Nuestra convivencia se desenvuelve con normalidad, siempre que la normalidad sea al estilo de Christian Grey, lo que significa que hay sobresaltos de vez en cuando, pero juntos vamos superando todo aquello que sale a nuestro encuentro. Por fin Kate y Elliot se deciden a regresar, aunque aún quedan un par de días. Tengo ganas de ver a mi amiga;tenemos mucho de que hablar y ni siquiera imagina el vuelco que ha dado mi vida. Espero no tenga una de sus clásicas reacciones y me siga tomando por una hermana pequeña a la que hay que abrir los ojos porque me tiene por una inocente criatura que no sabe donde se para. Y comienzo mi jornada laboral. Llevo poco más de una hora en la editorial, cuando recibo una llamada a mi móvil
- ¡ Ana !,soy Ethan. ¡ Qué ganas tengo de verte ! No hace tanto: cuando la graduación, pero parece que hace siglos.
- ¡ Ethan ! yo también me alegro de escucharte. ¿ Ha venido Kate ?
- No, ellos se quedan un par de días más. Yo no les aguantaba. Son empalagosos a mas no poder. Me dije un par de días es mucho para seguir aguántandoles. Y aquí estoy de regreso y camino del apartamento.
- Tendrás que pasarte por mi trabajo, porque has escuchado bien: tengo un trabajo remunerado. Me es imposible reunirme contigo porque tengo reunión de jefazos, pero te dejaré la llave en Recepción. Estoy en la editorial SIP: Está en el mismo centro de Seattle
- De acuerdo, pequeña. Pasaré a recogerlas ¿ nos vemos esta noche a tu salida de la editorial?
- Posiblemente. Se lo diré a Christian
- ¿ Estás con el magnate ? - Me rio de la forma en que Ethan se ha referido a Christian- ¿ Vais en serio ?
- Si, Ethan. Muy en serio
- Bueno. Me alegro por ti, deseo que seas feliz. No te entretengo más. Nos vemos a la noche, entonces
- Hasta luego Ethan
Bajo inmediatamente a Recepción y le digo a la recepcionista que vendrán a recogerlas no tardando mucho. Salgo como una exhalación y me incorporo a mi mesa. Tenemos mucho trabajo y he de dar ejemplo de eficiencia. Llamo a Christian y le anuncio que el hermano de Kate está de regreso y que vendrá a recoger las llaves. Pienso que debería acompañarle al apartamento, al menos, para mostrarle donde hemos colocado las cosas, las más imprescindibles que tenga que utilizar hasta que regrese Kate. A Christian no le gusta mucho la idea, y a mi sugerencia de una cena con él, me dice que mejor los tres y que él invita. Me rio, porque sé con qué intención lo hace.
Cuando salgo de la editorial, ya está Christian aguardando mi salida, y le digo que vayamos al apartamento para recoger a Ethan que nos aguarda. El me sonríe, me besa y aprieta mi mano, y pasea sus dedos sobre mis nudillos. Es una costumbre que hemos adquirido, pero que a mi me reconforta y me hace sentir segura y querida. Le comento lo que Ethan me ha dicho de la pareja con la que ha estado de vacaciones, y Christian se ríe porque conoce a su hermano, y piensa que Kate o es de la misma forma de ser, o le sigue el rollo.
Estamos a punto de llegar y recibe una llamada de Ross. Taylor aparca el coche y le indico que tardaré cinco minutos en bajar con Ethan. Pulso el portero automático e inmediatamente la puerta se abre. Cuando llego al apartamento, observo que la puerta está abierta, algo que me extraña y me alarma un poco. Llamo a Ethan y no me responde: " estará en el baño ", me digo a mi misma. Mientras, recojo algunas cosas que voy a llevarme al apartamento de Escala. Bien ya lo tengo todo listo, pero Ethan sigue sin aparecer, y en cambio una silueta difusa aparece ante mi. Es la misma imagen que vi en lo que yo creía que era un sueño, pero no es así, es una chica portando un arma en su mano. Me quedo sin sangre en las venas y lo primero que pienso es que Ethan esté herido. No sé qué hace, ni qué decir ante esa mujer con la piel macilenta, desarrapada que me mira fijamente apuntándome con un arma. Las palabras se amontonan en mi cabeza y busco desesperadamente aquellas que me den una pista de lo que está ocurriendo y del por qué está allí amenazante.
La respuesta llega clara y evidente es por Christian, pero soy yo su objetivo. Los nervios se van apoderando de mi al pensar que haya podido sufrir algo horrible al hermano de Kate, que está totalmente ajeno a nuestro asunto. Trato sobre todo que abandone el arma y le doy un argumento para hacerla saber que Christian nos ve a todas igual y que todas nos parecemos. Pero ella lo niega y me dice que duermo con él, cuando eso nunca lo ha hecho. Y estoy segura de que no fue fruto de mi imaginación lo que vi aquella noche, sencillamente entró en el dormitorio de Christian y nos estuvo observando.
