Estamos en la sala VIP del aeropuerto de Heathrow, esperando la hora de tomar el avión que nos lleve hasta Seattle. Hemos tenido bastantes horas de vuelo y estamos cansados. Voy en busca de revistas con las que matar el tiempo. Compro también bombones para Ana. Bombones belgas, riquísimos a tenor con el deleite que los paladea. Me está haciendo fotos, y yo hago como que no me entero. Por fin al cabo de ¿cuanto ? tres... cuatro... horas nos llaman para el embarque. Aún nos quedan muchas horas de vuelo hasta llegar a casa.
Y por fin el edificio de Escala se muestra orgulloso ante nosotros.¡ Ya hemos llegado ! Estamos en casa después de tantos días. Salí soltero de él y vuelvo casado con mi dormilona en el asiento trasero
-Eh, Ana. Despierta cielo. Ya hemos llegado
-Humm...
- Anda, no podemos estar en el coche por tiempo indefinido. Cuanto antes subamos antes nos acostaremos. Es tarde. Anda cariño despierta
- Es que no quiero despertar. Tenia un sueño muy bonito. Y el estar despierta significa que volvemos a la vida diaria, y que no estaré contigo tanto tiempo, y no quiero que eso suceda
- Lo se, a mi me ocurre lo mismo. Pero c'est la vie. Anda Ana. Taylor nos espera para aparcar el coche
- Está bien, está bien. El viaje ha sido muy largo, muy pesado a pesar de viajar en primera clase
- Tengo que subirte en brazos
-¿ Los treinta pisos ?- me dice totalmente despierta
- Ana, estoy fuerte y soy corpulento, pero para esa proeza no.- Ella se cuelga de mi cuello sonriendo
La cojo en brazos al entrar en el ascensor y observo con sorpresa que ha engordado, no mucho, pero por lo menos ha recuperado algo del peso que perdió cuando nos separamos. Se lo hago saber y ella se enfurruña, pero está tan cansada que le dura poco. Reclina la cabeza sobre mi pecho y pone su mano sobe él; hasta hace bien poco eso era tabú. Entorna sus ojos. Yo acaricio su cabeza y su cara, la doy suaves besitos. No quiero que se duerma. Ya queda poco, apenas seis pisos y estaremos en casa.
Entramos en el recibidor, con ella en brazos. La deposito en una de las banquetas del mostrador de la cocina. Descorcho una botella de Bollinger y brindamos por nosotros. Ella me hace notar que lo probó por primera vez en tazas de te; suelta una carcajada que hace que yo también ria. Esa es mi chica, la que sonrie con facilidad, la que está relajada. Pero mucho me temo que durará poco. En cuanto comencemos el trabajo día a día, algo surgirá que nos hará discutir. Eso seguro..
Creo que me quedé dormido enseguida. Yo también estaba cansado; demasiadas horas de avión. Noto entre sueños, que Ana se mueve bajo mi brazo. La noto inquieta, da demasiadas vueltas en la cama, suspira y a pesar de mi somnolencia noto que está desvelada. Quizá le esté dando vueltas a todo lo ocurrido. Enciendo la luz y, efectivamente, no duerme ¿ y cómo yo si,,, cuando sucede todo lo contrario ?
- ¿ Qué te pasa ? ¿ No puedes dormir ?
- Estoy desvelada, ando con el horario europeo creo yo. Seguro que me dormiré cuando tengamos que levantarnos.
- ¿ Puedo hacer algo ? - la digo inocentemente. Pero ella me sonrie y se muerde la puntita de la lengua. Eso significa que quiere algo que sólo yo puedo darle-. Tiene usted una mente muy sucia, señora Grey, ¿ Me está haciendo proposiciones deshonestas? Ella rie y pienso que estoy en lo cierto.
