  Algo le ha pasado y he de saberlo ahora mismo.  Pido disculpas a Barney y cuelgo el teléfono

- ¿ Qué te ocurre? ¿ Estás bien ?
- Sólo quería saber si tu lo estabas - y me besa en los labios.

 Está preocupada por mi, y yo por ella.  Trato por todos los medios de mantenerla al margen de todo el problema, peo dudo mucho de que lo consiga. La miro con ternura y beso su cabeza, mientras ella busca cobijo en mi cuello. la estrecho contra mi; necesito tenerla lo más cerca posible.   Entonces mira hacia la pantalla que hemos dejado suspendida, se acerca para observarla más detenidamente. Vuelvo a la comunicación con Barney. Le pido que aclare la imagen más y al hacerlo, Anastasia, se queda con la boca  y los ojos abiertos desmesuradamente.  Yo la miro sin pestañear ¿ por qué mira de esa forma?

- Yo conozco a esa persona - es lo que nos dice


Barney maneja las imágenes desde distintos ángulos.  las acerca, las aleja, las cambia de tamaño... hasta que da con el tamaño y la nitidez oportunas para que Ana reconozca sin género de dudas al intruso que entró en la cámara del servidor y fue quién probablemente provocara el incendio

- ¡ Es Jack Hyde !
-¿ Estás segura ?
- ¡ Claro que lo estoy ! Le tuve demasiado cerca como para no quedarme con sus rasgos.  Mira, lleva un pendiente en la oreja, lo mismo que Jack.  Tiene pelo largo; Hyde lo llevaba con una coleta.  Sin lugar a dudas es Jack Hyde
- Barney ¿ has escuchado?
- Si señor Grey.  Lo he escuchado y en este momento estoy comprobando la certificación. Si, se trata de Jack Hyde.  La señora Grey tiene razón, es él.

Y de repente siento un frio helador que recorre mi espalda. Si finalmente se trata de ese canalla ¿ cómo no me percaté antes del peligro que suponía que Ana estuviera tan cerca de él ? ¿ A que se refería cuando dice que lo tuvo muy cerca? Que yo sepa, fue cuando la agredió y fue despedido. Pero también pienso que ella pudiera sentirse incómoda con él, antes de que aquello sucediera . Pero ¿ por qué no me dijo nada ? Con su forma de pensar, quizá no lo hizo porque pensó que  habría repercusiones, o tendría que dejar su trabajo, con el que estaba muy ilusionada. Hablaré con ella más tarde respecto a ésto.

Bueno, al menos ya tenemos una pista y un motivo, con lo que podemos trabajar. El motivo, su despido, y la forma de entrar, se camufló como operario de la compañía del mantenimiento del servidor.  No me extrañaría que este plan lo llevase estudiando desde hace tiempo.  ¿ Tendrá algo que ver con el accidente del Charlie Tango ?  La policía recogió una huella, pero parece que no es suficiente. Estoy por asegurar que él ha tenido algo que ver en ambas ocasiones.


Sonrio a Ana que permanece sentada en mis piernas.  Está orgullosa por la identificación que ha realizado; se siente útil, y  de poder ayudar.  Yo  lo estoy de cómo es ella, y de su temeridad más absoluta, a pesar de que no me canso de regañarle siempre. La adoro, con su terquedad, su temeridad por no medir el peligro, su inocencia, su astucia, su audacia y porque es inteligente. .  No le importa en absoluto su seguridad, y eso es algo que me pone frenético, porque para mi es lo más importante de todo.

A Barney se le está soltando la lengua, y no deseo que Anastasia se entere de todo.  No quiero que esté intranquila, aunque ella tiene bastantes dudas y preguntas por hacer. Trato de responderla con la verdad, pero a mi manera, es decir le digo y no le digo.  pero a ella parece convencerla las respuestas que doy.