No sé qué mas hacer; la ofrezco un té y estoy poniendo el agua a calentar, cuando la puerta se abre de para en par y Christian y Taylor aparecen ante mi. Están lívidos y no le quitan la vista a Leila. Chistian la mira fijamente a los ojos, y la murmura algo que no se escucha bien, pero ella se postra de rodillas y baja la cabeza, dejando la pistola en el suelo y que Christian recoge inmediatamente.
Estoy conmocionada, tanto, que escucho como una voz muy lejana la de Christian ordenando a Taylor que me lleve de allí. Me es imposible moverme, es como si tuviera los pies clavados en el suelo. Por segunda vez, la voz alterada de Christian me ordena que vaya con Taylor, pero no reacciono. No puedo apartar la mirada del cuadro que tengo ante mi: Christian Amo, Leila sumisa. Acaricia su cabeza baja con suavidad, con dulzura y yo me quedo aterrorizada. Posiblemente ni él supiera lo que sentía por Leila. Es la chica de la que más habla y de la que más se preocupa. Y de pronto lo veo todo claro diáfano: ella si podía darle lo que necesita y yo no. Soy un novedad en su vida, pero hasta las novedades dejan de ser nuevas para pasar al terreno de lo cotidiano, y eso significa de yo seré en esta historia la número diecisiete, sin más.
Y ese pensamiento me aterra sobremanera, porque no podría vivir sin que él me amase. Las piernas comienzan a temblar y creo que voy a desmayarme, y nuevamente la voz imperiosa de Christian ordena a Taylor que me lleve de allí. Sus brazos me cogen en vilo y abandonamos el apartamento.
Estoy sobrepasada por lo ocurrido, y sobre el pecho del guardaespaldas apoyo mi cabeza buscando algo de consuelo para lo que acabo de conocer: el lado oscuro de Christian, ese lado al que yo no podré acceder nunca.
Taylor debe imaginar lo que estoy pensando, y me dice con voz muy queda: El señor Cavanagh está bien, abajo. No se preocupe.. Cuando le veo se acerca a mi con preocupación en su cara; me abrazo a él llorando desesperada por salir de allí, pero al mismo tiempo, necesito saber lo que ocurre. Mis oídos se agudizan, quizá tratando de escuchar el sonido de otro disparo, pero todo es silencio. Ethan me ofrece tomar una copa y yo acepto. Señalo el pub de enfrente para poder ver desde allí lo que ocurre en el apartamento.
- ¡ Ana !,soy Ethan. ¡ Qué ganas tengo de verte ! No hace tanto: cuando la graduación, pero parece que hace siglos.
- ¡ Ethan ! yo también me alegro de escucharte. ¿ Ha venido Kate ?
- No, ellos se quedan un par de días más. Yo no les aguantaba. Son empalagosos a mas no poder. Me dije un par de días es mucho para seguir aguántandoles. Y aquí estoy de regreso y camino del apartamento.
- Tendrás que pasarte por mi trabajo, porque has escuchado bien: tengo un trabajo remunerado. Me es imposible reunirme contigo porque tengo reunión de jefazos, pero te dejaré la llave en Recepción. Estoy en la editorial SIP: Está en el mismo centro de Seattle
- De acuerdo, pequeña. Pasaré a recogerlas ¿ nos vemos esta noche a tu salida de la editorial?
- Posiblemente. Se lo diré a Christian
- ¿ Estás con el magnate ? - Me rio de la forma en que Ethan se ha referido a Christian- ¿ Vais en serio ?
- Si, Ethan. Muy en serio
- Bueno. Me alegro por ti, deseo que seas feliz. No te entretengo más. Nos vemos a la noche, entonces
- Hasta luego Ethan
Bajo inmediatamente a Recepción y le digo a la recepcionista que vendrán a recogerlas no tardando mucho. Salgo como una exhalación y me incorporo a mi mesa. Tenemos mucho trabajo y he de dar ejemplo de eficiencia. Llamo a Christian y le anuncio que el hermano de Kate está de regreso y que vendrá a recoger las llaves. Pienso que debería acompañarle al apartamento, al menos, para mostrarle donde hemos colocado las cosas, las más imprescindibles que tenga que utilizar hasta que regrese Kate. A Christian no le gusta mucho la idea, y a mi sugerencia de una cena con él, me dice que mejor los tres y que él invita. Me rio, porque sé con qué intención lo hace.
