miércoles, 3 de mayo de 2017

Anastasia - Capítulo 21 -Una habitación con vistas

Le he comprado un regalo, más simbólico que otra cosa, para su cumpleaños. Se lo entregaré antes de entrar a la consulta de Flynn, con la condición de que no debe abrirlo hasta el día de su onomástica. Voy por primera vez a la consulta del psiquiatra de Christian.  Llevo en mi cabeza miles de preguntas sin respuesta, y espero que él pueda aclararlas. Le ha hecho salir, porque veía que yo estaba algo cortada en su presencia; debía preguntarle referente a nuestra relación y necesito la seguridad de que él podría responder sobre la actual situación de Christian. Me ha dicho que está conforme con elegir ese camino, que por otra parte le fue indicado hace tiempo, pero que hasta que no le abandoné no se dio cuenta de que no volvería a los mismos parámetros que había marcado, y optó por cambiarlos si con ello volviese a su lado, algo que ha ocurrido.




También descubre mi inseguridad, no en Christian, sino en mi, al no ser capaz de satisfacer lo que él pueda necesitar. Por toda respuesta me dice que está locamente enamorado de mi y por ello hará todo cuanto esté en su mano para alcanzar la plenitud conmigo.No quiero ser causa de su perturbación, y me asegura que no lo soy, que ha conocido otra forma de vivir y ésta le satisface plenamente y está decidido a hacer todo cuanto sea necesario, todo, menos renunciar a mi. No debo centrarme en lo ocurrido, puesto que eso ya ha pasado y no puede darse marcha atrás, sino centrarnos en el objetivo a conseguir.

Cuando llegamos a este punto, de nuevo Christian entra nervioso y con la ansiedad por saber, reflejada en su rostro. Señala el reloj y advierte que ya ha pasado su hora.  Nos despedimos de Flynn y está impaciente por conocer qué le he preguntado y qué me ha respondido.  Se muestra nervioso, y a todas mis respuestas  piensa que algo  le oculto, y no es cierto.  Pero está tan nervioso que terminamos discutiendo.  Decido aparcar el coche y no continuar porque critica hasta mi forma de conducir. Recibo una llamada de José diciéndome que llevará los cuadros y que si le puedo albergar una noche en casa para dormir.  Al escuchar su nombre, Christian tuerce el gesto, pero le digo que sí que hay sitio de sobra, y en definitiva si quiere que vivamos juntos, he de tener libertad para recibir a mis amigos; creo que es algo justo.  No quiero empañar este día tan apasionante  y nos abrazamos en mitad de la calle, y por fin le convenzo que me  deje conducir mi coche, algo que no he tenido oportunidad de disfrutar.  Él cede y me indica el camino que debemos llevar "¿dónde vamos ?" - le pregunto, pero no dice nada. Y al poco entramos en una urbanización preciosa, con casas espectaculares, llenas de plantas con flores, y en su interior se ven niños jugando. Me hace parar delante de una verja blanca  de una casa de estilo colonial  que a mi me cautiva al instante ¿ por qué venimos aquí ? ¿ Será a alguien que vayamos a ver, para qué?

Después de teclear una combinación de números, la verja se abre y nos dirigimos a la entrada principal.  En la puerta nos aguarda una mujer relativamente joven, bien vestida y muy sonriente. ¡ Humm !.  Por la forma de saludarse, deduzco que ya se conocen.  Me toma de la mano y entramos al interior que está totalmente despoblado de muebles:  es una casa vacía, y sigo sin comprender nada.  Atravesamos un salón enorme y llegamos a unas escaleras que nos conducen al piso superior. Avanzamos por un pasillo y llegamos frente a una puerta que Christian abre cediéndome el paso.  Hay un gran ventanal frente al Sound, con unas vistas maravillosas que me paralizan.  La habitación es enorme; la repaso con la mirada recorriendo toda ella, pero me detengo especialmente en el paisaje de atardecer que tengo delante.


Sigo sin entender lo que hacemos allí ¿ será acaso que desea mostrarme el atardecer?  Le miro y él me sonríe suavemente, pero en su rostro hay inquietud ¿ qué le ocurre ? Y con ansiedad me pregunta si me gustaría contemplar ese paisaje el resto de mi vida.  Como una boba me quedo con la boca abierta porque imagino lo que piensa, pero no me atrevo a preguntar.

- Siempre que salgo a navegar, contemplo estas casas y me gustan muchísimo.  Esta estaba en venta y si te gusta, deseo comprarla y establecer en ella nuestro hogar. ¿ Te gusta Anastasia?

No sé si reír o echarme a llorar ¿ qué si me gusta ? Es una maravilla, y noto que se relaja.  Tan pendiente está de mi, que hasta el más mínimo detalle le sobrecoge hasta mi aprobación.  Le beso, y no me importa que esté delante la agente, que sonríe y vuelve la cabeza.  Entusiasmado vuelve a coger mi mano y me enseña las siguientes habitaciones, incluso me muestra una que podríamos dedicar a los "niños".  Volvemos al piso de abajo, y recorremos planta por planta toda ella. Me entusiasma y le hago notar que el prado que hay a  la entrada es delicioso para hacer picnics y que los niños jueguen sin peligro.  Se queda un poco sorprendido al mencionar la palabra niños.  Bueno, él la dijo primero.


Mientras doy un último repaso al salón, Christian habla con la agente y queda con ella para formalizar la compra.  Salimos de allí felices y vuelvo a mirar la fachada antes de introducirnos en el coche que nos llevara de regreso a la ciudad.  Durante todo el camino se muestra contento y feliz, y yo me siento igual que él.  Le veo tan pocas veces relajado y contento, que esto me emociona; quizás esté un poco sensible.  Los últimos días vividos han sido especialmente intensos. Va conduciendo y me dice que lo celebraremos en uno de sus clubes, y se refiere a mi ascenso en SIP y a la compra de nuestro futuro hogar. ¿ Qué tiene pensado para Escala? ¿ Desea dejar atrás todo lo que encierran sus paredes? ¿ Desea en verdad empezar una nueva vida conmigo?  Aprieto su rodilla y él me mira extrañado porque no lo suelo hacer, pero le besaría si no fuera conduciendo: es una forma de decirle que estoy encantada con la casa, y sobre todas las cosas con él y con que me haya pedido en matrimonio.  No me imaginaba hace unos pocos meses que acabaría siendo su esposa.  Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero sé que lo haremos juntos, de la mano y el amor que sentimos, derribará todas las barreras que aún nos quedan, pero sin duda, juntos, podremos hacerlo.

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