- ¿ Qué hay en el disco duro que mencionáis?- me dice, cuando ya creia haber zanjado el asunto.  Pero está visto que ella nunca termina de pensar en algo que le inquiete

- Son cosas técnicas de SIP.  Después de su despido estamos averiguando lo que monitorizaba con las llamadas . Eso es todo - le digo,  como quittando importancia, pero dudo de que se haya quedado conforme.
- Dime Christian... esas cosas del disco duro son sobre ti o sobre mi- me pregunta de nuevo preocupada.  Está visto que no se queda tranquila a pesar de mis explicaciones
- Cielo, son sobre mi
- Sobre ¿ ya sabes ... ? - Y deja en el aire la pregunta que entiendo perfectamente
 -No, sobre eso no. Sobre mis padres y mi familia en general. Nada preocupante
-Pero si lo guardaba... sería por algo
- Todo es sobre las propiedades de la familia, a qué se dedican mis padres y mis hermanos... todo eso


Sigo dando órdenes a Barney y a Welch.  Deben hacer pesquisas, exhaustivas, hasta averiguar todo sobre ese tipo y el por qué nos está haciendo esto.  Dadas las instrucciones, corto la comunicación y me dedico a mi mujer que se ha levantado y está coqueteando conmigo. Cuando se pone mimosa, la adoro y me saca de quicio. Le hago una insinuación y ella corta repentinamente todo atisbo de intimidad y me hace bajar a la tierra con algo tan cotidiano como si tengo hambre.  Empezamos nuestro juego, y le digo que si ... y mucha. Tiro de ella y la vuelvo a sentar sobre mis rodillas comenzando a acariciar sus piernas, pero al llegar al muslo, ella se rie y me dice

- Guarda tu larga mano. Me has dicho que tienes hambre, así que dejemos ésto aparcado.  Voy a hacerte algo de comer
-La comida puede esperar. Mi hambre puede esperar, pero no yo...
- Tú también esperarás; además Barney ó Welch pueden conectar en cualquier momento y una interrupción no estaría bien si ocurriera en un momento álgido de los nuestros.
- Eres una descarada y tienes la boca sucia
- Debe ser porque me he casado con un hombre sucio, que me enseña a hacer cosas sucias. Así que la culpa es tuya; no te quejes

Yo no puedo por menos de echarme a reir, y ella aprovecha para salir corriendo de mi estudio. ¡ Ay Anastasia !.  Me vuelves loco con tus juegos, con tu picardia...  ¿ Cómo he podido vivir tan al margen de todo ésto ? ¿ Será así en todas las parejas ?¿ Es la picardía de Ana...,  la mía ?¿ O somos los dos ? No lo sé ni me importa. Acabo de conocer este tipo de flirteo con tu propia esposa, y lo único que sé , es que no lo cambiaría por nada. No sabría vivir de otra manera, ya no.  Sin Ana no; ella es la que me ha enseñado que existen pequeños placeres que te transportan a la estratosfera.  Que basta una mirada o una ligera insinuación para que nuestra líbido empiece a funcionar a tope.  Nunca me había pasado nada igual, y eso que mis juegos en el cuarto rojo eran de lo más excitantes.  pero eran eso: juegos.  Ahora hay conexión, complicidad y sobretodo amor, algo que yo desconocía y que he rechazado toda mi vida, hasta que ella apareció .



Ha pasado un largo rato, y deseo descansar un poco de todo , de Hyde, de los siniestros, de todo.  Voy en busca de Ana que está terminando de preparar  algo para comer.  Me encantan los bocadillos, pero no todos, sólo los que van en pan de barra; lo de dentro me da igual, pero ese sabor que le da el pan horneado, aunque sea en el microondas...¡ hum ! es una delicia, y además los ha preparado mi esposa.  Me repito muchas veces esa palabra, como queriéndome convencer de que es cierto, que estamos casados desde hace ya varios días, aunque nos hayamos  topado de bruces con la cara más fea de la realidad: los problemas, y además generados por otros.