Comienza a acariciar muy suavemente el lóbulo de mi oreja y a besarme en el cuello y después en la boca, y soy yo el que ahora toma la iniciativa. Tengo que complacer a la señora Grey, y lo hago muy, muy encantado. Nos basta unas caricias unos besos y que mis manos recorran su cuerpo, para que se rinda total y absolutamente a ser mia. Nuestros besos son ardientes, nuestras caricias imperiosas, como si fuera la primera vez. Alternamos las posturas unas veces yo encima y otras ella. No por eso se interrumpe nuestro contacto, ni nuestros supiros, ni nuestras respiraciones alteradas. Ni sus grititos de placer al llegar al osgasmo, al que acompaño con su nombre en mis labios. Llegar al clímax juntos, es delicioso y embriagador.Al fin extasiados y rendidos permanecemos unidos durante un rato. Ella tumbada sobre mi pecho, yo acariciando su cuerpo totalmente entregado a mi mujer.
- Es la primera vez que hacemos el amor de casados en nuestra cama- me dice después de serenarnos tras la fogosidad de ambos en el sexo.
Y por fin rendidos por el cansancio y los excesos amatorios, ambos nos quedamos dormidos, avanzada ya la madrugada. La despierto bien entrada la mañana. Hoy tenemos comida familiar en casa de mis padres..Estoy contento, aunque creo que Ana no tanto; Mañana volvemos al trabajo; ya no estaremos tanto tiempo juntos. Hoy deberíamos haberlo reservado para nosotros solos, pero la familia desea vernos y charlar sobre cómo nos ha ido en el viaje de luna de miel. Es normal. Ellos no tienen ni idea de la necesidad que tenemos de estar juntos.
Tomamos un aperitivo y mientras yo acaricio los dedos de Ana, que llevan los anillos,. Comento con Elliot y Carrick los lugares que hemos conocido, y muy de pasada, para que las mujeres no se enteren, los incidentes del incendio en Grey Enterprises. Mi padre está preocupado por ello. He aumentado también la seguridad en todos ellos. Son mi familia, les quiero muchísimo, y todo el que me rodee, ha de estar protegido, al menos hasta que averigüemos qué es lo que persiguen. Mamá y Mia andan por la cocina terminando de preparar todo. Va a ser totalmente familiar, sin protocolo. También está Kate, que sigue su relación con mi hermano. Parece que van muy en serio. Me abstraigo de la conversación, y por un momento pienso en cómo ha aumentado la familia.
Anastasia, sólo escucha, no interviene en nada, como si no fuera con ella de lo que hablamos. Mientras mi padre maneja la barbacoa ayudado por Elliot, aprovecho para tratar de averiguar lo que le ocurre
- ¿ Qué te pasa ? Llevas toda la mañana muy rara. Estás de mal humor. ¿ He dicho o hecho algo que te ha molestado ? - Ella me sonrie a la par que me acaricia
- No cielo. No lo sé. Creo que es la diferencia horaria, y el hecho de que mañana tengamos que volver al trabajo. No te preocupes
-Si, si me preocupo ¿ Por quién iba a hacerlo si no fuera por ti ? - Se acerca y me besa ligero en los labios
- Voy a ver si Grace necesita ayuda.- me dice. Y la veo alejarse y yo sé que está inquieta por todo lo que ocurre. Estoy deseando solucionar el problema y seguir con nuestra vida tranquilamente.
La comida transcurre con anécdotas, con chistes, con bromas..., en definitiva la típica reunión familiar en la que todos se quieren y han aceptado de buen grado a unos nuevos miembros en la familia. Mi madre adora a Ana. Sobretodo ahora que conoce la verdad de todo y la ayuda que ella me ha dado desde el principio. Creo que la quiere como si fuera una hija más, y yo me siento feliz y orgulloso de que así sea. Anastasia es alguien especial y la van conociendo.
