Desde el gran ventanal del dormitorio se divisaban las increíbles vistas, con Seattle al fondo. Habían llegado a casa, pero no habían ido a recoger a los niños. Habló con sus padres:
- Mamá, mañana iremos a por ellos
- ¿ Qué tal ha ido todo, hijo?
- Puedes imaginarte. Deprimente, pero al fin he liberado el último resto del pasado. Me he quedado más tranquilo.
- Y Annie ¿ está bien?
- Anímicamente, no. Pero todo se reconducirá en unos días
- Bueno, hijo. Descansad ahora. Buenas noches. Da un beso a Annie
- Así lo haré mama. Di a los niños que se pongan. Necesito escucharles
- ¿ Teddy? Hola cielo ¿ cómo estás? ¿ has cuidado bien de Phoebe?
- Hola papi ¿ y mami?
Y así siguió hablando durante un largo rato, mientras Annie le pellizcaba suave para que la dejara hablar a ella también. El aguantaba las caricias de su mujer riendo. Estaba rodeado de su familia, la que ellos habían creado en un hogar pleno de amor. Necesitaba oírles. Interiormente no se sentía en paz , pero agradecía a su mujer que hubiera insistido tanto y, desde hacía tanto tiempo, en ir a Detroit. Se creía culpable por haber juzgado a su madre biológica sin conocer los motivos que la habían conducido a aniquilar su vida. Estaba en deuda con ella. No la había ayudado . Aún tenía algo que hacer para estar en paz, si es que alguna vez lo conseguía. Y se ocuparía de ello a la mañana siguiente.
Al deshacer el equipaje, Annie había dejado, el sobre marrón que les entregara el detective, encima del mueble secreter de Chris. Aún no se sentía con fuerzas para abrirlo. Presentía lo que el informe reflejaba, intuía, que era más de lo mismo, pero tenía que averiguar si verdaderamente fue un niño abandonado ..., sin cariño..., lo que motivaría su forma de ser, años después. El informe había sido redactado, según la información que Lizzy, la íntima amiga de ELLA, le había facilitado. Por ella sabrían todo lo acontecido en la vida de la madre de Christian. No quería leerlo aún, no se sentía con las fuerzas necesarias para ello.
- ¿ No vas a abrirlo?- le dijo su mujer
- No, todavía no. Las cosas no van a cambiar porque lo abra un día antes o después. Ahora necesito a mi mujer, a mi refugio. Deseo me liberes de tanta angustia como llevo dentro
- Mi cielo,¡ si yo pudiera evitar que sintieras tanto dolor, guardado durante tantos años!
- Annie ¿ por qué no la ayudé? ¿ Por qué sólo me escondía ?
- Cariño... ¡ eras muy pequeño ! ¿ Qué podías hacer tú ? ¿ Te imaginas a Teddy defendiéndome de algo? ¡ No podías !. Por amor de Dios, cielo, desecha de una vez esos pensamientos. La querías. Te acurrucabas a su lado. No podías hacer otra cosa. No te mortifiques. No tienes culpa de nada... incluso del rencor que la has guardado durante tanto tiempo... creo que era dolor, y sobretodo amor por tu madre. Porque te creíste abandonado. Por eso debes leer cuanto antes ese informe. Seguro que te detalla todo lo ocurrido, a pesar de que ya nos dio un adelanto el detective. La vida fue cruel con vosotros, eso es todo... Por favor, mírame, mírame
- ¡ Oh, Annie ! Si lo pudiera borrar de mi mente...
- No lo hagas, aunque te duela. No lo hagas, sólo piensa que hiciste cuanto pudiste. Por eso ahora adoras a tus hijos, les amas más que a tu vida. Porque vuelcas en ellos todo el amor que no pudiste dar a tu madre. Por eso amas entrañablemente a tu familia, a Grace, a Carrick, a tus hermanos, por eso me amas a mi. Eres un pozo inagotable de amor que das a todos cuantos te rodean. Eres un alma noble por eso todos te queremos. Por favor, por favor... deja de sentirte culpable. Libérate de una vez de todo eso.
El la escuchaba sin parpadear, fijamente. Sus palabras eran un bálsamo para su alma atormentada.
Tumbados en la cama, con las manos enlazadas, guardaban silencio. Les daba miedo abrir ese sobre que les revelaría la verdadera historia de lo ocurrido con ELLA. Había sido una larga indagación, por el tiempo transcurrido, y el detective encargado para ello, encontró múltiples dificultades para encontrar a alguien que la hubiera conocido. Unos no vivían, y otros habían cambiado de residencia sin dejar datos, hasta que dio con Lizzy. Vivía en otro lugar, se había casado, pero se acordaba perfectamente de ELLA, y fue quién relató al detective todo cuanto aconteció a su amiga mientras vivió en el barrio. Después cuando se marchó, ya no supo más de ella.