Cuando salgo de la editorial, ya está Christian aguardando mi salida, y le digo que vayamos al apartamento para recoger a Ethan que nos aguarda. El me sonríe, me besa y aprieta mi mano, y pasea sus dedos sobre mis nudillos. Es una costumbre que hemos adquirido, pero que a mi me reconforta y me hace sentir segura y querida. Le comento lo que Ethan me ha dicho de la pareja con la que ha estado de vacaciones, y Christian se ríe porque conoce a su hermano, y piensa que Kate o es de la misma forma de ser, o le sigue el rollo.
Estamos a punto de llegar y recibe una llamada de Ross. Taylor aparca el coche y le indico que tardaré cinco minutos en bajar con Ethan. Pulso el portero automático e inmediatamente la puerta se abre. Cuando llego al apartamento, observo que la puerta está abierta, algo que me extraña y me alarma un poco. Llamo a Ethan y no me responde: " estará en el baño ", me digo a mi misma. Mientras, recojo algunas cosas que voy a llevarme al apartamento de Escala. Bien ya lo tengo todo listo, pero Ethan sigue sin aparecer, y en cambio una silueta difusa aparece ante mi. Es la misma imagen que vi en lo que yo creía que era un sueño, pero no es así, es una chica portando un arma en su mano. Me quedo sin sangre en las venas y lo primero que pienso es que Ethan esté herido. No sé qué hace, ni qué decir ante esa mujer con la piel macilenta, desarrapada que me mira fijamente apuntándome con un arma. Las palabras se amontonan en mi cabeza y busco desesperadamente aquellas que me den una pista de lo que está ocurriendo y del por qué está allí amenazante.
La respuesta llega clara y evidente es por Christian, pero soy yo su objetivo. Los nervios se van apoderando de mi al pensar que haya podido sufrir algo horrible al hermano de Kate, que está totalmente ajeno a nuestro asunto. Trato sobre todo que abandone el arma y le doy un argumento para hacerla saber que Christian nos ve a todas igual y que todas nos parecemos. Pero ella lo niega y me dice que duermo con él, cuando eso nunca lo ha hecho. Y estoy segura de que no fue fruto de mi imaginación lo que vi aquella noche, sencillamente entró en el dormitorio de Christian y nos estuvo observando.
No sé qué mas hacer; la ofrezco un té y estoy poniendo el agua a calentar, cuando la puerta se abre de para en par y Christian y Taylor aparecen ante mi. Están lívidos y no le quitan la vista a Leila. Chistian la mira fijamente a los ojos, y la murmura algo que no se escucha bien, pero ella se postra de rodillas y baja la cabeza, dejando la pistola en el suelo y que Christian recoge inmediatamente.
Estoy conmocionada, tanto, que escucho como una voz muy lejana la de Christian ordenando a Taylor que me lleve de allí. Me es imposible moverme, es como si tuviera los pies clavados en el suelo. Por segunda vez, la voz alterada de Christian me ordena que vaya con Taylor, pero no reacciono. No puedo apartar la mirada del cuadro que tengo ante mi: Christian Amo, Leila sumisa. Acaricia su cabeza baja con suavidad, con dulzura y yo me quedo aterrorizada. Posiblemente ni él supiera lo que sentía por Leila. Es la chica de la que más habla y de la que más se preocupa. Y de pronto lo veo todo claro diáfano: ella si podía darle lo que necesita y yo no. Soy un novedad en su vida, pero hasta las novedades dejan de ser nuevas para pasar al terreno de lo cotidiano, y eso significa de yo seré en esta historia la número diecisiete, sin más.
Y ese pensamiento me aterra sobremanera, porque no podría vivir sin que él me amase. Las piernas comienzan a temblar y creo que voy a desmayarme, y nuevamente la voz imperiosa de Christian ordena a Taylor que me lleve de allí. Sus brazos me cogen en vilo y abandonamos el apartamento.
Estoy sobrepasada por lo ocurrido, y sobre el pecho del guardaespaldas apoyo mi cabeza buscando algo de consuelo para lo que acabo de conocer: el lado oscuro de Christian, ese lado al que yo no podré acceder nunca.
Taylor debe imaginar lo que estoy pensando, y me dice con voz muy queda: El señor Cavanagh está bien, abajo. No se preocupe.. Cuando le veo se acerca a mi con preocupación en su cara; me abrazo a él llorando desesperada por salir de allí, pero al mismo tiempo, necesito saber lo que ocurre. Mis oídos se agudizan, quizá tratando de escuchar el sonido de otro disparo, pero todo es silencio. Ethan me ofrece tomar una copa y yo acepto. Señalo el pub de enfrente para poder ver desde allí lo que ocurre en el apartamento.
Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras más oscuras
Editado: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
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