Veo que Anastasia está entusiasmada terminando los bocadillos. La observo cómo se maneja en la cocina; es hábil se nota que le gusta y a mi me encanta que lo haga, aunque sólo sea los fines de semana. Un inoportuno pensamiento acude a mi cabeza " todas tus sumisas cocinaban". Lo desecho inmediatamente; ella no es mi sumisa, es mi dulce esposa. Estoy seguro que poco a poco y,  a medida que el tiempo transcurra, se irán borrando de mi cabeza, porque no añoro esa etapa de mi vida, al contrario, si pudiera la borraría de una vez, pero creo que cuando pase más tiempo,será una nebulosa, una anécdota de lo vivido. Está descalza y se lo haga notar
- ¡ Vaya descalza y cocinando !- Ella en plan de broma me repite el dicho tan común, pero a mi me deja sin respiración.  No quiero ni pensarlo; todavía no. Hemos de disfrutar mucho juntos, y luego... ya veremos

- Debías decir descalza, embarazada y en la cocina- repite ella riendo
- ¿ Lo dices en serio ?
-¿Que, descalza...?
- Calla, calla. No es cierto ¿ verdad? Porque lo habíamos dejado claro
-¡ Claro que no ! Sabes que estamos de acuerdo.  ha sido sólo una broma. ¿ Quieres tener hijos ?- Esa pregunta me pone la piel de gallina, pero he de responderla y dejar claro lo que es mi pensamiento
- Si, si. Claro, en algún momento
- No lo dices muy convencido- me responde
- Claro que quiero, pero no ahora.  Es muy pronto. Te quiero toda para mi solo


No me gusta nada esta conversación y quiero cortarla cuanto antes, y para ello le doy un azote en el trasero mientras me dirijo al frigorífico en busca de una botella de vino.  Ella me da un ligero empujón en respuesta a mi azote y yo finjo que me ha hecho daño

- Señor Grey, es usted muy blando
- Después de comer me dirás si soy blando o no- . Y ambos reimos a una.

Una vez recogidos los restos de la comida, traigo los planos de la nueva casa, y los extiendo sobre el mostrador para estudiarlos juntos.  Me gusta cómo ha trazado Gia la nueva distribución, pero observo que Ana los contempla, pero no dice nada

- ¿ Qué pasa, no te gustan ?- le pegunto
- Si, si me gusta, pero... Yo no deseo hacer grandes reformas en ella.  Me gusta tal cual está y no deseo que tenga cambios tan agresivos como los que ha diseñado.  Perdería su carácter.  Me gusta el estilo mediterráneo.  Me recuerda a las casas que veíamos en la costa francesa, y ésto,  no me lo imagino en la nuestra
-Muy bien, pues cuando venga se lo expones.  La casa es tuya y ha de estar a tu gusto como tu  quieras .-Pero yo quiero que tú también disfrutes de ella. Que seas feliz viviendo aquí

Me enternece esa preocupación de siempre pensando que si pone alguna objeción no va a gustarme.  Le cojo de la barbilla para que suelte el labio que se está mordiendo con timidez, y le digo mirando fijamente a sus ojos:
- Yo seré feliz estando contigo, en cualquier lugar, en cualquier situación. Contigo a mi lado tengo todo cuanto deseo, es así de sencillo. Mi felicidad está contigo, con lo que tu quieras, con lo que tu desees, donde tu estés.

Ella se me queda mirando y acaricia mi cara con ternura. La beso ligeramente en los labios, y seguimos discutiendo con los dormitorios, con la sala de juegos, con el porche... Estamos de acuerdo en todo.  Pliego los planos y nos abrazamos.




3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias María. WEres muy amable. Espero seguir pareciéndotelo. Un saludo

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  2. Agradesco las encrucijadas ya que todavia no tengo los libroS pero si que nunca me los pierdo

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