A los postres, comienzan a caer unas gruesas gotas de agua, anticipándose un cercano Otoño. Riendo, formamos una cadena y comenzamos a entrar todos los enseres dentro de casa.. Una vez recogido todo, formamos corrillos para tomar el café de la sobremesa, interrumpida por la temprana lluvia. Me siento al piano. Lo echaba de menos; durante todos los días de nuestro viaje, no había tenido oportunidad de tocar, y eso que en el barco había uno excelente, pero el ocuparme de Ana me llevaba todo el tiempo. No tenía necesidad de él; luego vino lo del incendio y mi pensamiento estaba disperso viajando hacia Seattle. Entono una canción y miro a Ana, sentada a mi lado. Poco a poco el murmullo de las conversaciones se van haciendo más quedas, hasta guardar un total silencio. Nosotros dos, totalmente inmersos en nuestra burbuja, no nos percatamos de ello, hasta que la canción termina y yo recorro con mis dedos todas las teclas del piano, terminando. Entonces nos damos cuenta de la expresión de sus caras, y de sus ojos de asombro. Se acerca a mi oido, y Ana me dice
- Parece que nunca te han escuchado. Yo si. En la ducha - y comienza a reirse, lo que me contagia.
Veo a mi madre que avanza hacia nosotros y veo en sus ojos reflejada una profunda emoción. Toma las manos de Ana y las aprieta dándole las gracias. Ellas dos sabrán por qué. Y a continuación se dirige a mi y con asombro me dice
-¡ Nunca te había escuchado cantar ! ¡ Oh Christian, me alegro tanto ! - Y se acerca a mi, toma mi cara entre sus manos y me da dos besos en las mejillas. Yo la abrazo y río satisfecho. Es estupendo sentirse amado por todos ¿ Por qué antes lo rechazaba, incluso a ellos ? Sé la respuesta, pero estoy tan a gusto que la ignoro inmediatamente.
Me levanto de mi asiento en el piano, mientras Ana charla con Kate y Mia. Mi madre habla con Carrick y Elliot. Miro a través del ventanal la fina lluvia que poco a poco va cediendo. Comienza a atardecer y pienso que es hora de regresar a casa, y así se lo hago saber a Ana. Mi madre dice que volvamos de nuevo, quizá la semana próxima, pues han pasado un día excelente. Abraza a Anastasia y se que le murmura algo al oido, pero que no consigo escuchar. Veo que Ana sonrie y asiente con la cabeza. En los ojos de mi madre hay una luz de felicidad y alegría. ¿ Qué le habrá dicho ? Seguramente le habrá preguntado si éramos felices. Por eso es que Ana dió su si con la cabeza sonriendo y ruborizada. ¿ Oh mi Ana, me tienes hechizado totalmente. !
Nos despedimos del resto y nos dirigimos hacia el coche. Anastasia no se había percatado siquiera, que los guardaespaldas habían ido con nosotros: Sawyer y Ryan. Taylor estaba visitando a su hija. Al llegar a la altura del Audi,llamo la atención de Ana y le tiro las llaves para que ella lo conduzca hasta casa. Sé que se muere de ganas de hacerlo. Está enamorada de él y para mi es un coche especial, que nunca nadie ha conducido. Nadie más que yo y ahora, mi mujer. Nos subimos; yo en el asiento del co piloto. Desconoce su manejo, y le pega un acelerón que me hace respingar. Me pide perdón e inmediatamente lo controla.
La lluvia ha cesado y el pavimento comienza a secarse. Vamos a velocidad moderada, seguidos por el coche de los guardaespaldas. Dejamos adelantar a un coche, y en ese momento, otro que va detrás de Sawyer y Ryan, consigue colarse detrás de nosotros. Miro por el retrovisor, y frunzo el ceño por la cercanía del coche. Me gusta el reglamento que dice muy claro los metros que deben mediar entre coche y coche, máximo por una autovía de velocidad rápida, en una tarde de domingo, en la que todos han salido a pasar el día fuera de los hogares. Ana sigue a la velocidad debida, pero una llamada a mi móvil, hace que me revuelva en el asiento tratando de sacar el aparato del bolsillo de mis vaqueros.
Son los guardaespaldas comentándome que un coche se ha interpuesto entre nosotros, y que harán todo lo posible por volver a ir detrás nuestro. No me gusta, y Ana se da cuenta de que he torcido el gesto
- ¿ Ocurre algo ?