Por Lizzy, pudo averiguar que no quedaba nadie de la familia directa de Chris, ya que su progenitor falleció junto con sus padres en un accidente.. Todo estaba especificado en el informe, tal y como ya hemos relatado.
Se abrazó a Annie. Escondió su cara en el pelo de ella, y la abrazó y la besó como hacía tiempo no hacía. Toda la angustia que guardaba en su interior fue reflejada en la forma en que la hizo el amor aquella noche: brusco, duro... desgarrado. Le recordó otro tiempo, el tiempo en que se conocieron
Ella sabía perfectamente a qué se debía aquel desgarro, sólo pedía que no volvieran las pesadillas. No lo consiguió del todo. No fueron tan dolorosas como en el pasado, pero ahí estuvieron.
Cuando Annie se despertó, le buscó como hacía siempre, pasando su brazo sobre la almohada de Chris, pero estaba sola en la cama. El ya se había levantado. Le buscó en la cocina por si estaba desayunando, y no lo halló. Entonces se dirigió al estudio , y efectivamente Chris había abierto el sobre, había leído el informe, y estaba llorando
- Chris, amor mío ¿ qué ocurre?
- Annie, Annie... durante años la he insultado, la he culpado de¡ tantas cosas ! , y aquí dice que fue una víctima de una serie de desgraciadas circunstancias..¡ Dios mío !. Perdóname, madre mía, perdóname. Me querías, pero no podías protegerme... estabas herida de muerte
- Chris, por favor. Ninguno tuvisteis culpa de lo que ocurrió. Ella te quiso, y tu la has querido toda tu vida, aunque no lo admitieras. Habla con tu madre y con tu padre. Cuéntales todo, aunque ellos ya lo saben... pero sería bueno que te desahogaras
- Annie, tengo que volver a Detroit
-¿ Para qué vas a volver?
- Necesito ponerle una lápida en condiciones y contratar que la lleven flores siempre. Se lo debo, nena, se lo debo
- Está bien, volveremos. No voy a dejarte solo. ¿ Cuándo quieres ir ?
- Pretendo que sea la semana próxima ¿ Podrás arreglarlo en la oficina?
- Claro que podré arreglarlo. Delegaré en mi ayudante. No te dejaré solo
-¡ Santo cielo, hijo, que historia tan triste! Sabíamos algo, pero no conocíamos cómo comenzó todo. No te culpes de nada Chris, tu fuiste también una víctima. ¡ Cómo se pudo llegar a esa situación!... Son múltiples circunstancias que la llevaron a esa vida. Era una buena chica, cariñosa y te amaba, hijo. Siempre le reprochaste que no te cuidó, y ahora sabemos que lo hizo hasta los últimos instantes de su vida. Desecha el rencor de tu corazón y ámala.
- Mamá... tú siempre serás mi madre, pero ella también. Lo estoy pasando mal, pero me he liberado del tormento de pensar en ella como a una despreciable drogadicta. Fue buena en un mundo cruel. Ahora podrá descansar en paz. La pondré una tumba como ella se merecía y nunca la faltarán unas flores. No puedo hacer otra cosa. Abrázame, mamá, abrázame
- Hijo, mi pequeño...
Christian sollozaba abrazado a Grace. Ella le dejó llorar. Necesitaba echar fuera toda la angustia de tanto tiempo. Fuera, en una salita contigua, Annie y Carrick, demudados, comentaban el informe que sostenía en la mano temblorosa. Habían dejados solos a Grace y a Christian. Necesitaba el abrazo de su madre. Aunque no le hubiera traído al mundo, le había querido y luchado por él desde que le llevaron a vivir con ellos. Al cabo de un rato salieron abrazados, con signos en ambos de haber estado llorando. Christian corrió a los brazos de su mujer, que sin poder contenerse lloraba
- Ya, cielo, ya. Todo está bien. Me encuentro mejor. Tranquila- la repetía mientras acariciaba su cabello bajo la mirada de sus padres que sonrientes les contemplaban con cariño.
Y volaron de nuevo hasta Detroit, y allí encargó una hermosa lápida de mármol blanco. Ordenó grabaran su nombre con su apellido, que fue localizado en el Registro Civil. Nuevamente visitaron el cementerio y contemplaron su tumba nuevamente. Estaba cubierta de flores que nunca le faltarían por expreso deseo de su hijo.
Por fin Christian , encontró la paz en su vida, y las pesadillas no volvieron a aparecer jamás. Sus hijos fueron creciendo y les contaba que habían tenido otra abuelita pero que se había ido al cielo muy pronto. La fotografía que conservaba de ELLA, la llevaba en su cartera siempre, junto con la de sus padres adoptivos, Annie y sus hijos. Puso en un marco de plata, una foto que le entregara al detective su amiga Lizzy y que estaban juntas en alguna fiesta estudiantil. La puso encima del piano junto con las de su familia. Todo estaba en orden, por fin había encajado la pieza del puzzle que le faltaba.
Fuente: 1996rosafermu
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