jueves, 15 de junio de 2017

Reflexiones, pensamientos - Las súplicas de Christian

He descargado mi conciencia y mi alma con mi madre.  Ella en lugar de hacerme reproches, me ha hecho ver lo difícil de la situación y el error que he cometido. Pero también ha acariciado mi cara y mi pelo, como hacía cuando era niño.  Me ha dado su ternura en estos momentos que tan necesitado estoy de cariño verdadero.  Ana no puede dármelo en estos momentos. Miro su cara impávida, sus manos quietas sobre la blanca sábana, dormida, igual a la princesa del cuento, sólo que con mis besos no se despierta,

Me asfixia tener este peso sobre mi conciencia. Yo la empujé a cometer esa locura, yo soy el causante de todo. Yo, que sólo deseo protegerla y cuidarla, la he empujado a este estado  desconcertante  e incógnito.  Ana, Ana.. es inútil cuantas veces la llame , no me responde. ¿ Y si escuchara ? ¿ Podrá oír ? Los médicos dicen que si...  Le repito,  una y otra vez,  que la amo, que necesito que vuelva a mi ¿ Me escuchará ? Si al menos moviese un dedo... Mi madre se ha marchado y yo vuelvo a mi asiento junto a su cabecera



 Necesito hablarle, pero ¿ de qué ? No importa,  de lo que sea.  De algo que la recuerde nuestra vida que ha sido difícil, pero que supimos encontrar el equilibrio entre nosotros. Que cedimos de nuestro terreno para llegar hasta el otro. Que estuvimos dispuestos a luchar con todas nuestras fuerzas para llegar a buen puerto. ¡El Grace ! ¡ Claro, nuestra escapada en el yate ! ¿ Recuerdas Ana, cuando Lian bajó a tierra ?



 Juntos hacemos que tiemble la tierra; nuestra conexión es especial, única.  Nuestros encuentros en cada rincón del apartamento: en el ascensor, sobre la mesa del vestíbulo, en mi despacho, contra la pared....En cualquier lugar y momento, porque siempre deseo estar contigo, eres mi adicción, Ana.  Y ahora te veo ahí, quieta, impasible a todo lo que ocurre a tu alrededor.



No es posible que los recuerdos de esos momentos vividos no te hagan volver a mi. Seguramente conoces el infierno que estoy pasando.  Que he sido yo quién lo ha provocado, por unos absurdos celos tuyos, pero mi culpa es mayor por haberte tratado de esa forma, cuando debí abrazarte y decirte cuánto te amo y cuánto deseo ese hijo tuyo y mio. Y que mis miedos serán amortiguados por ti, porque siempre serás la parte más fuerte de nosotros dos.


Acaricio tu rostro amado y hasta mis ojos acude el llanto,  ante la incertidumbre de nuestro futuro.  ¿Volverás Ana? ¿ Me seguirás amando cuando regreses? ¿ Habrá cambiado todo entre nosotros ? ¿ Cómo pude ser tan estúpido ? El recordar tu rostro incrédulo ante mi reacción, hace que me odie a mi mismo, y ciertamente no me cuesta trabajo hacerlo, porque no soy merecedor de tu amor, de ese caudal de amor y bondad que derrochas conmigo.  Vuelve Ana por favor, vuelve.  Volvamos a vivir nuestras noches locas de pasión incontenible ante la sensación de pertenecernos mutuamente, porque siempre serás mía en la misma medida que yo siempre lo seré tuyo. Regresa a mi Ana, por favor, regresa. ( 1996rosafermu )


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