- Nada, no pasa nada. Tu conduce y no pierdas de vista la carretera.- Disimuladamente miro por el retrovisor. Es un coche negro con los cristales tintados. No me gusta, sencillamente me intranquiliza, además yendo Ana al volante.
Y por fin el edificio de Escala se muestra orgulloso ante nosotros.¡ Ya hemos llegado ! Estamos en casa después de tantos días. Salí soltero de él y vuelvo casado con mi dormilona en el asiento trasero
-Eh, Ana. Despierta cielo. Ya hemos llegado
-Humm...
- Anda, no podemos estar en el coche por tiempo indefinido. Cuanto antes subamos antes nos acostaremos. Es tarde. Anda cariño despierta
- Es que no quiero despertar. Tenia un sueño muy bonito. Y el estar despierta significa que volvemos a la vida diaria, y que no estaré contigo tanto tiempo, y no quiero que eso suceda
- Lo se, a mi me ocurre lo mismo. Pero c'est la vie. Anda Ana. Taylor nos espera para aparcar el coche
- Está bien, está bien. El viaje ha sido muy largo, muy pesado a pesar de viajar en primera clase
- Tengo que subirte en brazos
-¿ Los treinta pisos ?- me dice totalmente despierta
- Ana, estoy fuerte y soy corpulento, pero para esa proeza no.- Ella se cuelga de mi cuello sonriendo
La cojo en brazos al entrar en el ascensor y observo con sorpresa que ha engordado, no mucho, pero por lo menos ha recuperado algo del peso que perdió cuando nos separamos. Se lo hago saber y ella se enfurruña, pero está tan cansada que le dura poco. Reclina la cabeza sobre mi pecho y pone su mano sobe él; hasta hace bien poco eso era tabú. Entorna sus ojos. Yo acaricio su cabeza y su cara, la doy suaves besitos. No quiero que se duerma. Ya queda poco, apenas seis pisos y estaremos en casa.
Entramos en el recibidor, con ella en brazos. La deposito en una de las banquetas del mostrador de la cocina. Descorcho una botella de Bollinger y brindamos por nosotros. Ella me hace notar que lo probó por primera vez en tazas de te; suelta una carcajada que hace que yo también ria. Esa es mi chica, la que sonrie con facilidad, la que está relajada. Pero mucho me temo que durará poco. En cuanto comencemos el trabajo día a día, algo surgirá que nos hará discutir. Eso seguro..
Creo que me quedé dormido enseguida. Yo también estaba cansado; demasiadas horas de avión. Noto entre sueños, que Ana se mueve bajo mi brazo. La noto inquieta, da demasiadas vueltas en la cama, suspira y a pesar de mi somnolencia noto que está desvelada. Quizá le esté dando vueltas a todo lo ocurrido. Enciendo la luz y, efectivamente, no duerme ¿ y cómo yo si,,, cuando sucede todo lo contrario ?
- ¿ Qué te pasa ? ¿ No puedes dormir ?
- Estoy desvelada, ando con el horario europeo creo yo. Seguro que me dormiré cuando tengamos que levantarnos.
- ¿ Puedo hacer algo ? - la digo inocentemente. Pero ella me sonrie y se muerde la puntita de la lengua. Eso significa que quiere algo que sólo yo puedo darle-. Tiene usted una mente muy sucia, señora Grey, ¿ Me está haciendo proposiciones deshonestas? Ella rie y pienso que estoy en lo cierto.
Comienza a acariciar muy suavemente el lóbulo de mi oreja y a besarme en el cuello y después en la boca, y soy yo el que ahora toma la iniciativa. Tengo que complacer a la señora Grey, y lo hago muy, muy encantado. Nos basta unas caricias unos besos y que mis manos recorran su cuerpo, para que se rinda total y absolutamente a ser mia. Nuestros besos son ardientes, nuestras caricias imperiosas, como si fuera la primera vez. Alternamos las posturas unas veces yo encima y otras ella. No por eso se interrumpe nuestro contacto, ni nuestros supiros, ni nuestras respiraciones alteradas. Ni sus grititos de placer al llegar al osgasmo, al que acompaño con su nombre en mis labios. Llegar al clímax juntos, es delicioso y embriagador.Al fin extasiados y rendidos permanecemos unidos durante un rato. Ella tumbada sobre mi pecho, yo acariciando su cuerpo totalmente entregado a mi mujer.
- Es la primera vez que hacemos el amor de casados en nuestra cama- me dice después de serenarnos tras la fogosidad de ambos en el sexo.
- Cierto señora Grey, es la primera vez y francamente, no me ha defraudado. Pero creo que debemos dormir y seguir mañana con el mismo tema ¿Dónde nos habíamos quedado? - Ella se rie cuando bajo mi mano de su estómago a su sexo y lo acaricio.
Y por fin rendidos por el cansancio y los excesos amatorios, ambos nos quedamos dormidos, avanzada ya la madrugada. La despierto bien entrada la mañana. Hoy tenemos comida familiar en casa de mis padres..Estoy contento, aunque creo que Ana no tanto; Mañana volvemos al trabajo; ya no estaremos tanto tiempo juntos. Hoy deberíamos haberlo reservado para nosotros solos, pero la familia desea vernos y charlar sobre cómo nos ha ido en el viaje de luna de miel. Es normal. Ellos no tienen ni idea de la necesidad que tenemos de estar juntos.
Tomamos un aperitivo y mientras yo acaricio los dedos de Ana, que llevan los anillos,. Comento con Elliot y Carrick los lugares que hemos conocido, y muy de pasada, para que las mujeres no se enteren, los incidentes del incendio en Grey Enterprises. Mi padre está preocupado por ello. He aumentado también la seguridad en todos ellos. Son mi familia, les quiero muchísimo, y todo el que me rodee, ha de estar protegido, al menos hasta que averigüemos qué es lo que persiguen. Mamá y Mia andan por la cocina terminando de preparar todo. Va a ser totalmente familiar, sin protocolo. También está Kate, que sigue su relación con mi hermano. Parece que van muy en serio. Me abstraigo de la conversación, y por un momento pienso en cómo ha aumentado la familia.
Anastasia, sólo escucha, no interviene en nada, como si no fuera con ella de lo que hablamos. Mientras mi padre maneja la barbacoa ayudado por Elliot, aprovecho para tratar de averiguar lo que le ocurre
- ¿ Qué te pasa ? Llevas toda la mañana muy rara. Estás de mal humor. ¿ He dicho o hecho algo que te ha molestado ? - Ella me sonrie a la par que me acaricia
- No cielo. No lo sé. Creo que es la diferencia horaria, y el hecho de que mañana tengamos que volver al trabajo. No te preocupes
-Si, si me preocupo ¿ Por quién iba a hacerlo si no fuera por ti ? - Se acerca y me besa ligero en los labios
- Voy a ver si Grace necesita ayuda.- me dice. Y la veo alejarse y yo sé que está inquieta por todo lo que ocurre. Estoy deseando solucionar el problema y seguir con nuestra vida tranquilamente.
La comida transcurre con anécdotas, con chistes, con bromas..., en definitiva la típica reunión familiar en la que todos se quieren y han aceptado de buen grado a unos nuevos miembros en la familia. Mi madre adora a Ana. Sobretodo ahora que conoce la verdad de todo y la ayuda que ella me ha dado desde el principio. Creo que la quiere como si fuera una hija más, y yo me siento feliz y orgulloso de que así sea. Anastasia es alguien especial y la van conociendo.
A los postres, comienzan a caer unas gruesas gotas de agua, anticipándose un cercano Otoño. Riendo, formamos una cadena y comenzamos a entrar todos los enseres dentro de casa.. Una vez recogido todo, formamos corrillos para tomar el café de la sobremesa, interrumpida por la temprana lluvia. Me siento al piano. Lo echaba de menos; durante todos los días de nuestro viaje, no había tenido oportunidad de tocar, y eso que en el barco había uno excelente, pero el ocuparme de Ana me llevaba todo el tiempo. No tenía necesidad de él; luego vino lo del incendio y mi pensamiento estaba disperso viajando hacia Seattle. Entono una canción y miro a Ana, sentada a mi lado. Poco a poco el murmullo de las conversaciones se van haciendo más quedas, hasta guardar un total silencio. Nosotros dos, totalmente inmersos en nuestra burbuja, no nos percatamos de ello, hasta que la canción termina y yo recorro con mis dedos todas las teclas del piano, terminando. Entonces nos damos cuenta de la expresión de sus caras, y de sus ojos de asombro. Se acerca a mi oido, y Ana me dice
- Parece que nunca te han escuchado. Yo si. En la ducha - y comienza a reirse, lo que me contagia.
Veo a mi madre que avanza hacia nosotros y veo en sus ojos reflejada una profunda emoción. Toma las manos de Ana y las aprieta dándole las gracias. Ellas dos sabrán por qué. Y a continuación se dirige a mi y con asombro me dice
Me levanto de mi asiento en el piano, mientras Ana charla con Kate y Mia. Mi madre habla con Carrick y Elliot. Miro a través del ventanal la fina lluvia que poco a poco va cediendo. Comienza a atardecer y pienso que es hora de regresar a casa, y así se lo hago saber a Ana. Mi madre dice que volvamos de nuevo, quizá la semana próxima, pues han pasado un día excelente. Abraza a Anastasia y se que le murmura algo al oido, pero que no consigo escuchar. Veo que Ana sonrie y asiente con la cabeza. En los ojos de mi madre hay una luz de felicidad y alegría. ¿ Qué le habrá dicho ? Seguramente le habrá preguntado si éramos felices. Por eso es que Ana dió su si con la cabeza sonriendo y ruborizada. ¿ Oh mi Ana, me tienes hechizado totalmente. !
Nos despedimos del resto y nos dirigimos hacia el coche. Anastasia no se había percatado siquiera, que los guardaespaldas habían ido con nosotros: Sawyer y Ryan. Taylor estaba visitando a su hija. Al llegar a la altura del Audi,llamo la atención de Ana y le tiro las llaves para que ella lo conduzca hasta casa. Sé que se muere de ganas de hacerlo. Está enamorada de él y para mi es un coche especial, que nunca nadie ha conducido. Nadie más que yo y ahora, mi mujer. Nos subimos; yo en el asiento del co piloto. Desconoce su manejo, y le pega un acelerón que me hace respingar. Me pide perdón e inmediatamente lo controla.
La lluvia ha cesado y el pavimento comienza a secarse. Vamos a velocidad moderada, seguidos por el coche de los guardaespaldas. Dejamos adelantar a un coche, y en ese momento, otro que va detrás de Sawyer y Ryan, consigue colarse detrás de nosotros. Miro por el retrovisor, y frunzo el ceño por la cercanía del coche. Me gusta el reglamento que dice muy claro los metros que deben mediar entre coche y coche, máximo por una autovía de velocidad rápida, en una tarde de domingo, en la que todos han salido a pasar el día fuera de los hogares. Ana sigue a la velocidad debida, pero una llamada a mi móvil, hace que me revuelva en el asiento tratando de sacar el aparato del bolsillo de mis vaqueros.
Son los guardaespaldas comentándome que un coche se ha interpuesto entre nosotros, y que harán todo lo posible por volver a ir detrás nuestro. No me gusta, y Ana se da cuenta de que he torcido el gesto
- ¿ Ocurre algo ?
- Nada, no pasa nada. Tu conduce y no pierdas de vista la carretera.- Disimuladamente miro por el retrovisor. Es un coche negro con los cristales tintados. No me gusta, sencillamente me intranquiliza, además yendo Ana al volante.
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